Con la bandera de la Universidad por el mundo

Por Lorena Berro

En tiempos en que se interpela fuertemente al sistema universitario y la coyuntura pone en tela de juicio las posibilidades reales de la educación pública de brindar instrumentos para posibilitar la construcción del proyecto de vida de las nuevas generaciones, indagar en historias personales y profesionales de aquellos que han transitado por las aulas de la universidad pública, ofrece testimonios valiosos que legitiman el rol que la formación tiene tanto en el crecimiento personal como en el desarrollo colectivo.

Darío y Natalí son graduados de la UNNOBA y, luego de haber vivido en México, donde realizaron primero su formación de maestría y doctorado, están radicados en Barcelona, España. Allí, ambos trabajan y siguen vinculados al ámbito académico. Llevan la bandera de “su universidad” a cada lugar al que van y, de hecho, mantienen vínculos virtuosos con la UNNOBA que se traducen en el desarrollo de distintos proyectos. Entendieron que sostener ese lazo era también un modo de retribuir a la institución y a la sociedad lo que recibieron.

Él es Darío Figueroa, tiene 35 años, es pergaminense e ingresó a la UNNOBA en el año 2006 para cursar la carrera de contador público. Se graduó en 2011, en paralelo a que cursó la Tecnicatura en Gestión de Pymes de la UNNOBA y, posteriormente, completó una Maestría en Dirección de Empresas. Luego, aplicó para continuar con su formación de posgrado en México.

Ella es Natalí Basilico, tiene 31 años, es pergaminense, ingresó a la UNNOBA en 2011 y se graduó en 2016 como contadora pública. Antes, había estudiado música y siempre fue una apasionada por el conocimiento

Ambos ya cuentan con su doctorado en Ciencias Económicas y comparten la vida juntos desde hace diez años. Se conocieron participando de un proyecto de Extensión de la UNNOBA. La inquietud por aprender y conocer nuevas culturas fue el motor que les dio impulso para transitar un camino que los llevó por distintas geografías.

De visita en Pergamino, en diálogo con El Universitario hicieron un recorrido por la experiencia universitaria y describieron el modo en que han transcurrido estos años de formación y crecimiento. “Estando en la UNNOBA ya imaginábamos cómo podíamos armar un camino que nos permitiera seguir aprendiendo, sin abandonar nuestra raíz y retribuir a la Universidad todo lo que nos había dado”, señala Natalí Basilico. Y cuenta que en 2015 tuvo la posibilidad de hacer una experiencia de movilidad en la Universidad Veracruzana, en la ciudad de Xalapa, México, que afianzó el deseo de “seguir explorando la diversidad cultural que hay afuera”.

Darío trabajaba en el ámbito de la gestión y la docencia en la UNNOBA. Ambos estaban ya recibidos cuando tomaron la decisión de establecerse en México para continuar con sus programas de formación de posgrado. “México tiene un sistema universitario muy desarrollado, con similitudes con el sistema argentino y un sistema de becas de posgrado que promueve la llegada de estudiantes del extranjero”, refieren.

México fue el primer destino que eligieron para continuar su formación en el campo de las Ciencias Económicas.

“Cuando terminamos nuestras carreras, comenzamos a completar los casilleros del currículum que eran importantes para aplicar a las convocatorias y fuimos ‘madurando’ la idea de irnos. Con paciencia, frustración y entusiasmo fuimos sorteando distintas instancias y, en 2018, en una de las postulaciones, nos aceptaron”, agregan.

Lo que cuentan los llevó a la Universidad Autónoma de Baja California, en México, donde se presentaron a distintos programas de posgrado dentro de la Facultad de Economía y Relaciones Internacionales en Tijuana. “Aplicamos ambos en la misma facultad, pero a distintos programas. En mi caso en la Maestría en Ciencias Económicas y Darío, en la Maestría en Estudios del Desarrollo Global”, menciona Natalí.  

El paso por Inglaterra

En 2020, y fruto de una política de la universidad que incentivaba a sus estudiantes de posgrado a tener experiencias internacionales, viajaron a  Reino Unido para realizar una estancia de investigación en la University of Exeter: “Nos fuimos en febrero de 2020. Íbamos a estar seis meses, y en marzo comenzó la pandemia de COVID-19, circunstancia que motivó que nuestro programa de formación migrara a la virtualidad y se modificaran nuestras rutinas”.

