Conocimiento y extensión universitaria

Por Danya Tavela

Vicerrectora de la UNNOBA y miembro actual de la CONEAU. Secretaria (2017-2018) y subsecretaria de Políticas Universitarias (2015-2017) de la Nación. Docente de grado y posgrado.

La extensión universitaria constituye una de las tres funciones sustantivas de la Universidad. En Argentina se reconoce su origen en la Reforma Universitaria de 1918 y surge como respuesta a la vinculación necesaria entre el conocimiento académico y su generación, en relación con la sociedad y sus propias demandas.
Suele identificarse a la extensión como la función “extramuros”, o la salida de la “torre de marfil”.

Implica pensar a la Universidad al servicio de la sociedad que la sustenta, dando respuestas, a través de sus diversas actividades, a las problemáticas que la sociedad le plantea, fundamentalmente en términos de desarrollo humano y social.

En los últimos años la función de extensión se ha expandido de manera cualitativa y cuantitativa en las universidades públicas. Se observa, entonces, una multiplicidad de programas, proyectos y distintas acciones con financiamiento institucional pero también por parte de los organismos del sistema.

Taller de PEPSAM, una de las propuestas de la Secretaría de Extensión.

Además, existe un compromiso real de las instituciones (REXUNI) de promover políticas de extensión universitarias articuladas e integradas a la enseñanza y a la investigación. Así, se trabaja también en la jerarquización de la función mediante una ponderación en los concursos docentes, en las acreditaciones de carrera, su inclusión en los planes de estudio y en los estatutos universitarios.

Las modalidades de intervención de la extensión están basadas en líneas de trabajo impulsadas por diagnósticos institucionales orientados hacia el abordaje de demandas sociales o comunitarias, o bien,  problemáticas específicas. Algunos ejemplos:

• Formación de conciencia democrática y participación ciudadana.
• Fortalecimiento social, cultural y económico de sectores vulnerables.

Estas acciones pueden llevarse adelante mediante programas de cursos y capacitaciones, consultorías, diagnóstico o encuestas sobre determinados sectores, acciones para contribuir a las trayectorias educativas de jóvenes de los otros niveles educativos, programas comunitarios, formación en género y derechos humanos, entre otras.

“Vacaciones de invierno en la Universidad”, propuesta de extensión para niños.

Pese a la multiplicidad de herramientas, es importante en todos los casos entender qué características deben darse para el éxito de los objetivos de la extensión universitaria:

• La articulación de las actividades de extensión con la actividad académica de los docentes y los estudiantes.
• Que efectivamente se verifique la transferencia o aplicación de conocimientos adquiridos en el desarrollo de las carreras.
• Que se genere un espacio de aprendizaje a partir de la práctica y de la aplicación en terreno, para reconocer, identificar, diseñar y abordar situaciones problemáticas.

Uno de los espacios donde se vislumbran estos ejes son los proyectos de extensión universitaria, que no deben confundirse con los cursos y talleres que también se dictan desde esta Secretaría. No obstante, los cursos y talleres también deben contar con estas características específicas.

En tanto, resulta fundamental no confundir estas acciones con la asistencia social, ya que en la extensión resulta indispensable que esté presente el componente del conocimiento en cualquiera de sus acciones.

La importancia de la extensión universitaria mejora la labor docente porque permite analizar problemáticas reales, en las que aplicar conocimientos y generar nuevos desarrollos. En tanto,  enriquece a los estudiantes porque es un espacio más de aprendizaje y formación por el contacto que favorece con la realidad y el mundo donde se insertarán al culminar el trayecto formativo. También contribuye a  la sociedad porque favorece sus posibilidades de desarrollo por la incorporación de conocimiento y educación como variable para el mejoramiento de la calidad de vida de las personas.

Es nuestro deber contribuir para que la sociedad que nos sostiene con sus esfuerzos encuentre en la Universidad y en los universitarios la esperanza para alcanzar un mayor bienestar y superar las desigualdades que la caracterizan. Entonces, la extensión universitaria será la herramienta de nuestras sociedades para sanar los dolores que nos quedan y conseguir las libertades que nos faltan.