El médico que hizo surgir la ciencia en medio del maizal
El doctor Julio Maiztegui llegó a Pergamino 1965 cuando un grupo de investigadores y técnicos del Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas (CEMIC) y del Instituto Nacional de Microbiología “Dr. Carlos G. Malbrán”, con el apoyo de la Fundación Emilio Ocampo, se instaló para realizar estudios sobre la Fiebre Hemorrágica Argentina (FHA), una enfermedad causada por el Virus Junín que por aquel entonces ocasionaba un importante número de muertes.
Rápidamente se integró a la comunidad y su labor científica de marcado compromiso lo colocó entre las personalidades “pergaminenses” más reconocidas. Nació en Bahía Blanca, se graduó en la Facultad de Medicina de la UBA y perfeccionó sus estudios en el Boston City Hospital, dependiente de las Universidades de Boston y Harvard.
En 1978, fruto de su tarea, se creó el Instituto Nacional de Virosis Hemorrágicas, actualmente Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas (INEVH). Falleció el 29 de agosto de 1993, a los 62 años. Desde 1994 esa institución lleva su nombre.
Utopía y pragmatismo
La doctora Delia Enría, directora del INEVH y codirectora de la Maestría en la Prevención y el Control de las Zoonosis que se dicta en la UNNOBA, trazó una semblanza de Julio Maiztegui: “Don Julio era un visionario, una persona que trabajaba con una utopía pero construía sobre la base de un profundo pragmatismo. Logró controlar una enfermedad que devastaba una región. Establecerse en Pergamino fue para él una enorme oportunidad, aquí desarrolló su vocación de médico, en un viejo hospital de llanura”.
Delia Enría definió a Julio Maiztegui como un profesional que siempre estaba en la primera trinchera de la atención sanitaria: “Trabajaba activamente en los casos, y eso le permitió adquirir el conocimiento que posibilitó el adecuado control de la FHA”.
“Llevó adelante el ensayo clínico que probó la eficacia del plasma inmune para el tratamiento de la enfermedad; también puso en marcha el laboratorio y el resto de los proyectos que dieron forma al instituto. Si no hubiera estado su inteligencia pragmática y su sólida formación, todavía se estaría discutiendo si el plasma inmune sirve o no. El demostró que servía, era un brillante gestor”, sentenció la codirectora de la Maestría en Zoonosis.
También sentó las bases para que el proyecto de desarrollo de la vacuna pudiera concretarse: “El minucioso estudio epidemiológico que él había hecho permitió que se gestara el conocimiento suficiente para avanzar hacia la vacuna”.
Respecto de la Candid I, que previene la Fiebre Hemorrágica Argentina, Enría recordó que había un antecedente de trabajo en el país y con la anuencia de varios organismos se decidió considerar esa experiencia: “A través de un convenio entre el gobierno argentino, la Oficina Sanitaria Panamericana, el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas y el United Army Medical Research Institute of Infectiuos Diseases de los Estados Unidos, comenzaron las investigaciones dirigidas a la obtención de la vacuna, que concluyeron en 1985 cuando el equipo del doctor Julio Barrera Oro logró obtener un clon atenuado de virus Junín, denominado Candid I, dando comienzo a las fases clínicas de investigación que culminaron en 1990, cuando se estableció que la vacuna era eficaz para prevenir la FHA y se abrió la perspectiva del control definitivo de esta endemia”, explicó Enría.
“Por su liderazgo, don Julio Maiztegui fue una pieza clave en aquel proceso que era como un rompecabezas”, añadió la titular del INEVH.
Crear científicos
Delia Enría destacó la generosidad de Maiztegui: “Sabía que existían otros desarrollos y nos impulsó a que, sin sacar los pies de este lugar, pudiéramos capacitarnos en el exterior, en un tiempo en el que no era tan fácil hacerlo”, destacó.
“Era un hombre de carácter fuerte, siempre dispuesto a trabajar en equipo. El trabajo colaborativo fue el principal legado que dejó a quienes lo sucedieron”.
“Cuando se lo homenajeó en la Academia Nacional de Medicina alguien dijo: ‘El hizo surgir en el medio del maizal a la ciencia’. Creo que ese fue su aporte; este Instituto es el fruto y su perseverancia nuestro mejor ejemplo, la constancia como virtud de aquel que sabe que está en el camino correcto”, concluyó.
Apuntes: la trascendencia de su labor
La FHA es una enfermedad causada por el Virus Junín que puede afectar a la población del área endémica de las provincias de Córdoba, Buenos Aires, Santa Fe y La Pampa. Es transmitida por el contacto directo con roedores o inhalación de excretas de roedores infectados.
El INEVH
El Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas “Julio Maiztegui” funciona en Pergamino y depende de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud “Carlos Malbrán” (ANLIS). Coordina el Programa Nacional de Control de la Fiebre Hemorrágica Argentina y la Red Nacional de Diagnóstico de Dengue y otros Arbovirus.
La Candid I
La vacuna Candid I, que previene la FHA, se produce en los laboratorios del INEVH. Fue incorporada al Calendario Nacional de Inmunizaciones e indicada en mayores de 15 años que vivan o trabajen en el área endémica.
El plasma inmune
El tratamiento de la FHA se realiza mediante la administración de plasma inmune de personas que tuvieron la enfermedad y se curaron. Este insumo se obtiene de la donación que se hace en forma voluntaria.