#MujeresUNNOBA

Por Ligia Nicolai

El camino emprendido por las mujeres para reivindicar sus derechos es un fenómeno mundial y, particularmente, en Argentina a lo largo de todos estos años de democracia hubo importantes avances en relación a los derechos postergados y respecto de la igualdad de oportunidades. No obstante, atravesamos un período donde los resultados parecen ser más formales y no tan reales. Esa es la lucha que actualmente compromete a la sociedad: que la igualdad no sea una mera cuestión de forma y de artículos de una ley sino que sea real en los diversos ámbitos cotidianos que transita la mujer.

El Día Internacional de la Mujer no se celebra sino que se conmemora porque el origen del reconocimiento de esta jornada deviene de un contexto histórico e ideológico que trae aparejadas profundas desigualdades de género. No se trata de un día festivo sino de un espacio de lucha por alcanzar los derechos y hacerlos cumplir.

La UNNOBA no es ajena a esta lucha, es una universidad joven en la que diversos cargos de importancia fueron y son ocupados por mujeres, como también la planta universitaria de trabajadores está conformada por una cantidad equitativa.

“…solo con ver cuántas becarias y becarios caminamos por los pasillos de las universidades, te diría que el ingreso es mayor para mujeres que para hombres. La situación se desequilibra un poco cuando subimos la mirada hacia los escalafones más altos…” (Manuela Santalalla)

“Carreras de mujeres”

Manuela Santalla es egresada de la Licenciatura en Genética y actualmente es docente de la UNNOBA y becaria del CONICET. Explicó que en su paso por la Universidad compartió  los mismos espacios, sin distinción de género y expresó: “Eso puede ser bueno o malo. Creo que en todos los contextos en los que existen jerarquías hay desigualdad de género y las universidades no son la excepción. En mi caso estudié una carrera de mujeres; suele hacerse esa clasificación a las carreras exactas o naturales… Pero se dice que los hombres que las hacen son mucho mejores que las mujeres. Escuché mil veces frases como esa. Desconozco cuál será su origen, pero estimo que devendrá de los grandes científicos, esos todos hombres, que ahora descubren a esas mujeres, que más que detrás de ellos estaban por delante”.

“Actualmente, cuando aplicamos a una beca competimos sin distinción de género y se procura ponderar la experiencia y formación. Te mentiría si te doy números, pero solo con ver cuántas becarias y becarios caminamos por los pasillos de las universidades o institutos, te diría que el ingreso es mayor para mujeres que para hombres. La situación se desequilibra un poco cuando subimos la mirada hacia los escalafones más altos de la jerarquía”, reflexionó Santalla.

“…los cargos más altos siguen siendo ocupados en su mayoría por hombres; aunque el CIBA y la UNNOBA son una excepción” (Carolina Cristina)

La mujer en la ciencia

Siguiendo esta línea, Carolina Cristina, secretaria de Investigación, Desarrollo y Transferencia, también se refirió al tema: “Hoy en la ciencia vemos que en los cargos más bajos como investigadores asistentes, adjuntos y becarios, es donde predominan las mujeres. Es así en la mayoría de los países, más en las ciencias de la salud y en las biológicas; no pasa tanto con las tecnológicas, ni en las ciencias duras como física y matemáticas.”

“Esta situación tuvo un quiebre –agregó- porque por ejemplo si miro fotos antiguas, en blanco y negro del Instituto que creó Houssay, los investigadores eran todos hombres y habría alguna mujer aislada y hoy eso se revirtió. Pero también es verdad que los cargos más altos siguen siendo ocupados en su mayoría por hombres; aunque el CIBA y la UNNOBA son una excepción. No pasa eso en la docencia, en la gestión, en la investigación” en nuestra Universidad.

Al hacer un recorrido por la actualidad del Conicet, por ejemplo, Carolina Cristina dijo que el directorio tiene cargos ocupados por mujeres y en la dirección de muchos institutos del organismo se ven mujeres: “Ahí vemos una evolución. Considero que no es una cuestión de género sino de dedicación y capacidad. Pero muchas veces la dedicación que necesita la ciencia es más difícil de alcanzar en la mujer que en el hombre. Si las mujeres se lo proponen pueden ocupar los cargos jerárquicos pero cuesta más. En una familia de dos científicos; al otro día de dar a luz el padre sale a trabajar, se va al laboratorio, y la madre se queda con el bebé”, por ejemplo.

“Es un orgullo, porque de alguna manera creo que somos parte de abrir el camino del fútbol femenino para que las próximas generaciones no tengan que lidiar con el prejuicio” (Mariana Di Bernardi)

 

Guerreras en la cancha

En la UNNOBA hay un equipo femenino de fútbol que ya obtuvo grandes logros deportivos. Mariana Di Bernardi, estudiante de la casa e integrante de “Las Guerreras”, comentó: “Creo que la UNNOBA está un paso adelante en lo que es la lucha de la mujer por la igualdad, no sé si porque es una universidad joven o por qué, pero en todos sus ámbitos siento que no hay diferencias de género. En mi caso, ser una Guerrera es el mayor éxito que he tenido gracias al deporte, coincidir con excelentes personas que aman lo mismo que yo, el fútbol. Es un orgullo, porque de alguna manera creo que somos parte de abrir el camino del fútbol femenino para que las próximas generaciones no tengan que lidiar con el prejuicio”.

