Congreso de Semillas Forrajeras: un escenario para los referentes del mundo

La UNNOBA fue escenario del 9° Congreso del Grupo Internacional de Semillas Forrajeras (IHSG), un encuentro desarrollado en Pergamino que reunió a especialistas y permitió conocer avances y experiencias en el campo de la ciencia, la tecnología y el mercado.

“El Congreso reunió tecnología, producción, genética y legislación. Participaron investigadores, productores y desarrollistas, además de representantes de instituciones y empresas de Nueva Zelanda, Australia, Inglaterra, Estados Unidos, Brasil, Uruguay, Chile y Argentina”, puntualizó Adriana Andrés, directora de la Escuela de Ciencias Agrarias, Naturales y Ambientales (ECANA).
La doctora Andrés consideró relevante la confluencia del sector público y privado en torno a un abordaje que superó la cuestión meramente vinculada a lo científico y de formación de recursos humanos para dar paso a la posibilidad de vinculación tecnológica. “Las empresas tienen mucho para decir y hacer en este sentido. Argentina está en una etapa de puertas abiertas al mundo y esto representa una oportunidad para que en el país no solamente puedan producirse semillas forrajeras, sino también exportarse”, remarcó.

Además, Andrés estimó de suma relevancia que la Universidad haya sido anfitriona del encuentro: “Haber podido reunir en el ámbito universitario a los principales referentes del mundo en materia de semillas forrajeras nos posiciona en un lugar estratégico”.

Desafíos para la industria

De acuerdo a la directora de la ECANA, estos cultivos poseen un valor estratégico. En esa línea recordó que, tradicionalmente, la producción de semillas forrajeras templadas fue muy importante en el norte de la provincia. “Actualmente somos competitivos porque contamos con una industria fuerte con capacidad de procesamiento, almacenaje, tratamiento y comercialización”, destacó.
Así y todo reconoció que en los últimos años el creciente interés de las empresas por los cultivos agrícolas ha ido en detrimento de la productividad de determinadas especies. “Esto limita la estabilidad de los rendimientos”, planteó.
En este contexto observó “interesantes desafíos para la industria semillera” y añadió: “Tradicionalmente en la zona se han producido semillas para forraje, para ganado de carne y leche”. “Probablemente haya otros horizontes por explorar a partir del mercado externo”, sugirió.

Algunas voces del encuentro

El Congreso contó con los referentes más destacados del mundo, tanto en el plano de la investigación como en el de la industria.

John Foley, miembro de la compañía PGG Wrightson Uruguay: “Trabajo en una compañía privada con origen en Nueva Zelanda que opera en distintos lugares, entre ellos Argentina, Uruguay y el sur de Brasil. En el Congreso presenté las experiencias en la producción de semilla uruguaya y me referí al trabajo en Argentina, donde estamos produciendo desde 2006. Empezamos con un portfolio de diez especies de Nueva Zelanda y Australia buscando mercados que usarán especies templadas similares en ambientes en los que pudieran adaptarse y entendimos que lo mejor era generar variedades para el ambiente local. En Argentina debo reconocer que en los últimos diez años fue difícil hacer inversiones. Ahora el desafío es desarrollar mercados porque aquí se priorizan los cultivos agrícolas y no hay un manejo tan tecnológico para las pasturas”.

Alan Stewart, a cargo del Plan de Mejoramiento de PGG Wrightson New Zealand para la región: “Expuse sobre los desafíos del mejoramiento para la producción desde una perspectiva de Nueva Zelanda. En Argentina es importante la producción de semillas forrajeras y la compañía está trabajando para lograr mayor expansión. Son muchos los desafíos. Para nuestros desarrollos tenemos vinculaciones con algunos organismos, que aspiramos poder fortalecer”.

Phil Rolston, presidente del Grupo Internacional de Semillas Forrajeras y Céspedes y referente de Ag Research New Zealand: “En la exposición apunté a promover prácticas que brinden seguridad a los animales y atiendan aspectos del procesamiento y almacenamiento de las semillas de manera sustentable. Entre otros tópicos mostré el trabajo con un hongo endófito benéfico para el cultivo que puede ayudar a reducir la utilización de plaguicidas. A mi juicio, el mayor desafío de la producción de semillas forrajeras es cuidar el ambiente en el que se trabaja y ajustar prácticas de manejo a ese concepto de sustentabilidad, atendiendo las particularidades de cada lugar”.

DETALLES DEL ENCUENTRO

El Congreso Internacional de Semillas Forrajeras y Céspedes se concretó en sede Pergamino de la UNNOBA, elegido por su ubicación en la zona núcleo de producción de semillas forrajeras templadas del país. El encuentro resultó atrayente para los actores del territorio y, a la vez, permitió la participación de alumnos y egresados de la Universidad. Fue declarado de interés institucional por el Consejo Directivo de la Escuela de Ciencias Agrarias, Naturales y Ambientales de la UNNOBA (ECANA) y de interés institucional por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA)