SARS-CoV-2: ¿está en el aire?

Por Ligia Nicolai

Ante la llegada del invierno y las bajas temperaturas comienza a ser difícil aplicar las recomendaciones de expertos respecto de realizar la mayor cantidad de actividades posibles al aire libre para disminuir el riesgo de contagio de coronavirus. 

Los especialistas, entonces, plantean como alternativa una correcta ventilación de los espacios cerrados, en relación con los datos científicos acerca de que unas de las principales vías de transmisión del coronavirus son los denominados "aerosoles".

Pero, ¿qué son los aerosoles y dónde se encuentran? ¿Está la COVID 19 en el aire? Leonardo Errico, doctor en Física, investigador del CONICET y docente de la UNNOBA, explicó que los aerosoles son pequeñas partículas que se emiten, por ejemplo, al exhalar y respirar y que existen diferentes “fuentes” de aerosoles. “Los aerosoles tienen el tamaño una décima parte del diámetro del cabello, son extremadamente pequeños y pueden permanecer por períodos largos en suspensión en el aire, a diferencia de otras partículas o gotas de los estornudos, que por su tamaño y peso caen más rápido a la superficie”, describió Errico.

 

El investigador se refirió a un "viejo consejo de las abuelas" para detallar de qué manera hacer una ventilación eficaz: “Si bien hay una multiplicidad de factores que influyen en la transmisión del coronavirus, lo cierto es que la ventilación tiene que ser constante y, en lo posible, cruzada. Por ejemplo, en un aula no sirve, para que circulen los aerosoles, tener las ventanas abiertas si del lado opuesto la puerta está cerrada”.

“Es indispensable que se renueve el aire y circule, de forma de eliminar los aerosoles, potenciales transmisores de la COVID-19, en caso de que hubiera una o más personas infectadas”, subrayó Errico, quien se desempeña como docente de Física en las carreras de Informática e Ingeniería de la UNNOBA.

Hay diferentes tipos de espacios cerrados como las aulas, el transporte público en todas sus variantes, los comercios, los espacios gastronómicos, los hospitales y muchos más donde hay evidencia científica de que el contagio puede darse incluso respetando la distancia de dos metros. ¿Qué significa esto? Si bien durante mucho tiempo, incluso, la OMS negaba la transmisión del coronavirus por el aire, hoy la evidencia advierte que el SARS-CoV-2 permanece en el aire y es transmisible entre las personas.

Errico sostuvo que siempre hay riesgo de contagio, tanto en lugares cerrados como en espacios abiertos (en menor medida), pero no obstante se puede minimizar: “Si no es posible estar al aire libre, una correcta ventilación puede ser efectiva. Entonces, ¿cómo debemos ventilar? La manera correcta es cruzada, continua, distribuida y medida”.

“Es posible que en muchos espacios no pueda ser medida, por eso es esencial que sea continua y cruzada. De esa manera nos aseguramos un recambio del aire para que no se incremente la concentración de aerosoles en el ambiente”, ejemplificó el docente. 

Estas recomendaciones, aseguró el especialista, surgen luego de realizar estudios a través de modelos matemáticos donde se evalúan distintas variantes. Si bien los resultados arrojados por los estudios difieren respecto de qué espacio estemos evaluando, de la cantidad de gente y de la actividad que estén haciendo las personas, se coincide en la importancia de estas normas de ventilación para todos los espacios. Entonces, la ventilación es cruzada al abrir las aberturas en lados opuestos;  continua, al renovarse  el aire constantemente; y distribuida, a partir del recambio de aire para que no se aloje en algunos espacios específicos.

Errico aclaró que estas recomendaciones acerca de la ventilación deben sumarse y no reemplazarse a las que ya conocemos, como el lavado de manos, la distancia entre las personas y el uso correcto del barbijo.

Diseño: Laura Caturla

 


La otra pandemia: la desigualdad de las mujeres

 

Por Danya Tavela

Vicerrectora de la UNNOBA


“Mujeres líderes: por un futuro igualitario en el mundo de la COVID-19” es el lema que plantea ONU a las mujeres para 2021. La consigna alude a los enormes esfuerzos que realizan las mujeres y niñas en el mundo para ser parte de un futuro más igualitario, así como por recuperarse de la pandemia de la COVID-19. A la vez, puede considerarse como una reafirmación de que la lucha por el posicionamiento del liderazgo de la mujer se vio fuertemente afectada por la irrupción de la pandemia.

En efecto, el aislamiento, el distanciamiento social y las restricciones en la circulación colocaron a las mujeres en una situación más vulnerable y de mayor riesgo. Se generaron barreras adicionales en el acceso a distintos servicios esenciales, fundamentales para el desarrollo igualitario de la mujer.

Los datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) sugieren que un año de pandemia equivale a una década de retroceso laboral para las mujeres de esta región. Se advierte, además, que ellas son las más perjudicadas por el impacto económico de la COVID-19. El informe muestra también que los sectores de empleo con riesgo alto concentran alrededor de un 57% en las mujeres y un 41% en los varones América Latina.

Según los datos de la CEPAL, la mujer lleva adelante trabajos con mayor precarización y en riesgo de su caducidad de empleo, como la hotelería o el servicio doméstico. El informe también detalla que en sectores de trabajo con alta presencia femenina, como la salud y la educación, las mujeres poseen menor preparación e incluso protección para hacer frente al coronavirus. En números concretos en la región, 7 de cada 10 empleos del sector de salud corresponden a mujeres, pero sus sueldos muestran una reducción de al menos un 25% respecto de los varones. La disparidad en el salario sumada a la falta de protección adecuada para enfrentar la pandemia genera mayor estrés del personal y, por lo tanto, del sistema.

Esta situación que describe la CEPAL se suma a lo que ocurrió y seguirá ocurriendo en el ámbito privado de cada hogar. En ese espacio familiar pasa "de todo": el cuidado, la educación de los niños, niñas y adolescentes, la socialización, y el trabajo productivo. Sin dudas, se incrementó la carga de trabajo relacionada con el cuidado y la atención a las personas y, si bien la respuesta debería ser colectiva, no lo es. La realidad, tal como lo expresa la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM), es que las tareas aún no se distribuyen de manera equitativa, sino que ellas recaen principalmente en las mujeres. Esto no está valorado ni social ni económicamente.

