20 años de la UNNOBA

Por Ana Sagastume

Casi una década antes de la gesta, Junín era testigo de la cancelación del mayor proyecto del siglo XX. Con el cierre de los Talleres Ferroviarios, en 1993, se derrumbaba un sueño colectivo y se hacía añicos una identidad construida a partir del orgullo de ser propietario de saberes valiosos y de haber pertenecido a uno de los centros ferroviarios más importantes que tuvo el país.

En 2002, con la creación de la Universidad Nacional del Noroeste, emergía un nuevo sueño colectivo capaz de vehiculizar las esperanzas, aglutinar a la sociedad, y como diría B. Baczcko, “encauzar las energías individuales, conduciendo hacia acciones comunes”. Esto puede llevar a preguntarnos: ¿qué hubiera sido de la ciudad Junín, y también de Pergamino, sin la UNNOBA, sin la potencia que tuvo y tiene ese símbolo para la vida de estas sociedades? ¿Qué sería hoy de la vida de otras localidades del noroeste sin la esperanza que propone la Universidad a través de la educación y el desarrollo científico? ¿Habrían encontrado otro “núcleo de sentido”, otro modo de orientar sus esperanzas colectivas? Se trata de preguntas contrafácticas, de imposible respuesta, que, sin embargo, no anulan el hecho de que la UNNOBA no emergió de la nada. Fue, quizás, un hecho fortuito (porque podría haberse dado, o no) aunque posible a partir la construcción colectiva de la sociedad, a través de los Centros Universitarios fundados en Junín y Pergamino en la década de 1990.

Que la sociedad se haya apropiado del proyecto, no obstante, no se explica por ese momento inicial en que fueron canalizados viejos anhelos colectivos. La Universidad se construye todos los días, se crea todos los días por medio de acciones y decisiones que conforman (o, bien, nacen de) la política universitaria. Esto nos lleva a plantearnos otros interrogantes que, ahora sí, podremos responder a través de protagonistas del pasado y el presente de la UNNOBA: ¿cómo fue el desarrollo de la Universidad en estos 20 años?, ¿cuáles eran los desafíos en aquel momento y cómo fueron resueltos?, ¿qué retos se plantea de cara al futuro?

El primer día de clases de la UNNOBA fue el 4 de abril de 2005.

Primeras clases, primeras carreras

Lilian Lértora fue una de las primeras funcionarias que tomó el desafío de organizar la enseñanza y transmisión de conocimientos de la UNNOBA. La exsecretaria Académica resalta que su paso por la Universidad le demandó, personalmente, el despliegue de toda su creatividad: “Yo venía de ser directora de Capacitación de la UNLP, donde todo estaba organizado. En cambio, desde la Secretaría Académica de la UNNOBA pude innovar en las propuestas y ser parte del desafío que estaba gestándose. Por eso mi paso por allí fue muy creativo, aprendí muchísimo”.

Actualmente, Lilian Lértora es coordinadora de área del Departamento de Ciencias Sociales y Filosofía del Colegio Nacional, perteneciente a la Universidad Nacional de La Plata.

Fue una tarea muy ardua porque eran muchos los desafíos que teníamos por delante, no solo desde el punto de vista académico o por la búsqueda de profesores, sino que había que organizar todas las actividades administrativas”, evoca Lértora, quien califica aquel momento inicial como “ferviente” y lo compara con “una olla hirviendo, en ebullición permanente”. “Eran una oleada de actividades increíble”, ilustra.

Que hoy la UNNOBA sea una institución relevante en la región y en el país, se debe, según Lértora, a que desde aquellos comienzos estaba claro el horizonte: “La estructura del equipo era muy compacta. Sabíamos perfectamente qué tipo de Universidad queríamos y trabajábamos para lograrlo. O sea, no partíamos de cero, sino que sabíamos cuáles eran los objetivos. Por eso trabajábamos codo a codo docentes, no docentes y funcionarios”.

