Un diseño orientado a las personas
El diseñador Martín Churba define al diseño como “una herramienta capaz de generar un cambio social a través del trabajo cooperativo”. Así comenzó la charla sobre “Diseño Social”, que el autor de la marca Tramando ofreció en la ciudad de Pergamino en el marco de los diez años de las carreras de Diseño de la UNNOBA.
“Cuando creé Tramando -recuerda- necesitaba generar una imagen con una identidad poderosa, y nada mejor que ahondar en el contexto social para tener identidad. Pensamos en la trama social como distintos proyectos, en la que Tramando iba a generar, a través del diseño, lazos sociales. Cuando me presentaron a [Héctor] ‘Toty’ Flores, de la cooperativa La Juanita, ya había hecho campañas de promoción de mensajes sociales. Con Toty tuve la posibilidad de entender cómo está hecha la trama social y ver cómo somos capaces de relacionarnos y transformarla”.
Comenzó a colaborar con ellos hace 10 años, cuando el dirigente social le comentó que tenían un taller textil y no sabían usar las máquinas. “No aceptaban Planes Trabajar y buscaban la reinserción laboral. Finalmente, lograron fabricar guardapolvos con diseño que se exportaron a Japón y hasta se usaron en el coro de la obra Evita, en Tokio. Hace años que diseñan el packaging para el pan dulce que vende la cooperativa”, cuenta. En ese sentido es que Churba afirma que el “diseño social” está íntimamente ligado al “compromiso social”: “Cuando hablamos de diseño, imaginamos productos para ser vendidos y fabricados por una industria y dirigidos a los consumidores. Pero muchos diseñadores hemos aprendido que es necesario el compromiso social en la práctica del diseño. Es decir, un diseño orientado hacia las personas, que busca trabajar para y por las personas, y que tenga algo más que el beneficio de una transacción monetaria”.
Cuando habla de este compromiso, también recuerda su viaje a Tilcara (Jujuy), donde conoció a tejedoras de fibra de llama que le plantearon la necesidad de capacitarse. Eso se propuso desde la Red Puna, organización que agrupa a 35 organizaciones campesinas y aborígenes. Finalmente, en el año 2005, se pusieron en contacto. “Nos necesitábamos mutuamente. Yo quería conocer talleres textiles del norte del país y las tejedoras querían mejorar sus diseños, como por ejemplo en las terminaciones, para poder lograr un producto mejor acabado y de mayor comercialización. Hoy estas tejedoras exportan su trabajo, comercializan sus productos en más lugares y en mayor cantidad. ¡Japón y París conocen las prendas textiles de la Puna!”.
Para Churba, el diseño puede ser también un “agitador cultural” y sostiene que es capaz de crear puentes de relaciones: “La idea es que el diseño nos transforme en agentes de capilaridad, en puentes, y que se puedan generar vínculos que luego se integren. Y en esto podemos trabajar todos. El diseño social, entonces, se amplía hasta los principios y procesos del diseño para trabajar en la dinámica humana, con una profunda comprensión del contexto y creando las condiciones para el éxito. Esto implica la participación de los interesados, la construcción de relaciones sólidas y, sobre todo, compartir el acceso al conocimiento”.
Quinteros: “El periódico es un actor político más”
Guillermo Quinteros, docente del doctorado en Historia que se dicta en la UNNOBA, define a los periódicos como “actores políticos” que tienden a influenciar tanto a los lectores como a los tres poderes del Estado. Esta afirmación no es una simple opinión, sino que es el resultado de años de investigación.
El proyecto sobre el que Quinteros trabajó se denomina “Periodismo y Revolución de Mayo”. “Nació con esa temática y luego se fue ampliando y diversificando”, planteó. En ese marco, Quinteros hizo un estudio exhaustivo de los medios de comunicación (principalmente los periódicos) desde la época de la Colonia hasta la actualidad, en el que analizó el vínculo entre estos medios y el ejercicio de la política.
“Concebimos el periódico como un actor político más, dentro de los actores políticos que existen en la sociedad”, señala para luego ampliar: “Nosotros tenemos una gran diversidad, podemos hablar de tendencias políticas, no solamente de partidos propiamente dichos, porque los partidos políticos tradicionales, clásicos de los siglos XIX y XX, no tienen el mismo perfil que tenían por entonces. Hoy hay otra dinámica, la cosa es más cambiante, y estudiar un partido político se torna bastante más difícil. Lo mismo ocurre con el periodismo, con el periódico y con los periodistas que trabajan dentro de un periódico. También ellos cambian de perspectiva, el periódico como empresa periodística puede establecer algunas alianzas, puede estar sujeto a presiones, o a corrientes partidarias específicas. Pero está la otra parte que es muy interesante, y por la cual nosotros lo consideramos un actor político, y es que también tiende a influenciar, por lo menos a dos sectores claros: a los lectores con quienes tiene un contrato de lectura, así como al Poder Ejecutivo, Legislativo o Judicial de turno, con quien suele establecer alguna forma de vínculo”.