Además, hay otro territorio donde las mujeres se vieron y se ven desfavorecidas: el ámbito doméstico, donde pueden manifestarse casos de violencia de género. Esta pandemia ha profundizado no solo el estrés económico y social, sino que también puede intensificar la violencia contra las mujeres. En nuestro país, por ejemplo, el 65% de este tipo de hechos suceden dentro del hogar y sólo en el 5% se desconoce al agresor. En números concretos, del 2019 al 2020 pasamos de tener un femicidio cada 32 horas a uno cada 26 horas, persistiendo simultáneamente infinidad de barreras que les impiden a las mujeres acceder a la Justicia y a los servicios de atención necesarios para no llegar a esta situación.

El año 2020 y lo que transcurrió del 2021 demuestran que la emergencia derivada de la irrupción de la COVID-19 provoca impactos específicos sobre las mujeres, profundizando las desigualdades de género existentes, tanto al interior de los hogares como por fuera de ellos: en los hospitales y centros sanitarios, en el trabajo y también en la política. Por lo que todos los ámbitos donde se desarrollan las mujeres están siendo fuertemente afectados y requieren de una sociedad comprometida que trabaje aunadamente para seguir empoderando y fortaleciendo a las mujeres.

En un momento en el que las y los jóvenes son quienes llevan la lucha  a la calle y se han ganado espacios, aún falta el poder real en la toma de decisiones. Hemos mejorado en la representación en términos cuantitativos, pero no de la misma manera en la calidad de la representación.

Se requiere de un Estado proactivo y regulador: ya no alcanza con leyes, con Ministerios, ni siquiera con fondos económicos para escuchar a la mujer y ponerla en consideración.  Se ha transitado y aprendido pero aún falta avanzar en la justicia y la prevención de la violencia. Se requiere de políticas articuladas que permitan abordar las situaciones de forma integral.

La sociedad en su conjunto debe acompañar este proceso de búsqueda de igualdad de las mujeres con educación y formación en los espacios de prevención, en los hogares y en las instituciones. Hay que educar a los varones, por supuesto, pero también a las mujeres y así avanzar en la igualdad desde la crianza para que ésta no sea sólo una expresión. 

 

Diseño: Laura Caturla


Vacunarse, la única salida

Por Ligia Nicolai

Desde la irrupción del virus SARS-CoV-2 en Wuhan, China, la sociedad mundial escucha innumerables explicaciones y posibles soluciones para superar este nuevo coronavirus que prácticamente ha puesto en pausa al mundo. Entre las opciones aparecen la inmunidad de rebaño, la posibilidad de que sea una enfermedad estacional, hasta la imperiosa necesidad de que el mundo cuente cuanto antes con una vacuna contra la COVID-19. Al momento, la única opción que parece ser viable para iniciar el fin de la pandemia es acceder a la ansiada, pero a la vez, temida y controversial vacuna.

Ante esta situación de incertidumbre que atraviesa la población, sumado a que la colocación de las vacunas comienza a ser una realidad en algunos países del mundo y, que pronto lo serán en el nuestro, distintos especialistas opinaron acerca del desarrollo de las vacunas contra el SARS-CoV-2. Así, aportaron certezas frente a la constante aparición de información que hoy, a través de los múltiples canales de comunicación, termina convirtiéndose en desinformación.

HHH
Mario Melcon, neurólogo e integrante del comité organizador de los cursos de Medicina Traslacional que organiza la UNNOBA.

En esta línea, Mario Melcon, neurólogo e integrante del Comité Organizador de los cursos de Medicina Traslacional que organiza la UNNOBA junto a FINEP y Famyl, expresó: “En general hay un consenso de que la mitad de la población de nuestro país aceptaría colocarse la vacuna y la otra mitad no, pero cuando la gente dice que no la acepta me parece que lo que está esperando es más información”.

Omar Sued, infectólogo, presidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) y director de Investigaciones Clínicas de la Fundación Huésped, se refirió a la necesidad de que la información se transmita con claridad, tanto desde los organismos oficiales como desde los medios de comunicación: “Lo que tiene que hacer la ciencia es transmitir la información lo más clara posible y, en ese sentido, ella atraviesa una crisis comunicacional, no sólo nacional, sino mundial. Está sobrepasada por la 'infodemia' y por las noticias con efectos inmediatos y el sensacionalismo. En este sentido, hay que seguir apelando a que la información transcurra por canales confiables, como por ejemplo, hace el CONICET, con el equipo que combate las fake news".

Los profesionales consultados concuerdan en que, para que la campaña de vacunación sea efectiva, los gobiernos deberán generar confianza en la sociedad, brindándole información clara y precisa. También coinciden en que a ningún laboratorio, ni farmacéutica, ni equipo científico les sirve fabricar y distribuir una vacuna que al ser aplicada, pueda causar daño.

Como explica Patricia López, licenciada en Enfermería y docente de la UNNOBA, las vacunas contra la COVID-19  no saltean etapas y cumplen rigurosamente las fases habituales, aunque de manera más acelerada, ya que la situación lo amerita.

"En situaciones excepcionales como la que estamos atravesando se utiliza la figura de emergencia, que te permite, dos meses después de la última dosis del estudio, utilizar esa información para tomar decisiones”, remarcó Sued, y contó que esa guía de uso de emergencia se utilizó para la vacuna del Ébola y también con la de la gripe H1N1 que comenzó a aplicarse tan sólo cuatro meses después que se desatará la pandemia.

En el caso de Estados Unidos, por ejemplo, es la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) la encargada de esta aprobación; en Europa lo hace la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), mientras que en Argentina es la Administración Nacional de Medicamentos y Tecnología Médica (ANMAT) quien deba autorizar la utilización de las nuevas vacunas contra el coronavirus en cuestión.

