Ciencia, el desafío de minimizar el impacto de la producción

Pag_VerdeEl debate sobre la investigación del medioambiente y su articulación con la producción fueron los disparadores en la charla sobre “Medioambiente y sociedad” que se realizó en la UNNOBA.
Para Mariano Merino, integrante de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires, la investigación del medioambiente es reciente, lo cual constituye un reto para el investigador: “La producción inevitablemente afecta el medioambiente y el desafío como investigador es proveer a las empresas mecanismos para minimizar ese impacto. La actividad agropecuaria, el uso de pesticida, el estado de las cuencas hídricas o los organismos modificados genéticamente, tienen impacto sobre el medioambiente, algo que hay que solucionar. Precisamente, la ciencia está para esto, aunque no podemos cargar todo el peso sobre el investigador. El científico investiga, trae una solución, descubre lo que está pasando, después debe articular con los innovadores, con la parte productiva o con el Estado que tiene que estar presente y controlar”.
Merino entiende que la ciencia es parte de la sociedad. De ahí el compromiso que deben asumir los investigadores: “Hay que apostar a los jóvenes que se están formando. A nosotros nos cuesta bastante pensar en la parte social. Hay que salir de los cómodos laboratorios que tenemos. Los investigadores, muchas veces, sabemos de los problemas y no tenemos las soluciones, lo cual nos frustra mucho. Pero sí somos parte de la sociedad y por eso es un problema de todos”.
En el mismo sentido reflexiona Ramiro Sarandón, doctor en Ciencias Naturales y licenciado en Ecología y Conservación de Recursos Naturales Renovables, para quien la sociedad actual está “más atenta y preocupada por el medio ambiente” que antes. “Hace treinta años si yo decía: ‘voy a estudiar Ecología ’, te preguntaban de qué se trataba. En cambio hoy todo el mundo está preocupado por el tema y pregunta. Hubo un cambio cultural, con hitos importantes como Río 92 o el Protocolo de Kyoto que han marcado un cambio paradigmático sobre la importancia que lo ambiental tiene en la sociedad. Y también existe voluntad política, pero siempre depende de cómo se aplican estas políticas”.
Respecto de los conflictos que se suscitan en torno al medioambiente, Sarandón distingue entre dos tipos de enfoque: “Hoy la preocupación pasa por el deterioro de la calidad del ambiente en pos del ser humano, es decir en la agenda marrón [cómo hacer frente a los residuos, efluentes industriales, emisiones de gases, por ejemplo, que son producto de los impactos del desarrollismo convencional] y no tanto en la agenda verde [protección de la biodiversidad]”.
“También tenemos que tener en cuenta la realidad diaria, cuánto se desea y cuánto se puede. Es muy lindo decir ‘hay que reducir las emisiones gaseosas’, pero esto implica cambiar la matriz energética de una nación usando otro tipo de energías, lo cual no es fácil desde el punto de vista tecnológico y económico. Igualmente, cada día estamos más involucrados, cada vez es más augurioso el esfuerzo del conjunto de la sociedad”, considera Sarandón.
Otro de los oradores de la jornada fue Daniel Galli, profesor titular de la asignatura “Ingeniería y Desarrollo Local y Sustentable” de las carreras de Ingeniería de la UNNOBA. Su postura, al momento de relacionar medioambiente y educación, apunta a nuevo modelo profesional .“El nuevo hombre que también conlleva un nuevo profesional, no debe analizar el manejo de los recursos como se hizo históricamente, sino formar parte del hábitat”, sostiene.
“El nuevo ingeniero no puede trabajar en una empresa que contamine, como el empresario debe tener emprendimientos con Responsabilidad Social Empresaria (RSE), que además de ganar dinero, tengan ética y sustentabilidad. Esto, de la misma manera que el abogado debe interpretar la diferencia entre responsabilidad y culpa para los conflictos ambientales, y los economistas repensar el crecimiento económico, como condición necesaria, pero insuficiente, si no es acompañada de equidad en la distribución de la riqueza”, opina.