Capacitación laboral en la Universidad

 

Por Ligia Nicolai

Los avances tecnológicos y digitales instaron a las universidades a asumir nuevos desafíos, de cara a la transformación social y económica de la actualidad.

Esta realidad llevó a la UNNOBA, en 2019, a crear el Instituto de Oficios y Competencias Laborales, con el objetivo de permitir el acceso a la capacitación a personas que necesitan conseguir empleo y validar los saberes en el trabajo para lograr una mejor inserción laboral.

Se trata de un espacio que crea la Universidad para formar el capital humano que se necesita en la región y contribuir al desarrollo económico regional. Incluye, por ejemplo, a aquellos que, por diferentes razones, no finalizaron el ciclo de educación formal obligatorio pero necesitan formarse. También tiene como objetivo contribuir en la recapacitación de recursos humanos que ya se encuentran insertos en el mundo laboral, pero necesitan actualizar sus conocimientos.

Tanto personas jóvenes como adultas, una vez incorporados al mundo productivo, reingresan al ámbito educativo y permanecen en distintas etapas. “Cursé el taller de mecánica para aprender más. Adquirí varios conocimientos que no tenía y me resultaron útiles, ya que los aplico todos los días porque trabajo en una casa de reparaciones”, contó Emiliano Massaro.

Así, los cambios tecnológicos, sociales y económicos conllevan a entender el concepto de educación como un proceso que se transita a lo largo de toda la vida. Paralelamente, las sociedades y sus instituciones comienzan a priorizar la inversión en capital humano.

Para la UNNOBA, es indispensable la formación continua y esta se presenta en distintas dimensiones, como la capacitación permanente de trabajadores en servicio o actividad y la recapacitación de aquellos que deben reincorporarse a la actividad, o bien cambian sus condiciones laborales y deben adaptarse a nuevas competencias y habilidades. De esta manera, la formación que ofrece este Instituto colabora al desarrollo de la sociedad y la región.

“Soy ingeniero mecánico, realicé el curso de Termotanques Solares y no tenía conocimientos previos. Me animé y lo aprendido me sirvió, ya que fue muy práctico el taller y pude aplicar el conocimiento en equipos existentes en la ciudadela de Mariápolis, donde trabajo”, expresó Marcelo Cuello, quien realizó el curso junto a dos compañeros y una compañera de Mariápolis Lía, ubicada en la localidad de O’Higgins, partido de Chacabuco.

Marcelo y María explican la reforma que hicieron en el termotanque solar, luego de la capacitación en la UNNOBA.

Junto a él cursaron Oscar Pérez, gasista, Diego Bataglia, electricista, y María Ambrosio, técnica en Mantenimiento Industrial. “Toda mi carrera la hice en un pupitre y, la verdad, que poder realizar este curso de Termotanques Solares me sirvió mucho, ya que lo que vimos es la práctica, todos conceptos que luego pudieron ser aplicados en la ciudadela y pudimos observar los resultados”, sostuvo María, quien además realizó de manera simultánea el curso de Energías Renovables, del cual resaltó haber entendido que la incorporación de energías renovables conlleva un cambio de hábitos: “No se trata sólo de la colocación de paneles solares”.

Estas nuevas competencias y habilidades necesarias a partir de los cambios tecnológicos, o transformaciones en la forma de organización de los procesos productivos, en general, están asociadas a la generación de nuevos conocimientos y a la innovación, lo que determina que las universidades sean espacios pertinentes para formarse.

La permanente transformación del mundo del trabajo y económico requiere en la actualidad una convivencia multisectorial y multidisciplinar. La interacción entre las instituciones educativas y el resto de las fuerzas aparece como indispensable, y ahí el rol de la universidad es esencial.

En este sentido, Martín Montecelli, director del Instituto de Oficios y Competencias Laborales, expresó que uno de los objetivos del Instituto se basa en crear una oferta de acuerdo a la demanda de la región y que, para esto, se trabaja en conjunto con el área de Vinculación Tecnológica de la Universidad. “También como objetivo se plantea el crecimiento de la matrícula y de los cursos, no sólo de oficios sino también de competencias laborales, que es lo que el sector laboral demanda”, manifestó Montecelli, magíster en Energías Renovables y también docente de las carreras de Ingeniería de la UNNOBA.

Por su parte, Paula Lencina, docente del curso “Primeros Pasos en Programación”, relató su experiencia como docente: “Lo que más me gratificó fue escuchar que varias de las personas me contaban que quizá no han tenido la posibilidad de acceder al ámbito universitario en otro momento de sus vidas y que ahora sí se animaban o podían hacerlo”.

Una de las particularidades que tienen los cursos de oficios es que no es necesario contar con saberes previos. Lencina entiende que participar de estas capacitaciones impacta positivamente en las posibilidades laborales de los grupos heterogéneos que se participan. “La Universidad se abre a la comunidad entera y eso se puede vislumbrar en las clases donde participan alumnos de diversas edades, con diferentes intereses y distintos saberes”, añadió la docente, quien también es profesora de grado en la materia Área Algoritmos y Estructuras de Datos de las carreras de Informática de la UNNOBA.

Estudiantes del taller “Primeros Pasos en Programación”.

En tanto, Ezequiel Seisdedos, encargado de llevar adelante el Programa de Oficios EDEN  y técnico en Automatización y Robótica, resaltó el compromiso quienes participaron del curso y enfatizó la importancia de que más del 90 por ciento lo finalizara: “Tanto en la virtualidad como en la presencialidad el entusiasmo del grupo fue importante”. Este taller, dictado por Seisdedos, es parte de la oferta no regular que tiene el Instituto en las localidades de Bragado, Chacabuco, Baigorrita, Alberdi, Alberti, Mercedes, además de Junín. “Por supuesto, tenemos una importante ,oferta de cursos regulares en Junín, Pergamino y Rojas, pero además intentamos fortalecer el Instituto y posicionarlo en la región a partir de sus necesidades”, señaló Montecelli.

Si durante parte del siglo XIX y XX las exigencias pasaban por la alfabetización, hoy las transformaciones instan a su población a pasar por la universidad para no limitar sus posibilidades laborales y también por la interacción cultural que allí se genera, para poder liderar y gestionar los cambios, para estar incluidos, garantizando la igualdad de oportunidades.

Termo solar refaccionado en Mariápolis Lía.