Se valieron del confinamiento que impuso la emergencia sanitaria para cerrar sus tesis de maestría, escribir y publicar algunos artículos científicos, y completar cursos de inglés. En coincidencia con ello, tomaron la decisión de aplicar al doctorado en la facultad de México en la que estaban, y regresaron a ese país en julio de 2020.

La pandemia de Covid-19 los encontró en Inglaterra, realizando una estancia de investigación.

Durante 2020-2021 Natalí fue seleccionada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y realizó una pasantía dentro del Green Comodities Programme. 

En 2022, ambos hicieron una estancia de investigación en doctoral de seis meses en la Libera Università Internazionale degli Studi Sociali Guido Carli, en Roma, Italia. Continuaron el doctorado en Ciencias Económicas y obtuvieron su título el 13 de octubre de 2023.

Ir por nuevas experiencias

Siempre abiertos a vivir nuevas experiencias, ese mismo año viajaron a Barcelona, España, a partir de una posibilidad que le surgió a Natalí de trabajar como investigadora en la Universidat Oberta de Catalunya. “Esta oportunidad me permitió hacer la transición entre el programa académico del doctorado y la investigación aplicada, que es a lo que me dedico actualmente”, refiere.

En relación a la decisión de establecerse en Europa,  Darío afirma: “Nuestra premisa siempre fue acompañarnos, sin importar a quien le surgiera primero la oportunidad”.

Establecidos en España, con los permisos de trabajo correspondientes, se insertaron sin dificultad. “Natalí ya estaba trabajando y, a los dos meses, yo ingresé en el Barcelona Supercomputing Center, un consorcio público de investigación en donde me dedico a la gestión de proyectos”, comenta Darío.

Nutridos de buenas herramientas

En la actividad de ambos confluye lo que aprendieron en el trayecto formativo formal y la experiencia de investigación y gestión que llevaban en el “equipaje”. “Nuestra formación inicial en la UNNOBA y las tareas que desarrollamos en la Universidad en el campo de la docencia y la investigación nos han servido mucho”, recalca Darío. En una apreciación que va más allá de lo meramente personal, abunda: “El paso por la Universidad es un antes y un después en muchos aspectos y dimensiones de la vida. La carrera que uno elige da competencias y habilidades que, aunque nunca terminan siendo suficientes, van llenando una caja de herramientas a las que uno recurre para seguir formándose y aprendiendo”.

Ambos llegaron a la UNNOBA en instancias iniciales de la vida institucional, y esa circunstancia, lejos de ser un escollo, representó una oportunidad. “Elegir esta Universidad fue un acto de confianza, pero nunca una dificultad”, resaltan.

Respecto de los instrumentos que la formación académica recibida les dio para vivir distintas experiencias educativas y de trabajo en el exterior, los dos coinciden en marcar que “hay un muy buen concepto de la universidad pública argentina y esa es una buena llave”.

Pero más allá de eso, es el respeto que ellos mismos sienten por la institución en la que se formaron, lo que consolida la idea que “la universidad pública argentina existe, y cada uno tiene que validar lo que tomó de ella en cada experiencia que elige vivir”. “Ese es el desafío”, sostiene Darío y comenta que, desde que se fueron, ambos se mantuvieron vinculados a la UNNOBA.

“Cuando uno sale del país, de alguna manera intenta ser un ‘embajador’ de la institución en la que se formó, y abrir espacios de vinculación”, señala Darío.

En la misma línea, Natalí cuenta que, por la naturaleza de la carrera de ambos, se vincularon con el Instituto de Política y Gobierno (IPG) de la UNNOBA a través de distintos proyectos.

“Con el IPG trabajamos en publicaciones, colaborando con los equipos y, en los últimos años, a través de convocatorias específicas, trabajamos en proyectos para promover la competitividad de economías regionales”, mencionan. Y agregan: “Colaboramos en la formulación de proyectos para la creación y desarrollo del Centro Universitario PYME, anclado al IPG”.