Lértora, quien fue secretaria Académica entre 2006 y 2008, recuerda que desde sus comienzos la UNNOBA “hizo mucho hincapié en la relación con la comunidad, local, regional, se fueron creando muchas redes y eso fue muy interesante, la comunidad participaba muchísimo”. En ese sentido, la exfuncionaria opina: “La Universidad ha calado mucho en las dos localidades, teniendo como punto de llegada el hacerse fuerte en la región. Apuntábamos a que haya especialidades que tengan que ver con las necesidades locales, evitando que así migre la población joven, una de las preocupaciones más importantes que había en ese momento”.

En sede Pergamino, las primeras clases de la UNNOBA se dictaron donde funcionaba el Centro Universitario Pergamino (CRUP), 11 de Septiembre 844.

Una de las cuestiones que Lértora rescata es la importancia que le daba la UNNOBA, desde sus orígenes, al rol de las nuevas tecnologías en la educación: “Durante la pandemia recordé que la UNNOBA, allá por aquellos tiempos, le dio mucha relevancia a la no presencialidad en la educación. Había, en aquellos años, un germen, con los cursos de moodle y toda una movida que… ¡Fijate que los docentes estuvimos después casi dos años dando clase virtuales, algo que la UNNOBA ya había contemplado en sus inicios! En aquel momento, los alumnos tenían la posibilidad de cursar algunas materias no presenciales. Era algo muy novedoso, te estoy hablando de 2006…”.

Otro de los puntos que Lértora valora de la UNNOBA es la importancia que se le dio a la articulación entre la escuela y la universidad. “La idea a futuro era crear una escuela secundaria que perteneciera a la UNNOBA, pero todo empezó con esas acciones de articulación”, comenta Lértora, quien actualmente está a cargo de la coordinación del Departamento de Ciencias Sociales y Filosofía en el Colegio Nacional que depende de la Universidad Nacional de La Plata. Sobre ese punto, la actual secretaria Académica, Pilar Traverso, interpreta que uno de los logros que la gestión académica tuvo a lo largo de estos 20 años fue, precisamente, la creación de la Escuela Presidente Domingo F. Sarmiento en 2017: “El colegio secundario de la UNNOBA hace innovación, investigación y, sin dudas, contribuye a mejorar las ofertas de educación secundaria de la región”.

Para Lértora, el “germen” de la posterior creación de la Escuela Secundaria fueron las actividades de articulación llevadas adelante en los inicios.

La búsqueda de la pertinencia y la calidad

Florencia Castro, secretaria Académica entre 2009 y 2017, valora las orientaciones del Proyecto Institucional original, publicado en 2004: “El proyecto era muy bueno y yo creo que sus principios siguen vigentes aún hoy”. Si bien en aquel documento se sentaban las bases del tipo de Universidad al que se apuntaba: “¡Había que implementarlo, teníamos que pasar todo eso a la práctica! En definitiva, lograr que todas las carreras sean pertinentes y tengan calidad”.

“Hasta ese momento se habían logrado dictar clases, poner a docentes frente a alumnos. Cuando yo ingreso a la Secretaría, era necesario desarrollar todos los instrumentos para el funcionamiento del área académica, es decir, organizar la estructura de la Secretaría”, sintetiza la exsecretaria y actual vicerrectora de la Universidad Provincial de Ezeiza. Esos instrumentos implicaban programas de becas, reglamentos de alumnos y de la institución en general, organización de los servicios estudiantiles, entre otros. “Había que actualizar los planes de estudio y, por ejemplo, lograr que los títulos tuvieran validez nacional, realizando los trámites para ello. También precisábamos implementar las prácticas laborales supervisadas, que eran un requisito de graduación de algunas carreras que ya se dictaban. La institución recién comenzaba”, añade Castro.

Florencia Castro es actualmente vicerrectora de la Universidad Provincial de Ezeiza.

Una vez que se habían establecido las reglamentaciones correspondientes y creado los instrumentos necesarios, el segundo desafío de su gestión estuvo enfocado en la calidad: “Los distintos procesos de acreditaciones que realizamos ante la CONEAU (Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria) tuvieron como objetivo garantizar la calidad de las carreras que se dictaban en la Universidad”.