Evolución de los medios
Así como los partidos políticos eran instituciones de más fácil definición hace cien años atrás, también lo era un periódico: la realidad se ha complejizado en un escenario en el que aparecen los multimedios y confluyen diferentes soportes: gráfico, audiovisual, digital. “Por eso se habla de la problemática de su estudio”, desliza Quinteros.
Haciendo un breve repaso de ese proceso, el historiador sostiene que los periódicos del siglo XIX no eran comerciales ni estaban concebidos como empresas periodísticas. “Estaban destinados a un público bastante reducido, ya que la mayor parte de la población era analfabeta”, explica. Por tal motivo, era el propio gobierno el que los financiaba, “y ahí había una vinculación directa entre el editor y redactor, con el poder de turno”.
Quinteros subraya que “los periódicos que nacen, y coinciden, en toda Latinoamérica, son los periódicos de la Independencia, los de la Revolución”. Es decir que se podría afirmar que, en principio, todos se originaron “como órganos políticos antes que como órganos periodísticos”.
En tal sentido, recuerda los debates entre Domingo Faustino Sarmiento y Juan Bautista Alberdi sobre las “formas de diseñar un país”. Y es en ese momento en el que “empieza a aparecer, mezclado, el otro periodismo, que ya no es simplemente el político que hace periodismo, sino el periodista profesional”.
Con la aparición de la empresa periodística, también comienza un proceso de especialización del oficio, y surge el periodismo policial, político, económico, deportivo, de interés general, o de espectáculos. “Es decir que a comienzos del siglo XX empieza a diversificarse –resume Quinteros– pero ya con una población enormemente alfabetizada. Sin embargo, de manera paralela, subsisten, por ejemplo, los periódicos partidarios, los sindicales, y aún en el caso de Latinoamérica y Estados Unidos, los periódicos de las colectividades”.
En simultáneo a esa diversificación, “aparece la profesión del periodista y los periódicos que dicen ser profesionales, es decir, los que aseguran ‘nosotros no estamos ni a favor ni en contra del Gobierno’. Esta es otra complejidad, porque el objetivo de ese periódico es la noticia o la información, pero al mismo tiempo está lucrando, y ahí es donde empiezan a aparecer las tensiones”. Esas complejidades se fueron profundizando con “la llegada de los multimedios, Internet, y la rapidez de la noticia”.
Enfermedades transmitidas por animales a humanos
La doctora Delia Enría, directora del Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas “Doctor Julio Maiztegui” (INEVH), consideró que hace falta enfrentar eficazmente las zoonosis porque “representan una amenaza continua para los sistemas de salud”.
En rigor, las zoonosis son enfermedades que los animales pueden transmitir a los humanos. La titular del INEVH explicó que algunas tienen la particularidad de ser “no erradicables”, porque los agentes que las producen están presentes en la naturaleza. Un ejemplo es la Fiebre Hemorrágica Argentina, una enfermedad causada por el Virus Junín, cuyo reservorio es un tipo de roedor. “La estrategia utilizada en el control de la Fiebre Hemorrágica Argentina, una enfermedad zoonótica para la que existe un tratamiento efectivo y una vacuna preventiva, ha sido una experiencia única y exitosa que es empleada como modelo en el mundo”, resaltó.
La especialista de la Maestría en Prevención y Control de las Zoonosis de la UNNOBA hizo hincapié en la formación de recursos humanos y reconoció que frente a los brotes, que constituyen “emergencias”, el sistema responde “como puede”, tratando de controlar la situación y brindando la capacitación desde la experiencia, en forma aislada. “Creo que es necesario sistematizar la formación de profesionales y técnicos que trabajan en este campo”, insistió.
Delia Enría consideró en la baja incidencia de algunas de estas enfermedades constituye un factor que influye en los niveles de alerta: “Cuando descienden los casos, producto de acciones de control, la comunidad piensa que han desaparecido. Entonces disminuye el financiamiento para el trabajo en las áreas que estudian y atienden estas enfermedades”.
Para la codirectora, el trabajo interdisciplinario es clave en el control de las zoonosis. Incluso, esto contribuiría a disminuir su impacto. “Alguien que haya trabajado solo en las ciencias biológicas no va a estar preparado para abordar la complejidad de los brotes. La comunidad científica está llamada a la interdisciplina y las zoonosis no son la excepción. Hay que discutir qué tipo de formación queremos para los profesionales que trabajan en estas áreas”, sostuvo.
Con respecto al lugar que tienen las zoonosis en los sistemas de salud, opinó que están en el escalón de las “enfermedades olvidadas”. “En el mundo la atención está centrada en las enfermedades crónicas”, diferenció. Y fundamentó su apreciación en un informe elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el que se analizaron los errores cometidos durante la epidemia de ébola. “Hay una preponderancia en la atención de las enfermedades no transmisibles como la hipertensión, la diabetes, la obesidad y el cáncer; mientras que hay otras, como las zoonosis, que tienen un espacio que debe ser ampliado y reforzado en el mundo”, remarcó.
