Hacer ciencia desde la universidad

 

Por Lorena Berro

La ciencia que se hace desde las universidades públicas tiene un valor social superlativo. Fondos que se asignan a la producción de conocimientos son volcados a laboratorios, centros e institutos de investigación y, en muchas ocasiones, transferidos al medio a través de productos y servicios que sirven a la resolución de problemáticas concretas. Sin embargo, algunas veces, esa tarea resulta invisible a los ojos de la sociedad que considera a la investigación como algo abstracto o alejado de su vida cotidiana.

Hacer ciencia lleva tiempo, demanda decisión, recursos y también alianzas.

¿Cómo se ha consolidado la investigación en la UNNOBA? ¿Cuál ha sido la contribución a la realidad de la región? ¿Cuál es la importancia de la investigación en lo científico y lo académico? ¿Cómo sostener lo construido en el escenario actual? La respuesta a estos y otros interrogantes permite indagar en un proceso que ha sido virtuoso. También, observar en perspectiva cuáles son los retos que enfrenta la ciencia realizada en las universidades y cuáles los aportes que hace a la sociedad.

 

Desde su creación, hace poco más de dos décadas, la UNNOBA ha definido a la investigación como “la locomotora que conduce la actividad universitaria”, y los logros alcanzados resultan el “botón de muestra” de un largo camino recorrido.

En la actualidad, la UNNOBA cuenta con 224 docentes investigadores, 152 becarias y becarios de grado y estudiantes que participan en proyectos de investigación, y 46 becarias y becarios de posgrado. Un tercio de la planta docente de la Universidad realiza actividades científicas, lo que representa un volumen significativo. Todas las actividades de investigación, desarrollo y transferencia están sostenidas por equipos consolidados y también incipientes, que trabajan en áreas disciplinares estratégicas y con una infraestructura sólida. Todos estos espacios nacieron como propios de la Universidad, y algunos de ellos, luego de cumplir con los requisitos necesarios, se transformaron en centros de dependencia compartida con organismos del sistema científico, lo que marca que la ciencia que realiza la UNNOBA se proyecta en el plano nacional e internacional.

A través de la Secretaría de Investigación, Desarrollo y Transferencia, la Universidad implementa varios programas orientados a fomentar la investigación. A nivel de grado, desde 2019 a 2023 se ejecutaron 117 becas de investigación para estudiantes, en programas propios y convocatorias externas.  Asimismo, en igual período hubo 235 becas de investigación de posgrado.

A la par de ello, desde 2006 a 2023 se financiaron con fondos propios 362 proyectos a través de Subsidios de Investigación Bianuales (SIB) y convocatorias especiales.

En materia de transferencia de tecnología, la UNNOBA cuenta con 130 proyectos ejecutados. Y, como parte de su oferta tecnológica, a la fecha se brindaron 120 servicios a terceros diferentes, contando con 14 unidades de servicios activas.

Un crecimiento exponencial

La secretaria de Investigación, Desarrollo y Transferencia de la UNNOBA, Carolina Cristina, sostiene que el crecimiento de la UNNOBA en relación al volumen y calidad de sus actividades científicas ha sido “exponencial”. Sin soslayar el duro presente que atraviesa la ciencia argentina, insiste en la necesidad de “intensificar los esfuerzos” para “sostener lo construido y asumir nuevos desafíos”.

En este sentido, observa la crisis como “un escenario que interpela a la ciencia y la convoca a seguir trabajando para hallar soluciones creativas a los problemas de desfinanciamiento”.

 

—¿Qué significa hacer ciencia en una universidad pública de las características que tiene la UNNOBA?

Significa poder desarrollar proyectos de investigación con equipos que están conformados por investigadoras e investigadores que son docentes universitarios, y también formar recursos humanos dentro de la Universidad, estudiantes, graduadas y graduados que fortalecen no solo la actividad científica de la Universidad, sino la docencia. Creo que lo más trascendente de hacer ciencia en la UNNOBA es generar esa sinergia entre investigación científica y docencia. Además, la Universidad está muy relacionada con su entorno, razón por la cual, la ciencia que se hace llega a la región. 

La Universidad realiza investigación en distintas áreas disciplinares.

—¿Cómo ha sido el proceso de creación de grupos y espacios de investigación en la UNNOBA?

