Recuperar la antigua dignidad de la oratoria

Durante cinco días, más de 140 estudiantes de universidades nacionales, mexicanas y colombianas participaron de la octava edición del Concurso Nacional Universitario de Litigación Penal, una estrategia pedagógica que contribuye a la formación de los futuros abogados y, al mismo tiempo, permite consolidar la implementación de los juicios por jurados en la provincia.

El evento, organizado por Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (INECIP), el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación y la UNNOBA, promueve la formación de los estudiantes universitarios en la lógica y dinámica de litigación de un sistema por audiencias orales y públicas.

“Las reformas procesales que se vienen dando en los últimos veinte años en la Argentina y en la región latinoamericana incluyen a la oralidad como la forma de resolver los casos y es en función de ello que las distintas universidades fueron adecuando su currícula e incorporando la litigación como una materia importante”, explica el doctor Pablo Santamarina, profesor de Litigación de la UNNOBA.

Por su parte, la doctora Tamara Peñalver, coordinadora del área de Capacitación del INECIP, sostiene que este concurso “pretende fortalecer la reforma procesal penal”. Y agrega: “Año tras año, a medida que se suman universidades del país, damos un paso más para la capacitación de los futuros operadores del sistema de justicia. El concurso no se agota en la competencia sino en el desarrollo profesional de cada alumno, en miras a que en todo el país tengamos sistemas de administración de justicia acusatorios y por jurados”.

El concurso

El certamen se estructura en torno a casos hipotéticos penales. Allí compiten equipos que representan a cada una de las universidades participantes, que deben asumir el rol de acusación y de defensa, realizando alegatos de apertura, exámenes directos, contraexámenes y alegatos de clausura. En estos juicios simulados el lugar de magistrado es ocupado por funcionarios judiciales en actividad, como jueces y fiscales.

“Hay múltiples aspectos que hacen que sea un evento muy valioso”, sostiene Santamarina. Uno de ellos es que la participación de numerosas universidades nacionales y extranjeras “permite a la UNNOBA darse a conocer hacia otras universidades”, además de “hacer más explícita o pública la posibilidad hacia sus propios alumnos de la existencia de la litigación”. Además, se da un intercambio entre estudiantes del país y de Latinoamérica, “lo que es una experiencia de suma importancia”.

Santamarina, que además de docente de la UNNOBA es fiscal, remarca que “el litigante en un proceso oral tiene que tener múltiples habilidades, más allá del propio conocimiento del derecho”.

Este concurso se incorporó como una oferta más para el estudiante de la UNNOBA, como también lo son las capacitaciones dirigidas a los funcionarios judiciales de Junín, Pergamino y la región en cuanto a técnicas de litigación. “Estos profesionales que hoy forman parte del Poder Judicial no tenían la litigación en la currícula de su carrera –agrega Santamarina– y hoy es sumamente importante adquirir estas técnicas por la presencia, desde hace más de dos años, de los juicios por jurados en la provincia de Buenos Aires, que sólo se pueden realizar bien en la medida en que se conozcan estos métodos. Así que las capacitaciones son permanentes y orientadas a estudiantes, pero también para los profesionales y funcionarios del Poder Judicial”.

La doctora Vanina Lizaso, fiscal de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 6 de Junín, fue una de las convocadas para participar como juez en el concurso. “Estoy fascinada, vengo acá a aprender –asegura–, los elementos que me estoy llevando son increíbles, los estudiantes han puesto el alma, tienen un nivel y una preparación muy buena, y lamento muchísimo que no haya más jueces, fiscales y defensores escuchando y aprendiendo sobre cómo debemos llevar a cabo un juicio oral. La experiencia es riquísima, incluso respecto al intercambio que hay entre pares de distintas universidades, que colaboran y aprenden los unos de otros”.

La importancia de la práctica

Eventos como este ponen de relieve “uno de los aspectos más deficientes que tiene la carrera” de abogacía, de acuerdo al criterio del rector de la UNNOBA, Guillermo Tamarit, “que es la formación práctica” de los profesionales, por lo que considera relevante “la posibilidad de que los docentes acompañen estos procesos, y que las currículas adopten y naturalicen este tipo de actividades”.

