Cuando el mejor perfume es el repelente

 

Por Ligia Nicolai

Allá por el 2020, a la par de la aparición del COVID-19, también atravesábamos uno de los brotes más importantes de dengue en Argentina. Escuchábamos la recomendación de usar repelente, por entonces las góndolas estaban llenas y la oferta incluía varias marcas, tamaños y precios. Muy distinta la situación actual, cuando, en muchas circunstancias, es difícil conseguir este producto que puede protegernos de esta epidemia.

Varias son la hipótesis que se escuchan entre la gente sobre el porqué estamos atravesando hoy un nuevo brote de dengue. Las condiciones climáticas, la sequía, la pandemia y la poca circulación de personas durante aquel 2020, son algunas de los planteos que circulan para explicar por qué la epidemia se frenó por aquellos años para resurgir con mayor virulencia en la actualidad.

En este sentido Silvina Goenaga, doctora en química biológica y especialista de enfermedades transmitidas por mosquitos en el Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas “Doctor Julio L. Maiztegui” (INEVH) y Asociación Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (ANLIS), explicó: "En general, como ocurre con las enfermedades transmitidas por vectores, las causas son multifactoriales. Lo que sí puede haber sido un desencadenante que, durante el invierno de 2023, no hubo corte de la transmisión de dengue en algunas de las provincias de Argentina, como solía haber".

Como se sabe, esta enfermedad vírica es transmitida por el mosquito llamado Aedes aegypti, que actúa como vector. “Acá hemos tenido grandes brotes en 2009, 2016, 2020 y, actualmente, el de este año”, añadió Goenaga, docente de la Licenciatura en Genética que se dicta en la UNNOBA.

"Es posible que alguna vez hayamos escuchado frases como 'me pico un dengue' , 'es un dengue', 'maté un dengue' y eso es un error", explica Goenaga y aclara: "El dengue no es un mosquito, sino la enfermedad viral transmitida por un tipo determinado de mosquito que ha picado previamente a una persona infectada con dengue".

Goenaga describió, además, que la capacidad del vector para transmitir la enfermedad no es inmediata: cuando el virus llega a un mosquito tiene que crecer durante un tiempo dentro del insecto, para que luego infectar a otra persona: “Si un mosquito pica a una persona que ya tiene dengue y ese mismo día pica a otra persona no va a transmitir inmediatamente la enfermedad. Primero, el virus tiene que ir al estómago, crecer, atravesar el estómago y viajar a la glándula salival, donde tiene que duplicarse”. En suma, este proceso tarda de 7 a 10 días. 

En tanto, existe también lo que se llama la transmisión vertical: cuando una hembra que hizo una ingesta sanguínea a una persona con un virus pone huevos y algunos de esos huevos nacen infectados, Sin embargo, "esto sucede en una muy baja proporción y no es justamente el modo en que el virus se mantiene en la naturaleza”. "El virus se mantiene a través de las personas que están virémicas y de las picaduras que realiza este tipo de mosquito", aseguró.

Esta enfermedad, que por estos tiempos se ha transformado en epidemia en nuestro país, es considerada por la OMS uno de los principales problemas de salud de la humanidad y es causada por cuatro serotipos: DEN-1, DEN-2, DEN-3 y DEN-4.

Erica Períes, directora de Epidemiología, Estadística e Inmunizaciones de Pergamino, afirmó que en Argentina, por el momento, la mayor circulación es de los serotipos 1 y 2 y que hubo un aumento del 86 por ciento respecto del año anterior.

Antonela Culaciati, licenciada en Enfermería, especialista en epidemiología y control de infecciones, quien además coordina el Comité de Prevención y Control de las Infecciones Asociadas al cuidado de la Salud,  habló sobre las características y los síntomas del dengue: “Se trata de una enfermedad febril que afecta a lactantes, niños y adultos. La infección puede ser asintomática, o cursar con síntomas que van desde una fiebre moderada a una fiebre alta incapacitante, con dolor de cabeza intenso, dolor detrás de los ojos, dolor muscular y en las articulaciones y sarpullidos. La enfermedad puede evolucionar a un dengue grave que se caracteriza por dificultad para respirar, sangrado y/o complicaciones graves de los órganos”.

“La infección por un serotipo, seguida por otra infección con  otro serotipo diferente aumenta el riesgo de una persona de padecer dengue grave, por eso es importante seguir cumpliendo las medidas de prevención, aunque ya se haya cursado la enfermedad, tanto para protección del otro como propia”, expuso Culaciati, docente en la Licenciatura en Enfermería de la UNNOBA.

Aedes aegypti es un mosquito doméstico que vive en y cerca de las casas y que se reproduce en cualquier recipiente artificial o natural que contenga agua. Este vector vive aproximadamente entre 4 y 6 semanas, siendo la hembra la que transmite la enfermedad.

En relación a las características y modos de vida del mosquito y ante una situación como la actual de alta circulación de la enfermedad, Silvina Goenaga explicó: “Este mosquito pica de día, mayormente en el crepúsculo, es decir a la mañana y en el atardecer, lo que no significa que no lo pueda hacer en otro momento del día. Son atraídos por ropas oscuras, por lo que se recomienda el uso de ropa clara y, en lo posible, cubrir las piernas, ya que suelen picar preferentemente en las pantorrillas y tobillos, aunque también pueden hacerlo en los brazos”.

Goenaga subrayó: “El Aedes aegypti recorre una distancia muy corta, es un mosquito domiciliario. En ensayos puede recorrer 100 metros, pero realmente cuando está en tu casa allí se queda, no le hace falta salir si tiene las condiciones dadas como abrigo, recipientes para poner huevos, personas para hacer la ingesta sanguínea. Cuando se trasladan, lo hacen por fuentes pasivas, es decir, por ejemplo, por el viento”.

Ante todas estas características, las especialistas coinciden en las medidas de prevención que debe hacer la sociedad, como evitar la acumulación de agua en recipientes al aire libre para evitar que sirvan como lugares de reproducción de mosquitos, no acumular basura y arrojarla en bolsas de plástico cerradas. También es importante el uso de repelente tanto en la persona sana como en la enferma. En este último caso es fundamental para evitar ser picado nuevamente y que el mosquito sea el vector de la enfermedad viral que estaba en el cuerpo de la persona infectada.

Si bien no existe cura para esta enfermedad, la ANMAT aprobó la vacuna contra el dengue a partir de los 4 años. Aquellas personas que tengan VIH y los mayores de 60 años deben consultar a su médico para evaluar su aplicación y seguimiento. En tanto, sí está contraindicada en personas embarazadas, periodo de lactancia y inmunocomprometidas, según explicaron especialistas de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).

Aun no esta establecida dentro del calendario de vacunación obligatorio, pero la SADI  afirma que la vacuna es una herramienta útil, segura y eficaz.

 


Primera promoción de la Secundaria UNNOBA

Por Ligia Nicolai

Llega diciembre y para la comunidad educativa de la UNNOBA no es cualquier fin de año. Este final de ciclo lectivo nos brinda la primera cohorte de graduadas y graduados de la Escuela Secundaria Presidente Domingo Faustino Sarmiento, conocida como la “Escuela de la UNNOBA” y aclamada por muchas familias de Junín y la región.

Sin dudas, desde sus inicios, pero sobre todo por lo que ha logrado, esta institución es símbolo y ejemplo de la educación pública del país.

Una escuela que supo ganarse un lugar destacado en su territorio y que fue distinguida en el certamen "Mejores Escuelas del Mundo" en la categoría acción ambiental, con tan solo 6 años de recorrido. Ver más, aquí.

Ingresantes 2018 en el acto de inauguración, junto a Juliana D’Andrea, primera coordinadora Académica de la Secundaria.

Ofrece una educación pública, inclusiva y de calidad como pilar fundamental, brinda una doble jornada y cumple con 200 días de clases a lo largo de todos sus ciclos lectivos.

Se trata de una institución con una visión integral de la formación y donde el acompañamiento de los tutores y el trabajo conjunto con los docentes hacen su esencia. “Hay mucho apoyo y acompañamiento de los tutores, sobre todo en los primeros años que éramos poquitos. Se daban cuenta de que me costaba relacionarme y se trabajó para lograr la integración”, contó Lucrecia Córdoba Scarafia, egresada de la primera promoción. Mauricio Ciarrochi, otro de los egresados, también destaca el apoyo que sintió: “Lo que más recuerdo es el acompañamiento que ofrece la escuela. Por ejemplo, a mí matemática me cuesta, y le buscaron la vuelta para ayudarme con eso a través de los tutores”.

A lo largo de estos años, la escuela ha ido trabajando en uno de sus principales objetivos, el de despertar vocaciones científicas tempranamente y fortalecer la enseñanza de las ciencias básicas.

También es una cualidad que sus estudiantes resaltan: “Aprecio la importancia de contar con docentes formados que son profesionales e investigadores, nos aportan una mirada más amplia. El laboratorio es de gran utilidad, tener prácticas, meter mano, experimentar en todas las áreas es muy bueno”, explicó Emir Asam.

Lucrecia también se refirió a la experiencia de la práctica y al modo de enseñar y de aprender con el que forma la secundaria de la UNNOBA: “Los contenidos son completos, la manera en que se los da es muy bueno, las clases no son monótonas, hacen presentaciones, pasan videos, hacemos juegos. Lo plantean de manera didáctica y es más fácil aprender y retener los contenidos. En naturales, en laboratorio hacemos demostraciones y experimentos y, por ejemplo, en inglés hicimos proyectos re interesantes como juguetes para un comedor y para un jardín”.

Graduados 2023 junto a autoridades universitarias y de la escuela. En el centro, de izquierda a derecha:  la primera coordinadora Académica, Juliana, el rector de la UNNOBA Guillermo Tamarit, la vicerrectora Florencia Castro Y el actual coordinador Académico de la Secundaria, Fernando Balbi.