Así, las primeras acreditaciones de las carreras del área de Ingeniería fueron por tres años: “Nos marcaron las recomendaciones y déficit a mejorar. Pero en muy poco tiempo, la Universidad pasó de tener diez o quince recomendaciones por carrera, a tener unos pocos compromisos para la mejora de la calidad. Esto sucede porque desde la institución se trabajó para la mejora de las carreras, creando, por ejemplo, laboratorios, mejorando la infraestructura y la calidad de los equipos docentes”, subraya la exsecretaria. “Las carreras de Contador Público y Licenciatura en Genética se acreditaron, posteriormente, por seis años directamente. Esto evidencia la mejora”, ejemplifica.

Otro de los logros de la gestión de Florencia Castro fue el proceso de evaluación internacional al que se sometió la UNNOBA (RIEV-UDUAL), también en pos de la mejora, pero, en este caso, de carácter institucional. De los resultados de esta evaluación y en relación a su área específica, Castro rescata que les “permitió poner el foco en los graduados”, determinando qué competencias necesitaban para insertarse al mundo del trabajo. “En función de ello, se pudieron plantear reformas en los planes de estudio, a partir de lo que se detectó que faltaba en la formación”, comenta Castro, docente actual de la UNNOBA, y agrega: “Esto es algo que yo veo que se sigue trabajando fuertemente desde Secretaría Académica y los resultados están a la vista. Si uno analiza las últimas encuestas, la inserción laboral tiene lugar entre los cinco y seis meses luego de la graduación. Es muy bueno”.

La primera colación de grado de la UNNOBA tuvo lugar durante la gestión de Florencia Castro, en octubre de 2009.

Más allá de la contribución que implica una “mirada externa” sobre la propia institución, la exsecretaria Académica valora que permite “poner orden y revisar cada una de las acciones”. “Hoy la Universidad tiene series de información gracias a estos procesos, los cuales resultan un aporte para la toma de decisión”, reflexiona Castro, quien fue designada en el mes de abril para dirigir la formulación del Segundo Plan Estratégico de la UNNOBA, el cual involucra distintos procesos de evaluación (interna y externa).

Otro de los puntos hacia los que la gestión de Castro se orientó fue la mejora de la enseñanza, a partir de una búsqueda de calidad en el plantel docente. “Se modificó varias veces el reglamento de concursos docentes porque se buscaba que el docente que está a cargo de los alumnos tenga mayor formación, por ejemplo, que sea doctor. Queríamos que aquel que está en la ‘frontera del conocimiento’, es decir, que hizo un aporte original a su disciplina porque se doctoró y sigue investigando, sea quien esté frente a los alumnos”.

De acuerdo a su análisis, la UNNOBA ha logrado formar recursos humanos capacitados, cumpliendo sus metas originales: “Hoy parte de la planta de la Universidad la constituyen graduados nuestros, muchos de ellos son doctores y dan clases en la UNNOBA”, remarca. En tanto, Pilar Traverso, la máxima funcionaria actual del área Académica, coincide con Castro: “A lo largo de estos veinte años, se apuntó a tener más y mejores docentes de la región, así como a incorporar a los propios graduados a la planta docente. Incluso, muchos de los graduados están investigando. Entonces, puede observarse allí un círculo virtuoso”.

La mejora en la calidad de la planta docente estuvo dada también por la creación de una carrera destinada, principalmente, a docentes de la UNNOBA: Especialización en Docencia Universitaria. Mientras las carreras de Doctorado que la UNNOBA estimuló que realicen les brindaron a docentes y graduados un conocimiento más amplio de su disciplina específica, esta Especialización aportó herramientas didácticas y pedagógicas que contribuyeron al logro de una mejor enseñanza en la Universidad.

Claridad de metas y flexibilidad: dos rasgos distintivos de la UNNOBA

Pilar Traverso es secretaria Académica desde 2019, pero hace años que trabaja en el UNNOBA en el ámbito de la Secretaría: desde 2011 hasta 2017 fue directora de Lenguas Extranjeras, y desde 2017 a 2019 fue prosecretaria Académica, secundando a Florencia Castro.

