Garantizar la biodiversidad, crucial para la supervivencia

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La conservación y aprovechamiento del patrimonio genético del planeta será crucial para la supervivencia de la humanidad, que necesitará producir alimentos para una creciente población. Así lo declaró la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en su última reunión de la Comisión de Recursos Genéticos, en la cual afirmó que para el sector agrícola la adaptación al cambio climático no es una opción sino un imperativo para garantizar biodiversidad y seguridad alimentaria.

La mirada del mundo está puesta en cómo producir más cantidad en condiciones sustentables para el ambiente. La investigación, la transferencia de conocimiento y la adopción de nuevas prácticas resultan claves para enfrentar con menos sobresaltos escenarios futuros.

El doctor Mariano Merino, docente de Ecología General y Evolutiva en la carrera Licenciatura en Genética que se dicta en la UNNOBA, planteó: “La advertencia de la FAO revela que es necesario producir más, pero atendiendo los efectos colaterales sobre la biodiversidad que conllevan ciertas prácticas”.

El docente definió la biodiversidad como “el conjunto de seres vivos, sus relaciones entre ellos y con el medio” y explicó su estado en Argentina: “Este es un país agroindustrial y para producir cualquier cereal se afecta la biodiversidad, que es como una ‘bolsita’ donde se va a meter la mano en el futuro para obtener un nuevo cultivo. Por eso hay que ser muy cuidadosos en la sustentabilidad ambiental de las actividades agropecuarias”.

Con respecto a cómo alcanzar este objetivo, planteó que “se necesitan equipos interdisciplinarios para generar análisis a gran escala y promover una conciencia que vaya más allá del alambrado”.

Arcas de Noé

Merino remarcó la importancia de que los bancos genéticos funcionen como reservorios: “Son como pequeñas Arcas de Noé donde se guardan muestras de cultivos que en el futuro se podrán replicar”.

El docente consideró que es fundamental el rol del Estado en el fortalecimiento de los sistemas de investigación dedicados a “obtener soluciones para futuros problemas”.
También refirió que a nivel estatal hay organismos encargados de la custodia de los recursos naturales, aunque remarcó que “casi siempre son varias jurisdicciones las que se solapan sobre esta temática”.

“Hay muchos interrogantes que se plantean en torno a la explotación agropecuaria tal cual está: cómo manejamos el agua, el transporte de cereales, la fauna asociada, cómo se controlan las plagas. Para resolver los problemas hay que generar acuerdos, algo que no es fácil en Argentina”, sintetizó.

Merino se mostró confiado en el impulso que actualmente se da a la investigación y visualizó a la Universidad como “un ámbito que fomenta los consensos, porque lo que está faltando es balancear las ganancias y no sólo producir más sino plantear nuevos esquemas de producción”.
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Riesgos del monocultivo de soja
El profesor Mariano Merino alertó los riesgos para la biodiversidad que supone el monocultivo: “Hay que prestar atención a los efectos colaterales de la alta producción de soja, las zonas donde se siembra casi exclusivamente este cultivo están siendo modificadas. Hay muchos temas ecológicos sobre los que se puede trabajar. El escenario agroproductivo es como un dominó”, advirtió Merino.
“Lo importante es observar los cambios y anticipar posibles soluciones. Para ello es necesario que los investigadores salgan de la burbuja científica y transfieran conocimientos al medio”, aseveró.