Es una secundaria que, desde el inicio, se encuentra con una diversidad de estudiantes. Entonces, tanto la escuela como el alumnado deben aceptar la propuesta y adaptarse. “Esta escuela me brindó muchas cosas, demasiadas. Sufro de ansiedad, muchas veces solté acá mis sentimientos y supieron los directivos y tutores escucharme y entenderme. En la primaria sufrí bullying y me costó mucho sobrellevarlo. Acá no lo sufrí y fue una carga menos en mi vida. Los directivos supieron enseñar la necesidad de respetar al otro, saber que el otro tiene sentimientos”, explicó Angelina Brillante.

Como siempre lo resalta el rector de la UNNOBA, Guillermo Tamarit, la secundaria de la UNNOBA ha sido un gran desafío para toda la comunidad y no se trata de una escuela elitista que educa a los mejores, sino una escuela inclusiva, que educa en la pluralidad y diversidad. “Esta escuela es un magnífico ejemplo de la educación pública”, sostiene Tamarit.

Es así que, desde hace seis años, con cada posibilidad de ingreso, el sorteo despierta lágrimas de alegría y de tristeza. “Estaba cursando cuarto grado en la escuela 12 (Escuela Primaria  Nº12 Juan Bautista Alberdi) cuando me enteré de la posibilidad de la creación de la Secundaria de la UNNOBA, le dije a mi mamá que quería ir. Entonces, en el 2017, me anoté y cuando salí sorteada fue una emoción tremenda. Entré con cinco compañeros de mi escuela, a los demás no los conocía”, contó emocionada Martina Andriola.

Ingresantes 2018 junto al rector Guillermo Tamarit y Juliana D’Andrea, primera coordinadora Académica.

En ese momento se mezclaba la emoción de quienes conseguían ingresar, en muchos casos con la incertidumbre de comenzar en una institución que daba sus primeros pasos. Hoy también esas lágrimas son de alegría, por hacer historia en la educación pública, en la UNNOBA y en esta ciudad del noroeste de la provincia de Buenos Aires. Sabemos que vamos a hacer historia porque somos los primeros graduados. Estoy contenta, pero a la vez triste. En primero nos queríamos ir, ahora no queremos que se termine. Se está terminando un sueño para empezar otro, ya que voy a seguir la Licenciatura en Sistemas en la UNNOBA. Me gustaría en algún momento ser programadora de videojuegos”, expresó Angelina.

De izquierda a derecha: Angelina, Mauricio, Emir, Martina, Lucrecia y Sofía.

Esta institución, desde su inicio, fue pensada para aportar una mejora al proceso educativo de nuestro país. De hecho, la organización de la enseñanza se plantea en brindar competencias y habilidades que les sirvan a los estudiantes tanto dentro del aula, como fuera.

La dinámica de trabajo, según describe el equipo docente, comienza con la definición y discusión de lo que van a dar en el aula.  A la vez se arman grupos de estudio para estudiantes y el espacio áulico es organizado por materia, lo que permite que las y los estudiantes roten de espacios.

Además, en el plan de estudio, ocupan un lugar importante las competencias básicas y transversales, desde una mirada moderna de la pedagogía, pensando que los contenidos sirvan para dentro y fuera del aula, lo que permite planificar proyectos interdisciplinarios.

Me llevo muchas herramientas. Desde primero ya nos incentivaban a participar en concursos literarios y ferias de ciencias. Me han sabido acompañar no solo desde lo académico, sino también desde lo personal”, dice de manera emotiva Sofía Meoni Burgos.

Los estudiantes son evaluados por equipos, conformados por docentes y tutores. No se pone a prueba la memoria y la repetición sino el pensamiento crítico, la resolución de problemas, el aprendizaje autónomo, la comunicación y expresión, el trabajo colaborativo y la ciudadanía democrática.

"Nos han enseñado a construir a partir del error, me han sabido acompañar y la experiencia extracurricular también ha sido muy gratificante. Estoy muy agradecido”, reflexiona Emir, mientras que Mauricio expresa: “La escuela me ayudó a crecer mucho, siempre acompañándome. Fue determinante para hoy estar terminando. Esta escuela fue una motivación para poder seguir”.

En estos años, la Escuela Secundaria Presidente Domingo Faustino Sarmiento trabajó para construir una institución colectiva, con el compromiso de volver a las mejores tradiciones de nuestra educación, pensando y atravesando los cambios. Es decir, aplicando metodologías y contenidos innovadores, sin descuidar las habilidades básicas. Fue un proyecto que se pensó para incluir y formar a todas y todos, y hoy su fruto es esta primera cohorte de egresadas y egresados y la convivencia de más de 300 personas de diversas condiciones sociales, culturales, religiosas y económicas, focalizadas en un mismo objetivo: la educación pública, inclusiva y de calidad.

En esta línea, el rector, Guillermo Tamarit recordó en su discurso, dirigido a jóvenes, la definición que se le atribuye a Hesíodo y que, aproximadamente, tiene 2700 años: “Educar a una persona es ayudarla a aprender a ser lo que es capaz de ser”. Y, en este sentido agregó: “La enseñanza es una tarea humanística que nos constituye como humanos y desde esta concepción es que abordamos la posibilidad de desarrollar nuestra propuesta, que como Universidad nos comprometía no sólo a debatir sobre educación, sino traducir ideas en acción educativa".

El proyecto de creación de la Escuela Secundaria de la Universidad y estos primeros 6 años de vida forman parte de un programa sostenido de articulación entre la UNNOBA y el nivel secundario, en el que se destacan las acciones de articulación académica en las áreas de Química y Matemática, la Muestra TECUNNOBA, el Programa de Becas Primer Estudiante Universitario de la Familia y el Programa NEXOS de la Secretaría de Políticas Universitarias, por medio del cual se trabajó en diversos proyectos de articulación entre la Universidad y la escuela secundaria diseñados con la Dirección de Educación Secundaria de la Provincia de Buenos Aires. "Todas esas acciones también permitieron diseñar y poner en marcha esta escuela en la que hoy nos encontramos", sostuvo Tamarit.


Capacitación laboral en la Universidad

 

Por Ligia Nicolai

Los avances tecnológicos y digitales instaron a las universidades a asumir nuevos desafíos, de cara a la transformación social y económica de la actualidad.

Esta realidad llevó a la UNNOBA, en 2019, a crear el Instituto de Oficios y Competencias Laborales, con el objetivo de permitir el acceso a la capacitación a personas que necesitan conseguir empleo y validar los saberes en el trabajo para lograr una mejor inserción laboral.

Se trata de un espacio que crea la Universidad para formar el capital humano que se necesita en la región y contribuir al desarrollo económico regional. Incluye, por ejemplo, a aquellos que, por diferentes razones, no finalizaron el ciclo de educación formal obligatorio pero necesitan formarse. También tiene como objetivo contribuir en la recapacitación de recursos humanos que ya se encuentran insertos en el mundo laboral, pero necesitan actualizar sus conocimientos.

Tanto personas jóvenes como adultas, una vez incorporados al mundo productivo, reingresan al ámbito educativo y permanecen en distintas etapas. “Cursé el taller de mecánica para aprender más. Adquirí varios conocimientos que no tenía y me resultaron útiles, ya que los aplico todos los días porque trabajo en una casa de reparaciones”, contó Emiliano Massaro.

Así, los cambios tecnológicos, sociales y económicos conllevan a entender el concepto de educación como un proceso que se transita a lo largo de toda la vida. Paralelamente, las sociedades y sus instituciones comienzan a priorizar la inversión en capital humano.

Para la UNNOBA, es indispensable la formación continua y esta se presenta en distintas dimensiones, como la capacitación permanente de trabajadores en servicio o actividad y la recapacitación de aquellos que deben reincorporarse a la actividad, o bien cambian sus condiciones laborales y deben adaptarse a nuevas competencias y habilidades. De esta manera, la formación que ofrece este Instituto colabora al desarrollo de la sociedad y la región.

“Soy ingeniero mecánico, realicé el curso de Termotanques Solares y no tenía conocimientos previos. Me animé y lo aprendido me sirvió, ya que fue muy práctico el taller y pude aplicar el conocimiento en equipos existentes en la ciudadela de Mariápolis, donde trabajo”, expresó Marcelo Cuello, quien realizó el curso junto a dos compañeros y una compañera de Mariápolis Lía, ubicada en la localidad de O'Higgins, partido de Chacabuco.

Marcelo y María explican la reforma que hicieron en el termotanque solar, luego de la capacitación en la UNNOBA.

Junto a él cursaron Oscar Pérez, gasista, Diego Bataglia, electricista, y María Ambrosio, técnica en Mantenimiento Industrial. “Toda mi carrera la hice en un pupitre y, la verdad, que poder realizar este curso de Termotanques Solares me sirvió mucho, ya que lo que vimos es la práctica, todos conceptos que luego pudieron ser aplicados en la ciudadela y pudimos observar los resultados”, sostuvo María, quien además realizó de manera simultánea el curso de Energías Renovables, del cual resaltó haber entendido que la incorporación de energías renovables conlleva un cambio de hábitos: “No se trata sólo de la colocación de paneles solares”.

Estas nuevas competencias y habilidades necesarias a partir de los cambios tecnológicos, o transformaciones en la forma de organización de los procesos productivos, en general, están asociadas a la generación de nuevos conocimientos y a la innovación, lo que determina que las universidades sean espacios pertinentes para formarse.

La permanente transformación del mundo del trabajo y económico requiere en la actualidad una convivencia multisectorial y multidisciplinar. La interacción entre las instituciones educativas y el resto de las fuerzas aparece como indispensable, y ahí el rol de la universidad es esencial.

En este sentido, Martín Montecelli, director del Instituto de Oficios y Competencias Laborales, expresó que uno de los objetivos del Instituto se basa en crear una oferta de acuerdo a la demanda de la región y que, para esto, se trabaja en conjunto con el área de Vinculación Tecnológica de la Universidad. "También como objetivo se plantea el crecimiento de la matrícula y de los cursos, no sólo de oficios sino también de competencias laborales, que es lo que el sector laboral demanda”, manifestó Montecelli, magíster en Energías Renovables y también docente de las carreras de Ingeniería de la UNNOBA.

