El regreso del pejerrey
“Crío peces y soy una defensora de la naturaleza”. Así se define Viviana Lobato, la médica veterinaria responsable del regreso del pejerrey a la Laguna de Gómez, en Junín.
Mientras alimenta un tanque con miles de alevinos (unos peces de pocos milímetros que luego serán ejemplares de pejerrey) Lobato transmite la idea central del lugar en el que trabaja: “Que la Estación se haya construido al lado de la laguna es primordial, porque así podemos trabajar con y junto a la laguna”. Explica que la interacción es constante, desde la utilización del agua de la laguna para “obtener alimento natural para los peces”, hasta la realización de capturas de especies para aportar al “acuario de fauna ictícola”.
La “Estación Hidrobiológica del Parque Natural Laguna de Gómez” fue inaugurada a fines de 2011 gracias a una iniciativa conjunta del Ministerio de Asuntos Agrarios de la provincia de Buenos Aires y la Municipalidad de Junín. Poco tiempo después se sumó la Universidad para financiar proyectos de investigación y hacer aportes de infraestructura, como los nuevos tanques para la cría de peces que se están instalando actualmente. Desde estos tres espacios se impulsa y sostiene mancomunadamente el trabajo de la Estación.
Luego de estudiar veterinaria en la ciudad de La Plata, Viviana Lobato viajó a Chile para especializarse en acuicultura. Recuerda que su interés por los peces viene desde la niñez, de los días en que acompañaba a su padre a pescar por las lagunas de Junín y la zona. Ella destaca la existencia de este tipo de lagunas en las que “la pesca deportiva es fundamental”. “Viene gente a pescar de muy lejos, incluso de otras provincias, algo central para la parte turística”. Y remarca que “la especie del pejerrey se está recuperando y está creciendo”.
La gran inundación
– ¿Por qué deciden crear una estación para la cría del pejerrey
– En 2001, luego de las inundaciones, la laguna estaba vacía de pejerrey, no quedaba ni uno. Se realizaron estudios que lo demostraron. El agua de lluvia que había entrado a la laguna había cambiado totalmente las características físico químicas, bajando la salinidad. Entonces el pejerrey, que es una especie migratoria de cardumen, se fue hacia otros lugares. A partir de eso el municipio decide pedirle a la Provincia una siembra. Comenzó una lenta recuperación con ejemplares sembrados. Pero la laguna se secó dos veces y en una de esas sequías quedó un metro de agua en la parte más profunda. Sólo se mantuvo ahí una pequeña porción de pejerrey y la mortandad fue impresionante. Por lo tanto había que ayudar a la laguna de manera artificial mediante la siembra para recuperar la población de peces de una manera natural y rápida.
– ¿Además de la cría de peces impulsan otras actividades?
– Otro objetivo que tenemos es el educativo, que sea un centro al que puedan venir las escuelas y el público en general. Pueden realizar una visita guiada en la que les mostramos cómo se realiza la cría de peces y el acuario con las especies que habitan la cuenca del río salado. Y la tercera parte fundamental de la Estación es la investigación: el lugar tiene que servir como asiento a los científicos que quieren evaluar lo que sucede en la laguna y la cuenca.
El acuario
Uno de los orgullos de Lobato es el acuario que armó en la Estación. En peceras de diverso tamaño se pueden observar ejemplares representativos de casi todas las especies de la cuenca del Salado. “El acuario resulta fundamental para la parte educativa: cuando vienen los chicos de las escuelas pueden identificar especies y enriquecer su conciencia conservacionista”, explica.
Las escuelas tramitan las visitas a través de la Secretaría de Desarrollo Económico y Planeamiento de la Municipalidad. Lobato detalla que llegan entre dos y tres visitas semanales.
Ante la pregunta de por qué se suma más tareas a las que ya tiene como investigadora y criadora de peces, ella contesta: “Soy una defensora de la naturaleza e intento que mi trabajo sea un aporte para favorecerla. A los chicos intento mostrarles la fauna ictícola local, que la conozcan y así le tengan cariño y respeto”.
Lobato indica que el “acuario no es fijo”, esto implica que “los ejemplares que pasan por allí no mueren en las peceras”. “Lo que hacemos es tenerlos una cantidad de meses para que los chicos los puedan ver. Después devolvemos los peces a la laguna. Para mí es importante hacerlo, es como un préstamo que nos hace la laguna para poder presentar sus peces a los niños”, valora.
Además del pejerrey, la cuenca del río Salado presenta una gran fauna ictícola, por ejemplo “bagre, chanchita, liza, mandufia, mojarra plateada, porteñito, sabalito, tararira, tosquero, vieja de agua y de río, y ocasionalmente se pueden ver boga, patí o sábalo”. Y claro que también hay “carpa, una especie exótica que colonizó todo el país y que hasta se la puede encontrar en el río Limay”.
Los visitantes también pueden realizar observaciones mediante un microscopio y ver el comportamiento del zooplancton lagunar.