La docente y actual funcionaria, coincide, tanto con Lértora como con Castro, en que la clave del desarrollo de la UNNOBA estuvo dada por la claridad de sus políticas en relación al horizonte esperado: “La UNNOBA ha sido fiel a su proyecto institucional (2004), pero con la suficiente flexibilidad como para ir captando y tomando nuevas demandas. En particular considero que la función académica ha tenido un desarrollo sostenido y armónico, porque ha sido coherente con los principios fundantes de la Universidad: se apuntó a construir una oferta académica pertinente, con calidad e inclusión, que eran los principios rectores de los inicios”.

En ese sentido, Traverso destaca que las carreras de la Universidad estuvieron y están centradas en las necesidades de la sociedad en la que se integra. “La UNNOBA ha mantenido su oferta académica inicial y, a la vez, ha ido respondiendo a distintas demandas y necesidades, a través de, por ejemplo, tecnicaturas a cohortes cerradas y ciclos de complementación. Por supuesto, siempre aparecen pedidos de aperturas de carreras y, cuando esto efectivamente, ocurre es el resultado del análisis y la demanda de su territorio”, sostiene la secretaria Académica actual.

En relación a la coyuntura más reciente y a la otra cualidad positiva que Pilar Traverso resalta de la UNNOBA, la flexibilidad, la actual secretaria remarca la capacidad que tuvo para enfrentar la situación inesperada que implicó la pandemia a partir de la solidez del equipo de trabajo: “Esa capacidad de adaptarse se ve reflejada en la rápida migración que la Universidad pudo hacer en 2020, en el contexto del aislamiento más estricto y de la suspensión de actividades presenciales. Esa rápida capacidad de organizar una respuesta adecuada desde sus unidades académicas, da cuenta de la convicción de todos sus actores. Creo que le permitió, ante nuevas situaciones, reaccionar con la velocidad que se requería”.

 

Acto de colación de grado, año 2020. Por la pandemia, el evento se realizó al aire libre.

Uno de los logros que la actual secretaria Académica resalta de su gestión fue la creación del Instituto de Oficios y Competencias Laborales, con la idea de “acercar trayectos, oportunidades universitarias a personas que tradicionalmente no habían tenido acceso a la Universidad”.

Más allá de los éxitos y resultados satisfactorios que la UNNOBA tuvo en estas dos décadas, la perspectiva universitaria siempre se dirige a establecer los déficits y carencias en pos de la mejora continua. Entre los desafíos y “cuentas pendientes”, Traverso advierte que, a pesar de las “buenas condiciones” en que se ejerce la tarea de enseñar y aprender en la Universidad (por la infraestructura y la buena relación docente-alumno), la UNNOBA posee, sin embargo, los mismos niveles de graduación o “duración real” en las carreras que otras universidades del país. “Hay mucho trabajo por hacer: planes de estudio más ágiles, que permitan a los alumnos transitar de mejor manera las carreras, sin bajar la calidad de la formación, por supuesto”, señala. De hecho, una de los iniciativas que la UNNOBA implementó recientemente se llama “Programa de estímulo a la graduación”, dirigido a quienes estén próximos al egreso y no hayan tenido actividad académica en los últimos dos años. En una primera etapa, esta propuesta prevé realizar un diagnóstico para comprender las problemáticas que dificultan la graduación.

Otros de los desafíos que se plantea Traverso a futuro, es que “la articulación con el posgrado sea más directa, flexible e inmediata, en pos de mejorar la calidad de la formación y de la enseñanza”.

Para finalizar, la actual secretaria remarca la contribución que implica la evaluación para seguir mejorando la calidad de la enseñanza: “El norte tiene que ser innovar, repensar, evaluar todo lo que se hace en las disciplinas y darle una mirada de mejora y actualización. Necesitamos que esa perspectiva de evaluarnos respecto de nuestros resultados, sea una actitud cotidiana y una responsabilidad que nos tomemos”.

Diseño: Laura Caturla