Ha sido un proceso, por momentos duro, y también virtuoso. Fue una construcción de mucho esfuerzo, con vaivenes. Sorteamos dificultades y también obtuvimos grandes resultados.

—¿Considera que esos resultados son tangibles para la sociedad?

En mayor o menor medida, sí. Nosotros realizamos publicaciones, organizamos y participamos de eventos científicos en los que contamos lo que hacemos. Tenemos recursos humanos y capacidad instalada en la región. Eso hace muy visible nuestro trabajo. En la actualidad, la institución cuenta con diez espacios de dependencia exclusiva UNNOBA, cuatro centros asociados con la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (CIC) y uno de dependencia compartida con el CONICET. Esto inyecta a la región conocimiento científico y posibilidades de desarrollo. En todos estos espacios trabajan investigadoras, investigadores, becarias, becarios y personal técnico y administrativo. Contamos con equipamiento de alto porte que permite la transferencia de tecnologías y la prestación de servicios a terceros a la comunidad. Nuestra contribución al sector público y privado es tangible, porque les ofrecemos productos, soluciones técnicas y asistencia. Todo esto ha sido la resultante de decisiones institucionales y de una inversión planificada, que se retroalimentó, además, del crecimiento y de las necesidades de nuestros equipos de trabajo. La Universidad ha sostenido el crecimiento de las actividades científicas.

 

La ciencia que se realiza en la Universidad

Al momento de precisar qué tipo de actividad científica se realiza en la UNNOBA, la secretaria de Investigación, Desarrollo y Transferencia señala: “La Universidad hace investigación básica, pero también aplicada, es decir que transfiere tecnología y brinda servicios al medio”.

Por citar apenas algunos ejemplos, Carolina Cristina describe que, en el campo de las ciencias de la salud, se brindan servicios tecnológicos de alto nivel para diagnóstico en oncología e infecciones para clínicas y laboratorios de la Región Sanitaria III de la Provincia de Buenos Aires.

En este plano, recuerda que “en abril de 2020 la UNNOBA se constituyó como uno de los primeros laboratorios de diagnóstico de COVID-19, como parte de la red de laboratorios del Ministerio de Salud” y resalta que, “como resultado de esta actividad, desarrollada junto al Hospital Interzonal General de Agudos Abraham Piñeyro (Junín), la Universidad se convirtió en una unidad de referencia para varias regiones sanitarias del territorio bonaerense”.

En otro terreno, como el de las ciencias agrarias, “han sido relevantes los aportes al conocimiento de especies plagas, por ejemplo Dalbulus maidis, principal vector de los patógenos causales del achaparramiento del maíz, una enfermedad con muy alta incidencia en la última campaña de ese cultivo.

Generar conocimiento y transferirlo al medio, es uno de los objetivos primordiales del trabajo científico.

“A consecuencia de esto se realizan servicios tecnológicos de alto nivel para el diagnóstico de los vectores en plantas e insectos y, en paralelo, se está trabajando en el desarrollo de un bioinsecticida para el control de plagas”, agrega.

“También se trabaja en el desarrollo de nuevas tecnologías para el aprovechamiento de residuos de la industria alimentaria y agrícola”, menciona, y describe algunas de las  líneas de trabajo con “herramientas biotecnológicas innovadoras en el desarrollo de alimentos y también en el estudio de la multiplicación bacteriana en aguas superficiales naturales”.

La Universidad presta servicios a terceros y ofrece soluciones tecnológicas.

“Estos son solo algunos recortes de una tarea compleja y muchas veces silenciosa, a la que se suma la asistencia técnica a pequeñas y medianas empresas y municipios de la región”, abunda. Y subraya: “Esto ha sido posible por la calidad de investigadores que tenemos y porque la UNNOBA, desde sus comienzos, se ha caracterizado por ser una institución receptiva a las necesidades del medio. Profesionales, empresas e instituciones encuentran en la Universidad un espacio donde resolver problemas”.

En este punto enfatiza: “La Universidad es un nicho para la generación de empresas de base tecnológica, y ese es un camino que hemos iniciado, y debemos fortalecer, por cuanto tiene una potencialidad enorme en términos de desarrollo, y representa un paso más en el apoyo a empresas y profesionales de la región”.

La articulación público- privada, el desarrollo de procesos innovadores y productos, y su patentamiento son actividades inherentes a las universidades en general y a la UNNOBA en particular”, abunda marcando el rumbo de los nuevos desafíos.