Melcon explicó que cada país tiene parámetros para regular las vacunas y los medicamentos en general, que en el caso de nuestro país, la ANMAT, son muy rigurosos. “Hay que confiar en la ciencia, en las compañías de investigación, en nuestro país, en el Ministerio de Salud: son ellos quienes estudian qué es lo que conviene”, agregó.

El trabajo de la ciencia

Los especialistas aseguran que el desarrollo de la vacuna contra la COVID-19 "no se hizo de la noche a la mañana", sino que había mucho trabajo realizado. Pero, ¿a qué se refieren los expertos cuándo hablan de trabajo previo? Justamente, a que, de ninguna manera, una vacuna se lleva adelante "en un abrir y cerrar de ojos", ni siquiera en algunos pocos meses. Estas vacunas son hoy una realidad porque la ciencia investigó por años y, al llegar el momento, trabajó de manera conjunta e intensamente.

Sued resaltó que desde el comienzo fue “una ventaja muy competitiva” contar con información previa. “Las pandemias anteriores del SARS y MERS llevaron a países como Estados Unidos y Canadá a instalar centros de investigación específicos para el desarrollo de vacuna contra el coronavirus, incluso había vacunas en fase clínica. Esto permitió tener una amplia biblioteca de prototipos, de diferentes plataformas y, al poco tiempo de que apareciera el SARS-CoV-2, acceder a su secuencia genética”, sostuvo.

Omar Sued, infectólogo, presidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI). Participó del ciclo “Diálogos en tiempos de pandemia", organizado por UNNOBA.

Y, entonces: ¿qué son las plataformas de las vacunas?. El director de la Sociedad Argentina de Infectología también explicó que hay varias. “Cuando hablamos de plataformas, nos referimos a la forma, al vehículo en el que el antígeno entra al organismo. Ese vehículo puede ser adenovirus o ARN mensajero, por ejemplo. Esa plataforma va a depender de las experiencias de cómo haya resultado en otras infecciones”, describió.

Como mencionó Sued, las plataformas de las vacunas más avanzadas contra la COVID-19 utilizan vectores virales,  virus inactivados y ARN mensajero. Cuando se habla de vector viral se trata de un virus modificado que hace de vehículo, de "transportador", para introducir material genético exógeno en el núcleo de una célula. De esta manera este “transportador” que ha sido modificado, permite que las células humanas en las cuales ingresa incorporen el material que tiene la información para producir alguna proteína del virus contra el cual se quiere generar la vacuna.

Virginia Pasquineli, directora  de la Escuela de Ciencias Agrarias Naturales y Ambientales (ECANA), docente de la UNNOBA e investigadora del CONICET.

Virginia Pasquineli, doctora en Ciencias Biológicas y directora actual de la Escuela de Ciencias Agrarias, Naturales y Ambientales, explicó: "En el caso de SARS-CoV-2, en algunas de la vacunas que se están probando, estos vectores virales transportan material genético, lo cual no implica de ninguna manera que modifique el ADN humano. Esto brinda información para sintetizar la proteína S (“spike”), componente esencial del virus y fundamental en la unión de las células del hospedador que infecta".

Pasquinellli, investigadora del CONICET, profundiza: "Con este tipo de estrategias se logra que las células del hospedador produzcan la proteínas S. Eso dispara nuestros mecanismos de defensa, porque el sistema inmune los detecta como extraño. Esto hace que generemos una respuesta inmune que, entre varias cosas, produce anticuerpos que van a reconocer y neutralizar esa proteína. Entonces, ¿qué significa eso? Que si luego de la vacunación me encuentro con el virus, voy a tener estos anticuerpos neutralizantes frente a la proteína S, los cuales se unen a esa proteína en el virus y así no permiten que la proteína se una a las células de mi cuerpo, bloqueando la entrada y protegiéndonos de la infección".

De esta manera, este tipo de vacunas se desarrollan a través de plataformas con tecnología genética donde el vector es un virus que transporta otro virus. En el caso de las vacunas de Sputnik y AstraZeneca, que son dos de las que llegarán próximamente a nuestro país, el vector es un adenovirus y, en ambos casos no son replicativos, es decir, que no se replican en nuestra sistema celular, por lo cual son seguros. "No provoca enfermedad pero sí produce la proteína del coronavirus y genera una respuesta inmunitaria segura", aclaró la científica.

Las vacunas que se desarrollan con virus inactivados o atenuados son las que comúnmente se denominan "tradicionales", con las cuales se realizaron las vacunas Salk, Hepatitis A, Varicela y Triple Viral. En el caso de las dos primeras se utilizó virus inactivo y, en las dos últimas, atenuados. Pasquinelli, quien se especializa en inmunología de las infecciones, planteó que muchas veces estas vacunas necesitan  adyuvantes, es decir, componentes que forman parte de la formulación de las vacunas y que aumentan la activación del sistema inmune. "Estas vacunas inactivadas y basadas en proteínas recombinantes son el método tradicional de generación de vacunas. Es un proceso bien establecido y que ha sido utilizado en vacunas frente a varias infecciones, por lo que son vacunas seguras que disparan una fuerte respuesta inmune. Este tipo de tecnología es, por ejemplo, la que está desarrollando un grupo de la Universidad Nacional de San Martín. En relación a las vacunas más avanzadas con esta metodología y que, además está siendo probada en voluntarios en Argentina, está la de Sinopharm".  

En el caso de la vacuna de Pfizer, su generación está basada en la tecnología más novedosas donde se utiliza el ARN mensajero. "Las vacunas de ARN mensajero (así como las de ADN de las cuales hay algunas en fase de prueba) tienen varias ventajas con respecto a su producción. Se realizan utilizando la secuencia genética del virus y no necesitan de otras fases de la producción. Sin embargo, más allá de su mayor simplicidad, tienen la desventaja de ser sensibles a la temperatura, por lo cual es complejo tanto el almacenamiento como su traslado. Además, la capacidad para generar estas vacunas a gran escala aún es desconocida  porque actualmente no todas las plantas de producción de vacunas cuentan con estas tecnologías", resaltó, Pasquinelli.