Carrera en la UNNOBA
La Maestría en Prevención y Control de las Zoonosis es parte de oferta académica del Instituto de Posgrado de la Universidad. Está acreditada por la CONEAU (Resolución N° 11.555/13).
Más información en posgrado@unnoba.edu.ar
“La firma digital brinda un componente de seguridad que el papel no tiene”
-¿Qué características tiene el proceso de digitalización en el que está actualmente la Universidad?
-Desde una perspectiva general, se trata de un proyecto amplio que podemos denominar “gobierno digital”, un proyecto en el que los funcionarios de la Universidad vienen trabajando desde hace más de dos años. El gobierno digital incluye muchos elementos, por ejemplo, el voto electrónico, algo que ya está implementado y consolidado. Ahora estamos avanzando hacia el expediente digital, una instancia que está cerca y que implica la eliminación del expediente en papel. En este momento estamos haciendo una experiencia piloto mediante el manejo de dos soportes a la vez, el físico y el digital. Ya hemos avanzado en organizar expedientes totalmente digitales, sin paralelo en el físico, con ciertos trámites muy simples como pedidos de aulas, por ejemplo.
-¿Qué es un expediente para la universidad y a quién beneficia este cambio?
-Un expediente es una serie concatenada de actos que hacen distintas personas, un procedimiento que se va siguiendo hasta que alguien (una autoridad) toma una decisión sobre lo que se pide. Generalmente se inicia en la Mesa de Entrada, se le coloca una carátula y un título. Ese pedido puede ser de un agente de la universidad (estudiante, docente o no docente) o alguien externo también. El pedido transita las oficinas y el expediente se va engrosando con hojas que va adosando cada instancia. Ese tránsito físico lo vamos a reemplazar por un tránsito virtual. La digitalización te permite aumentar la eficiencia, ya que la remisión es instantánea entre un edificio y otro, sobre todo en una universidad con distancias como las que manejamos nosotros. El ahorro de tiempo en el circuito administrativo es considerable, de esta manera prestás un mejor servicio.
-Y para garantizar ese circuito, ¿necesitan la firma digital?
-Exacto. Cada oficina, en vez de sumar una hoja va a adjuntar un archivo digitalmente firmado. Todo el sistema va dejando constancia de la oficina por la que pasa, incluso a qué hora. La firma digital brinda un componente de seguridad que el papel no tiene: no se puede cambiar una fecha u ocultar el lugar en el que el trámite se encuentra. Es seguridad y transparencia para la persona interesada, para los funcionarios y para la comunidad en general. Implica también democratizar la información porque derriba las distancias.
-¿Cómo se resuelve a nivel legal la seguridad de la firma digital?
-Hay una ley de firma digital [Ley 25.506 del año 2001] que enmarca el aspecto de la seguridad a nivel nacional. La Universidad se constituyó, a partir de esta normativa, en un organismo certificador que puede emitir firmas digitales token. Todos los funcionarios ya tienen sus dispositivos para empezar a firmar los documentos y los están usando en la prueba piloto. Por otra parte tenemos que sancionar nuestra propia normativa, apoyándonos en la ley nacional, que nos permita abandonar el expediente en papel y migrar al digital. Estamos en camino a ser la primer universidad nacional que tendría el expediente digital como único soporte.
-Usted habló de gobierno digital como un proceso más amplio. ¿Qué otros aspectos hay implicados?
-La prosecretaría TICs y la Secretaría Económico - Financiera están trabajando en el recibo digital, apoyados en la legislación que lo habilita. Pero cada Secretaría a su vez viene trabajando con la prosecretaría TICs y con la General en lo referido a gobierno digital. La Secretaría Académica, por ejemplo, está implementando los certificados para los alumnos, sumado a todo lo que ya vienen haciendo, como las inscripciones virtuales. A su vez, todos estos procesos tienen que ir, al mismo tiempo, certificando su calidad mediante IRAM.
-¿Contemplan problemas específicos para el desafío del gobierno digital?
-Hay dificultades, pero no veo ninguna como insuperable, por ejemplo a nivel normativo, porque si se mira hacia el costado somos pocos los que estamos tratando de avanzar. Entonces los problemas son los que puede tener cualquiera que es pionero en algo. Esas dudas se van superando a medida que demostrás que tu propuesta sirve, mejora y además facilita las tareas. Pero en definitiva es un proceso largo porque implica todo un cambio de mentalidad y será posible en la medida en que toda la administración pública, y a todo nivel, vaya en el mismo sentido.
“Entramos en un proceso de digitalización total”
El Prosecretario TIC cuenta el camino recorrido por la Universidad hasta llegar a esta instancia: “Lo más difícil es cambiar la forma histórica de hacer las cosas”. Y reconoce: “El miedo a lo nuevo se fue rápidamente”. El desafío futuro es reemplazar al papel en todos los procesos administrativos en que sea posible.
Para llevar adelante el proyecto de gobierno electrónico, la Universidad cuenta con el trabajo de la Prosecretaría de Tecnología de la Información y la Comunicación (TIC), un área en la que se desarrolla e implementa el software destinado a los procesos de digitalización. Desde allí también se administran, almacenan y gestionan todos los datos que necesita la universidad para funcionar, sobre una infraestructura tecnológica propia.