Investigación
La Estación Hidrobiológica lleva adelante dos proyectos de investigación en este momento. El primero es el que le dio origen a la Estación y es denominado como “Cría intensiva de pejerrey con el aporte de zooplancton lagunar”. Según explica Lobato, la característica destacada es que se utiliza como “alimento vivo el propio zooplancton”, gracias a la ubicación estratégica del edificio a orillas de la laguna.
El otro proyecto apunta a desarrollar la capacidad de la Estación de producir huevos de pejerrey para no depender del material que se debe traer de la Estación Hidrobiológica de Chascomús, que también realiza cría de pejerrey de forma intensiva y es la principal referencia en la Provincia.
“En este momento tenemos un lote con 350 reproductores en un tanque de 20 mil litros. Tienen casi 20 centímetros y lo más interesante es que con casi un año de vida ya nos permiten recolectar los primeros huevos. Que lo estén haciendo de modo temprano es un indicador de que estamos haciendo las cosas bien”, agrega.
Lobato opina que el pejerrey, junto a la tararira, son las dos especies más buscadas por los pescadores debido a la pelea que ofrecen en la pesca. En el caso del pejerrey, también por la calidad de su carne para comer. “Es la vedette de las lagunas en relación a la pesca deportiva”, dice sonriendo. “Aquí tenemos tres lagunas en el curso del río Salado y en las tres la especie pejerrey es la que más se desarrolla”.
– ¿Qué características físicas o de comportamiento se pueden destacar del pejerrey?
– Se maneja en cardumen, es migratorio y se alimenta de zooplancton. Es más, lo come a lo largo de toda su vida, pero cuando son ejemplares chicos comen rotíferos y nauplios, y cuando llegan a adultos comen cladóceros y copépodos, es decir que pueden seleccionar con qué tipo de zooplancton alimentarse. Por eso en muchas lagunas en las que hay excelente población de pejerrey puede suceder que los pescadores digan “no sale”, y en realidad lo que pasa es que no los pueden pescar porque el zooplancton de la laguna es tan bueno que el pejerrey sólo come eso y entonces no “pica”. Además pueden comer camarones, microcrustáceos, larvas de insectos y peces más pequeños. Incluso al llegar a los cuatro años pueden practicar canibalismo.
El zooplancton es microscópico, pero el que come el pejerrey al llegar a adulto (cladóceros y copépodos) se ve a simple vista. Los cladóceros son los “comunmente denominados como pulga de agua”.
Laguna sustentable
– Ustedes siembran peces, ¿eso quiere decir que la laguna no es sustentable por sí misma?
– La laguna es sustentable, lo que sucede es que debido a los problemas climáticos que hubo se decidió sembrar. El Ministerio de Asuntos Agrarios tiene especialistas abocados a analizar los cuerpos de agua de la provincia. Los estudios se hacen todos los años y los profesionales que trabajamos para el Ministerio observamos lo que sucede en la laguna mediante un estudio limnológico e ictiológico. Por un lado, analizamos las condiciones físico-químicas y el zooplancton.Con el estudio ictiológico vemos cuáles son las especies que están, su cantidad, y sus medidas. Hacemos una comparación de datos año a año y vemos cómo evoluciona la laguna.
– ¿Cómo está la especie pejerrey actualmente en la laguna?
– La especie se está recuperando y está creciendo: hay mucho pejerrey. Ahora estamos en veda parcial (del 1/9 al 1/12), sólo se permite la pesca los fines de semana respetando cupos y medidas. Se elige esta época del año porque es el momento en el que la mayor cantidad de hembras se encuentran desovando.
Viviana Lobato describe los aspectos centrales del proceso de cría de pejerrey: “Traemos ovas embrionadas desde la Estación de Chascomús y hacemos la incubación acá. Las larvas nacen dentro del laboratorio mediante temperatura, aireación y movimiento constante, para imitar lo que sucede en una laguna de manera natural”.
“Destinamos las larvas nacidas a unas piletas plásticas y tenemos tres días para decidir cuáles quedan en la estación. Nos quedamos con 40 mil y el resto las sembramos en alguna de las tres lagunas del partido de Junín. Esa es la primera siembra”.
“A las larvas se les da alimento vivo y alimento inerte. El inerte es un alimento balanceado que le suministramos desde la primer semana de vida y que tiene una composición exacta de proteínas, lípidos e hidratos de carbono. El alimento vivo es de dos tipos. El principal es el zooplancton que viene de la laguna: tenemos una toma de agua y mediante mallas lo filtramos. Otro alimento vivo es la artemia salina, un crustáceo”.
“Al crecer las larvas hay que bajar la densidad poblacional de las piletas. Nos quedan cinco mil en cada tanque y ahí viene la segunda siembra importante, con ejemplares de hasta tres centímetros”.
“Luego viene la tercer selección en la que quedan mil ejemplares en cada tanque y se hace otra siembra, ya de un pejerrey juvenil de hasta ocho centímetros. Es muy importante la siembra de este tamaño ya que la mortandad más alta está en las larvas”.
“Por último, en el tanque más grande que tiene veinte mil litros, nos quedamos con ejemplares reproductores; son unos cuatrocientos peces de diez centímetros”.