Un insecto directo al corazón
La clave para tratar enfermedades cardiovasculares podría encontrarse en la mosca de la fruta o mosca del vinagre, denominada Drosophila melanogaster. En latín, significa “amante del rocío de vientre negro”, ya que se alimenta de frutas en proceso de fermentación.
Este insecto consiguió una especie de cariño de la comunidad científica como resultado de la cantidad de trabajos especializados e hitos científicos logrados. Como su genoma está totalmente secuenciado, es posible criarlo y manipularlo en el laboratorio con facilidad. A la vez, tiene gran homología con los genes humanos. Todo ello permite acelerar los procesos de estudio.
La doctora en Ciencias Biológicas Paola Ferrero, profesora asociada de la UNNOBA e investigadora del CONICET, no estuvo ajena a la seducción de esta mosca silenciosa y pequeña. Tal es así que desde hace cuatro años dirige el equipo de investigación formado por egresados y estudiantes de la UNNOBA y de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNLP, y junto a Investigadores del Centro de Investigaciones Cardiovasculares “Dr. Horacio E. Cingolani” y colaboradores internacionales, llevan adelante los estudios sobre el corazón del insecto, con el fin de conocer nuevos métodos para evitar enfermedades cardíacas en humanos.
“Se han reproducido y estudiado patologías cardíacas humanas en otros mamíferos. En cambio, genes que forman parte del corazón de las moscas y que son muy similares al de los humanos, son nuestro objeto de estudio. Lo que nosotros hacemos es caracterizar la función cardíaca de Drosophila y analizar los cambios en su expresión génica frente al envejecimiento y a la exposición a distintos estímulos ambientales como cafeína, tabaco y cannabinoides. Además, estudiamos la incidencia de la expresión desregulada de genes de la vía TOR que intervienen en el manejo del calcio intracelular”, afirma la investigadora quien lleva adelante el primer grupo en el país que estudia la fisiología cardiovascular usando este modelo.
Pocos grupos científicos en el mundo se centran en esta línea de investigación. A diferencia de los otros equipos, la doctora Ferrero utilizó las herramientas genéticas y moleculares que provee este organismo para estudiar profundamente la fisiopatología cardíaca, área en la que tiene experiencia por haber trabajado previamente en mamíferos. En este sentido además, desarrolló una técnica innovadora y única con el modelo de “moscas fumadoras”.
Uno de sus proyectos consiste en el estudio de cambios en el calcio intracelular, un elemento muy importante que mantiene al corazón funcionando. Para ello se enfoca en el rol de la “Vía TOR” dentro del corazón, parte esencial de la experimentación. “La vía TOR participa en la síntesis de proteínas. Forma parte de mecanismos celulares relacionados con el desarrollo de la hipertrofia cardíaca, que es el aumento del tamaño de las células del miocardio o músculo cardíaco. La contracción de estas células se debe a un aumento de la concentración del calcio intracelular. En los atletas y en las personas con ciertas enfermedades cardíacas se produce hipertrofia, pero el modo en que sucede y el tipo de hipertrofia es diferente en cada uno. Nosotros no nos enfocamos en estudiar la hipertrofia en sí, sino en ver qué ocurre con el calcio en el interior de la célula, algo esencial para la contracción cardíaca. Hasta ahora lo único que se sabía sobre el rol de la vía TOR estaba asociado a hipertrofia. Nosotros estudiamos el rol de esta vía en otras condiciones”.
El equipo de investigación espera conocer un posible mecanismo responsable del envejecimiento cardíaco. En base a esto, estudian si es factible modificar la actividad de estos genes para mejorar la función cardíaca a medida que la edad va avanzando.
Por otra parte, mediante una metodología nueva, el grupo de la doctora Ferrero ha abordado a estudios sobre la cafeína, el tabaco y los cannabinoides para saber cómo estas sustancias afectan el corazón. “Tanto el café como el tabaco son sustancias de consumo masivo y legal, que generan una clara dependencia. Nuestro interés en el caso de los cannabinoides, presentes en la planta de marihuana, está centrado en el estudio de efectos beneficiosos y adversos como sustancia de uso medicinal. En enfermedades como la esclerosis múltiple, cáncer, HIV, epilepsia refractaria para las cuales los tratamientos convencionales son insuficientes o han fallado, podría ser adecuado el uso de extractos purificados de la planta. En este marco, nuestro proyecto de investigación apunta a estudiar el patrón de expresión génica , en la mosca de la fruta, sobre todo en relación a genes homólogos con el humano, asociado al consumo de cannabis”.