Por su parte, Paula Lencina, docente del curso "Primeros Pasos en Programación", relató su experiencia como docente: “Lo que más me gratificó fue escuchar que varias de las personas me contaban que quizá no han tenido la posibilidad de acceder al ámbito universitario en otro momento de sus vidas y que ahora sí se animaban o podían hacerlo”.

Una de las particularidades que tienen los cursos de oficios es que no es necesario contar con saberes previos. Lencina entiende que participar de estas capacitaciones impacta positivamente en las posibilidades laborales de los grupos heterogéneos que se participan. “La Universidad se abre a la comunidad entera y eso se puede vislumbrar en las clases donde participan alumnos de diversas edades, con diferentes intereses y distintos saberes”, añadió la docente, quien también es profesora de grado en la materia Área Algoritmos y Estructuras de Datos de las carreras de Informática de la UNNOBA.

Estudiantes del taller "Primeros Pasos en Programación".

En tanto, Ezequiel Seisdedos, encargado de llevar adelante el Programa de Oficios EDEN  y técnico en Automatización y Robótica, resaltó el compromiso quienes participaron del curso y enfatizó la importancia de que más del 90 por ciento lo finalizara: “Tanto en la virtualidad como en la presencialidad el entusiasmo del grupo fue importante”. Este taller, dictado por Seisdedos, es parte de la oferta no regular que tiene el Instituto en las localidades de Bragado, Chacabuco, Baigorrita, Alberdi, Alberti, Mercedes, además de Junín. “Por supuesto, tenemos una importante ,oferta de cursos regulares en Junín, Pergamino y Rojas, pero además intentamos fortalecer el Instituto y posicionarlo en la región a partir de sus necesidades”, señaló Montecelli.

Si durante parte del siglo XIX y XX las exigencias pasaban por la alfabetización, hoy las transformaciones instan a su población a pasar por la universidad para no limitar sus posibilidades laborales y también por la interacción cultural que allí se genera, para poder liderar y gestionar los cambios, para estar incluidos, garantizando la igualdad de oportunidades.

Termo solar refaccionado en Mariápolis Lía.

 

 


La contaminación de la abundancia

 

Por Ligia Nicolai

A lo largo de la historia el ambiente que habitamos ha sufrido un fuerte impacto negativo debido, principalmente, a la emisión de gases de efecto invernadero y al agotamiento de los recursos naturales. El consumo es uno de los causantes de esta contaminación, lo que genera un importante desequilibrio en nuestro planeta.

El consumismo causa una vinculación crítica entre el ser humano y el medioambiente, poniendo en riesgo la posibilidad de un futuro sostenible. En esta línea, cada vez más organizaciones e instituciones buscan concientizar sobre la imperiosa necesidad de proteger y preservar el medio ambiente y, cómo hacerlo. Ecomujeres, por ejemplo, es un sitio que se dedica a promover el desarrollo sustentable y para ello difunde conductas responsables en distintos espacios de la cotidianeidad y de la sociedad. Nace con la premisa de comunicar con precisión  sobre el ambiente y el desarrollo sustentable. "Era necesario comunicar las temáticas ambientales en un idioma coloquial. Había una brecha entre los profesionales del ambiente y los comunicadores, por lo que entendíamos que era necesario comunicar las temáticas ambientales y llegar a la sociedad con un idioma coloquial", expresó Aleandra Scafati, su fundadora y presidenta, quien estuvo presente en la  jornada “Diálogo Interregional sobre Educación y Desarrollo en América Latina, el Caribe y África” que se llevó a cabo en la UNNOBA.

Aleandra Scafati, fundadora y presidenta de Ecomujeres

—¿La fundación está destinada especialmente al género femenino?
—La Fundación es para todos, pero identificamos a la mujer como vocera natural por varias razones. En primer lugar, porque busca dar respuesta a la acción climática y entendemos que el consumo es el principal factor causante de la aceleración que estamos viviendo. Desde esta óptica, según varios estudios internacionales, sabemos que por cada dólar consumido en el mercado, las mujeres somos responsables de la decisión de gastar 80 centavos. Es así que, teniendo en cuenta la participación clave de las mujeres en las decisiones de consumo, es claro que somos necesarias para la transformación en los hábitos diarios. Creemos que somos las que tomamos la mayor cantidad de decisiones respecto del consumo, pero también sin duda somos los motores multiplicadores de cambio de vida.

—Al entender que las mujeres tomamos más decisiones en relación al consumo ¿no les estaríamos sumando más responsabilidades al vincularlas especialmente con el cuidado del ambiente?
—A la mujer, el cuidado de la vida le surge de manera natural, por razones de orden biológicas y psicológicas-evolutivas. Es algo natural que no le genera esfuerzo adicional. Al ser un ser preparado para dar vida, la cuida en todas sus formas, instintivamente. Y el cuidado del ambiente, no es más que el cuidado de la calidad de nuestros espacios y de la naturaleza. Esto se ha estudiado muy bien en la antropología, y por eso recomiendo la lectura del libro Sapiens de Yuval Noah Harari.

 —¿Podemos medir la huella de carbono desde el género? En ese caso: ¿cuál es la de cada uno?
—La huella de carbono tiene que ver con el consumo, como tal no está planteado desde el género sino desde el poder de consumo. Tal es así que el 1% más rico de la población mundial ha sido responsable de más del doble de la contaminación por carbono que el 50% más pobre de la humanidad durante los últimos 25 años, período en el cual las emisiones han alcanzado niveles sin precedentes. Por ello, los que más huella generan, que son los que más consumen, tienen la obligación moral de cambiar sus patrones de conducta.

—¿Qué efecto tiene la huella de carbono individual en relación a la emitida por las empresas y/o territorios?
—La medición de la huella de carbono se puede hacer en todas las dimensiones mencionadas, pero los impactos son diferentes y no comparables. Es importante que sepamos cómo se distribuyen estos impactos a nivel geográfico, porque considero que es hora de entender que no todos los países, y por ende sus empresas y sus ciudadanos, tienen las mismas responsabilidades y obligaciones. Existe una inequidad climática entre los países y deudas ambientales, y eso tiene que ser corregido en forma inmediata para evitar un colapso socioeconómico y ambiental.

 

Países desarrollados como China y Estados Unidos registran las tasas más altas de huella de carbono, siendo responsables de los mayores daños ambientales al planeta. En tanto, zonas menos desarrolladas, como Latinoamérica y África, poseen menores niveles de emisiones de dióxido de carbono.

—¿Cuál es la situación de nuestro país en relación a otros más desarrollados y menos desarrollados respecto de la contaminación?

—Argentina es un país megadiverso en términos de calidad de los recursos naturales, lo cual presenta una ventaja que es ser superavitario ecológicamente, a diferencia de la mayoría de los países del norte global que no lo son. Es importante analizar esta óptica porque en este contexto global donde la naturaleza y la calidad ambiental se revalorizan en el mundo, contar con recursos naturales en buen estado de conservación es una ventaja competitiva. Considero que Argentina tiene una oportunidad histórica para liderar un cambio de época, solamente falta voluntad política y una estrategia clara para aprovechar a nuestro favor el contexto global internacional.

—¿Y en relación al cuidado y a la educación?
—Respecto de la educación y el cuidado, existe un índice que mide esas cuestiones conocido como Índice de Desarrollo Humano. Este índice relaciona tres dimensiones: longevidad, educación e ingresos y expone la oportunidad efectiva que tienen las personas de expandir sus capacidades. Nuestro país también se destaca en esta medición, igualmente es importante aclarar que en todos los escenarios podríamos estar aún mejor.

—¿De qué manera las instituciones, como por ejemplo las universidades, pueden colaborar con el desarrollo sustentable?

—El paradigma de la sustentabilidad nos exige otras formas de enseñar y aprender, dado que se requieren más que conocimientos, el desarrollo de ciertas capacidades que permitan a las personas ser flexibles, innovadoras, creativas, colaborativas y solidarias. En el nuevo paradigma, los contenidos están en todos lados y al alcance de todos, el desafío es cómo logramos que esa información sea interpretada con una mirada transversal y disruptiva. Ese es el gran desafío que tenemos los educadores.

—Muchas veces se habla de salvar al planeta, pero es probable que el planeta se salve a sí mismo, quizás Chernobyl lo demuestre, allí donde la flora y la fauna se recuperaron en menos de 40 años. Entonces: ¿Puede ser que lo que desaparezca sea la humanidad si no mejoramos el trato con el planeta?

—Sin duda el planeta está desde mucho tiempo antes que nosotros y va a seguir estando. Si hiciéramos una escala en un año calendario del paso del ser humano en el planeta Tierra, significa solamente los últimos 12 minutos.

El rol de la UNNOBA

Las carreras de la Escuela de Ciencias Agrarias, Naturales y Ambientales están vinculadas a la producción primaria y al agregado del valor. Por lo que el impacto en el ambiente, como en  toda actividad humana es intrínseco. Pero lejos de "naturalizar" esta situación la directora de la Escuela, Virginia Pasquinelli, explicó que desde el punto de vista académico se busca abordar la productividad en los espacios curriculares, desde un enfoque sostenible y amigable con el ambiente.

"Existen de hecho espacios curriculares específicos como la asignatura de Agroecología en el plan de estudios de Ingeniería Agronómica. Los nuevos estándares de las carreras de Agronómica y Alimentos, de hecho, requieren contenidos relacionados con la gestión ambiental y la inclusión de estrategias y prácticas que permitan un desarrollo sostenible", remarcó Pasquinelli.

Virginia Pasquinelli, directora de ECANA, en las jornadas sobre Educación y Desarrollo en América Latina, el Caribe y África.