Hasta hoy, el vínculo de ambos con la UNNOBA continúa. “Es una dinámica muy enriquecedora, el carácter que tiene la Universidad en su estructura propicia este tipo de vínculos en el que no importan tanto las geografías”, recalcan.

Tender redes

Cuando la pregunta los convoca a interrogarse sobre el futuro, se miran a los ojos, y la respuesta surge de inmediato: “No sabemos dónde nos encontrará, pero seguramente será aprendiendo cosas nuevas y creciendo. Somos universitarios y esa es una condición que se tiene para toda la vida. El mundo académico y científico ofrece infinitas posibilidades y estaremos allí donde sigamos sintiéndonos como hoy”.

“Aquí están nuestros afectos y siempre está latente la posibilidad de volver. Sin embargo, de momento quisiéramos seguir en Barcelona, aprovechando los frutos de lo que fuimos construyendo y absorbiendo conocimientos que también puedan replicarse en Argentina”, expresan.

Saben que el mundo académico es un universo rico. Del mismo modo, tienen plena conciencia de que se formaron en la universidad pública y eso los compromete con la necesidad de retribuirle a la sociedad algo de lo que les ha sido brindado como posibilidad. “Siempre estamos buscando el modo de seguir estrechando vínculos de la UNNOBA con el mundo, replicando aquí lo que en otro lugar se hace de manera diferente y viceversa”, señalan y marcan que “en esta estructura de redes que es el mundo universitario lo más desafiante es abrir puertas y generar nuevos puntos de inicio”.

Consideran que el carácter joven y regional de la UNNOBA facilita el establecimiento de esas redes:Es una institución de puertas abiertas que siempre nos permite sentirnos parte. La cercanía que genera la UNNOBA construye vínculos que trascienden la etapa universitaria”.

Una interpelación necesaria

Hijos de la universidad pública argentina, observan con prudencia los debates que se han dado sobre la educación en los últimos tiempos y, lejos de verlos como un problema, entienden que pueden representar una oportunidad de interpelación para fortalecer un sistema cuya importancia es muy difícil de discutir por el peso específico que tiene. “Hay mucha evidencia que respalda el rol de la educación pública como instrumento para la movilidad social”, opina Darío.

En coincidencia con esa apreciación, Natalí considera que le viene bien a la educación ser interpelada. “Preguntarse de una forma distinta qué hay detrás de la educación pública, puede servir para mostrar a la sociedad lo mucho que hay detrás de ella”, plantea.

“Creemos que la educación pública está dispuesta a dar esa discusión y puede ser un momento de oportunidad que, aunque se ve como algo catastrófico, puede servir para respaldar aquello que está bien y para reflexionar sobre aquello que puede mejorarse”, abunda.

Formados en las aulas de la UNNOBA, cada vez que vuelven a recorrer los pasillos, se encuentran con su historia y regresan “a casa”.

En casa

Cuando la entrevista finaliza, Natalí y Darío recorren los pasillos de la Universidad en la que se formaron y sienten que están “en casa”.

“Nuestra historia es la de muchos con los que compartimos el paso por la UNNOBA y que, con esfuerzo y humildad, se han insertado profesionalmente en la región, el país y el mundo”, recalca Darío.

Al bajar una vez más las escaleras que tantas veces los condujo al espacio de las aulas o del trabajo, la charla continúa. “Diría que la UNNOBA es una institución joven, muy dinámica, integrada por un gran equipo de gente que todo el tiempo busca mejorar y brindar lo mejor de sí para honrar la tarea que la sociedad le confía a la universidad pública”, resalta Darío.

La UNNOBA es mi universidad. Nuestra universidad. Es un punto de encuentro entre el aprendizaje y la enseñanza, entre las personas, un punto de unión entre los conocimientos formales e informales, un encuentro con las preguntas y las respuestas, un encuentro con las oportunidades”, expresa Natalí.

Cuando lo dicen, algo en ellos se afirma en la convicción de que supieron tomar la oportunidad que les brindó la educación pública y retribuirla. En la definición de lo que representa para ellos la UNNOBA, el rol de la educación pública cobra verdadera dimensión y exhibe todo el potencial que tiene como herramienta para seguir edificando sueños, y cumplirlos.

Diseño: Laura Caturla