Ciencia e innovación al servicio de la comunidad
Por Gricelda Incerti
En un mundo donde la calidad y la seguridad son primordiales, el Laboratorio de Ensayos de Materiales y Estructuras (LEMEJ) se erige como un pilar fundamental en la evaluación y mejora de los materiales y las construcciones. Creado por la UNNOBA en el año 2014, este laboratorio no solo se dedica a la investigación, capacitación y asesoramiento, sino que también ofrece servicios a terceros de alta calidad. Su misión es clara: asegurar que todo lo que se libere al uso público cumpla con los más altos estándares de seguridad y rendimiento, garantizando así un futuro más sólido y duradero para infraestructuras y productos industriales.
El legado del ingeniero Luis Lima como impulsor del LEMEJ es un reflejo de su visión transformadora sobre la educación superior. El exrector organizador de la UNNOBA y exdirector científico de este laboratorio destacó la importancia de que las universidades respondan de manera proactiva a las necesidades del entorno, adaptándose y desarrollando soluciones efectivas. Su labor como motor del laboratorio mostró la firme convicción que tenía respecto de la necesidad de integrar la teoría con la práctica, fomentando una colaboración dinámica entre la academia y la industria para enfrentar los desafíos contemporáneos.
A diez años de su creación, el LEMEJ brinda más de 90 servicios a terceros de la comunidad y se afianza en 33 localidades del noroeste bonaerense. Este espacio científico hace honor a los ejes de sus inicios, siendo un centro de investigación y transferencia, ofreciendo soluciones a las demandas de la comunidad, enfocándose en asesoramiento, capacitación y prestación de servicios en materiales, estructuras, construcciones y productos industriales.
Su objetivo es garantizar la seguridad, conforme a la normativa vigente, así como mejorar la calidad, durabilidad y prestaciones de los productos. Además, el laboratorio realiza actividades de investigación para generar conocimiento científico y promover la transferencia tecnológica. Desde el año 2019 es uno de los centros asociados a la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (CIC). “Utilizando diferentes estrategias, algunas más acertadas que otras, equivocándonos y aprendiendo, el LEMEJ ha logrado impactar en diferentes localidades de la región noroeste de la provincia de Buenos Aires, a través de servicios a terceros”, afirma la ingeniera María José Castillo, directora ejecutiva del LEMEJ.
Castillo menciona distintos hitos y logros del LEMEJ, a lo largo de sus diez años de existencia: la incorporación de becarios doctorales; la participación en redes internacionales como la RILEM (Unión Internacional de Laboratorios y Expertos en Materiales, Sistemas y Estructuras de Construcción), con sede en Francia, y la FIB (Federación Internacional del hormigón), con sede en Suiza; la certificación de la norma ISO 14001 (estándar internacional que ayuda a las empresas a gestionar su impacto en el medioambiente) desde el año 2023; la aprobación del FIN SET 2015 ( Fondo Tecnológico Argentino), lo que le permitió obtener un importante financiamiento a partir de lo cual adquirió 21 equipos, entre ellos una máquina universal de ensayos de 60 toneladas, única con esa capacidad en la región; el edificio propio inaugurado en agosto de 2016 en la localidad de Junín y su obra de ampliación en 2024; y, finalmente, el otorgamiento de la patente en 2024 a partir del desarrollo de un nuevo material para la construcción, resultado de un proyecto de investigación.
—¿Cómo ha impactado el LEMEJ en la comunidad educativa y en la región a lo largo de su existencia?
—El impacto ha sido sumamente positivo, a partir de la inserción como laboratorio de control de materiales, el conocimiento generado y la capacidad de respuesta que ha desarrollado para atender las demandas del medio. Por esto, se visualiza un incremento en el control y, por consiguiente, en la calidad de muchos materiales. En particular, se ha observado un incremento significativo en la calidad del hormigón utilizado en la región, ya que existe la posibilidad de que todas las partes interesadas (hormigoneras, usuarios, contratistas) puedan ensayar el producto. Por otro lado, participa de diversos proyectos de extensión universitaria, lo que permite llegar a instituciones educativas de nivel medio, como la EEST N°1 de Junín a partir de la ejecución de actividades de colaboración.
—¿Cuáles han sido los mayores desafíos que ha enfrentado el laboratorio y cómo se han superado?