Entre los objetivos y misiones de la Universidad y de la Escuela se encuentran "formar profesionales comprometidos con el aseguramiento de la sostenibilidad y la sustentabilidad de los diferentes sistemas de producción", así como promover que los graduados adquieran "habilidades variadas capaces de generar transiciones socioeconómicas y ambientales.

Entonces, como parte del aprendizaje continuo, se llevan a cabo conferencias en diferentes temáticas como el aprovechamiento de subproductos de la industria, y diferentes actividades de vinculación con el sector socioproductivo. Además, la universidad cuenta con ofertas de posgrado como la Diplomatura en Agroecología y la Maestría en Energías Renovables y su Gestión Sustentable. "Muchos de los objetivos del plan estratégico de la UNNOBA se orientan hacia los retos del desarrollo sostenible no sólo en las disciplinas de la ECANA si no también en las que conciernen a todas las Unidades académicas de la Universidad", agregó la doctora en doctora Pasqunielli.

Por otro lado, destacó: "La Universidad es parte de una red internacional para la disminución de la pérdida y desperdicio de alimentos, cuenta con un gobierno digital y lleva a cabo un conjunto de acciones que están delineadas en su política ambiental y que se pueden conocer en https://gestionambiental.unnoba.edu.ar/


Espacio de cercanía y calidad académica

 

Por Ligia Nicolai

Cuando la UNNOBA daba sus primeros pasos, la pregunta era: ¿cómo competiría con universidades centenarias como la UBA o la UNLP para atraer a jóvenes para que estudiaran Abogacía o Contador Público?, ¿por qué elegirían una Universidad naciente frente a aquellas de gran trayectoria y reconocimiento?

Lo cierto es que esa incertidumbre existía pero, a medida que la Universidad avanzaba, los pasos eran firmes y, dos décadas después, el número de estudiantes que eligen hacer esas carreras en Junín o Pergamino crece sin pausa.

Esta situación muestra que la elección no tiene que ver solamente con la posibilidad que representa para quienes no pueden ir a estudiar a otras ciudades, sino también con la calidad académica que brinda, la posibilidad de cursar todas las materias (con el gran valor que eso representa para la formación de profesionales) en aulas que no están colapsadas, la cercanía con docentes y autoridades, las puertas abiertas para consultarles, la posibilidad de hacer las prácticas profesionales en sitios donde luego van vincularse estrechamente cuando comiencen su carrera como profesionales.

La oferta de la Escuela de Ciencia Económicas y Jurídicas sumó opciones como las Tecnicaturas en Gestión de Pymes y en Gestión Pública, carreras vinculadas a una región con una importante demanda en la administración pública y a la vez un polo creciente para empresas que cada vez se arraigan más en el noroeste bonaerense.

Actualmente, está a cargo de la dirección de esta escuela el abogado Pablo Petraglia, quien además fue secretario General (2007-2015) y secretario Legal y Técnico de la UNNOBA (2017-2019). El comienzo de su mandato (2019) se inicia con la segunda etapa de la acreditación de las carreras de Abogacía y Contador Público, la cual se logra casi en coincidencia con el inicio de la pandemia. Es así que Petraglia expuso: “Las prioridades indudablemente cambiaron y el esfuerzo estuvo centrado en poder brindar educación en ese contexto, sin descuidar, por supuesto, los compromisos asumidos”.

“El plan que habíamos presentado al Ministerio de Educación de la Nación estaba fuertemente atravesado por el compromiso hacia la investigación. Una Universidad se define como tal si genera conocimiento, y lo hace a través de la investigación, al cuestionar lo que se sabe, así como para comprender y explicar lo que nos rodea”, explicitó.

De esta manera, a lo largo de estos años la investigación ha sido transversal a los distintos espacios académicos: "Trabajamos en incorporar la investigación en materias que ya son obligatorias, que tienen que ver, por ejemplo, con metodología. Y también lo hacemos a través del fortalecimiento de los grupos mediante el Instituto de Políticas y Gobierno, que es el área principal donde anclamos la investigación".

En línea con lo anterior, se refirió a la necesidad de cambiar paradigmas culturales porque “solemos pensar a un científico como un señor de guardapolvo blanco con un tubo de ensayo o mirando con un microscopio, cuando también hay investigaciones en ciencias sociales que tienen otro perfil, como las económicas y las jurídicas". “Hay que darle fuerza a la investigación interdisciplinaria. Tenemos pool semilleros, pero, ¿qué pasa con las cuestiones económicas y jurídicas de las semillas, con las patentes, los royalties, por ejemplo?”, comentó Petraglia.

A la hora de continuar la charla sobre los desafíos, además del fortalecimiento de la investigación, hizo referencia a la meta de continuar brindando una buena formación práctica a las y los estudiantes y, a trabajar sobre la graduación. Ambas cuestiones son vitales, tanto para lograr la consolidación de la Universidad, como para asegurar la calidad académica.

“La formación práctica era altamente demandada por los estudiantes, por lo que reforzamos todo el sistema de prácticas supervisadas y hoy el alumno accede a una práctica profesional más cercana al lugar donde, luego de recibido, se va a encontrar”, manifestó Petraglia, profesor de Derecho Constitucional II (Abogacía) y Derecho Público (Ciencias Económicas) de la UNNOBA.

 

Otra de las preocupaciones señaladas por Petraglia es la deserción: "No es razonable que en una carrera de 35 materias el estudiante desperdicie su posibilidad de recibirse con 30 aprobadas y que le falten solo 5. En este sentido, indagamos las causas para generar las mejores condiciones posibles sin descuidar la calidad".

En consonancia con lo anterior Petraglia insistió: “Lo que nos debe jerarquizar como Universidad es la calidad de quienes se gradúan, que tengan la capacidad para entender, interpretar, comprender y explicar ese fenómeno social que adquirieron, tanto de la faz jurídica como la económica, y de esta forma generen nuevos conocimientos".

Pablo Petraglia (director entrante) y Marcelo Sena (director saliente). Fuente: archivo 2019.

Allá por los comienzos

El primer director electo, Marcelo Sena, fue en los inicios de la UNNOBA coordinador de la carrera de Abogacía y, posteriormente, normalizador de la Escuela (desde 2007), hasta que asumió como director electo por los claustros (2011). Esta función la cumplió por dos períodos hasta 2019.

“Los comienzos implicaron continuar el trabajo de las cohortes correspondientes a las carreras de la Escuela, que se había iniciado previamente en el año 2006 y, a partir de allí, un período en que tuvimos que seguir convocando a los docentes para completar el desarrollo de las carreras de Abogacía y de Ciencias Económicas”, especificó Sena.

El exdirector se refirió, además, a un momento trascendental de la Escuela cuando se comenzó con el trabajo para la acreditación de las carreras de Abogacía y Contador Público: “Trabajamos arduamente en el desarrollo de los estándares de esas carreras, las cuales, finalmente, fueron acreditadas”.

Sena, profesor del área de Derecho Penal en la carrera de Abogacía, hizo hincapié en la importancia de pensar la UNNOBA como una Universidad para la región: “Así lo especifica nuestro estatuto, por lo que todo el trabajo siempre estuvo fundado desde esa visión, no sólo con el estudiante sino también con la conformación del claustro docente. Por supuesto, no todos los docentes fueron propios desde el inicio, pero, de a poco, la gran mayoría de los docentes son de la región, lo que es muy importante”.

El rector Guillermo Tamarit y la exvicerrectora Danya Tavela disntinguieron a Marcelo Sena por su gestión a cargo de la Escuela (2019).

Con respecto a la docencia Sena, quien actualmente se desempeña como director del Departamento de Ciencias Económicas, Jurídicas y Sociales, subrayó: “El otro desafío era conformar y acompañar a los docentes en su formación académica y de posgrado, por lo que empezamos a dictar cursos correspondientes en esa línea para que pudieran profundizar sus conocimientos. También, en sintonía, lo hicimos con egresados, para pudieran complementar y enriquecer sus estudios”.

Quienes primero se graduaron lo hicieron en 2009, lo que implicó un momento de gran satisfacción para la Escuela: "Podemos decir con orgullo que estos graduados se fueron insertando laboralmente en la región, ya sea en el ámbito público o privado”.

Entre las premisas de la Universidad y, de la UNNOBA se encuentran el trabajo generado para lograr un vinculo con la comunidad y la importancia de crear conocimiento de calidad.  “A lo largo de mis dos períodos como director empezaron a hacerse las primeras actividades desde extensión universitaria e investigación, dos áreas sustantivas de la Universidad, memoró Sena.

En relación a los proyectos de extensión, Sena se refirió a los consultorios jurídicos gratuitos, una iniciativa que sigue vigente: “Lo hacen con una doble función, por un lado capacitan a los estudiantes en la formación práctica y por el otro es un servicio a la comunidad, que muchas veces necesita de estas consultas, por lo que es necesario acercar a la universidad a la comunidad”.

Además, Sena comentó también que los planes de estudio se modificaron por cuestiones normativas y también, de acuerdo a las necesidades que presentaba la región, siempre entendiendo que uno de los objetivos de la Universidad se basa en esa relación constante de vinculación con el territorio.

Otra de las cuestiones significativas que destacó para el crecimiento, fortalecimiento y funcionamiento de las distintas carreras fue la firma de distintos convenios: “La vinculación con instituciones privadas, empresas o, en el caso de abogacía con el Poder Judicial, el Ministerio Público y los estudios jurídicos, fue fundamental para que los estudiantes pudieran desarrollar las prácticas que los acerque a lo que significa el ejercicio profesional”.

En adelante

Desde la Secretaría Académica de la Escuela de Ciencias Económicas y Jurídicas, el contador Marcelo Storani reafirmó la importancia de la acreditación de las dos carreras más concurridas, como lo son Abogacía y Contador Público: “A partir de allí hemos asumido otros compromisos y estamos trabajando en la intensidad de las prácticas profesionales y en la internacionalización”.