El doctor Tamarit recuerda que, al momento de planificar la carrera de derecho en la UNNOBA, se consideró que “si los abogados de las universidades públicas no eran los mejores, se generaba un daño al conjunto de la sociedad”. Y profundiza: “En general, las empresas o los grandes litigantes tienen cómo formar sus propios recursos humanos, mientras que los vecinos van a buscar al abogado que tienen a mano. Entonces, cuando planteamos la necesidad de incorporar todos estos elementos a los abogados de las universidades públicas, lo que estamos debatiendo es sobre la eficacia social de ese operador al momento que sea requerido por los más humildes”.

Por su parte, el director de la Escuela de Ciencias Económicas y Jurídicas de la UNNOBA, Marcelo Sena, plantea: “Es muy grato poder ser sede de este concurso, y lo hacemos con el convencimiento de que es algo ineludible para nosotros seguir planteando aquellas cuestiones que invariablemente son las que ‘se vienen’. La litigación oral es una de ellas, en virtud de la incorporación del juicio por jurados en el ámbito de la provincia de Buenos Aires, una de las primeras provincias que lo tienen”, afirma el director de la Escuela de Ciencias Económicas y Jurídicas de la UNNOBA, Marcelo Sena.

Asimismo, Sena considera que este concurso “va un poco más allá”, porque “educa y enseña valores democráticos, como es el juicio popular”. “Contribuye a la formación del estudiante, algo que, por lo general, en las carreras de derecho de nuestro país no se ve. Salvo en algunas, como la nuestra, que ha incorporado en su matrícula a la litigación oral como uno de sus ejes”, considera Sena.

Por su parte, Alfredo Pérez Galimberti, vicepresidente del INECIP, opina que los participantes del concurso “tienen un raro privilegio”: “Son la generación que va a recuperar la antigua dignidad de la oratoria. Dejamos atrás ocho siglos de papeles, de escritos, de distancia entre los hombres de la ley y las personas comunes. Estamos formando abogados para que se paren y defiendan los intereses de las personas frente a tribunales populares. Es algo que los padres fundadores de esta república soñaron y que recién ahora estamos comenzando a concretar”.

Para el doctor Pérez Galimberti, este tipo de actividades optimiza las capacidades profesionales: “Esto nos hace ser mejores abogados, nos hace recuperar el prestigio de nuestra profesión. Ciertamente, cuando uno se desempeña bien frente a la sala de audiencias, es cuando se siente realmente un abogado. Es distinto a escribir cosas en un papel, meterlo por mesa de entradas y esperar


UNIVERSIDADES PARTICIPANTES

Además de la UNNOBA, universidad anfitriona, participaron las siguientes instituciones argentinas: las universidades nacionales de La Pampa, La Plata, Nordeste, Mar del Plata, Comahue, Sur, San Luis, Rosario y Patagonia San Juan Bosco. Formaron parte del encuentro otras del exterior, como la Universidad Privada del Estado de México, la de Guanajuato,del Rosario de Colombia, Universidad Milenium (México), Guadalajara, Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Autónoma de México y Anáhuac (México), entre otras.
La final fue disputada por la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y la Universidad de Guanajuato, México. Los representantes del país azteca fueron los ganadores de la competencia, mientras que los santafesinos, vencedores en la instancia nacional, culminaron en segundo puesto.


LA EXPERIENCIA DE LOS ESTUDIANTES

Néstor Lisandro Villanueva, estudiante de la Universidad Autónoma de Puebla, México, explica por qué cree que este concurso “es una excelente oportunidad” para las universidades del continente: “Nos estamos aventurando a un nuevo sistema, que es el acusatorio, y que se está implementando en toda América. Es un sistema nuevo y este tipo de actividades hace que se pueda plasmar el proyecto de implementarlo”.

Marina Oliva, de la Universidad Nacional de Rosario, remarca que esta experiencia es “la más cercana que uno puede llegar a tener con un juicio de la vida real”.

Por su parte, Camila Tomasela, de la Universidad Nacional del Nordeste, de Corrientes, considera que “es muy significativo” que su provincia esté representada en este concurso: “Esta modalidad no se da en nuestra provincia. El hecho de que vengamos a participar sirve para alertar de que hay otro sistema y poder luchar para que se implemente”.

En tanto, Florencia Maciel, de la UBA, destaca la formación que se adquiere en este concurso: “Acá aprendemos, por un lado, la parte técnica de la litigación, la oratoria, cómo es el modelo, cómo interrogar, la construcción de los alegatos, cómo narrar algo y poder probarlo. En definitiva, cómo presentar un caso y convencer a alguien de lo que uno está diciendo. Por otro lado, está el trabajo en equipo, donde cada uno tiene un rol y es una pieza indispensable”.