El responsable de la tarea es Hugo Ramón, quien plantea la transversalidad de las nuevas tecnologías: “Somos una herramienta que utilizan todas las demás áreas. Nuestra área está abajo, en el sentido de ‘soportar’ en la práctica a todos los demás procesos”.
El desafío de que todo funcione, y a toda hora, genera un compromiso particular. “TIC no cierra por vacaciones, y así estamos”, bromea.
Hugo Ramón destaca como un hito para el gobierno digital las elecciones que se llevaron a cabo en la Universidad en el año 2011 mediante el voto electrónico: “Automatizamos e hicimos transparente un proceso complejo, desde la generación de los padrones para los distintos claustros hasta el cálculo de los resultados de la elección”.
Ahora su área está inmersa en la implementación del expediente digital. “El área de sistemas desarrolló un software que se llama Dossier, destinado a registrar los movimientos de los expedientes”. En un primer momento, esos expedientes -que son los pedidos de cualquier tipo de trámite que se puede iniciar en una universidad- tuvieron un movimiento físico y uno virtual. “Ahora entramos en un proceso de digitalización total de las fojas”, explica el prosecretario.
-¿Eso significa que el expediente digital va a reemplazar definitivamente al papel?
-El objetivo final es reemplazar al papel en la mayor cantidad de procesos administrativos que sea posible. En este momento el sistema está en una etapa intermedia, se está trabajando en simultáneo. A partir de mayo, aproximadamente, todas las fojas van a estar firmadas digitalmente por la gente que participa en los expedientes.
-¿Cómo funciona la firma digital?
-Al iniciar el proceso se tiene un archivo, por ejemplo un PDF, que se asocia al expediente. El objetivo es que ese archivo tenga una firma, de manera que quien recepciona el documento tenga la posibilidad de estar seguro de que quien lo firmó sea quien dice ser y que además tenga la certeza de que, desde que se firmó, ese documento no sufrió ninguna alteración de contenido.
Para esto, la UNNOBA se constituyó como entidad de confianza ante la Oficina Nacional de Tecnologías de Información (ONTI) y ahora tiene la posibilidad de gestionar la generación de certificados digitales para que sus funcionarios puedan firmar digitalmente los documentos.
“Cuando tenés un documento firmado, al hacerle clic sobre el ícono de la firma podés ver los datos del certificado: quién te lo entregó, dónde trabaja, su correo, y si el contenido fue alterado después de haber sido firmado, es decir da completa seguridad”, dice Hugo Ramón.
En la firma digital se pueden leer todos esos datos porque “lo que interesa determinar es la identidad de quien lo firmó y que ese contenido no fue adulterado, es decir la integridad”.
Un dispositivo token es similar, si se lo mira desde afuera, a un pendrive. Se conecta a un puerto USB y permite firmar documentos. En su interior está grabado el certificado que le otorgó la ONTI a través de la Universidad, con una clave pública y una clave privada. La clave pública sirve para que otras personas puedan verificar la identidad. La clave privada sirve para encriptar e impactar la firma en un documento digital.
Para firmar el archivo hay que utilizar un software firmador, por ejemplo DigiSigner, que permite insertar una firma en un documento. En el dispositivo token está la identificación personal del funcionario firmante, quien antes de impactar la firma tiene que ingresar su contraseña.
-¿Qué desventajas o problemas plantea un proceso de digitalización de la información?
-Lo más difícil es cambiar la forma histórica de hacer las cosas. Pudimos enfrentar eso mediante dos dimensiones: la decisión política y la capacitación. El miedo a lo nuevo se fue rápidamente. Tuvimos tres o cuatro días complicados cuando empezamos con la foja digital, algunos usuarios descontentos también, pero eso cambió rápidamente cuando vieron las ventajas: inmediatez, disponibilidad y transparencia de la información, porque básicamente el gobierno electrónico apunta a la transparencia.
-A que nadie pueda decir “a mí no me llegó”.
-No se puede jugar mucho a las escondidas porque el expediente digital permite la disponibilidad inmediata de la información.
Software con el sello UNNOBA
La UNNOBA desarrolló una herramienta para firmas masivas de certificados que se utilizó en el último Congreso Argentino de Ciencias de la Computación, del que fue sede. Se firmaron más de 2.500 certificados mediante este software. Los asistentes al CACIC gestionaron sus pedidos en los puestos de voto electrónico, que fueron configurados para el congreso. Para el próximo CACIC, que se hace en San Luis, se le pidió a la UNNOBA esta herramienta para que pueda ser usada por la Universidad Nacional de San Luis (UNSL).
Ciencia, el desafío de minimizar el impacto de la producción
El debate sobre la investigación del medioambiente y su articulación con la producción fueron los disparadores en la charla sobre “Medioambiente y sociedad” que se realizó en la UNNOBA.
