El desafío de enseñar a personas con discapacidad visual

pagina3Docentes del equipo de Articulación e Ingreso de la Universidad trabajan con estudiantes que tienen ceguera y disminución visual para que puedan cursar en condiciones similares que sus compañeros.

La directora de Articulación e Ingreso, Macarena Forneris, plantea: “Nos encontramos con situaciones nuevas que nos pusieron ante nuevos desafíos: acompañar a estudiantes con disminución visual de manera tal que su discapacidad no sea un impedimento para seguir estudiando”.

Eliana Serrano, ayudante alumna en la Escuela de Tecnología, integra este proyecto y recuerda: “En diciembre de 2014, cuando comenzaba el taller de articulación e ingreso, la directora me cuenta que entre los ingresantes había un chico no vidente y me propone ser su tutora”. “Hubo un antes y un después en mi carrera”, subraya y agrega: “A mí me impacto a nivel personal, crecí muchísimo porque comencé a ver las cosas de otra manera. Puedo tener un día agotador pero salir con una sonrisa luego de una de las tutorías. Incluso decidí orientar a esta temática mi tesis de grado”.

Pero la discapacidad visual puede ser más o menos problemática según la carrera que se estudie. “Las carreras vinculadas a la informática tienen una fuerte base en matemática, por lo que se hace más difícil la enseñanza y el aprendizaje, ya que se trabaja con fórmulas y gráficos”, explicó Forneris.

Juliana D’Andrea, profesora de Matemática e integrante del equipo de Ingreso, explica: “La primera problemática fue sobre cómo enseñar a leer un gráfico. Entonces nos contactamos con Ana Bernarda, docente de ciegos, y ella comenzó a trabajar con nosotros para adaptar el material”.

Ana Bernarda, profesora de Discapacitados Intelectuales y Ciegos y Disminuidos Visuales, fue quien guió y acompañó a las docentes para realizar un diagnóstico sobre la condición de cada estudiante. “En primer lugar hay que evaluar si son ciegos o disminuidos visuales, su capacidad para reconocer de modo táctil diferentes texturas, el dominio de la lecto-escritura y notación matemática Braille o la posibilidad de utilizar macrotipos [letra ampliada]”, distinguió Bernarda.

“Mi tarea es intentar que los gráficos puedan ser accesibles a través del sentido del tacto, es decir, todos son en relieve y confeccionados artesanalmente. La mayoría de los relieves los hago con plastilinas y lanas”, contó la especialista que colaboró en este desafío.

No ha sido una tarea sencilla, en algunas ocasiones se han encontrado con estudiantes que no tenían base en matemática. La secretaria Académica de la UNNOBA, Florencia Castro, remarcó: “Nosotros tenemos claro que lo que hacemos es un trabajo de acompañamiento y adaptación de materiales pero los estudiantes con esta discapacidad tienen que estudiar igual o más que sus pares”.

La secretaria Académica aseguró que el principal trabajo de este equipo es generar la posibilidad de que el estudiante logre un aprendizaje autónomo. En relación a ello, D’Andrea remarcó que los alumnos con capacidades diferentes acceden a los mismos programas que el resto de los cursantes: “No es que se les facilite el estudio, sino que adaptamos el material para que, justamente, tengan las mismas oportunidades que sus compañeros”.

Florencia Castro valoró la tarea llevada a cabo por las docentes que integran el equipo de Articulación e Ingreso que emprendieron este desafío: “Las profesoras trabajan a diario para incluir y generar las mismas condiciones para todos los estudiantes y lo han realizado desde el corazón”.

Eliana Serrano contó: “Cuando me avisaron que iba a cursar un chico ciego comencé a prepararme de manera independiente, busqué y leí documentos para saber cómo adaptar la clase y los materiales a la condición de él y que le sirviera al resto. Más que integrarlo, la intención siempre fue incluirlo”. Y añadió: “Con el paso del tiempo decidí aprender Braille porque es una herramienta fundamental para relacionarme con el estudiante”.

“Es muy difícil no involucrarse emocionalmente con el aprendizaje de estos estudiantes. Realmente hacen mucho esfuerzo por superarse día a día, pero estamos convencidas de que la mejor manera de colaborar en su formación es no regalarles nada”, remarcó la docente de matemática Juliana D’Andrea. Además recordó textualmente el mensaje que le envío, luego de rendir un parcial, un estudiante que quedó ciego a los 18 años: “Quería expresarte que el desafío que te propusiste fue muy exigente, pero de enorme valor humano y académico… te agradezco por no ir por el camino fácil”.

Tanto la secretaria Académica (Florencia Castro) como la directora de Articulación e Ingreso (Macarena Forneris) señalaron que tuvieron que trabajar con los docentes de las distintas carreras para que entiendan que en algunos casos debían modificar modalidades de cursadas y evaluaciones. “En cierto sentido hicimos un trabajo de sensibilización con los docentes de algunas asignaturas que debían replanificar las cursadas y las metodologías de trabajo. Algunos comprendieron rápidamente, otros no tanto. Pero entendemos que debemos acompañarlos porque no siempre es fácil enfrentar lo nuevo”, dijo Castro.

“Recientemente se aprobó el proyecto y la financiación del programa sobre Políticas de Discapacidad para Estudiantes universitarios (PODES), lo que nos va a permitir disponer de otros recursos que faciliten la tarea que hasta el momento vienen realizando estas docentes con gran esfuerzo y dedicación”, destacó la secretaria Académica.