Tecnología y salud de la mano

 

Por Gricelda Incerti

La incorporación de simuladores de alta fidelidad en la enseñanza de la enfermería constituye una práctica educativa que tiende a extenderse en razón de constituir un entorno  favorable para el desarrollo de habilidades en las y los estudiantes, además de aportar condiciones éticas de mayor seguridad en el paciente.

Estas tecnologías ofrecen nuevas posibilidades educativas en la formación de enfermería, ya que incorporan un dispositivo que incluye hardware y software, lo que hace factible la construcción de diversos escenarios ofreciendo situaciones de complejidad gradual y creciente, acordes a las características y necesidades del nivel formativo por el que atraviesan los alumnos.

En agosto de 2022 la UNNOBA adquirió un simulador de comunicación, llamado Alex, con apariencia de ser humano adulto. Alex interactúa con estudiantes en tiempo real, simulando ser un paciente. Eso permite poner en práctica ciertas maniobras de un modo casi real para las y los estudiantes. La llegada de Alex, primero con estas características en nuestro país, imprimió desde ese año el desarrollo de acciones de formación y capacitación para profesionales y estudiantes del equipo de la salud. Pero el Instituto Académico de Desarrollo Humano (IADH) y el Instituto de Investigación y Transferencia en Tecnología (ITT) de la UNNOBA no se conformaron con tener sólo a Alex y apostaron al diseño, elaboración y validación de un modelo de simulador de bajo costo para prácticas de enfermería.

En el año 2022 la UNNOBA adquirió un simulador de comunicación, llamado Alex, con apariencia de ser humano adulto.ALEX representa un paciente masculino de 160 cm, y pesa aproximadamente 54 kg.

En el Laboratorio de Simulación de Enfermería “Nélida Yaryour” se lleva a cabo el proyecto, que no solo tiene por finalidad la concreción de un simulador, sino establecer vínculos científico-académicos entre las carreras de Licenciatura en Sistemas, Ingeniería en Informática, y la Licenciatura en Enfermería.

Este trabajo de carácter interdisciplinario, actualizará, diseñará y validará hardware y software para un modelo de simulador de baja funcionalidad, con el propósito de convertirlo en uno de mayor complejidad, que se adecue a las necesidades curriculares de la carrera de Licenciatura en Enfermería, en busca de enriquecer los procesos de enseñanza y aprendizaje de la mencionada licenciatura.

La Magíster Paula Lencina y la Licenciada Naián Luhaces dirigen el proyecto de diseño, elaboración y validación de un modelo de simulador de bajo costo para prácticas de enfermería.

Bajo la dirección de Paula Lencina (investigadora en el ITT  e integrante del equipo capacitador de Educación Digital de la UNNOBA), y la codirección de la Naián Luhaces (docente de la UNNOBA y coordinadora del Laboratorio de Enfermería) se lleva a cabo el proyecto dentro del programa de Promoción de la Investigación Científica. Ambas coinciden en que es un desafío muy grande  unir la tecnología, con una de las ciencias más humanas, como la enfermería.

“Esta propuesta nos entusiasma, nos convoca, y realmente estamos absolutamente agradecidos de poder trabajar en un espacio de investigación de esta envergadura, porque realmente lo hacemos con mucho entusiasmo. Lo que estamos haciendo concretamente en nuestro proyecto, es trabajar en un simulador con el fin de incorporar software que se desarrolle, por parte de estudiantes avanzados de las ingenierías y la informática”, sostiene la magíster Lencina.

 

Equipo interdisciplinario entre profesionales de informática y salud

En el proyecto básicamente se trabaja en un simulador, con el fin de incorporar software que se desarrolla por parte de estudiantes avanzados del área de informática de la universidad en conjunto con estudiantes de las carreras de enfermería.
El área de enfermería asesora al área de informática en cuanto a los requisitos que debe cumplir el simulador para que logre el mayor realismo posible. Finalmente se probará el simulador, poniéndose en práctica con estudiantes en cámara Gesell, realizando las mediciones y ajustes correspondientes al diseño.
“Actualmente estamos trabajando en el ingreso al panel de control para estudiantes y docentes. En ese sentido el docente podrá modificar los signos vitales, iniciar las sesiones de maniobras RCP (reanimación cardiopulmonar) para monitorear en tiempo real y ejecutar cambios presentados de taquicardia y otras patologías en el pulso cardíaco. Por otra parte, el estudiante tendrá un ‘acceso fácil’ mediante código QR para revisar signos vitales y monitorear las maniobras, pero no podrá ejecutar acciones sobre el maniquí”, afirma Lencina.

