Apertura e intercambio en el “ADN” de la Universidad

 

Por Lorena Berro

La universidad es diversa en su génesis. En ella, el intercambio de saberes y la construcción de conocimientos se nutre de distintas fuentes y resulta impensado creer que puede cerrarse en un mundo interconectado y global. Sin embargo, en el marco de las múltiples aristas desde las cuales se interpela a las universidades argentinas, la presencia de estudiantes extranjeros y la gratuidad con la que acceden a los estudios superiores, aparece como una demanda. El debate está abierto, y en él se instalan discursos que proponen el arancelamiento como una alternativa para resolver problemas de financiamiento.

En este escenario, indagar en lo que representan para el sistema universitario, analizando lo que aportan a las universidades en términos de intercambio y riqueza cultural, se torna un ejercicio necesario.

Estadísticas del Departamento de Información Universitaria de la Subsecretaría de Políticas Universitarias de la Nación correspondientes al período 2022-2023 señalan que se registra un total de 122.769 estudiantes extranjeras y extranjeros en universidades del país, de los cuales 104.998 cursan estudios de pregrado o grado y 17.771, ofertas de posgrado. Esta población representa el 4,1 por ciento del total de las y los estudiantes de pregrado y grado; y el 9,9 por ciento de las y los estudiantes de posgrado. Según el tipo de gestión, su participación alcanza el 4,3 por ciento de la matrícula en el sector público y el 5,5 por ciento en el sector privado. Los datos marcan que el número resulta reducido y con poca incidencia en términos presupuestarios.

¿Qué pasa en la UNNOBA?

Desde su creación, la UNNOBA hizo de la internacionalización un pilar de su proyecto institucional e impulsó distintos programas orientados a favorecer el intercambio de experiencias académicas con universidades de distintas partes del mundo. De igual modo, desde siempre sus puertas estuvieron abiertas para acompañar la formación de estudiantes extranjeros que eligen estudiar en la Universidad.

El último informe difundido por la Secretaría Académica de la Universidad, a principios del ciclo lectivo 2024, refiere que actualmente  la UNNOBA cuenta con 93 estudiantes extranjeros en el total de su matrícula —estimada en 12 mil estudiantes—, lo que representa el 0,8 por ciento. De ellos, 82 cuentan con DNI argentino. De los 11 restantes, 6 son estudiantes de posgrado —cuyos estudios están arancelados—; y 5 de grado y pregrado (4 de ellos fueron Ingresantes 2024).

Pilar Traverso, secretaria Académica de la UNNOBA, precisó que la mayoría de las y los estudiantes extranjeros tienen residencia permanente en la región. Foto: Matías Lucero.

Al desagregar estos datos, Pilar Traverso, secretaria Académica de la UNNOBA, refiere que, si bien el número de estudiantes extranjeros ha acompañado la evolución de la matrícula, “el volumen es mínimo”. En su mayoría se trata de personas que tienen residencia permanente en Argentina, lo que los coloca en condiciones de acceder a la educación superior sin ningún tipo de restricción.

“Tenemos estudiantes extranjeros en la Escuela Secundaria Presidente Domingo Faustino Sarmiento, que han hecho sus estudios primarios en la región”, menciona la secretaria Académica para describir que, tanto las y los estudiantes de la secundaria como aquellos que cursan carreras de pregrado o grado “ya han hecho en el país otros niveles de su escolaridad”.

“También tenemos estudiantes extranjeros en el posgrado”, agrega, aunque remarca que la formación de posgrado es arancelada en el país.

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La movilidad, otro camino

Por otra parte, los programas de movilidad académica posibilitan que, año a año, lleguen a la UNNOBA jóvenes de distintas partes del mundo para cursar distintas asignaturas, como parte de su formación universitaria. De la misma forma, por cada uno de ellos, se habilita una plaza en esa universidad extranjera para recibir a un estudiante de la UNNOBA.

Gastón Crupi, prosecretario de Relaciones Internacionales de la UNNOBA, comenta que la Universidad ha recibido hasta el presente a 557 estudiantes de movilidad y enviado al exterior 275. “Desde sus inicios, la UNNOBA se propuso formar a sus estudiantes para que fueran internacionales. Y fue el desempeño de ellos, lo que permitió que los programas se consolidaran”, explica.

Si no fuera por ellos y su desempeño, por lo bien que nos hacen quedar cada vez que realizan una experiencia de movilidad, muchos objetivos no se hubieran alcanzado. Son nuestra carta de presentación”, sostiene.

Gastón Crupi destacó la riqueza de los intercambios académicos. Foto: Matías Lucero.