Para Mariano Merino, integrante de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires, la investigación del medioambiente es reciente, lo cual constituye un reto para el investigador: “La producción inevitablemente afecta el medioambiente y el desafío como investigador es proveer a las empresas mecanismos para minimizar ese impacto. La actividad agropecuaria, el uso de pesticida, el estado de las cuencas hídricas o los organismos modificados genéticamente, tienen impacto sobre el medioambiente, algo que hay que solucionar. Precisamente, la ciencia está para esto, aunque no podemos cargar todo el peso sobre el investigador. El científico investiga, trae una solución, descubre lo que está pasando, después debe articular con los innovadores, con la parte productiva o con el Estado que tiene que estar presente y controlar”.
Merino entiende que la ciencia es parte de la sociedad. De ahí el compromiso que deben asumir los investigadores: “Hay que apostar a los jóvenes que se están formando. A nosotros nos cuesta bastante pensar en la parte social. Hay que salir de los cómodos laboratorios que tenemos. Los investigadores, muchas veces, sabemos de los problemas y no tenemos las soluciones, lo cual nos frustra mucho. Pero sí somos parte de la sociedad y por eso es un problema de todos”.
En el mismo sentido reflexiona Ramiro Sarandón, doctor en Ciencias Naturales y licenciado en Ecología y Conservación de Recursos Naturales Renovables, para quien la sociedad actual está “más atenta y preocupada por el medio ambiente” que antes. “Hace treinta años si yo decía: ‘voy a estudiar Ecología ’, te preguntaban de qué se trataba. En cambio hoy todo el mundo está preocupado por el tema y pregunta. Hubo un cambio cultural, con hitos importantes como Río 92 o el Protocolo de Kyoto que han marcado un cambio paradigmático sobre la importancia que lo ambiental tiene en la sociedad. Y también existe voluntad política, pero siempre depende de cómo se aplican estas políticas”.
Respecto de los conflictos que se suscitan en torno al medioambiente, Sarandón distingue entre dos tipos de enfoque: “Hoy la preocupación pasa por el deterioro de la calidad del ambiente en pos del ser humano, es decir en la agenda marrón [cómo hacer frente a los residuos, efluentes industriales, emisiones de gases, por ejemplo, que son producto de los impactos del desarrollismo convencional] y no tanto en la agenda verde [protección de la biodiversidad]”.
“También tenemos que tener en cuenta la realidad diaria, cuánto se desea y cuánto se puede. Es muy lindo decir ‘hay que reducir las emisiones gaseosas’, pero esto implica cambiar la matriz energética de una nación usando otro tipo de energías, lo cual no es fácil desde el punto de vista tecnológico y económico. Igualmente, cada día estamos más involucrados, cada vez es más augurioso el esfuerzo del conjunto de la sociedad”, considera Sarandón.
Otro de los oradores de la jornada fue Daniel Galli, profesor titular de la asignatura “Ingeniería y Desarrollo Local y Sustentable” de las carreras de Ingeniería de la UNNOBA. Su postura, al momento de relacionar medioambiente y educación, apunta a nuevo modelo profesional .“El nuevo hombre que también conlleva un nuevo profesional, no debe analizar el manejo de los recursos como se hizo históricamente, sino formar parte del hábitat”, sostiene.
“El nuevo ingeniero no puede trabajar en una empresa que contamine, como el empresario debe tener emprendimientos con Responsabilidad Social Empresaria (RSE), que además de ganar dinero, tengan ética y sustentabilidad. Esto, de la misma manera que el abogado debe interpretar la diferencia entre responsabilidad y culpa para los conflictos ambientales, y los economistas repensar el crecimiento económico, como condición necesaria, pero insuficiente, si no es acompañada de equidad en la distribución de la riqueza”, opina.
Más universidades, más crecimiento económico y social
Por el doctor Guillermo R. Tamarit
@RectorUNNOBA
En el ámbito del prestigioso London School of Economics and Political Sciencies y bajo el título “The more universities in a country, the faster its economic growth” (Más universidades en el país, más rápido su crecimiento económico) los investigadores Anna Valero y John Van Reenen, presentan el impacto que tiene la creación de universidades en el crecimiento económico de los países y regiones, estableciendo que para el Reino Unido, agregar una universidad en cada región, supone un crecimiento de 0,7% de la economía.
En general, todos asumimos esta definición como una realidad, pero resulta muy importante la tarea de precisar cuál es la efectiva incidencia de las instituciones de educación superior en el desarrollo de las regiones de los países.
El estudio basado en la información disponible en UNESCO sobre educación superior involucra la localización de 15.000 universidades en 1.500 regiones nacionales de 78 países en el período comprendido entre 1950 y 2010.
A partir de la revolución industrial y, con mucho más énfasis, a partir de la posguerra de la Segunda Guerra Mundial, la creación y difusión del conocimiento estuvo asociada a las Universidades, a lo largo y a lo ancho del planeta. Como vemos en los gráficos 1 y 2, la evolución de instituciones de educación superior tiene correspondencia con el crecimiento del Producto Bruto Interno internacional. Aún en el caso de nuestro país, con recorridos menos estables, existe la misma tendencia de carácter general, tal como lo señalan los gráficos 3 y 4.