Storani comentó que los desafíos están sujetos al trabajo en tres importantes ejes: la formación práctica de las carreras; lograr docentes concursados en todas las áreas; y, en relación a los alumnos, aprovechar las herramientas virtuales que se usaron durante la pandemia para la presencialidad.

Reunión virtual de docentes y directivos de la Escuela.

“En relación a los estudiantes estamos trabajando en la retención en los primeros años de las carreras y en la permanencia posterior. También en el Plan de Graduación, implementado por la Secretaría Académica de la Universidad, que busca acompañar y atraer a aquellos alumnos avanzados, tengan o no actividad, para que retomen y se puedan graduar”, concluyó.

Diseño: Laura Caturla


La tecnología como herramienta de progreso

El actual director de la Escuela de Tecno en el Congreso de DiseñoPor Ligia Nicolai

Este 2022 no es un año más en la trayectoria de la UNNOBA, la que se construyó siempre con la idea de contribuir al desarrollo de la región y que caló hondo en toda la comunidad. Una Universidad que desde sus inicios concibió a la educación anclada en los pilares de la ciencia, la calidad y la inclusión como claves para el desarrollo de la región. Esto fue sentando las bases para lo realizado en estos 20 años. En definitiva, es esa educación la que ha permitido generar identidad colectiva, a través de una enseñanza que permita brindar igualdad de oportunidades.

En esta línea, sus unidades académicas forman una parte esencial de la constitución y del progreso de la UNNOBA y, entre ellas, la Escuela de Tecnología con su amplia oferta académica y su vinculación con el medio y la sociedad es evidencia fundamental.

Las voces protagonistas

Claudia Russo, doctora en Informática, aclaró que al momento de asumir como directora normalizadora (en 2009) había carreras que ya estaban en funcionamiento: “La tarea fue importante, debíamos trabajar en ese desarrollo de las carreras y lograr la primera cohorte de graduados”.

El crecimiento de esta Escuela, dentro de la incipiente UNNOBA, iba marcando sus pasos para contribuir al crecimiento y consolidación de la Escuela en particular y de la UNNOBA en general.

Quienes primero se graudaron lo hicieron en el año 2010 y fueron estudiantes de las carreras Licenciatura en Diseño de Indumentaria y Textil, Licenciatura en Diseño Gráfico, Licenciatura en Sistemas  y Tecnicatura en Diseño Industrial.  Al año siguiente, la región contaba también con nuevos ingenieros mecánicos e industriales. También técnicos en Desarrollo de Sistemas Informáticos y analistas de Sistemas.

Todas estas carreras representan para la comunidad un recurso humano indispensable para el desarrollo y crecimiento del territorio. Son propuestas estratégicas que permiten el progreso de la región y, mediante las cuales existe una vinculación constante entre la Universidad y la sociedad, tanto mientras las y los estudiantes se encuentran cursando como al momento de insertarse en el mundo laboral.

Russo, quien fue electa dos veces para la dirección de la Escuela de Tecnología, explicó que en la etapa de normalización previa (antes de que hubiera elecciones) había grandes retos para llevar adelante: “La normalización de la Escuela fue todo un desafío, es decir, la creación del consejo directivo y el trabajo constante para que las y los estudiantes ingresaran a cursar con nosotros y poder brindarles calidad educativa".

Las metas y desafíos cada vez eran más. Luego del período de normalización, el fortalecimiento de las carreras y la inserción en la región pasaron a ser prioridades: “Era necesario que se conociera la oferta académica de nuestra Escuela y no sólo en los lugares donde la Universidad tenía sede, en eso también trabajamos fuertemente”.

Otra vez y, en línea con la mirada de la UNNOBA de aquellos años y que hoy sigue pisando fuerte, la Escuela de Tecnología y sus carreras eran una opción para el crecimiento de la región. Es así que diversos convenios con empresas de Junín, Pergamino y la región comenzaron a gestarse y, años más tarde, el desarrollo del Encuentro Escuela-Empresas (3E) permitió una extensa y dinámica comunicación con los actores involucrados.

Este encuentro (3E), cada vez que se realiza, trata temáticas como el desarrollo de la práctica profesional supervisada, la realización de proyectos y los cursos de actualización. También aborda la vinculación del medio con las asignaturas de las diversas carreras y pasantías. De esta manera, se genera un feedback entre  estudiantes y el entorno en el que posteriormente van a llevar adelante su actividad laboral. Además, nutre esa importante relación de lo público y lo privado que el territorio y el mundo laboral requieren.

Encuentro 3E

Russo recordó uno de los momentos más importantes de su gestión: la acreditación de todas las carreras de la Escuela de Tecnología. Esto implicó un enorme esfuerzo y refleja, en parte, el logro del objetivo por el que se trabajó durante todos esos años: asegurar la calidad de la oferta académica. También destacó la creación de la Red de Graduados, la realización de los Rally Latinoamericanos de Innovación y el primer TEC UNNOBA. Este último resultó ser una iniciativa con gran convocatoria y atractiva, lo que llevó a que la actividad se extendiera a todas las Escuelas y fuera organizado los años subsiguientes por la Secretaría Académica de la Universidad.

Actualmente, la Escuela de Tecnología también realiza el Congreso de Diseño como un espacio que permite enriquecer la formación. En 2022, se llevó adelante el "IV Congreso “Diseño como Proceso Innovador”, a través del cual las y los estudiantes generan espacios de intercambios y aprendizajes.

"La formación de docentes propios fue uno de los desafíos más importantes", subrayó la exdirectora de la Escuela de Tecnología. Un ejemplo del trabajo llevado a cabo por la Escuela es el caso de Leonardo Esnaola, quien se graduó como licenciado en Sistemas en UNNOBA en el año 2012 y, actualmente, se desempeña como profesor Adjunto en el área Ingeniería de Software y Sistemas de Información: “Mi vocación docente empezó mucho antes de recibirme. Me formé en el sistema educativo público toda mi vida y soy un agradecido de las oportunidades que me brindó, por lo que a través de la docencia trato de retribuir esto a la sociedad”.

Por su parte, Mónica Sarobe, licenciada en Sistemas y actual secretaria Académica de la Escuela, manifestó que muchos fueron los objetivos, algunos cumplidos y otros en los cuales aún se trabaja. "Se realizaron actividades de articulación con los distintos niveles de la educación para despertar vocaciones científicas de manera temprana y también para fortalecer el ingreso de los estudiantes", expresó.

A lo largo de estos años, también se organizaron talleres para fortalecer las prácticas profesionales estudiantiles. "El trabajo de vinculación con el medio es indispensable para una apropiada incorporación del estudiante al ámbito laboral", subrayó Sarobe. También, para incentivar la participación de estudiantes en proyectos y convocatorias de movilidad, de investigación y de extensión. "Por supuesto, queda mucho por hacer, —añadió— desde continuar trabajando para mejorar la tasa de ingreso, permanencia y egreso de nuestros estudiantes hasta realizar las revisiones y cambios necesarios en nuestros planes de estudio que mantengan la calidad y, a la vez, se ajusten a las necesidades actuales, incorporando nuevas metodología y modalidades".

IV Congreso de Diseño

Uno de los aspectos sustantivos de la Universidad es la investigación y, en este sentido, Oscar "Cacho" Spada, actual director de la Escuela de Tecnología, sostuvo que una de las metas centrales fue trabajar y consolidar los grupos de investigación: “Trabajamos en la incorporación de alumnos en los proyectos de investigación. Sobre todo faltaba generar estos espacios en las ingenierías. Entonces, brindamos apoyo para que sucediera y, de esta manera, se pudo llevar adelante un proyecto exclusivo de la Escuela que denominamos Jóvenes Investigadores.

Al igual que su antecesora Russo, Spada explica la importancia de generar proyectos para la incorporación de ayudantes alumnos para todas las materias. “Eso nos permitió generar una base crítica a futuro de docentes que sean de nuestra Universidad”.

Quien preside en estos momentos esta unidad académica asumió en 2019. Por eso, buena parte de su gestión transcurrió en pandemia. Sin dudas, esta situación obligó a transformar los modos y las distintas estrategias de enseñanza.La pandemia, que para la humanidad ha sido un desastre, para la tecnología implicó avanzar de manera acelerada. Por ejemplo, estamos atravesando un proceso de evaluación institucional y se realiza de manera virtual, salvo algún recorrido específico que se necesite hacer”.

Spada ejemplifica esta situación también con una hecho puntual: “Conseguimos un financiamiento del CONFEDI (Consejo Federal de Decanos de Ingeniería) mediante el que se llevó adelante un proyecto que se llama 'remotización del laboratorio'. Esto implica que un alumno desde su casa, con solo apretar un botón, pone en marcha dos o tres máquinas”.

Estudiante trabajando en Laboratorio

En relación a cómo fue la enseñanza durante la pandemia, cuando quienes estudiaban no podían acceder a la universidad de manera presencial, Spada recordó que la Universidad y la Escuela de Tecnología ya venían trabajando en plataformas virtuales. Consecuentemente, los esfuerzos se volcaron en acelerar ese proceso que ya se venía gestando, capacitando a docentes para que pudieran dictar sus clases de esa manera: “Hoy quienes estudian pueden elegir si quiere cursar de manera virtual algunas horas. Las carreras acreditadas permiten cursar hasta un 50 por ciento de la materia de manera virtual”.

También comentó que en la actualidad están trabajando fuertemente en la generación de asignaturas básicas transversales  para las carreras de ingeniería, de manera conjunta con ECANA: “Esto nos va a permitir no tener tanta diversidad de profesores y, en segundo lugar, acortar la duración de las carreras, siempre preservando la calidad en cada una de las materias”.

En línea con lo expresado explicó que esta tarea podría aportar algunas soluciones a las deserciones de los estudiantes, las cuales muchas ocurren porque ingresan tempranamente al mercado laboral y las cargas horarias les resultan incompatibles.