—Además de los ejemplos mencionados, ¿en qué otras áreas la UNNOBA despliega actividades de investigación?

La UNNOBA investiga en todas sus áreas disciplinares. Las líneas de trabajo abarcan el campo de las ciencias agrarias, ciencias exactas y naturales, salud, ciencias sociales, humanidades, diseño, genética, alimentos, tecnología e ingenierías. Contamos con programas propios para fomentar la investigación y también, gracias al afianzamiento de nuestros propios equipos, accedemos a convocatorias externas a través de las cuales nuestros investigadores obtienen financiamiento para sus proyectos y se vinculan con el sistema científico y el ámbito productivo para estudiar y resolver problemáticas del medio.

Durante la pandemia se brindaron respuestas que aportaron soluciones valiosas para la comunidad de la región.

—En términos de desarrollo, ¿qué cambió en la región a partir de la actividad científica que lleva adelante la UNNOBA? ¿Qué le aporta a la sociedad?

Los cambios se han dado en varios aspectos, en lo científico y en lo académico. El trabajo científico de la UNNOBA y su potencialidad hizo que el CONICET se estableciera en la región y que la CIC desplegara sus líneas de trabajo también. La presencia de la UNNOBA generó nuevos núcleos de investigación y jerarquizó la tarea de otros que ya estaban establecidos y tenían una larga tradición en la ciencia. También permitió formar docentes en investigación, algo que aporta a la calidad académica. Hacer ciencia desde la Universidad nos da la posibilidad de estudiar y aportar soluciones a los temas de la región, trabajarlos desde lo científico y desde la transferencia de tecnología y hacerlo en todas las disciplinas. En el plano social, podemos dar respuestas a los problemas de empresas e instituciones y de la propia sociedad con fundamento científico. Abordar problemáticas reales desde una mirada científica es quizás el principal aporte que la UNNOBA ha hecho a la región.

— ¿El ritmo de crecimiento de la investigación que exhibe la UNNOBA es comparable con el de otras universidades?

Contar con esta diversidad de centros y  la cantidad de investigadores en esos espacios es realmente significativo. Diría que supimos aprovechar las capacidades de la región y también radicar investigadoras e investigadores con formación. Hemos aplicado todo lo que es válido en la ciencia para crecer. No sé si esto ha sido más rápido que en otras universidades nuevas. Lo que hubo en la UNNOBA fue una decisión muy fuerte de hacer de la investigación un eje medular de la institución. De hecho, en 2019 iniciamos el proceso de evaluación institucional de la función ciencia y técnica de la Universidad con el entonces Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación y, luego de haber atravesado todas las instancias, en 2023 comenzamos la implementación del plan de mejoramiento logrado.

Las líneas de investigación se sostienen con distintas fuentes de financiamiento.

La importancia del financiamiento

La doctora Carolina Cristina reconoce la importancia que el aporte de recursos económicos tiene para el sostenimiento del andamiaje de las actividades de investigación en las universidades y advierte: “Sin financiamiento de la ciencia en la Universidad, se perderían capacidades, calidad y oportunidades de crecimiento y desarrollo. La calidad de la ciencia depende directamente de los recursos invertidos”.

“El sistema científico argentino tiene mucho para darle a la sociedad y para funcionar necesita previsibilidad, que es lo que le permite proyectarse hacia el futuro”, reflexiona. 

Respecto de esta cuestión, y sin eludir el panorama actual del sistema científico, destaca que “las y los investigadores están haciendo un enorme trabajo, buscando alternativas de financiamiento para continuar con sus líneas de investigación, por ejemplo, estableciendo colaboraciones para obtener fondos del exterior o prestando servicios a terceros para tener ingresos que les permitan sostener sus investigaciones”.

En su condición de funcionaria de la Universidad e investigadora de UNNOBA-CONICET, destaca que las actividades de investigación que desarrolla la UNNOBA se despliegan en el seno de una comunidad que entiende su valor y respalda esta tarea orientada a “seguir generando ciencia de calidad para alcanzar resultados que le sirvan a la sociedad”.

 

Diseño de infografías: Rafael Ignacio Guerrero

Diseño y adaptación de imágenes: Laura Caturla

Foto de portada: Lautaro Chiesa