Además, debemos señalar el impacto de las actividades universitarias. En la dimensión personal: los graduados universitarios obtienen mejores salarios que el promedio, consumen más y de una manera más sofisticada, por lo que dinamizan la economía. En la dimensión social: se generan nuevas demandas laborales, se impulsa la innovación y mejora la calidad de la ciudadanía. En suma, resulta un impulso a prácticas democráticas e igualadoras a través de bienes transables e intangibles que mejoran al conjunto de la sociedad.
En el caso de la UNNOBA, desde su creación fue definida como una Universidad Nacional fuertemente identificada con su región. En este período hemos puesto en valor de múltiples maneras las actividades de educación superior en el territorio, con la permanente incorporación de nuestros graduados al mercado de trabajo, la creación de centros de investigación y la incorporación de nuevos investigadores, el desarrollo de diversas tareas de extensión con empresas locales e instituciones públicas. Todo ello empieza a impactar en la actividad productiva, social y política de la región y, sin duda, ha resultado un valioso aporte para el desarrollo económico y social del noroeste de la provincia de Buenos Aires.
Adiós a Marcelo Motto
Adolfo Bioy Casares fue el jurado que eligió la novela El juego de K, de Marcelo Motto Rouco, como la ganadora de la Primera Bienal de Arte Joven de Buenos Aires, realizada en 1989.
En esa época, jurado y premiado trabaron una relación. Sería exagerado afirmar que fueran amigos, pero una vez por mes Motto tocaba el timbre del departamento de Barrio Norte del autor de La invención de Morel y pasaban horas conversando –principalmente– de literatura.
Sin embargo, el camino posterior de Motto no fue el de las letras. O al menos no lo fue en el sentido tradicional: el de la escritura de textos y su posterior publicación. Su timidez (o lo que se conoce como bajo perfil) hacía que rechazara la idea de la reproducción de una obra con su nombre estampado en la portada. De hecho, cuando el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires publicó El juego de K, fantaseó recurrentemente con canibalizar la edición. “Quisiera comprar todos los ejemplares”, solía rumiar.
En aquellos años y posteriormente, sí fue autor de algunos cuentos, guiones, canciones y cómics. Cuando se acercó a la radio descubrió que en ese ámbito –como en ningún otro– podía desarrollar su creatividad. Su melomanía hizo que, de algún modo, las letras fueran reemplazadas por la música.
Motto ingresó a la FM Rock & Pop luego de la etapa de mayor experimentación de la radio, cuando empezaba a consolidarse como un medio líder y masivo. Pero su perfil bajo (otra vez) hacía que su voz sólo apareciera esporádicamente a través de su alter ego: Manuel Sarmiento. Allí fue productor y musicalizador, con una fuerte impronta en la artística de la emisora.
“Con él aprendí a escribir y pensar radio, Rock & Pop es él”, escribió una ex compañera de trabajo por estos días. Otro reconocido locutor también lo recordó: “Sus artísticas son de las más increíbles que haya escuchado”. Además, Motto formó parte de la productora Cuatro Cabezas y armó y dirigió la Radio X4.
Años más tarde, cuestiones personales lo llevaron a Junín. Al poco tiempo de haberse instalado en la ciudad, fue convocado para poner en marcha UNNOBA Radio. “Marcelo Motto le dio el carácter que tiene, hay una idea detrás de nuestra radio que no encontraba bien su rumbo inicialmente y definitivamente él fue el que la puso en valor y le dio su identidad, que es lo más difícil para un medio de comunicación”, afirmó el rector de la Universidad, Guillermo Tamarit.
Fiel a su esencia, en Junín Motto apoyó con entusiasmo a las bandas de rock locales.
Inesperadamente, falleció el 20 de enero de 2016. Desde entonces, se multiplican las muestras de afecto hacia él. “Era una persona inteligente, creativa. Con una sana mordacidad. Por momentos, era un chico que descontracturaba toda situación”, según la definición de un ex compañero de UNNOBA Radio.
La secretaria de Cultura de la UNNOBA, Laura Durán, definió a Motto como un “rocker melancólico”, y afirmó que fue un “rara avis” porque “era un tipo que había transitado toda la movida de los ochenta y noventa en Buenos Aires y, de repente, encontró su lugar en el mundo en Junín”.
Con todo, queda su legado que, de acuerdo al pensamiento de Tamarit, seguirá presente en la emisora de la Universidad: “Marcelo no sólo ha dejado una idea que es muy difícil de lograr, sino un conjunto de gente que ha formado y con la que ha desarrollado esa idea. Gente joven que tiene que tomar la posta para seguir con esto”.