"Hoy los horarios han cambiado, la pandemia aceleró todo lo que se venía gestando. Por lo que ahora hay que generar un cambio. Nosotros tenemos la ventaja que somos una Universidad pequeña, con una  Escuela pequeña y que la tarea es más fácil relativamente, aunque, por supuesto, no es un tema sencillo”, profundiza Spada.

El actual director, se refirió a la importancia de la vinculación de la Escuela de Tecnología con la sociedad de Junín, Pergamino y región:A través de las prácticas profesionales se realizan de manera constante convenios con empresas e instituciones. Por ejemplo, hemos realizado desarrollos de programas para el hospital de Pergamino y también relevamientos en las escuelas para la instalación de termos solares”.

Otro de los logros que Spada resaltó con orgullo es que varios de los equipos que se utilizan en los distintos laboratorios son producciones propias: "Hay algunas adquisiciones que hemos realizado, pero muchas otras son desarrollos nuestros".

Entre ellos se pueden nombrar el biodigestor, el secador solar de alimentos, el parral de cañerías (un equipo que permite simular una estación de bombeo y analizar fenómenos indeseables que pueden causar daños y pérdidas materiales), el banco de neumática y el banco de refrigeración (este último, en proceso).

 


La salud desde una visión transdisciplinar

Por Ligia Nicolai

Para quienes recorremos la universidad a diario y luego dialogamos con amigos, familiares y parte de la sociedad de Junín, Pergamino y la región hay un enunciado que nunca falta: “Me dijeron que viene la carrera de medicina, ¿es verdad?".

Esa pregunta, allá por 2015, había tomado fuerza, como otras tantas veces durante estos 20 años de vida de UNNOBA, cuando la sociedad escuchaba acerca de la creación de un nuevo espacio para la carrera de enfermería y afines. Nos referimos al  Instituto Académico de Desarrollo Humano (IADH), una unidad académica para la formación disciplinar, interdisciplinar y profesional en áreas dedicadas a la producción del conocimiento y destinada a la promoción de la salud.

El mismo suceso llevó a que esa pregunta, ya casi en tono afirmativo, pasará a ser nuevamente una duda, hasta que —como innumerables veces— el rector Guillermo Tamarit negara su dictado explicando: "Nosotros consideramos que ya hay muy buenos lugares donde realizar esos estudios y Junín necesita la formación y capacitación de enfermeras y enfermeros.  Además, en la actualidad, estamos frente a nuevos paradigmas, pensando la relación no solo desde el control biológico, sino desde los nuevos parámetros que nos plantea el siglo XXI".

En este sentido, la formación del Instituto estuvo enfocada en trabajar sobre la problemática del bienestar, es decir, desde el entendimiento de la salud con una visión integral y transdisciplinar.

El Instituto Académico de Desarrollo Humano es la unidad académica de grado más joven de la UNNOBA, constituyéndose como tal en el 2015 y sumándose a las ya creadas Escuelas de Tecnología, de Ciencias Agrarias, Naturales y Ambientales, y de Ciencias Económicas y Jurídicas.

Este instituto también se crea de cara a darle formalidad a carreras como la Licenciatura en Enfermería, que ya llevaba un recorrido fructífero en nuestra Universidad, y con la clara intención de jerarquizarla y posicionar a la UNNOBA como referente de su dictado a nivel regional. “La enfermería debe estar en el núcleo de nuestra Universidad”, resaltaba Tamarit en su discurso cuando presentaba formalmente este espacio.

"Beba" Yaryour junto a el rector, Tamarit.
Reconocimiento entregado a Nélida Yaryour por su contribución en el desarrollo de la carrera de Enfermería (24 de septiembre de 2015). Foto: Facundo Grecco.

En este sentido, Nélida “Beba” Yaryour cuenta que su desafío de siempre fue la educación formal de enfermería en Junín y región: "Desde su creación, en 1973, dirigí la segunda Escuela de Enfermería de la provincia de Buenos Aires que el Ministerio de Salud fundó en Junín. Posteriormente, gestioné y coordiné distintos convenios con universidades nacionales como la de Lanús, que es el primer antecedente de grado a nivel local, la de Quilmes y la UBA. Años más tarde, lo hice en nuestra Universidad para la creación de una propuesta propia”.

"Beba" fue la primera coordinadora de la carrera de Enfermería que se dicta en la UNNOBA, desde sus inicios hasta entrado el 2015, cuando se creó el IADH. “Siempre, y sobre todo en ese tiempo, trabajé mucho para la enseñanza formal de enfermería y por la autonomía profesional, convencida de que a mejores niveles de formación mayor es la calidad de los cuidados y mayor la independencia profesional. Hoy los profesionales de enfermería integran los equipos de salud, son un recurso humano fundamental e irremplazable, constituyen más del 50% de los trabajadores de la salud y, a través de sus cuidados, basados en conocimientos científicos y el desarrollo de diferentes competencias, logran ayudar y guiar a las personas y las comunidades a alcanzar mejores niveles de salud y bienestar”, sintetizó la excoordinadora.

Por su parte, Leandro Torsiglieri, primer director del IADH, expresó que en sus inicios el desafío más importante fue la puesta en funcionamiento de la unidad académica como tal: “Hasta ese momento la carrera de enfermería funcionaba con la coordinación de Beba y su administración estaba en otra Escuela (de Económicas y Jurídicas) y, por supuesto, era necesario darle otro marco a esa carrera y a las ofertas que vendrían después”.

El gran desafío fue armar para luego trabajar de manera conjunta el equipo de trabajo. Un equipo formado por destacados profesionales como: María Mónica Lázzaro, Gabriel Erbiti, Tomás Szumilo, Marcos Jaureguizar y Cristina Curia”, recordó.

“Junto a Marita (Mónica Lázzaro) y al resto del equipo iniciamos lo que iba a ser el desarrollo del instituto, que además tenía como objetivo expandir la oferta académica, más allá de la carrera de enfermería, así como mejorarla para lograr una mayor cantidad de ingresantes, una tasa más alta de graduación, y que el recorrido de las y los alumnos fuera el mejor posible”, añadió.

Torsiglieri contó que se planteó modificar el plan de estudio y una serie de tareas para evaluar y diagnosticar dónde estaban las deficiencias y fortalezas: “Desde siempre el ingreso, el desgranamiento de los estudiantes, la deserción y la no graduación, fueron problemas que no sólo nos preocuparon sino que nos ocuparon”.

Entrega de títulos durante la pandemia

Para Torsiglieri, el trabajo en equipo fue el principal factor que posibilitó el crecimiento del Instituto y también la acreditación de enfermería, un paso fundamental para darle formalidad: “La acreditación nos sirvió para realizar las modificaciones y actualizaciones que ya con el equipo de gestión veníamos pensando. Aprovechamos para hacerlo según los estándares y las normas de acreditación”.

Durante esa primera gestión, en 2017, se inauguró  un nuevo espacio para el funcionamiento del Laboratorio de Enfermería, con equipos que permitían la simulación de las prácticas y con varias unidades de aprendizaje relevantes para la formación de los futuros licenciados de esa carrera.

El exdirector contó que además se generaron otras ofertas académicas, como la Licenciatura en Educación Física y el segundo ciclo de la Licenciatura en Bioimágenes (el primer ciclo se había desarrollado previo a la creación del IADH).

También se sumaron dos ciclos de complementación curricular dirigidos a técnicos en enfermería, que quisieran obtener el título de grado universitario “Licenciatura en Enfermería”. Esto se concretó como una respuesta a la importante demanda local y regional.

Los desafíos constantes

La actual directora del IADH es María Mónica Lázzaro, quien además formó parte del equipo que previamente dirigía Torsiglieri. Ella asegura que el desafío de su gestión coincide en parte con la línea que siempre se trabajó: “Siempre apuntamos a mejorar la calidad educativa, a formar profesionales que la sociedad y el sistema de salud necesita, con sólidos conocimientos científicos, responsabilidad y compromiso ético, con capacidad para la toma de decisiones para adaptarse a las diferentes situaciones de salud y realidades sociales. También para que puedan participar en las políticas sanitarias y que entiendan la salud como un proceso social, dinámico, multidimensional, multifactorial que requiere un abordaje integral e intersectorial”.

En el año 2021 se inauguró el edificio propio del Instituto donde funcionan las salas administrativas de la Dirección, Secretaría Académica del IADH y el Laboratorio de Simulación de Enfermería, que consta de diferentes espacios: una cámara Gesell, dos aulas multipropósitos y una sala de Debriefing.

Durante 2022, ALEX se incorporó al Laboratorio de Simulación. Se trata de un simulador de comunicación, con apariencia de ser humano adulto. A través de un software interactúa con estudiantes en tiempo real actuando como si fuera un paciente.

ALEX simula funciones de habla y escucha, lo que promueve la comunicación terapéutica. Su tecnología logra establecer una conversación, entre el simulador y estudiantes, lo que enriquece el entrenamiento y desarrollo de habilidades para el cuidado de enfermería, generando experiencias valiosas.

La labor colaborativa con instituciones locales, educativas, de salud y empresas y con la sociedad en general, es también una línea en la que el Instituto continuó su desempeño reafirmando su compromiso a lo largo de todos estos años. “Hemos llevado adelante distintos proyectos de extensión donde trabajamos con los grupos más vulnerables. Además, otro gran desafío es la consolidación de la investigación”, añadió Lázzaro.

La investigación es una de las áreas sustantivas de cualquier universidad y fortalece todo el sistema educativo. “En la medida que el plantel docente mejore su calidad de formación, esto tendrá un impacto en la calidad de enseñanza y también en la investigación”, sostiene la actual directora del IADH.

En línea con las tareas que están llevado adelante, Lázzaro planteó: “Otro desafío es la acreditación, ya que estamos por iniciar nuestro segundo proceso de acreditación, lo que significa una importante responsabilidad y una gran apuesta, ya que al acreditar nuevamente la carrera tenemos que poder demostrar que hemos crecido y mejorado”.