En tanto, otra de las cuestiones en las que coinciden los expertos es que la seguridad de las vacunas nunca es absoluta. Pero no lo es ni en las vacunas que se colocarán contra la COVID-19, ni en ninguna de las vacunas que se colocan por calendario. No obstante, Melcon expresó que “el porcentaje de efectos adversos suele contarse con los dedos de las manos”.

Por su parte,Sued ejemplificó que la vacuna contra el sarampión puede causar alguna consecuencia grave, pero la posibilidad es "de una en un millón". A la vez, existen organismos como el ESABI (Eventos Adversos Asociados a Vacunas) que “siguen de cerca” y llevan un control de estos casos. En relación a este control, Melcon subrayó que la aplicación de las vacunas contra el SARS-CoV-2 "tienen y tendrán un estricto seguimiento".

Acto de solidaridad

Si algo nos ha demostrado la aparición de este virus y su consecuente pandemia es que la mejor manera de transitar el momento e, incluso, apuntar a su resolución no es  a través de un acto individual, sino colectivo.

De la misma manera que la sociedad decidió cuidarse para no contagiarse y así, evitar enfermar a personas de riesgo, está en manos de la población confiar y optar por la vacuna para lograr con ella la llamada “inmunidad colectiva”.

Patricia López, licenciada en Enfermería y docente de las carreras de Enfermería de UNNOBA.

En ese sentido se refirió la licenciada en Enfermería y docente de la UNNOBA, Patricia López, quien especificó que esa inmunidad de la población debe alcanzar al menos al 70 por ciento  y así, proteger a quienes por diversas circunstancias no puedan ser vacunados. “Cuando hablamos de que vacunándonos estamos siendo solidarios, no nos referimos específicamente a la vacuna contra la COVID-19, sino a la vacunación en general”, destacó la licenciada.

Por su parte, Melcon sostuvo que la historia de las vacunas muestra que “ellas son necesarias”, ejemplo de ello es el control y erradicación de enfermedades como la viruela, la polio y el sarampión. “Todas las pandemias han terminado con las vacunas, no inmediatamente, por supuesto: la viruela tardó casi 200 años en erradicarse, mientras que la polio casi 50”, ejemplificó. "Tenemos que vacunarnos. El contagio colectivo no sirve, porque hoy hay, solo en nuestro país, 4.000 personas internadas y 40.000 muertos. Si está la vacuna, es mejor, es el gran objetivo para cerrar esta pandemia, porque el mundo ha cerrado las pandemias con vacunaciones y, de esa manera las enfermedades van desapareciendo”. 

En esta línea, López coincidió en la importancia en la historia de la humanidad de la vacunación en general. “Se ha reducido drásticamente la morbimortalidad debido a la existencia de las vacunas. Por eso, contar con el calendario de vacunación y que la población lo cumpla, no solo es necesario, sino que es una cuestión de salud pública”, manifestó.

Los expertos consultados coincidieron que,  una vez realizada la vacunación contra el SARS-CoV-2  la inmunidad no es inmediata. Aun cuando se logre la confianza en la vacunación, no se logrará erradicar de manera espontánea la enfermedad, por lo que la sociedad deberá convivir con las medidas de higiene y cuidado que ha adquirido hasta el momento como: usar tapaboca o barbijo, lavarse las manos frecuente, mantener la distancia social, evitar las reuniones masivas y conglomerados de gente.

Diseño: Laura Caturla


Vencer a la COVID-19 con educación

Por Danya Tavela

Vicerrectora de la UNNOBA y y miembro actual de la CONEAU. Secretaria (2017-2018) y subsecretaria de Políticas Universitarias (2015-2017) de la Nación. Docente de grado y posgrado.


La situación actual a la que ha sometido la circulación del coronavirus en todo el mundo y la falta de una vacuna o de un tratamiento para su cura plantean el aislamiento y distanciamiento social como el único mecanismo que tenemos para preservarnos del virus, lo que genera un cambio rotundo de nuestra cotidianeidad.

Por lo tanto, en este camino la educación en general y las instituciones en particular tenemos un rol central. Hoy todavía la ciencia no pudo elaborar respuestas definitivas, sabemos que esta disciplina tiene sus tiempos y mientras tanto los individuos y la sociedad somos quienes debemos actuar con responsabilidad.

Las instituciones debemos asociarnos y alinearnos al conocimiento científico. Tenemos que llevar adelante aquellas acciones que, en términos de la educación y de generación de conocimiento, nos permitan, por un lado, crecer en el conocimiento del virus y, por otro lado, darle certidumbre a las personas respecto de cuáles son los mejores mecanismos y qué medidas son realmente eficaces para poder evitar la enfermedad.

En esta línea, la generación de conocimiento y de información cierta debe apoyarse en que todos los datos otorgados tengan anclajes científicos. Allí es donde cobra importancia el rol educativo, en la concientización y sensibilización para generar conductas.

De alguna manera, enfrentarnos a la COVID-19 y vencerla es una cuestión de educación. Por un lado, hay que adquirir ciertos usos y costumbres que no teníamos incorporados (y en este ámbito hay que educar), y por otro generar información y conocimiento del desarrollo de la pandemia. Esta última idea nos remite al avance científico respecto de las vacunas y de los tratamientos, de la generación de estadísticas confiables para que, de esta manera, los actores políticos y sanitarios puedan gestionar y tomar decisiones sobre la realidad de la situación.

Por otro lado, va a haber una pospandemia donde la educación será preponderante. La lógica económica, social y sanitaria será diferente y nos apelará a tener conductas distintas y allí, en esa nueva dinámica, es central la educación.
Las instituciones y gobiernos a cargo debemos trabajar desde una visión integral e interdisciplinar. Lo sanitario, los vínculos sociales, la salud física y emocional y lo económico no son aspectos a tratar en solitario. Es desde la educación donde se pueden interrelacionar estas variables para instruir el desarrollo de la pandemia y el seguimiento pospandemia.

Es real que fuimos muy responsables y que estamos afrontando un momento de quiebre que contradice la realidad sanitaria: somos seres sociales y de golpe nos vimos reducidos a los espacios familiares y en algunos otros casos a la familia y trabajo.