Los actos que cosifican

Danya Tavela, quien fue la primera mujer en ocupar el cargo de secretaria de Políticas Universitarias, también analizó el espacio de la mujer en la sociedad y su lucha. “Todo lo que implique el empoderamiento de la mujer y avanzar en “plantear, debatir, discutir y generar nuevos espacios y oportunidades para el desarrollo de la mujer, así como resguardar los derechos de las más vulnerables son cuestiones centrales para el desarrollo social económico y humano”, destacó.

“El mundo avanza y debemos estar en sintonía, pero desde el diálogo con todos los actores porque si no se generan enfrentamientos. Y  a quienes nos toca debatir estos temas desde cargos públicos, debemos dejar de lado las posiciones personales para poder entender, por ejemplo, que la legalización del aborto es una cuestión de salud pública o que la educación sexual integral en las escuelas debe estar para, justamente, acompañar a quienes son más vulnerables respecto de esta información. Es necesario dejar de lado los fanatismos y las divergencias culturales o religiosas, sólo así seremos una sociedad madura”, reflexionó.

“Si bien el sistema universitario argentino se ha feminizado, aún los cargos de decisión, y en particular, los cargos políticos en la mayoría de las instituciones son ocupados por hombres” (Danya Tavela)

“Las mujeres vivimos situaciones de violencia en todos los ámbitos: laborales, políticos, culturales o familiares. Debemos avanzar en muchos sentidos; en educación, en las normas, en las leyes, hay que sensibilizar el tema, darle espacio al debate porque la sociedad sigue naturalizando situaciones de violencia y de poder frente a la mujer; desde un Hola chiquita hasta un cargo que puede no ocupar una mujer por el solo hecho de serlo o las diferencias salariales o de promoción en los trabajos”, ejemplificó.

“Aún nuestra sociedad sigue festejando la cosificación de la mujer poniendo en relieve siempre el comentario sobre lo físico, los modelos de belleza; como si esto fuera la razón de ser de la mujer, junto con la maternidad, no comprendiendo que la mujer es una protagonista central de la vida de una sociedad, por sus características biológicas, sus capacidades intelectuales y también por sus competencias sociales, que nos hacen seres únicos e indispensables para comprender y liderar este mundo del futuro que estamos construyendo”.

En relación a la Universidad manifestó que la UNNOBA siempre ha estado un paso adelante, el desarrollo de quienes trabajan siempre fue en función de las capacidades: “Somos y nos reconocemos como pares y la gestión, a la hora de elegir un cargo o un puesto, discute perfiles y capacidades”.

“En un lugar donde los cargos jerárquicos fueron históricamente ocupados por hombres, yo fui la primera mujer que estuvo al frente de la SPU y por supuesto no fue sencillo” (Danya Tavela)

La vicerrectora aclaró que esta situación no ocurre en todas las instituciones ni en todos los espacios de gobierno: “Por eso en la discusión sobre la ley de paridad se presentaba la polémica sobre el alcance del lugar por la capacidad de la mujer, aunque no en todos los espacios alcanza con la capacidad, no se da naturalmente, si así se diera no la necesitaríamos”.

Respecto a su paso por la Secretaría de Políticas Universitarias, sostuvo: “En un lugar donde los cargos jerárquicos fueron históricamente ocupados por hombres, yo fui la primera mujer que estuvo al frente de la SPU y por supuesto no fue sencillo. Si bien el sistema universitario argentino se ha feminizado en su matrícula, en su planta docente y hasta en la graduación, aún los cargos de decisión, y en particular, los cargos políticos en la mayoría de las instituciones son ocupados por hombres. No porque a las mujeres no tengamos la capacidad, sino simplemente porque los techos de cristal existen”.

“A mí como mujer me tocó dar testimonio de que se podía, de que las mujeres también podemos negociar con un gremio, discutir política con rectores, hacer acuerdos con ministros de otros países, y acercar posiciones por el presupuesto universitario, sin que eso nos haga menos mujeres, menos sensibles. Cuando me despedí de mi equipo, el día que renuncié, se me acercó una de las chicas del equipo de prensa del Ministerio y me dijo que me felicitaba porque siempre me había destacado entre los hombres sin dejar de ser mujer. Me pareció una síntesis muy importante como mensaje a las mujeres, no somos iguales somos distintos pero con los mismos derechos, las mismas obligaciones y fundamentalmente el mismo compromiso por sacar nuestro país adelante”.

“Entonces necesitamos que la ley, la sociedad y la cultura, todo en conjunto, avance hacia el empoderamiento de la mujer”, concluyó.