Uno de los desafíos que el Instituto se plantea es mejorar la graduación de los estudiantes, ya que muchas alumnas y alumnos inician su primer trabajo antes de terminar la carrera, lo que trae como consecuencia una mayor deserción. En este sentido la actual secretaría Académica del Instituto, Graciela Giménez, contó que es una línea donde el trabajo es constante: "Recientemente hemos implementado el Seminario Integrador Final, en el marco del Programa de Estímulo a la Graduación. En este espacio las y los estudiantes planifican su tesis, a través del aprendizaje de los procesos de investigación (bibliográfica o de campo) de manera metódica y exhaustiva, reflexionando sobre un tópico de sus disciplinas, generando a la vez, un diagnóstico para futuras propuestas de intervención. Esta actividad es una estrategia más que nos permitirá mejorar la tasa de graduación".

Al ser consultada por la vinculación con la comunidad de la región, Lázzaro explicó: “Es un espacio que inherentemente se vincula fuertemente con las personas, con la comunidad, con los grupos, y lo hace a través de diferentes proyectos, como pueden ser, por ejemplo, de extensión o de investigación, proporcionando servicios de asesoramientos o capacitaciones”.

“En esta línea destaco el trabajo hacia afuera que el IADH tuvo durante la pandemia y la necesidad de que la Universidad conozca cuáles son las necesidades reales del medio donde está inserta para poder responder. En ello veníamos trabajando y lo seguimos haciendo”, sostuvo Lázzaro.

Demostración en laboratorio

La funcionaria recordó que el Instituto es la unidad académica más joven de la universidad, y que, desde su creación, para su consolidación y desarrollo, fue necesario que se integrara y trabajara colectivamente con todas las áreas de la Universidad, además de que generara vínculos y los mantenga activos con la sociedad y todas las instituciones. “De esta manera ha logrado el crecimiento y fortalecimiento de enfermería, una carrera prioritaria y estratégica a nivel local, regional y nacional y ha logrado también el desarrollo de las actividades de extensión y de investigación”, concluyó Lazzaro.

Haciendo carrera

La palabra de quienes transitan las aulas y que, indiscutiblemente, son la pieza fundamental de cualquier unidad académica de la Universidad, también fue consultada. Sus voces coinciden en pensar a la UNNOBA como la institución que les permitió formarse como profesionales e, incluso, iniciar la carrera docente.

“La UNNOBA me dio la posibilidad de estudiar y durante mis años como alumna pude incorporar aptitudes profesionales y valores que adquirí de cada profesora, las que influyeron en mi carrera tanto profesional como docente. Comencé como ayudante alumna en 2012 y hoy soy adjunta en muchas de las materias del área materno infantil, que es mi especialidad”,  manifestó Luciana Molina, quien fue la primera graduada de la Licenciatura de Enfermería dictada por la UNNOBA.

Luciana Molina, primera graduada de la Licenciatura en Enfermería
Luciana Molina se graduó en la UNNOBA y hoy es docente de materias vinculadas a la enfermería materno-Infantil.

Por su parte, Paula Chintio, licenciada en Enfermería y docente de la UNNOBA, también resaltó la importancia de la Universidad como formadora y destacó: “Si bien mi formación técnica no la hice aquí, sí cursé la Licenciatura en uno de los ciclos complementarios que se abrieron en esta Universidad y, de esa manera, me convertí en la primera universitaria de mi familia, lo que representó un logro no sólo para mí, sino para todo mi círculo”.

Paula Chintio fue la primera universitaria de su familia y hoy es docente de la UNNOBA.

Todos los testimonios a los que accedió El Universitario, ya sea de autoridades, docentes como de estudiantes, fueron los que nos permitieron mirar hacia atrás y contar el recorrido de este espacio fundamental para UNNOBA, que este año alcanza su segunda década. En cada una de las palabras hemos visualizado cada logro, cada desafío y, por supuesto, cada problemática por la que el Instituto Académico de Desarrollo Humano, ha tenido que atravesar para ser en la actualidad una unidad académica con enormes proyectos y desafíos, capaz de formar estudiantes que se vinculen con las necesidades y problemáticas de la región.

En adelante, seguiremos recopilando la palabra de las y los protagonistas de las distintas Escuelas de la Universidad para relatar un poco más de esta historia de UNNOBA, que alcanza sus 20 años.

 


¿Por qué las mujeres no eligen carreras tecnológicas?

Por Ligia Nicolai

En la actualidad hay múltiples disciplinas que colaboran con el desarrollo, crecimiento y progreso de un país o una región, pero sin duda el avance tecnológico de los últimos años ha hecho aportes sustanciales y la tecnología de la información y la comunicación se ha vuelto un elemento indispensable e irremplazable. Pero, ¿cuál es el espacio que ocupan las mujeres en tecnología? ¿Tienen el reconocimiento que requieren? ¿Qué le aportan a las TIC?

En nuestro país, aunque en los últimos 10 años se cuadriplicó la empleabilidad en la industria de software y servicios informáticos, aún la demanda para cubrir puestos laborales se duplica en relación a los graduados anuales.

A esta situación se le anexa otra que extiende la problemática y es que las mujeres representan sólo un 18% de los estudiantes de informática, lo que genera una profunda desigualdad en la distribución del ingreso y del capital intelectual acumulado en la profesión, además de que el área queda privada de la mirada y el conocimiento de más de la mitad de la población.

A pesar de que 6 de cada 10 estudiantes universitarias son mujeres, en carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM) representan solo un 33 por ciento, mientras que el restante 67 por ciento son varones.

Las dificultades que tienen estas áreas para captar la atención de las y los jóvenes en general, sobre todo de las mujeres, se reflejan en los datos de un estudio llevado a cabo por la Fundación Sadosky que expone que respecto de las carreras de educación superior deseadas, entre las mujeres, las relacionadas a las TIC ocupan el anteúltimo lugar y son elegidas sólo por un 2,3% de las entrevistadas.En cambio, en el caso de los varones, el 19,4% eligen carreras de informática.  

Asimismo, un 63% de las mujeres declaran no saber qué es un programa de computadora o software. Este desconocimiento es parte importante de la problemática, por lo que es determinante estimular el interés desde edades tempranas y fortalecer la confianza en relación a la capacidad que pueden y deben tener las mujeres en las TIC.

El desinterés y desconocimiento deviene de la falta de información, además de que existe un contexto en los espacios e instituciones que no es inclusivo y genera el abandono de quienes deciden acercarse a las áreas. Incluso, una vez insertas las mujeres en ese campo hay una profunda desvalorización y los espacios de responsabilidad y toma de decisiones suelen ser puestos de varones.

En esta línea la UNNOBA llevó adelante una jornada de reflexión y debate “Niñas y adolescentes en el mundo de las TIC”, actividad que se enmarca en las acciones a realizar por el Día Internacional de las Niñas en las TIC, con el objetivo de dar a conocer la disciplina y fomentar la participación de las mujeres, niñas y jóvenes. El Universitario accedió a algunos de los testimonios las disertantes y graduadas de la Universidad que narraron su experiencia e invitaron a todas las niñas y mujeres a que se animen, a que juntas sean cada vez más quienes decidan formar parte del mundo maravilloso que ofrece la tecnología.

Testimonio de Juliana

Mi nombre es Juliana y soy Ingeniera en Informática graduada de la UNNOBA. Estoy convencida de que el acompañamiento de la Universidad fue determinante a la hora de continuar estudiando esta carrera, me pasaba que yo no confiaba en mí por una cuestión cultural y a medida que pasaban los años me di cuenta de que se trataba de algo muy social, que no tenía ningún sentido y que haber coincidido con mujeres con las que nos podíamos juntar fue necesario. En lo laboral comencé en servicio técnico pero sabía que no quería quedarme con eso, entonces empecé a realizar desarrollo de software en la misma empresa y luego decidí irme a Buenos Aires para dedicarme a datos.

Es fundamental buscar. Por suerte nuestra carrera tiene muchísima salida laboral y después de la pandemia incluso mucho más, porque las empresas se han adaptado a la modalidad remota y esa es una de las grandes ventajas de esta profesión. En la empresa que ingreso había mujeres líderes, lo que me despertó aún más ganas. Esta consultora impulsa acciones para lograr la paridad de género y no sólo la paridad en números sino en puestos de trabajo y lugares de toma de decisión. En mi caso soy algo así como líder técnico de mi empresa para liderar a los perfiles juniors que recién ingresan y eso generó una confianza importante en mí.

Testimonio de Antonella

Mi nombre es Antonella y soy Ingeniera en Informática egresada de la UNNOBA. Le debo esta enorme profesión a mi mamá. Prácticamente ella la eligió por mí y, si hoy tuviera que volver a elegirla, lo haría sin dudar. Es imprescindible la presencia de la mujer en el campo de la tecnología.

Cuando terminé la escuela secundaria quería ser arquitecta o ingeniera civil, pero ninguna estaba en mi ciudad y mi mamá me dijo: "A vos te gustan las computadoras, ¿por qué no estudiás informática?" Y hoy, acá estoy, recibida, ejerciendo una profesión con una enorme salida laboral y un gran potencial de crecimiento. Sin duda, la tecnología es el campo del presente y del futuro. Un área que necesita de muchos más ingenieros, porque siempre hay vacantes pero sobre todo muchas más mujeres que se involucren y lideren este espacio. En ingeniería trabajamos razonando y resolviendo problemas constantemente. Creando. Está comprobado que la mirada de la mujer es esencial a la hora de resolver múltiples tareas.


A 30 años de la Ley de Cupos

Por Danya Tavela

Contadora Pública y Magíster en Finanzas Públicas Provinciales y Municipales. Docente de grado y posgrado. Diputada Nacional por la Provincia de Buenos Aires. Vicerrectora de la UNNOBA (en uso de licencia). Ex secretaria de Políticas Universitarias de la Nación.


