“Ideamos respuestas”

Por Lorena Berro

“La incertidumbre que siempre definimos como una característica de la posmodernidad, los escenarios cambiantes que obligan a la adaptación como condición básica para lograr mejor eficacia social y política, se han expresado como nunca antes en esta pandemia. De algún modo esta situación excepcional es un laboratorio impresionante y, en la medida en que cada uno pueda apropiarse de esta experiencia, nos vamos a encontrar todos en mejores condiciones para enfrentar el futuro”. Así reflexiona el rector Guillermo Tamarit sobre la pandemia, cuando la entrevista lo convoca a evaluar las respuestas brindadas por la Universidad en la emergencia sanitaria.

Lo que expresa  el rector de la UNNOBA se entrelaza con conceptos que forman parte del núcleo medular de la Universidad y que han hallado correlato en la realidad de manera tangible. Como ha ocurrido en otras esferas de la vida social, la irrupción de la COVID-19 interpeló a la propia Universidad en su capacidad para ensayar soluciones que puedan facilitar al conjunto de la sociedad el tránsito por una experiencia compleja.

 

El rector se refirió a los distintos planos de la respuesta institucional brindada en la emergencia.

Tamarit diferenció dos planos de respuesta de la institución en la crisis: “Por un lado, nos pusimos a disposición de las autoridades sanitarias y políticas de la región para colaborar con lo urgente. Así fue como ofrecimos laboratorios, espacios físicos, recursos humanos y capacitación. Todas estas iniciativas son producto de haber podido poner en valor todos los instrumentos que tiene la Universidad. Y por otro lado, tuvimos que resolver la emergencia académica para dar continuidad a las actividades transformando nuestro modelo de presencial a virtual, dando lugar a una experiencia que destacan estudiantes y docentes”.

–Poder brindar estas respuestas, ¿significó una inversión adicional desde el punto de vista presupuestario?

–Estas acciones no hubieran sido posibles sin tener una infraestructura y recursos humanos de calidad. Lo que nos exigió la emergencia fue redireccionar la inversión presupuestaria. Por ejemplo, recursos que iban a ser destinados a becas de transporte se volcaron a becas de conectividad para el acceso a la educación virtual por parte de muchos estudiantes. También volcamos recursos al funcionamiento de los laboratorios y a la infraestructura que pusimos a disposición de las autoridades sanitarias para la eventual atención de pacientes. En materia de formación de recursos humanos, nuestras acciones se orientaron hacia lo urgente como fue el entrenamiento del personal de salud de la región. También invertimos fondos de la Fundación de la Universidad para la producción de máscaras faciales, tapabocas y envases para el traslado seguro de las muestras que se procesan para el diagnóstico de la COVID-19.

–¿Algunas de las cuestiones que llegaron con la emergencia marcarán el camino de los próximos tiempos?

–Considero que el aprendizaje que adquirieron tanto docentes como estudiantes para el manejo de las plataformas virtuales llegó para convertirse en un elemento sustancial del proceso educativo. Si bien lo presencial va a volver a tener preeminencia, las posibilidades tecnológicas van a acompañar la actividad universitaria.

–¿La dimensión que tiene la UNNOBA ha sido un sello distintivo en la posibilidad de brindar respuestas?

Ideamos respuestas para poder avanzar en todos los niveles de acción que nos planteó la crisis. Integramos la Red de Laboratorios de Diagnóstico, por el desarrollo de nuestra infraestructura y por la calidad de nuestros recursos humanos. Lo mismo ocurre en términos de la oferta académica. Somos de las pocas universidades que ha mantenido su calendario académico. Estamos entre las instituciones que han podido resolver la coyuntura de la mejor manera.

–En un escenario bastante incierto desde lo sanitario, ¿la idea es sostener las estrategias implementadas por la UNNOBA hasta el fin de la pandemia?

El panorama es muy cambiante, seguramente habrá avances y retrocesos y en esta dinámica estamos previendo las actividades del segundo semestre para tener a mano respuestas en cualquiera de los escenarios que nos plantee la cuestión sanitaria. Si las ciudades de la región de influencia de la UNNOBA avanzan y permanecen en fase 5, podremos implementar estrictos protocolos para el desarrollo de actividades presenciales. Pero lo que seguro va a funcionar es la virtualidad y para ello hemos trabajado en el diseño de un modelo híbrido.

Los valores de la universidad

El rector de la UNNOBA observa cómo la situación planteada mostró la vocación solidaria de la Universidad. En este punto, se detiene en el compromiso demostrado por el conjunto de la comunidad universitaria para adaptarse a una situación extraordinaria y resalta la enseñanza que han dejado los propios estudiantes: “La emergencia señaló muy claramente su voluntad de participación. Quienes provenían de carreras del campo de la salud, enseguida se postularon en las distintas convocatorias de voluntariado que requerían de perfiles específicos; y otros, a través de los Centros de Estudiantes, se organizaron en diversas tareas para estar a disposición de la comunidad”.

Con marcado compromiso la comunidad avanzó en distintos desarrollos para resolver urgencias.

Con una mirada retrospectiva sobre la tarea desplegada hasta el momento y sabiendo que la pandemia aún no ha quedado atrás, Guillermo Tamarit entiende que hay valores de la universidad pública que se han expresado en la emergencia. Resalta la capacidad de adaptación y la solidaridad como atributos que la UNNOBA tiene internalizados en su concepción: “La Universidad forma parte de su sociedad, le debe todo a su sociedad y tuvo la oportunidad en esta crisis de presentarse como un instrumento valioso”.

Diseño: Laura Caturla