La difícil situación económica de una gran parte de nuestra sociedad y la angustia de la enfermedad son cuestiones que llevan a distintas reacciones individuales, que sin duda terminan por repercutir en la sociedad en su conjunto. Por eso, es momento de insistir en todas las medidas de cuidados. Para apelar a la responsabilidad individual y social hay que plantear con claridad cuáles son las medidas centrales para mantener la salud y ocuparnos de que no se enfermen nuestros familiares.

Aislamiento en caso de ser contacto estrecho, distanciamiento social, uso de tapaboca y constancia en las medidas de higiene. Entonces, los actores por los cuales se llega a la población tienen la enorme tarea de concientizar para que esos cuatro hábitos se incorporen a nuestra vida cotidiana y así transitar esta nueva normalidad con la cual debemos convivir hasta la llegada de la vacuna.

Hay que exigir responsabilidad y ser responsables también a la hora de compartir datos y de informar cuál es la situación epidemiológica y sanitaria de las localidades. Por ejemplo, saber si hay o no circulación viral y qué significa eso para los niños, para las personas mayores, para las economías locales y/o regionales. Para eso se requiere un discurso claro y preciso, además de ser cautos y prudentes. Aquí la Universidad, los medios y los gobiernos tienen esta enorme responsabilidad. ¿Qué significa que "yo", individuo, no me cuide, no cumpla con el aislamiento y las medidas de cuidado? ¿Cómo repercute esto en las economías y en la salud de la sociedad?

Nuevamente, aquí el mensaje tiene que ser coherente y debe llegar articulado a la sociedad. Las instituciones debemos hablar desde el conocimiento validado. Hay que generar conciencia y no miedo y que la población entienda que, por ejemplo, el desarrollo de la vacuna es un proceso. Además, hay que comunicar que cada vez que se abran actividades, hasta tanto no haya una vacuna, se van a generar contagios y así una mayor circulación del virus y enfermos.

Necesitamos contar con la conciencia social y también medidas de política y de gestión que acompañen el tránsito de la enfermedad. Es ahí donde hay variables que hay que tener en cuenta, como las capacidades sanitarias y las posibilidades de traslado o no respecto de los enfermos. Una vez que se cuenta con estas variables, la capacidad de gestionarlas y, junto a la conciencia social, allí es donde hay que avanzar y convivir con el virus.

La pospandemia es difícil de imaginar. La Universidad no será ajena a ese escenario y vamos a tener un gran trabajo de equiparación de saberes y la cultura universitaria. También deberemos acompañar y debatir con los actores económicos para ver de qué manera se recompone la economía. En ese sentido, el rol de la Universidad en cuanto a la formación de recursos humanos y capital humano será necesario y fundamental.

Este año es distinto, por lo que los resultados no serán los mismos. Efectivamente hay una adecuación no sólo del aprendizaje sino en lo social y, por lo tanto, hay consecuencias no sólo pedagógicas sino conductuales. Me cuesta creer que el año está perdido: en la vida de las personas no hay años perdidos, todos los años son experiencias. Vamos a recordar el 2020 como el año de la educación a distancia. Se trata de una experiencia de vida ganada, lo que no significa que no haya habido "perdidas" que vamos a tener que mitigar desde el sistema educativo.


Foto de Portada: Agencia Télam

Diseño: Laura Caturla


Conocimiento y extensión universitaria

Por Danya Tavela

Vicerrectora de la UNNOBA y miembro actual de la CONEAU. Secretaria (2017-2018) y subsecretaria de Políticas Universitarias (2015-2017) de la Nación. Docente de grado y posgrado.

La extensión universitaria constituye una de las tres funciones sustantivas de la Universidad. En Argentina se reconoce su origen en la Reforma Universitaria de 1918 y surge como respuesta a la vinculación necesaria entre el conocimiento académico y su generación, en relación con la sociedad y sus propias demandas.
Suele identificarse a la extensión como la función "extramuros", o la salida de la "torre de marfil".

Implica pensar a la Universidad al servicio de la sociedad que la sustenta, dando respuestas, a través de sus diversas actividades, a las problemáticas que la sociedad le plantea, fundamentalmente en términos de desarrollo humano y social.

En los últimos años la función de extensión se ha expandido de manera cualitativa y cuantitativa en las universidades públicas. Se observa, entonces, una multiplicidad de programas, proyectos y distintas acciones con financiamiento institucional pero también por parte de los organismos del sistema.

Taller de PEPSAM, una de las propuestas de la Secretaría de Extensión.

Además, existe un compromiso real de las instituciones (REXUNI) de promover políticas de extensión universitarias articuladas e integradas a la enseñanza y a la investigación. Así, se trabaja también en la jerarquización de la función mediante una ponderación en los concursos docentes, en las acreditaciones de carrera, su inclusión en los planes de estudio y en los estatutos universitarios.

Las modalidades de intervención de la extensión están basadas en líneas de trabajo impulsadas por diagnósticos institucionales orientados hacia el abordaje de demandas sociales o comunitarias, o bien,  problemáticas específicas. Algunos ejemplos:

• Formación de conciencia democrática y participación ciudadana.
• Fortalecimiento social, cultural y económico de sectores vulnerables.

Estas acciones pueden llevarse adelante mediante programas de cursos y capacitaciones, consultorías, diagnóstico o encuestas sobre determinados sectores, acciones para contribuir a las trayectorias educativas de jóvenes de los otros niveles educativos, programas comunitarios, formación en género y derechos humanos, entre otras.

"Vacaciones de invierno en la Universidad", propuesta de extensión para niños.

Pese a la multiplicidad de herramientas, es importante en todos los casos entender qué características deben darse para el éxito de los objetivos de la extensión universitaria:

• La articulación de las actividades de extensión con la actividad académica de los docentes y los estudiantes.
• Que efectivamente se verifique la transferencia o aplicación de conocimientos adquiridos en el desarrollo de las carreras.
• Que se genere un espacio de aprendizaje a partir de la práctica y de la aplicación en terreno, para reconocer, identificar, diseñar y abordar situaciones problemáticas.

