Construir con madera: calidad sin prejuicios

Por El Universitario

El álamo es un árbol que no goza de buena prensa. Quizás porque no da buenas brasas para el asado o por alguna tradición difícil de rastrear. Lo cierto es que su uso se encuentra limitado por una zona opaca de desconocimientos. Un equipo de investigación integrado por docentes y alumnos de la UNNOBA y de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) Regional Venado Tuerto analizan las características de la madera del álamo y presentan una lista de los beneficios que supone la puesta en valor de esta especie.

“Si se mide la relación entre el peso y las propiedades de resistencia, el álamo tiene mejor resultado que el acero”, explica el ingeniero Alfredo Guillaumet, director del equipo multidisciplinario. ¿Para qué quieren saber las propiedades de resistencia? Para utilizar esa madera en la construcción de casas o edificaciones de distinto tipo. “Pero lo importante no es saber si es mucho o es poco lo que resiste, sino que importa saber exactamente cuánto”, agrega. Por eso están investigando para aportar información precisa y confiable al Reglamento Argentino de Estructuras de Madera y a las normas IRAM. “En general en Argentina hay muy poca información sobre madera y específicamente sobre el álamo no había nada”, indica el investigador. Lo que se sabe hasta el momento es que la relación entre la resistencia y la densidad es mayor en la madera que en el acero: es decir, es un material que presenta muy buenas opciones para su uso estructural

El mercado, duro de roer

La costumbre extendida en los procesos de construcción edilicia en la zona centro de Argentina indica que los materiales más utilizados son el acero y el cemento. Las variedades de maderas de forestación que sí se utilizan para construir provienen de bosques implantados en la Mesopotamia argentina, madera utilizada para techos, por ejemplo. “Pino elliotti hay en el norte de Corrientes y Misiones -explica Guillaumet-, el eucalyptus grandis de Entre Ríos, y araucaria angustifolia (pino Paraná) del norte de Misiones. Pero cerca de un lugar de gran consumo como es Buenos Aires están las islas del Delta con importantes plantaciones de álamo”.

Por lo tanto, si se tiene en cuenta que la gran demanda de madera para la construcción está en la zona central del país, es importante considerar lo que sucede con el costo de los fletes. Si la madera que se usa está en Misiones paga un flete mucho mayor respecto de otra que proviene del Delta del Río de la Plata.
Pero no se trata sólo de tener disponible un material barato. Hay que impactar en las costumbres. Los investigadores consideran que “si el profesional de la construcción dispone de un nuevo material con calidad estandarizada, con garantía de fabricación, y con certificación del origen, el impacto en la construcción será inevitable”. Y agregan que “si en el ámbito de la construcción se desconocen las propiedades de un material nadie lo va a utilizar: la tarea que tenemos desde la universidad es estudiar y presentar las propiedades confiables de los materiales”.

¿Viga laminada?

Las vigas tradicionales -de una sola pieza aserrada, provenientes de un árbol particular y que se utilizan mayoritariamente en la construcción edilicia- tienden a desaparecer, fundamentalmente, las de madera dura. Esto es debido a la escasez, su alta demanda y a que los árboles no alcanzan los tamaños necesarios.
La respuesta viene con el sistema de fabricación de vigas de madera laminada encolada para uso estructural: “Con este sistema se maneja el tamaño [espesor y largo], se utiliza la madera de los bosques implantados que está disponible en un promedio de 15 años, sin esperar 80 años como con una madera dura nativa”, indican los miembros del equipo de trabajo.

¿De qué se trata este sistema industrial, cómo logran armar nada menos que una viga a partir de tablitas o láminas? Los especialistas lo explican así: “Mediante el encolado se unen varias láminas delgadas de madera, habitualmente de 25 milímetros de espesor, hasta lograr una longitud de entre 10 y 15 metros por lámina. Luego se unen esas finas láminas, una sobre la otra, hasta alcanzar la dimensión de espesor deseado. Finalmente se produce un prensado muy cuidadoso y que está regido por las normas IRAM. Por lo tanto es un producto natural con un proceso industrial”. Como un ejemplo de lo que se puede lograr con esta tecnología indican unas cifras para el asombro: “Como resultado de este método se producen en el mundo vigas de hasta 90 metros de luz entre apoyos, con más de 2 metros de altura”. Sorprendente.

Consumos ambientales

Las vigas de madera laminada encolada producidas en Argentina se construyen con madera proveniente de bosques implantados de rápido crecimiento. En opinión del profesor Guillaumet “este tipo de viga no sólo constituye una excelente alternativa al momento de ejecutar estructuras de madera, sino que también favorecen la protección del bosque nativo porque se disminuye así el consumo y la presión ejercida por el mercado sobre los árboles añosos”.
Uno de los actores que está impulsando la norma IRAM para el álamo es una empresa que fabrica estas vigas laminadas encoladas y posee una importante forestación en el Delta. “Desde hace mucho tiempo se hacen pruebas en el Delta. Se probaron distintos clones del álamo ya que tiene la particularidad de ser una madera muy trabajada genéticamente”, señalan.

Los investigadores agregan: “El mayor problema del Delta eran las plagas, por eso hicieron pruebas con distintos tipos de clones y el que se ha adaptado sin inconvenientes es el que usamos para las pruebas de laboratorio, que es el australiano 129/60”. Es decir, se trata de una especie exótica y modificada genéticamente para resistir y adaptarse a esa zona.

Desafíos

El trabajo del equipo se integra con las asignaturas del Área “Materiales y Estructuras” de las carreras de Ingeniería Mecánica e Ingeniería Industrial en la UNNOBA e Ingeniería Civil en la UTN.
El ingeniero Guillaumet plantea el largo camino que tienen por delante: “Tenemos previstos encuentros con los profesionales de la zona para explicar qué implica construir con madera. Sostenemos que no es sinónimo de mala calidad sino todo lo contrario. Además puede dar una excelente solución al problema habitacional”.