Vínculos de reciprocidad

A juicio de las autoridades universitarias, la movilidad es un círculo virtuoso. “El que llega se encuentra con una Universidad que los contiene mucho, se establece en ciudades como Junín o Pergamino, que son amigables. Con los docentes hay mucha cercanía, y esto resulta provechoso para el estudiante extranjero. La mayoría viene por un semestre y son varios los que solicitan extender la estadía. Participan de actividades extracurriculares, establecen relaciones y acceden a una formación académica de calidad”, describe Crupi. Y abunda: “Esto habla de la calidad del sistema universitario argentino, más que de la gratuidad”.

Asimismo, refiere que los estudiantes propios que participan de programas de movilidad tienen la posibilidad de formarse en universidades muy prestigiosas del mundo. “Al regresar, continúan su carrera, se reciben y vuelcan ese conocimiento en la región”, recalca.

 

Un plan estratégico

El prosecretario de Relaciones Internacionales comenta que la política de internacionalización de la UNNOBA ha sido plasmada en un plan estratégico, en el marco del cual se han establecido líneas prioritarias. “Este ha sido la resultante de muchos años de trabajo y del convencimiento de que la internacionalización es transversal a toda la Universidad. También, la participación de la UNNOBA en organismos internacionales nos ha abierto muchas puertas”.

Al enumerar los ejes medulares del Plan Estratégico de Internacionalización detalla: “La movilidad es, quizás, lo más visible, pero la internacionalización incluye también la docencia e incorpora la dimensión internacional en los planes de estudio”. En la misma línea, agrega: “La doble titulación de algunas carreras es otra línea prioritaria, lo mismo que el establecimiento de programas específicos concernientes a la internacionalización de la investigación”.

 

Las universidades son internacionales

Tanto la secretaria Académica como el prosecretario de Relaciones Internacionales de la UNNOBA entienden el carácter internacional de la actividad universitaria y recalcan que la internacionalización está en el “ADN” de las Universidades. Desde esta concepción, consideran que “el rechazo y las posiciones críticas hacia la extranjería resultan difíciles de entender desde la óptica universitaria”.

“Lamentablemente el debate algunas veces se reduce a la gratuidad, y se pierde de vista que esta es para los estudios, no para las personas”, insiste la secretaria Académica de la UNNOBA y reitera: “En el caso de la UNNOBA, el porcentaje de extranjeros es mínimo y, en el hipotético caso de que se les cobrara, esto no tendría ninguna incidencia en el presupuesto universitario”.

“Los extranjeros que estudian en la UNNOBA son ciudadanos que viven en la región, sus familias tributan en Argentina. Provienen de familias que, por razones laborales o personales, se han establecido aquí, y eligen la UNNOBA para construir su futuro”, agrega.

“Hay una fantasía respecto de quién es el usuario de la Universidad, se prejuzga que llegan aquellos que no tienen acceso a las universidades de elite de sus países de origen y vienen a usufructuar lo que aquí se les ofrece en materia educativa, pero eso no se condice con la realidad, añade Gastón Crupi, e insiste en la contribución a la economía que hacen aquellos que llegan al país para hacer una experiencia formativa.

Un debate que hay que dar

“Los estudiantes extranjeros y las experiencias de movilidad aportan diversidad cultural, lingüística y académica. No hay universidad que sea homogénea: cualquier materia o espacio está sostenido en el pensamiento de investigadores, científicos y docentes de distintas partes del mundo. Nadie puede pensar en estudiar algo, sin abrirse al mundo. Nos hemos construido a partir de ese saber universal”, plantea Pilar Traverso.

“Tranquilamente se puede dar la discusión, hay un clima de época que la propicia. En definitiva, será la sociedad la que decida ya que es la que, con sus impuestos, financia el sistema universitario. Sin embargo, hay que plantear la cuestión atendiendo la singularidad de cada Universidad, de cada carrera y la realidad de cada estudiante, sin caer en simplificaciones ni reduccionismos”, coincide Crupi.

En este aspecto, consideran que más allá de lo que propone la coyuntura, hay una cultura que promover y vuelven sobre la propia génesis del sistema universitario para recordar que las universidades nacieron como una entidad internacional y esta dimensión les sigue siendo consustancial.

Con este sentido, sus consideraciones acercan el pensamiento del escritor y ensayista Carlos Tünnermann Bernheim para referir que quizás el mayor reto es “seguir fortaleciendo la internacionalización de la educación superior para darle a la globalización un rostro humano” y volver sobre el principio de que “es la educación la que nos enseña a vivir juntos”, algo que solo se consigue en el respeto a la diversidad.

Si querés conocer distintas experiencias de los estudiantes internacionales, leé “En plural”

Diseño e infografía: Laura Caturla