Uno de los espacios donde se vislumbran estos ejes son los proyectos de extensión universitaria, que no deben confundirse con los cursos y talleres que también se dictan desde esta Secretaría. No obstante, los cursos y talleres también deben contar con estas características específicas.

En tanto, resulta fundamental no confundir estas acciones con la asistencia social, ya que en la extensión resulta indispensable que esté presente el componente del conocimiento en cualquiera de sus acciones.

La importancia de la extensión universitaria mejora la labor docente porque permite analizar problemáticas reales, en las que aplicar conocimientos y generar nuevos desarrollos. En tanto,  enriquece a los estudiantes porque es un espacio más de aprendizaje y formación por el contacto que favorece con la realidad y el mundo donde se insertarán al culminar el trayecto formativo. También contribuye a  la sociedad porque favorece sus posibilidades de desarrollo por la incorporación de conocimiento y educación como variable para el mejoramiento de la calidad de vida de las personas.

Es nuestro deber contribuir para que la sociedad que nos sostiene con sus esfuerzos encuentre en la Universidad y en los universitarios la esperanza para alcanzar un mayor bienestar y superar las desigualdades que la caracterizan. Entonces, la extensión universitaria será la herramienta de nuestras sociedades para sanar los dolores que nos quedan y conseguir las libertades que nos faltan.


El camino a la Educación Superior

Por Danya Tavela

Vicerrectora de la UNNOBA y miembro actual de la CONEAU. Secretaria  (2017-2018) y subsecretaria de Políticas Universitarias (2015-2017) de la Nación. Docente de grado y posgrado.


El Programa NEXOS es una herramienta estratégica fundamental para la integración entre los distintos niveles y ámbitos educativos que implica acortar la brecha entre la Universidad y los niveles medios y/o superiores no universitarios.

Se trata de un programa que me ha tocado diseñar en mi paso por la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU), con el objetivo impulsar políticas públicas de articulación educativa para promover un diagnóstico compartido y el diseño de un plan de trabajo común.

Está sustentado en dos subprogramas, entre ellos la articulación entre la Universidad y la Escuela Secundaria y, entre la Universidad y los Institutos de Educación Superior. Implica fortalecer el proceso de inserción de los alumnos en el nivel superior, promover la continuidad de estudios, formar para el ejercicio de la ciudadanía y brindar las competencias requeridas por el mundo del trabajo.

Las líneas de trabajo se dan en el marco de distintos ejes como tutorías, innovación y capacitación continua. Durante el período que me tocó estar en la SPU, el diálogo fue el valor principal para el trabajo conjunto. NEXOS, precisamente, es el resultado de ese diálogo abierto con las Universidades y con todo el sistema educativo de nuestro país.

Este diálogo permitió elaborar un diagnóstico común y diseñar políticas conjuntas e implementarlas.

¿Por qué se crea NEXOS?

NEXOS surgió porque, a pesar de que en Argentina hay ingreso irrestricto, no todos llegan a la Universidad. Entonces entiende a la articulación educativa como un espacio real de trabajo colaborativo en el que los referentes de cada nivel pueden poner en diálogo aspectos vinculados a los contenidos, las estrategias de enseñanzas, los formatos escolares, las concepciones pedagógicas y los objetivos formativos.

A través del Programa NEXOS el sistema universitario reafirmó su compromiso y responsabilidad de dialogar, actuar y proyectar, desde una manera integrada y continua, con los referentes educativos de cada una de las jurisdicciones del país. Se puso en valor el trabajo sinérgico entre la educación superior y las escuelas secundarias en sus distintas modalidades.

Esto demuestra que cuando el sistema se asume como tal, que cuando los diferentes sujetos educativos trabajan mancomunadamente, es posible diseñar, implementar y evaluar acciones que entienden a los estudiantes como protagonistas de su formación y que favorecen así la terminalidad de los estudios secundarios y su proyección en la educación superior.

Sabemos que la inclusión implica una preocupación por asegurar, desde las políticas educativas, que las personas realicen trayectorias escolares completas. Por eso, quienes asumimos la responsabilidad de gestionar en el ámbito educativo, debemos entender el sistema educativo como un todo.

Considero que la innovación es el nuevo desafío de las universidades del futuro, la cual interpela a la inclusión y a la calidad como políticas universitarias. Hace poco me preguntaban cómo es la universidad del futuro. No lo sé, pero lo que sí sé es que el futuro es la universidad.


El programa escrito

Además, fruto de este programa, nació el libro Nexos: la educación como sistema que cuenta la experiencia y los resultados del trabajo en equipo, ya que hoy nada se puede hacer sin pensar en un colectivo. NEXOS fue eso: un equipo constituido por inspectoras, docentes, referentes territoriales y jurisdiccionales, que lo fueron construyendo de abajo hacia arriba, como deben construirse las políticas públicas que queremos que perduren.

Este libro tiene justamente ese valor, la conceptualización de lo que fue el desarrollo de la política, involucrando a los actores centrales de la educación. Como explica el libro, pensando a la educación como un sistema.

El libro puede descargarse aquí

 

 


El repositorio digital nos vincula al mundo

 

Por Danya Tavela

Vicerrectora de la UNNOBA y miembro actual de la CONEAU. Fue secretaria  (2017-2018) y subsecretaria de Políticas Universitarias (2015-2017) de la Nación. Docente de grado y posgrado.

El Repositorio Digital Institucional Abierto de la UNNOBA permite a través de una plataforma informática dar visibilidad a la producción científica, académica  y cultural de la Universidad. Esta herramienta posibilita la vinculación abierta con trabajos nacionales e internacionales de otros repositorios.

Se trata de un espacio que se construye de manera dinámica y que posibilita la visibilidad de la producción que se genera en nuestra Universidad. El Repositorio debe ser el primer lugar de búsqueda de la información. Además  lo consideramos como un instrumento de la gestión científica que brinda transparencia a la gestión, en ese caso de la UNNOBA, y abre una red de colaboración científica dentro del sistema universitario.