Combatir el barigüí, una cuestión de salud y calidad de vida
Hace poco más de una década un insecto diminuto iba a tranformar definitivamente la vida de los junineses y otros pobladores del interior. Al principio, no parecía que aquel “bichito” importado fuera a cambiar tanto las prácticas cotidianas: las personas iban a pensar dos veces a la hora de armar un programa al aire libre, los trabajadores con tareas a la intemperie iban a implementar novedosas estrategias para eludirlo (fogatas, aplicación de shampoo o vinagre en el cuerpo). Ahora los chicos tenían la excusa perfecta para jugar en la “compu” y muchos amantes del deporte iban a preferir el gimnasio antes que correr en el Parque Borchex.
Con el tiempo vino la resignación: el comentario sobre el clima empezó a venir acompañado del de la “cantidad de barigüíes” en el saludo de dos personas que, repentinamente, se encontraban en una calle o ascensor.
Agustina Marcellino es ingeniera Agrónoma, egresada de la UNNOBA, y comenzó a estudiar al insecto desde el área de Zoología Agrícola. Su testimonio trae una esperanza y, a la vez, una advertencia: no solo que es posible controlarlo para mejorar la calidad de vida, sino que es necesario hacerlo para prevenir posibles enfermedades en la población.
-¿Es posible eliminar el barigüí?
-No completamente, aunque se puede reducir la densidad poblacional a un nivel no molesto para la comunidad. Es muy difícil erradicarlo totalmente, porque donde haya un curso de agua corriente las hembras, que se trasladan por el viento, depositarán sus huevos. Existen más de dos mil especies de simúlidos y setenta se encuentran en Argentina. Su expansión a localidades vecinas resulta cada vez más evidente. Cuando se registran las condiciones óptimas, como cursos de agua no muy contaminados, colocan sus huevos. Luego emergen en formas juveniles de vida acuática [larvas].
-¿En qué zonas se ha detectado este insecto?
-En Argentina se han encontrado especies en esta zona, en Santa Fe y hasta en la Patagonia, o sea que el clima no tiene un rol fundamental. En el mundo se encuentran ampliamente distribuidos. Pueden hallarse ejemplares en las zonas árticas, regiones subtropicales y tropicales, hasta el sur de América. Esta distribución se debe a su amplia adaptación frente a las diversas condiciones. Soporta aguas muy frías, de cero grado, hasta temperaturas de veinte grados. También están en arroyos y pueden llegar a estar a cuatro mil metros sobre el nivel del mar. Existen tanto en aguas con mucho o escaso oxígeno. El único requisito que tienen es disponer de cursos de agua dulce, adaptadas también a cierto grado de salinidad.
-¿Y por qué han proliferado de tal manera en la ciudad de Junín?
-Estimamos que podría deberse a la presencia de aguas que corren o fluyen, que no estén estancadas. Sin dudas, las lluvias y el aumento del nivel del agua han tenido un rol crucial. Sumado a esto, un escaso control biológico [regulación de la población por enemigos naturales], mecánico [remoción de larvas del sustrato a orillas del río] y químico [con productos sustentables para el medio ambiente], han promovido un microhábitat idóneo para la explosión poblacional.
-¿Qué métodos han resultado eficaces para controlar al insecto?
-Existe una bacteria que se libera en el agua y mata a las larvas que se ubican en la orilla del río. La bacteria se denomina Bacillus thuringiensis.
-Esa bacteria, ¿tiene algún efecto sobre el ecosistema?
-En Santa Fe, donde también tienen este problema, hicieron una prueba con renacuajos, que son los animales acuáticos más sensibles. Y el resultado fue que resistieron.
-¿Existen enemigos naturales que, en ciertos lugares, sirvan como control natural del insecto?
-Sí, según la bibliografía existe evidencia de que ciertos peces se comen las larvas del barigüí.
-O sea, que si trajéramos ciertos peces, también podríamos controlarlo...
-Claro, pero el problema es que eso podría causar un desequilibrio en el ecosistema, traer otro tipo de problemas en la flora y fauna autóctona. Antes de introducir especies exóticas se deben hacer numerosos estudios ambientales.
-¿Se sabe qué origen tiene el barigüí?
-Se cree que su procedencia es África. En ese continente, el barigüí transmite algunas enfermedades como la oncocercosis, que causa ceguera y lesiones en la piel. Además existe otra enfermedad que transmite, llamada mansonelosis. Por eso creo que debería preocuparnos el tema por una cuestión de sanitaria. Según diversos estudios, la provincia de Buenos Aires está libre de estas enfermedades, aunque sí existen en el norte del país.
-Algunos rumores que circulan en la ciudad plantean que el insecto es traído para combatir el pulgón de la soja. ¿Eso es cierto?
-No, esto es imposible ya que esta especie posee un hábito alimenticio que no comprende el consumo de otros insectos. Las que pican son las hembras: ellas chupan sangre de humanos o animales, de la que extraen proteínas que les permiten hacer proliferar sus huevos. En cambio, los machos se alimentan de néctar y polen, de la misma manera que las hembras cuando no crían huevos.
-¿Y cuál es el objetivo de la investigación que estás realizando en la UNNOBA?
-En pocas palabras, queremos evaluar qué especies de insectos se alimentan del barigüí y podrían emplearse como alternativa de control biológico, sin que se generen disturbios en el ecosistema.