—Un enorme desafío que se le ha planteado al LEMEJ es la flexibilidad a la hora de dar respuesta a las necesidades del medio. Es común escuchar decir que los tiempos de la industria no son los tiempos de la universidad, desde este lugar ha sido necesario establecer una metodología de trabajo para la prestación de servicios que permita responder en tiempos acordes a la industria, pero consistentes y ajustados a la dinámica de la universidad. Para ello, fue necesario constituir criterios de funcionamiento, identificar “cuellos de botella-2 y establecer prioridades.
—En un mundo en constante cambio, ¿cómo han evolucionado para adaptarse a nuevas realidades educativas?
—Situar distintas cátedras en las propias instalaciones del LEMEJ ha generado clases sumamente dinámicas. En general, cada clase consta de una parte teórica, desarrollada en el aula, y otra parte práctica, en la sala de ensayos. Esto favorece la participación activa de los estudiantes, acorta la distancia entre teoría y práctica, y afianza el conocimiento generado. Por otro lado, se ha desarrollado un sistema propio de pasantías para estudiantes avanzados de las carreras de ingeniería. Esto constituye una propuesta formativa complementaria a la curricular para todos aquellos estudiantes que quieran “aprender haciendo”. La articulación entre la investigación, la prestación de servicios y las actividades de extensión, permiten al cuerpo docente del laboratorio incorporar, año tras año, nuevos contenidos que se ajusten a los requerimientos del medio socioproductivo.
—¿Qué importancia tienen las colaboraciones con otras instituciones en el desarrollo del LEMEJ?
—Al principio, la interacción con otras instituciones locales, nacionales e internacionales fue fundamental para mejorar las actividades y la capacidad del laboratorio, a través del intercambio de conocimientos y colaboraciones en el uso de equipamiento e infraestructura. Con el tiempo, al contar con capacidad operativa propia, estas colaboraciones permitieron ampliar la oferta tecnológica del laboratorio. En algunos casos, la caracterización de materiales requiere evaluar varias propiedades, lo cual se realiza en su totalidad en el laboratorio o, cuando no es posible, se recurre a instituciones externas asociadas. Esta cooperación fomenta una sinergia que va más allá de la prestación de servicios, promoviendo investigaciones conjuntas, capacitaciones, pruebas interlaboratorios, coorganización de eventos científicos y estancias de investigación para la formación técnica del personal.
—¿Cuál es su visión para el LEMEJ en los próximos diez años?
—Uno de los aspectos a tener en cuenta es la necesidad de diversificar los servicios. Si bien contamos con una oferta tecnológica de más de 90 servicios, hoy la demanda se enfoca principalmente en el control del hormigón. Por ello, nuestro desafío es profundizar las acciones de difusión de las actividades del laboratorio para que diferentes sectores de la industria, que sabemos que tienen demandas inherentes a las prestaciones del laboratorio, lleguen, y podamos dar respuesta. Otra cuestión a atender y fortalecer son las competencias técnico-científicas de los docentes investigadores del LEMEJ. Por un lado, es necesario avanzar en la formación continua de los integrantes, tomando cursos de perfeccionamiento, capacitaciones en técnicas específicas, formación en posgrado. Y, por otro, es necesario incrementar el capital humano abocado a las actividades científico-tecnológicas del Laboratorio, a través de la realización de maestrías y doctorados.
El legado de Luis Lima: diez años de innovación y formación
“El LEMEJ fue creado oficialmente en 2014, pero la idea surgió en 2012, impulsada por el ingeniero Luis Lima, quien soñó con un laboratorio capaz de responder a las demandas de la comunidad, más allá de ofrecer servicios y capacitaciones. Su visión fue certera desde el principio y, aunque hoy no lo tengamos físicamente con nosotros, su legado permanece en el laboratorio”, afirma Miguel Tortoriello, subdirector del LEMEJ, quien en cada palabra destaca al exrector de la UNNOBA como alma mater del laboratorio.
