Cuidados básicos para los árboles frutales
Los árboles frutales se distinguen por su aroma y belleza visual. Adornan cualquier patio o granja y pueden convertirse en fuente de ingreso para las familias. Por esta razón cuando las plagas atacan los frutales es normal preguntarse cómo se las podría haber evitado.
Por ejemplo, tener un limonero y que, además, dé limones, es el deseo de muchos. Según la mitología china es uno de los árboles que atrae el dinero y aumenta los ingresos. Para las hormigas es el plato preferido. ¿Cómo lograr, y de modo ecológico, conservar este tipo de planta?
Las ingenieras Agrónomas María Eugenia Sticconi (INTA Pergamino) y María Josefina Durand (Escuela Agrotécnica N° 1 de Pergamino) dictan la materia “Fruticultura” en el último año de la carrera de Agronomía y brindan algunos secretos para mantener la salud de este tipo de árboles.
Para ellas el punto de partida para contar con un buen material, desde el punto de vista fitosanitario, es adquirir árboles certificados por todos los organismos que participan en la generación de germoplasma (SENASA por ejemplo), que se venden en cualquier vivero que cuente con certificación. “Eso va asegurar, por un lado, la identidad genética del material. Por ejemplo, un limonero de tal variedad, que realmente lo sea; y por otro lado, un manejo fitosanitario que tiene el material original”, explican. De este modo se puede estar seguro de que la especie no tiene determinadas enfermedades al momento de salir del vivero.
El INTA San Pedro es uno de los lugares que cultiva plantas cítricas libres de virus. Esto certifica que la planta (fundamentalmente el limonero) está controlada. Por ejemplo uno de los peores es el “dragón amarillo” (Huanglongbing), un agente infeccioso que ataca a los árboles y hace que produzcan fruta amarga y con anomalías en su tamaño y forma.
El buen manejo de los frutales es el inicio del éxito de la cosecha. Pero no es lo mismo un monte frutal para la comercialización, que incorporar frutales a nuestro hogar. Por ello, las ingenieras identifican dos caminos: “Si queremos tener un monte frutal porque vamos a comercializar, el espacio es fundamental. Además, la planificación y sistematización de los trabajos debe estar muy bien regulada. Ahora ¿qué pasa si quiero plantar uno o dos árboles en el patio de mi casa?”. En principio debe tenerse en cuenta el momento en que se trasplanta el árbol: “En nuestra zona convienen plantarlos cuando salimos del invierno, en días con una temperatura de entre 20 a 25 grados”. Además es importante tener en cuenta la técnica correcta: “Las ollas de plantación deben ser generosas para permitir que la planta entre, siempre más grande en diámetro de lo que tenga la maceta”.
Otra cuestión crucial es la orientación, a partir del lugar del injerto: “Hay que saber visualizar el injerto, que es como un callo en la planta, y este callo no debe quedar enterrado, siempre debe estar por encima de la superficie. También hay que fijarse de qué lado están los vientos predominantes: no es lo mismo la plantación de un árbol urbano, donde existen cercos y otras protecciones, que en un predio rural con poca protección. Hay que tener en cuenta que el injerto siempre debe quedar de espalda al viento predominante”.
Además, el suelo debe ser rico en materia orgánica: “En un patio podemos tener una mixtura de suelo, y debe tener cierta cantidad de compuesto orgánico. Si no la tenemos, se la tenemos que ir agregando con lombricompuesto, con materia compostada seca de oveja o caballo. Una vez al mes, o cada dos meses, anexarle sulfato de hierro que ayuda a mantener una cierta acidez en el suelo, otorgando vigor, sanidad y lozanía al vegetal”.
Aunque parezca obvio, el agua es fundamental en cualquier plantación de este tipo. En verano, si no llueve, hay que regar como con cualquier otra planta. “Es óptimo hacer una buena olla alrededor que llegue a la proyección de la copa, remover despacio y no puntear. Solo hay que remover tres o cuatro centímetros y cubrir con hojas secas, o chalas y luego regar. En invierno lo mismo, sirve como material orgánico y me sirve para que se mantenga humedad en el suelo”.
Visitantes no deseados
Durante el verano hay que tener especial cuidado con los árboles frutales ya que pueden ser atacados por plagas, enfermedades e incluso por pájaros, aunque los insectos son los peores enemigos. No pueden resistirse a las delicias de los frutales. Atacan no solo a la fruta, sino también a hojas y flores.
En este sentido, Sticconi y Durand apuntan a las barreras mecánicas para evitar hormigas. “Esas barreras tienen que quedar lo suficientemente ajustadas para que las hormigas no pasen, y estar lejos de las hojas. También tenemos que realizar buen control de malezas que crecen alrededor, para que los insectos no suban por ahí”, señalan.
Otra plaga es el “minador de la hoja”, un insecto que hace galerías dentro de la hoja y la destruye. Esta plaga puede controlarse con aceites minerales. La colocación de plantas de aroma alrededor de los árboles es un buen método preventivo, ya que harán de ‘hoteles’ para distintos insectos que vayan al frutal.
Respecto de las aves, si bien son benéficas porque se alimentan de algunos insectos, pueden ser dañinas para los cultivos. “Los pájaros pueden atacar cultivos de maduración temprana o muy tardía”, sostienen. “En momentos en que hay menos comida en los campos, la presión de los pájaros sobre ese tipo de cultivos es mucho mayor. Para solucionar este problema existen prácticas como los espantapájaros digitales, que emiten ultrasonidos que ahuyentan a las aves y son imperceptibles para el oído humano; espantapájaros móviles, que se pueden hacer con molinos o veletas que se muevan con el viento, o redes antiave, que rodean el árbol para evitar que el pájaro pique el fruto”.