Investigan cómo atacar las plagas sin dañar el medioambiente
El Laboratorio de Investigaciones en Zoología Agrícola (LIZoA), que funciona en el Campo Experimental, permite a docentes, becarios y estudiantes estudiar las plagas que más afectan a los cultivos. También posibilita criar los “enemigos naturales” que se utilizan como control biológico de esas plagas.
En rigor, los enemigos naturales están comprendidos por insectos, virus, bacterias y hongos que se alimentan de plagas y contribuyen a reducir las poblaciones de estas. El control biológico puede darse de manera natural o mediante el empleo intencionado de los enemigos naturales. “En este sentido, la idea es hacer una crianza de enemigos naturales, a través de métodos específicos y luego realizar una pequeña liberación a campo para observar cómo se comporta ese enemigo natural frente a la plaga”, especificó Carolina Sgarby, ingeniera agrónoma y jefa de trabajos prácticos de la cátedra Zoología Agrícola de la carrera de Ingeniería Agronómica.
El control biológico mediante enemigos naturales presenta ciertas ventajas: no genera residuos tóxicos, no produce resistencia ni desequilibrios en el ecosistema, permite reducir el empleo de plaguicidas y contribuye a resguardar los sistemas agrícolas. No obstante, presenta ciertas desventajas: su acción es más lenta y, muchas veces, menos eficaz.
Una de las problemáticas que Sgarby estudia está asociada al uso de insecticidas: “Trabajamos en las aplicaciones de los insecticidas para evaluar qué pasa en cada parcela con los enemigos naturales y las plagas. Hacemos experiencia con insecticidas que se denominan de banda verde para observar el comportamiento”.
La creación de LIZoA se dio en el marco de la cátedra de Zoología Agrícola. Este laboratorio cuenta con dos cámaras, lo que significa que se puede trabajar a la plaga y al enemigo natural por separado y en simultáneo. “No siempre estos organismos requieren las mismas condiciones, suelen necesitar distintos niveles de temperatura y humedad”, aclaró.
La investigadora contó que en la actualidad trabajan en un proyecto de investigación denominado “Biodiversidad y demografía de Plagas y Enemigos Naturales presentes en la Provincia de Buenos Aires”, el cual contempla varias líneas orientadas hacia distintas problemáticas de interés para la región.
“Las líneas de investigación actuales apuntan a conocer tanto las plagas como los enemigos naturales de ellas en los cultivos de soja, maíz y alfalfa, las diversidades de áfidos o pulgones y sus enemigos naturales y la diversidad de insectos de suelo”, explicó.
Investigaciones de LIZoA
La chinche verde es la plaga primaria de la soja y hay dos parásitos que son capaces de controlar esa plaga. Uno de ellos ataca al huevo y es de gran eficacia: normalmente afecta al cien por ciento de los huevos de la chinche. En tanto el segundo de los parásitos es la Trichopoda giacomelli, un insecto que parasita a la chinche verde. “La hembra deposita huevos blancos sobre el cuerpo de la chinche y de cada huevo nace una pequeña larva que se introduce en el cuerpo de la chinche. Las larvas van evolucionando hasta que una sola alcanza el estado de maduración y sale por la cavidad anal de la chinche”, describió la docente. “En este procedimiento sólo algunas chinches mueren al salir el parásito del insecto, por lo que las chinches parasitadas no disminuyen su actividad ni su capacidad de producir daños en soja pero sí logran reducir su fecundidad”, plateó Sgarby.
Además de la investigación sobre las chinches, hay otros cuatro ingenieros agrónomos de la UNNOBA realizando sus tesis de doctorado, con becas de la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) y cofinanciadas mediante CIC-UNNOBA.
Sebastián Mango es uno de ellos. Estudia a la chinche marrón (o de los cuernos), la cual ocasiona daños severos al maíz, llegando al resembrado de lotes. “Mi estudio se basa en los mecanismos de defensa que tienen las plantas frente al ataque de insectos plaga, para poder disminuir el uso de productos químicos”, añadió.
Por su parte, Jimena Belén Chila Covachina investiga la diversidad de formícidos (hormigas) y sus enemigos naturales. Luego de un relevamiento en varias zonas, la ingeniera determina los índices de diversidad y su abundancia en los distintos sitios para poder determinar el impacto que ocasionan en el ambiente.
La línea de investigación que desarrolla María Melisa Alberti está centrada en las malezas: “Apunto a entender el rol que cumplen las plantas que crecen de manera espontánea en los campos cultivables sobre la biodiversidad de insectos, ya sean plagas o benéficos”, subrayó Alberti.
Por último, María Agustina Marcellino trabaja sobre las plagas y enemigos naturales en cultivos de soja y maíz. “La implementación del control biológico y el empleo de principios activos que afecten lo menos posible su supervivencia, constituyen alternativas de manejo para reducir el impacto ambiental de pesticidas”, sostuvo la becaria.
Los 50 números de El Universitario
Por Marcelo Miró, director de Comunicación de la UNNOBA
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