La penicilina: acierto por error
Este mes se cumple un nuevo aniversario del descubrimiento de la penicilina, un hallazgo científico que transformó de modo drástico la vida de la humanidad: a partir de ese momento la mortalidad por infecciones, que era de un 33%, disminuyó a apenas un 4%. Y no sólo eso, el Estado comenzó a fomentar, a través de distintas políticas, las investigaciones en ciencia.
Lo curioso es que nada de esto fue planificado, sino que se conjugó un error humano y una mente atenta. En 1928 Alexander Fleming había dejado distraídamente una placa con bacterias cerca de una ventana, quizás porque estaba ansioso por comenzar sus vacaciones. ¿Qué pasó? El aire se filtró y formó el hongo Penicillium que inhibió el desarrollo de las bacterias. Probablemente porque había regresado de un descanso, su mente estaba más lúcida que lo habitual y Fleming decidió seguir observando lo que había sucedido. Verificó, entonces, que el hongo era capaz de matar bacterias. A partir de ese momento comienza la llamada “era de los antibióticos”.
Virginia Pasquinelli es doctora en Ciencias Biológicas y fue consultada por El Universitario para saber más acerca de uno de los descubrimientos más importantes de la historia de la ciencia: “La penicilina fue el primer antibiótico descubierto y producido por un microorganismo, que además de modificar la tasa de mortalidad tuvo gran impacto en diferentes áreas”.
Más allá de la disminución de la mortalidad por la aplicación de antibióticos, hubo transformaciones en el orden económico y político. “A partir de la penicilina los estados comenzaron a invertir en investigaciones científicas. La medicina empezó a formar parte de las políticas de Estado”, resaltó Pasquinelli, que es investigadora del CONICET y docente de la carrera Licenciatura en Genética de la UNNOBA.
También hubo transformaciones en el tipo de cirugías que los médicos se aventuraban a realizar. “Antes no se podían realizar cirugías muy complejas porque los pacientes se morían debido a las infecciones. Gracias a la penicilina los médicos pudieron hacer cirugías más invasivas, antes impensadas”, contó la docente de la asignatura Inmunología.
Al principio, la administración del antibiótico se limitó para curar los heridos de la guerra. “Todos los esfuerzos se basaron en la generación masiva de este medicamento para abastecer a los soldados de la segunda guerra mundial”.
Del descubrimiento al uso masivo
Pero desde el descubrimiento de la penicilina hasta su aplicación “en masa” pasó un tiempo prolongado que requirió de estudios para que la sociedad pudiera utilizar plenamente esta invención.
Hasta que entran en escena otros actores. Sir Howard Florey y Ernst Chain compartieron junto a Fleming el Premio Nobel de Medicina de 1945. “El trabajo de los tres logró aislar y purificar el compuesto que luego servirá para producir a gran escala”, explicó Pasquinelli.
Estos investigadores se abocaron a realizar una mejora de la cepa: “Mediante experimentos de mutagénesis con luz ultravioleta se examinaban las cepas y se separaban aquellas que produjeran mayores cantidades del compuesto requerido”.
La penicilina tuvo como consecuencia otro invento: los fermentadores. “Una vez inventada esta droga todos los trabajos se abocaron a generar grandes cantidades de penicilina y esto se logró a partir de la creación de los fermentadores”, especificó. La generación de grandes cantidades de penicilina llevó a un trabajo conjunto entre los estados, las empresas farmacéuticas y las universidades.
“También se demostró que la penicilina era muy eficiente contra las enfermedades de transmisión sexual como sífilis o gonorrea, que tenían una altísima incidencia en la población”, planteó Virginia Pasquinelli.
Otro de los cambios que se producen a partir de la aplicación de este antibiótico fue el tratamiento de los pacientes. “Los tratamientos comenzaron a ser ambulatorios y ya no fue necesaria la internación ni el aislamiento”, concluyó.