Hace poco se cumplieron 30 años de un hecho histórico en nuestro país: la sanción de La Ley 24.012 de cupos, que establecía que en las listas de candidatos a cargos legislativos haya al menos un 30 por ciento de mujeres. Es un proceso que arrancó con el debate por el voto femenino a principios del siglo XX, continuó cada vez que se pudo durante períodos democráticos, se comenzó a consolidar a partir de 1983 y, a mediados de los 90, cuando se comenzó a estabilizar la democracia como sistema de gobierno en nuestro país, se siguió plasmando.

Todo esto sucedía mientras el rol de la mujer en la sociedad mundial crecía en el ámbito laboral, educativo y científico, en el marco de una lucha feminista que hacía visible su pelea para garantizar derechos que eran negados históricamente. Argentina fue pionera en ellos, pero aún falta mucho para superar el “techo de cristal”, tanto en ámbitos públicos como privados.

Si bien hoy nos encontramos con una participación mayor y más activa de la mujer en la política, aún ella no ocupa espacios centrales en la toma de decisiones partidarias en los ejecutivos de ningún nivel. Son muy pocas las que tienen responsabilidades de “alta dirección” en el mundo productivo, sindical o universitario, por poner algunos ejemplos, ya que aún en estos ámbitos perduran los modelos masculinos de conducción.

A partir de esa ley que se sancionó hace tres décadas, la mayor presencia de mujeres en ámbitos legislativos se tradujo en la sanción de leyes de protección de sectores vulnerables, leyes que ampliaban derechos o que apostaron a factores centrales de desarrollo, como la educación y la salud. También se empezó a legislar para prevenir la violencia en todas sus formas.

La Ley 24.012 de cupo femenino se sancionó en 1991.

Considero que nos hizo bien como sociedad la sanción de esa ley, ya que previamente la cultura social invisibilizaba a las mujeres en política, las relegaba en la participación democrática, aún a pesar de que en nuestro país ellas tenían una larga trayectoria de protagonizar luchas, desde las batallas por la Independencia hasta las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo contra la dictadura. Claramente, el sistema político no creía que la participación de la mujer era importante.

El hecho de que mujeres peronistas y radicales trabajaran juntas para conseguir que se sancione esa ley vino a ratificar, una vez más, que el diálogo político para celebrar los acuerdos trascendentales para el país es el camino. Este es un claro ejemplo, hay muchos otros; lo importante es la tolerancia y el respeto al otro, aceptar las miradas distintas con objetivos comunes. Lamentablemente, los cultores de la grieta que se benefician con esta han sometido a la sociedad argentina, desde hace mucho tiempo, a privarse de estos avances.

Ese es uno de los desafíos de nuestro país y de la política argentina. También trabajar en forma conjunta para terminar con la falta de participación de las mujeres en las mesas de decisión partidarias, en los encabezamientos de las listas, en los Ejecutivos, en los máximos órganos de la Justicia, en las Universidades y en el sector privado. Para ello se necesitan legislaciones que contribuyan a la igualdad de oportunidades entre varones y mujeres.
En el Congreso, y en todos los espacios de gestión —sean políticos, públicos o privados— tenemos que continuar visibilizando el accionar de las mujeres, la forma de construcción, la capacidad de diálogo, así como generar estrategias para que haya más mujeres protagonistas.

En aquel entonces, cuando se debatió y sancionó la Ley de Cupo, había sectores que la vivían como un avance (yo, seguramente, así lo veía, mientras transitaba la secundaria), pero no le dábamos la importancia que tenía porque centrábamos la discusión en que las mujeres tenían que ocupar esos espacios por su propia capacidad (y no por cupos). En la actualidad, las y los jóvenes viven este presente de creciente protagonismo de mujeres como algo absolutamente natural; creo que, por ejemplo, la percepción de mi hija que cursa la secundaria es que si todavía se discute la igualdad de oportunidades para mujeres y varones es porque no entendemos nada como sociedad.

La Ley 27.412 de Paridad de Género se sancionó en 2017.

Igualmente, creo que hay que celebrar aquella ley que se sancionó hace 30 años, porque hemos mejorado en ese tiempo y fue, además, el punto de partida para que luego, en el año se 2017, se sancionara la Ley 27.412 de Paridad de Género en Ámbitos de Representación Política, que amplía esa participación en la política de nuestro país.


Diseño: Laura Caturla


La oportunidad está en la educación

Por Danya Tavela

Vicerrectora de la UNNOBA. Contadora Pública y Magíster en Finanzas Públicas Provinciales y Municipales. Docente de grado y posgrado. Integrante de la CONEAU. Exsecretaria de Políticas Universitarias de la UNNOBA.

@danyatavela77


La catástrofe educativa que enfrenta nuestro país requiere actores de todas las esferas involucrados en un debate real sobre los cambios ineludibles de la educación de nuestros jóvenes, porque la crisis que atraviesa no se resuelve solo con que nuestras niñas y niños estén en las aulas. Además, se estima que son más de un millón y medio quienes no están en las aulas desde que la pandemia irrumpió.

Hay que poner por delante a la educación, que es la principal herramienta de movilidad social ascendente. En un país donde seis de cada diez niñas y niños son pobres, sin lugar a dudas necesitamos que estén en las aulas con una educación de calidad e inclusiva, para igualar oportunidades.

Por supuesto que los problemas de la educación no son nuevos. Argentina desde hace muchos años acumula déficits en esta área y la pandemia no hizo más que visibilizarlos e intensificarlos. Si queremos un país que progrese, que sea equitativo y productivo, debemos pensar sin desvíos en la educación.

Para generar un cambio en esta problemática estructural, las políticas públicas deben ser fuertes y decididas, a través de un acuerdo que incluya a todos los sectores de la sociedad y con una mirada a largo plazo. No podemos permitir que nuestros jóvenes no accedan al sistema laboral por no comprender consignas.

En educación superior, la falta de comprensión lectora y de los saberes prioritarios de los estudiantes no son ninguna novedad, sino que, por el contrario, constituyen cuestiones muy observadas y que trabajamos constantemente en ese ámbito. La principal herramienta de la revolución del conocimiento es la educación, por lo que es imprescindible un rediseño de nuestro sistema educativo.

Suelo decir que no hay años perdidos, por eso lo ocurrido durante este último año y medio en nuestra educación nos tiene que despertar para poner en debate la educación: su calidad, sus políticas de inclusión y su innovación. Tenemos que hacer de esta situación una oportunidad que nos enseñe a resolver lo que urge, con la mirada puesta en el futuro.

Para eso debemos pensar al sistema educativo en su conjunto, en todas sus dimensiones. No se trata solo de que nuestras niñas y niños accedan al sistema escolar obligatorio, sino que además puedan progresar, que puedan continuar sus estudios, y la escuela sea un paso para igualar oportunidades. Esa es la verdadera inclusión.

Hablar de calidad en la educación significa no solo hablar de lo que aprendemos en la escuela, del contenido que incorporamos, sino también de aquellas habilidades y aptitudes que podemos aprender en el aula con nuestros docentes y con nuestros compañeros. Significa que toda la institución educativa pueda garantizar esa calidad, con infraestructura, con las herramientas adecuadas, con una sólida formación docente preparada para los desafíos que nos plantea el presente y con las oportunidades que podemos pensar para el futuro. Necesitamos planificar y garantizar la formación de nuestros futuros docentes. Es necesario poner al estudiante en el centro de los procesos. El enseñar se tiene que transformar en poder hacer todo lo posible por que el otro aprenda.

Luego de lo que, creo, es la crisis educativa más sustantiva de nuestra historia, uno de los principales problemas en términos globales que la Argentina debe resolver es la deserción escolar. En la prepandemia 1 de cada 2 estudiantes secundarios no se graduaba; en la pospandemia se estima que quedarán excluidos 1 millón y medio de niñas y niños. Debemos tomar conciencia de que estamos hipotecando el futuro de los jóvenes y de nuestro país, por lo que hay que repensar el sistema educativo como un paso previo al mundo del trabajo, el cual, además, es cada vez más competitivo y especializado.

La escuela debe orientarse a garantizar la adquisición de los aprendizajes prioritarios, a incorporar las nuevas tecnologías y estar en permanente contacto con los intereses de las nuevas generaciones. Requerimos de una escuela aggiornada y dispuesta a los cambios necesarios. Si algo nos ha enseñado la pandemia es la necesidad de poder adaptarnos rápidamente a los cambios en situaciones que pueden ser dinámicas. Y la escuela debe ir por ahí, porque por allí va el mundo. Un mundo que venía evolucionando, en el que la pandemia irrumpió.

Por supuesto, que en el camino es necesario pensar rápidamente en una recuperación, en un plan de fortalecimiento de los conocimientos que no se adquirieron y en una reestructuración, a medida que se visualicen las distintas situaciones en las aulas.

Hoy, además de trabajar para achicar la brecha de aprendizaje y tecnológica que ya existía y que se potenció con las medidas tomadas por la situación sanitaria, debemos trabajar nuevamente en la reinserción y el acceso a la educación, algo que parecía una cuestión saldada.

Necesitamos pensar la educación de nuestro país a corto y a largo plazo: primero lograr que los jóvenes hagan en buenas condiciones el recorrido educativo en todos los niveles, después que se gradúen e ingresen al modelo socioproductivo del país. Hay que actuar en las urgencias que nos plantea el presente, pero también proyectar a futuro. Eso podemos lograrlo si conseguimos una estructura educativa preparada: que pueda contener a quienes quieren insertarse en el mundo del trabajo cuando se gradúan y a quienes quieren seguir estudiando, realizar carreras de posgrado y hacer camino en el mundo de la ciencia, ya sea a través de la investigación como a través de la docencia y la gestión.

Un país que apuesta a la educación tiene muchas oportunidades de resolver sus problemas estructurales y plantearse un crecimiento y un desarrollo real, que nos permita aprovechar todo el potencial que tenemos como nación. El primer paso es la educación.

 


Diseño: Laura Caturla