Para Tortoriello, la vinculación del laboratorio con las cátedras es fundamental en la formación académica: “A diez años, es imprescindible resaltar la estrecha vinculación del LEMEJ con las cátedras de ingeniería, especialmente en las áreas de materiales y estructuras. El laboratorio no solo realiza investigaciones y ensayos, sino que también se integra en la formación académica de los estudiantes. Es crucial que asignaturas como ‘Tecnología de Materiales 1 y 2’, y ‘Unión de Materiales por Soldadura’ se dicten en el propio laboratorio, permitiendo a los estudiantes experimentar de manera práctica lo aprendido en clase”.
El recuerdo de Lima vuelve una y otra vez en la charla. Para el subdirector del LEMEJ, el ingeniero fallecido fue “más que un colega”: fue un mentor y una inspiración. “Aunque Luis Lima ya no esté, su influencia sigue viva en cada rincón del LEMEJ. Su visión, esfuerzo y dedicación fueron la piedra angular sobre la que se construyó este laboratorio. Desde sus primeros pasos, Luis no solo imaginó el LEMEJ como un espacio físico, sino como un motor de cambio y crecimiento para la comunidad, de investigación y educación en ingeniería. Aunque han pasado los años, su legado permanece palpable en la manera en que operamos día a día, en el espíritu de colaboración que caracteriza al laboratorio y en la calidad del trabajo que realizamos. Cada proyecto, cada investigación, cada clase que se dicta en este espacio lleva su huella”, sostiene emocionado.
Además de rector organizador de la UNNOBA, presidente de la UNLP y decano de la Facultad de Ingeniería (UNLP), Lima fue miembro de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, de la Academia de Ingeniería de la provincia de Buenos Aires y presidente de la Asociación Argentina del Hormigón Estructural.
Un material único e innovador para la construcción
Alejandro Mateos es secretario del LEMEJ y uno de los inventores de las placas de poliestireno expandido de ultra alta densidad, logro por el que la UNNOBA obtuvo una patente. “En 2020 —cuenta Mateos— comenzamos un proyecto de investigación, aprobado por la Secretaría de Investigación, Desarrollo y Transferencia de la UNNOBA, enfocado en el desarrollo de placas de poliestireno expandido de alta densidad, pensadas para su uso en la construcción, específicamente para cerramientos no portantes. El objetivo era evaluar su desempeño a través de ensayos similares a los utilizados para las placas de yeso, un material ampliamente usado en la construcción tradicional. La ejecución del proyecto no estuvo exenta de desafíos, sobre todo debido a las restricciones y dificultades logísticas impuestas por la pandemia del COVID-19. A pesar de las complicaciones, el trabajo en equipo, que involucró a docentes, graduados y estudiantes de la UNNOBA, fue fundamental para superar esos obstáculos.”
A medida que avanzaban en la investigación, el equipo observó que el material tenía un gran potencial. Los resultados de los ensayos eran altamente satisfactorios, y los llevo a considerar registrar el desarrollo como una patente. “Realizamos una búsqueda exhaustiva de patentes similares y no encontramos productos que pudieran competir con nuestras placas, lo que nos dio la certeza de que el proyecto tenía la suficiente altura inventiva“, afirma Mateos.
El 20 de agosto de 2024, dos días antes de que el LEMEJ cumpliera diez años de vida, se recibió la confirmación de que la patente había sido otorgada por el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INPI), con la UNNOBA como titular y el equipo de investigadores, como autores.
¿Qué ventajas tienen estas placas, comparadas con las tradicionales? El secretario del LEMEJ afirma que tienen un enorme potencial para la industria de la construcción: “Comparadas con las tradicionales placas de yeso, las nuestras ofrecen varias ventajas, como un menor peso, una reducción significativa en la absorción de agua y una resistencia uniforme en todas las direcciones. Estos atributos las convierten en una solución más eficiente frente a los problemas que presentan los materiales convencionales.” Si querés saber más sobre esta investigación, leé aquí.
Arbolado urbano y medioambiente
La ingeniera Forestal, Dra. Ana Clara Cobas, es miembro del LEMEJ. Como docente e investigadora en el CITNOBA, lidera una de las líneas de investigación del LEMEJ enfocada en los bosques urbanos. Esta investigación analiza cómo el entorno urbano y las intervenciones humanas afectan el crecimiento de los árboles en las ciudades y su capacidad para ofrecer servicios ecosistémicos. El objetivo es mejorar su manejo y gestión para mitigar los efectos del cambio climático. Su rol no se limita a lo científico, sino que se complementa con la vinculación con los municipios de la región, brindando asesoramiento sobre arbolado urbano y líneas de extensión que tienen un alto impacto en las ciudades del noroeste bonaerense.