Parte de los estudiantes de las carreras de informática y enfermería se incorporaron a la puesta en marcha del proyecto.

Doce docentes, investigadores e investigadoras de la universidad y nueve estudiantes de las carreras de informática y enfermería se incorporaron a la puesta en marcha del proyecto.

“En la última década, en la formación de enfermería se han implementado nuevos modelos y herramientas pedagógicas, entre ellas la simulación clínica”, cuenta la licenciada Naián Luhaces, a lo que agrega: “La simulación, es una estrategia de enseñanza dinámica y reflexiva que facilita la participación activa de estudiantes e integra conocimientos teóricos y prácticos. La tecnología utilizada en la simulación clínica puede presentarse como una desventaja o un obstáculo, dado que los recursos —denominados simuladores de baja, mediana o alta fidelidad— son muy costosos”.

“Nosotros contamos con simuladores de baja y mediana fidelidad, pero no disponemos de simuladores de alta fidelidad, para generar instancias de aprendizajes más complejas en escenarios de alto realismo. Por lo tanto, es necesario implementar vínculos con diferentes áreas de la universidad, para minimizar costos, en el objetivo de subsanar esta carencia”, fundamenta la coordinadora del laboratorio de Enfermería.

Luhaces reafirma la importancia de los beneficios de la Simulación Clínica en educación: “Como esta técnica crea una situación o ambiente determinado, permite que los alumnos experimenten una representación de un evento real y así se generan espacios de práctica de habilidades, situaciones de evaluación y pruebas de ciertos conocimientos que se abordan en las carreras de un modo más pedagógico”.

 

Objetivos del proyecto

Paula Lencina sintetiza en tres ítems los objetivos del proyecto: “Por un lado se trabaja en forma interdisciplinaria entre el área de informática y enfermería, para que a partir de ahí se genere un prototipo que sirva para las prácticas del laboratorio de la UNNOBA, y que además se pueda compartir con el resto de las universidades del país; y fundamentalmente reduciendo los costos de obtener un simulador para trabajar con Simulación Clínica en la UNNOBA”.

Teniendo en cuenta que Alex es costoso, movilizó la cuestión económica replicando un simulador de bajo costo y con componentes argentinos. “Nosotros queremos generar un simulador de bajo costo porque los simuladores de alta complejidad son de costo elevado”, explica la investigadora y continúa destacando la importancia del trabajo conjunto: “Es importante destacar la validación de simulador. Los que entran en juego ahí fuertemente son los estudiantes de enfermería porque ellos justamente nos ayudan a validar el simulador”.

Por otra parte, en este espacio de investigación, alumnos y alumnas de informática pueden aplicar todo lo que aprendieron en un proyecto real. “Puntualmente, en un simulador que ellos están programando”, subraya Lencina, sin dejar de mencionar que “no dejamos de remarcar el espíritu de devolverle a la universidad pública lo que nos brindó. Este diseño es muy bueno tenerlo en nuestra Universidad y poder compartirlo con otras Universidades del país y, quién te dice, comercializar alguna parte del mismo”.

El equipo de trabajo está conformado por doce docentes: Juan Pablo Beloso, Pablo Luengo, Carla Vidal, Evangelina Chavero, Patricia López, Paula Chintio, Raquel Perdomo, Daniela Díaz, Cintia Moyano, Micaela Tolosa, Valeria Maggini y Sebastián Nievas; seis estudiantes de la Licenciatura de Informática: Elías Uribe Curapil, Felipe Lucero, Benjamín Roques, Mateo Ezequiel Hernández, Matías Fochi y Walter Quintero; y tres estudiantes de la Licenciatura en Enfermería: Juliana Medina, Josefina Luengo y Mariana Tura.

Con un avance de un 65 por ciento, el simulador aún no tiene nombre ni sexo. Estos datos saldrán de sus propios creadores cuando terminen de reproducir un diseño semejante al que enfrentarán los y las estudiantes en la cotidianeidad de su profesión.