Desde la gestión universitaria ofrecemos este recurso, pero los que verdaderamente hacen la Universidad son los docentes, los estudiantes, los graduados, los becarios y los investigadores, por lo que el desarrollo y crecimiento depende también de ellos.

Para concretar esta tarea, la Universidad debe agradecer especialmente la tarea emprendida por María Clara Lima y Arturo Rabín, pertenecientes al área de Vinculación Tecnológica dependiente de la Secretaría de Investigación, Desarrollo y Transferencia de la Universidad.

El Repositorio demuestra el compromiso y el vínculo de cada uno con la institución y transparenta la actividad que se desarrolla en la UNNOBA: nos expone, pero a su vez nos da la posibilidad de crecer y desarrollarnos al permitir compararnos con otros que hacen actividades de carácter similar. Además, tenemos el compromiso de mostrar nuestra Universidad hacia la región, la nación y también a nivel internacional.

Entonces, el Repositorio sirve para transparentar las actividades de cada uno, así como constituye un espacio de enorme contribución a la generación y a la divulgación del conocimiento. Es un salto cualitativo individual y colectivo, pero sobre todo institucional.

Este instrumento se piensa en sintonía con los significativos avances que se han dado en el campo de las tecnologías de la información y la comunicación. A través de él, como explica la secretaría de Investigación, Desarrollo y Transferencia, Carolina Cristina, “nos mostramos al mundo” y podemos interactuar.

De esta manera, este sistema de transparencia permite mostrar a la sociedad lo que la Universidad Pública genera a partir del esfuerzo de la comunidad en general. No es menor que sea de acceso público, ya que todo lo que se produce en las universidades públicas  es con fondos públicos y debemos cumplir con la reglamentación existente.

En este sentido, estamos cumpliendo con una ley y así rendimos cuenta, no sólo de los números, sino del enorme esfuerzo que hace la sociedad argentina en su inversión en educación superior. De allí la necesidad que la sociedad pueda visibilizar y recibir lo que efectivamente se hace con esos fondos.

En esta línea, también la UNNOBA tiene una responsabilidad regional por cuanto el Repositorio es un vehículo posible entre la comunidad y la Universidad.  Es, sin dudas, el espacio a partir del cual otras instituciones pueden encontrar, no sólo los trabajos publicados, sino maneras de establecer vínculos que, en definitiva, son responsables del crecimiento científico y de la transferencia e innovación.

Así, la UNNOBA adhiere al Sistema Nacional de Repositorios Digitales dependiente del Ministerio de Educación, Cultura. Ciencia y Tecnología de la Nación. Ponemos a disposición de toda la comunidad académica y científica nuestra producción de manera gratuita, abierta y sin restricciones. También facilitamos el acceso de docentes e investigadores a las producciones depositadas en los 57 repositorios digitales institucionales que integral el Sistema Nacional.

Danya Tavela, vicerrectora de la UNNOBA y exsecretaria de Políticas Universitarias.

Creo profundamente en la universidad que traspasa sus muros y pone a disposición de todas y  todos, gobiernos, políticos y líderes sociales, el conocimiento. Esto se expresa a través del Repositorio.

 


De la gratuidad a la inclusión

Por Danya Tavela

Vicerrectora de la UNNOBA y miembro actual de la CONEAU. Fue secretaria  (2017-2018) y subsecretaria de Políticas Universitarias (2015-2017) de la Nación. Docente de grado y posgrado.


En la Argentina hace tiempo que el acceso a la Educación Superior pública es irrestricto y sin arancelamiento. Esa gratuidad es una cuestión saldada en nuestro país: la sociedad consensuó este  sistema autónomo, más allá de las distintas representaciones ideológicas.

Este tipo de universidad brinda la posibilidad de progreso; las familias visualizan en el estudio el acceso a la prosperidad. Distintos sectores de la sociedad alcanzan este nivel de la educación que es determinante para el crecimiento individual y colectivo. La universidad pública y gratuita es una de las herramientas de transformación social que garantiza la formación de un mejor capital humano, y permite enfrentar los desafíos del desarrollo social y económico de la actualidad.

Se trata de una sociedad en la que la educación es un derecho, pero quienes acceden a la gratuidad del sistema universitario deben devolverle a la ciudadanía el enorme esfuerzo que realiza cotidianamente para que este sistema sea gratuito. También desde las universidades deben elaborar estrategias y herramientas que permitan una Educación Superior inclusiva y de calidad. Esa inclusión debe ser real, con programas que permitan el acceso a todos los sectores sociales. Por ello, la UNNOBA, entre otras iniciativas, creó la beca “Primer Universitario de la Familia”.

El financiamiento de la Educación Superior sufre una tensión en todo el mundo: la inversión en el sector está acelerada respecto del crecimiento de recursos de los Estados. Además, hay un aumento de demanda debido a una economía que requiere conocimientos y personas cada vez más calificadas. La matrícula universitaria en toda América Latina se cuadriplicó desde el año 2000 hasta la actualidad.

En esta situación es necesario plantearse y debatir sobre los valores de gestión y planificación para lograr un sistema con mayor sustentabilidad, ya que el modelo  de Educación Superior que tenemos es heterogéneo, complejo, pero avalado por el resto del mundo por su calidad. Su gran consenso y valoración social deben ser acompañados por políticas eficientes que logren un diagnóstico y soluciones eficaces.

"...el modelo  de Educación Superior que tenemos es heterogéneo, complejo, pero avalado por el resto del mundo por su calidad"

Entonces, es real que el sistema universitario debe afrontar los cambios a los que se enfrenta el mundo. El nuevo joven quizás no accede con saberes y habilidades propias del sistema anterior, pero los complementa con gran cantidad de información que debe transformar en conocimiento. Los profesionales que se forman hoy atraviesan variados cambios mientras transcurren sus estudios.

El sistema universitario es un activo del país debido a que hay un beneficio social, por lo que se debe trabajar en pos de alcanzar un alto grado de excelencia en esa formación que tienda a la inclusión y la calidad. Dos conceptos que no deben ser contrapuestos: es necesario garantizar acceso, permanencia, progreso y graduación.