“En extensión, hace bastante que venimos trabajando con la temática de arbolado urbano y la importancia que tiene. Hemos trabajado en forestaciones de escuelas rurales, realizamos charlas en sociedades de fomento. También sobre papel artesanal y su manera de reciclarlo. Estamos asesorando a varios municipios sobre la planificación de su arbolado. Buscamos llegar a toda nuestra comunidad sosteniendo la idea fundamental de la perfecta convivencia que debe haber entre el medioambiente y los humanos”; afirma la investigadora.
El trabajo de Cobas busca sensibilizar a la comunidad sobre la importancia del arbolado urbano, promoviendo su gestión adecuada para mejorar la calidad de vida y mitigar los efectos del cambio climático. A través de su vínculo con los municipios, impulsa acciones concretas para fortalecer la sostenibilidad de las ciudades en la región.
Investigación sobre Soldadura de Aceros AHSS: Innovación y Seguridad en la Ingeniería
Uno de los proyectos de investigación más relevantes que el LEMEJ tiene en desarrollo está relacionado con la “soldabilidad de aceros avanzados de alta resistencia (AHSS)”, especialmente, para productos industriales. El proyecto tiene dos líneas de trabajo: una relacionada con el desarrollo de aceros para mallas electrosoldadas en estructuras de hormigón, y otra, con la implementación de un proceso de soldadura en fase sólida para unir chapas de aceros AHSS.
El objetivo es estudiar el comportamiento de uniones soldadas en barras y chapas de estos aceros avanzados, evaluando su comportamiento químico, metalúrgico y mecánico. Dado el avance en el desarrollo de aceros de alta resistencia y los nuevos procesos de soldadura, se busca mejorar la calidad de las soldaduras y aumentar la seguridad de las estructuras mediante uniones más confiables. Además, parte del equipo colabora con otras universidades nacionales e instituciones públicas y privadas para fortalecer esta línea de investigación.
La articulación entre ciencia, formación y compromiso social
Cuando le preguntamos sobre los inicios del LEMEJ, María José Castillo recuerda el momento en que el ingeniero Luis Lima les propuso un desafío. “Hace más de 10 años, Lima nos convocó con una idea superadora en aquel momento: crear un laboratorio que se convirtiera en un centro de referencia para la región noroeste de la provincia de Buenos Aires, especialmente en lo que respecta a materiales y estructuras. Con esa consigna, comenzamos a planificar la puesta en marcha del LEMEJ y nos embarcamos en esta aventura juntos.”
Una década después, el laboratorio se ha afianzado: ” Hoy podemos decir con orgullo que el LEMEJ ha establecido su propio sistema de gestión de proyectos y un registro de servicios a terceros. Esto nos ha permitido generar indicadores, tomar decisiones informadas y proyectar acciones para el futuro. En estos 10 años hemos realizado más de 4800 determinaciones, atendido a más de 100 clientes y trabajado en 25 proyectos de investigación y extensión, algunos financiados externamente, otros internamente y también autofinanciados”, enumera Castillo.
A pesar de los logros cuantitativos, lo que realmente resalta es el impacto cualitativo del trabajo realizado; “La relevancia del LEMEJ no solo se visualiza en la cantidad de proyectos o informes técnicos, sino en su capacidad para articular actividad académica, investigación y vinculación con el medio socioproductivo. Esta retroalimentación constante entre estos tres espacios ha sido clave para el éxito del laboratorio. Los conocimientos generados no solo se traducen en servicios, sino que también alimentan los contenidos curriculares, mientras que las demandas de la región se convierten en proyectos de investigación y extensión”, afirma con entusiasmo.
Sin embargo, a pesar de estos logros, la directora del LEMEJ señala que aún queda mucho por hacer. “¿Eso significa que ya hemos alcanzado todos nuestros objetivos? Como diría Luis: ‘De ninguna manera; por supuesto que no’. Queda mucho por recorrer, mucho por mejorar. Es esa búsqueda constante de mejora la que nos mantiene motivados para seguir trabajando“.