 


El conocimiento, motor del desarrollo

Por  Mg. Danya  V. Tavela

Vicerrectora de la UNNOBA y miembro actual de la CONEAU. Fue secretaria  (2017-2018) y subsecretaria de Políticas Universitarias (2015-2017) de la Nación. Docente de grado y posgrado de la UNNOBA.


Para evitar ser reduccionistas, al hablar de Educación para el Desarrollo debemos someter nuestras consideraciones a ejemplos construidos.

Las naciones que han protagonizado una acelerada tasa de desarrollo desde la década del sesenta a la actualidad, como Corea del Sur, Irlanda, los Tigres Asiáticos y China, tienen un elemento común en el núcleo de sus estrategias de desarrollo: la constante búsqueda y adquisición de conocimiento. Búsqueda que primeramente estuvo asociada a la globalización y a la radicación de plantas industriales de empresas transnacionales en estos países en vías de desarrollo, pero que luego requirieron asociar a los sectores regionales o nacionales involucrados directamente con la educación y el gobierno.

Tal como observa Peter Drucker, el conocimiento y su administración se han unido a las fórmulas tradicionales de tierra, trabajo y capital como las claves para alcanzar el desarrollo nacional con una preeminencia del conocimiento sobre estos factores tradicionales.

Las personas buscan nuevos conocimientos para disminuir incertidumbres, agregar valor a esfuerzos laborales ya existentes, o simplemente, por curiosidad. El conocimiento se convierte en el significado que se añade a la información para una comunidad de aprendizaje en particular, tal como la de los ingenieros o la de los pescadores.

Transferencia del conocimiento

En la década del sesenta comienza la transferencia del conocimiento del mundo industrializado a los países en vías de desarrollo; los estudiantes universitarios generaban una alta movilidad y las mujeres se incorporaban al mundo laboral. También la informática, las telecomunicaciones y el transporte irrumpían en el nuevo contexto.

En consecuencia, la tercerización de empleos se trasladaba a los países periféricos en busca de menores costos, fundamentalmente de mano de obra.

Sin embargo no es la tasa salarial por hora la que representa una importancia primordial, sino la tasa salarial por hora dividida por la productividad. Esta es una razón por la que la conexión con el conocimiento es de relevancia tanto para la corporación transnacional como para los países en vías de desarrollo.

En efecto, es el conocimiento el que puede inferir aumentos en la productividad y en el valor agregado del producto. Por eso, los países que hacen crecer sus curvas de conocimiento y productividad no necesitan temerle a la eventual partida de la inversión extranjera.

Podemos analizar estos vínculos con datos que corresponden al PBI de Corea del Sur y México. Ambos países tenían en 1960 un PBI per cápita de 1.300 dólares y 1.600 dólares respectivamente, sin embargo esta situación se revertía al transcurrir las décadas para culminar en el siglo XXI con un PBI de 13.200 para Corea del Sur y 3.800 para México.

La diferencia de PBI es un dato de relevancia porque evidencia el crecimiento poblacional y, pese a la sostenida superioridad de la inversión extranjera en México respecto de Corea, esto no se pudo expresar en generación de riqueza.

Sin dudas, esto tiene que ver con la estructura de producción, si se trata de producción primaria o industrializada: la diferencia está dada por la transferencia de conocimiento y el fortalecimiento del agregado de valor en la producción primaria.

Debemos considerar que crecimiento implica incremento, mientras que desarrollo apunta al mejoramiento. Es posible conseguir crecimiento a través de una mayor cantidad de escuelas, de libros y de docentes, pero seguir teniendo la misma y antigua educación de baja calidad. O contar con más fábricas, más maquinaria, aún más puestos de trabajo, y ni por ello mejorar la calidad de vida de la gente. Entonces,  el desarrollo significa una mejora cualitativa y no meramente cuantitativa de los elementos. Podemos tener más universidades y más escuelas, pero no por eso un mejoramiento de la calidad.

La clave está en construir capacidades humanas que conecten el crecimiento económico con el avance tecnológico. Así, los países en vías de desarrollo deben recorrer ambos caminos. Generar recursos para alimentar las necesidades sociales existentes e ir tras la búsqueda de conocimiento, lo que permite resolver problemas sociales complejos, formando así un círculo virtuoso. Sin embargo, si solo se apunta a crecimiento económico se cae en la reproducción del sistema.

Foto: Escuela Superior Integral de Lechería (ESIL) de Villa María ,

Por eso la educación y, en particular, las instituciones educativas son centrales para estos países, porque son las responsables de crear, adoptar y diseminar el conocimiento. De esta forma, cobran crucial importancia las universidades, los centros de investigación y las escuelas técnicas. No obstante, son condición necesaria pero no suficiente. Es indispensable la función del Gobierno para generar los incentivos entre las empresas y las instituciones, favoreciendo con ello el proceso de desarrollo.

El triángulo del desarrollo

Se requiere de acciones interactivas y de apoyo entre estos tres sujetos: industrias, gobierno e instituciones educativas. En esto juega un papel central la transferencia de tecnología: para la construcción del capital intelectual, que luego pueda adoptar y fortalecer dicha transferencia.

En el campo empírico la mayoría de los países no logran hacer funcionar este triángulo que permita pasar de un modelo de crecimiento a un modelo de desarrollo, ya sea por la falta de calidad institucional, como también por la incapacidad de construir un capital humano para concretar la adopción de la transferencia.

Esta formación requiere de un entrenamiento técnico modernizado, tanto en los niveles de educación media como de educación superior. En la medida que los países avanzan en los procesos de desarrollo, los niveles educativos deben mutar, quizás dejando de ser solo un proceso de adquisición de conocimiento y certificación, para incorporarse a la formación de habilidades y competencias.

La formación de capital humano garantiza además la vinculación de soporte para la acumulación en la cadena de valor. Es por ello que en cualquiera de los países que podamos analizar (Tigres Asiáticos, Corea del Sur, México, Brasil o China) observaremos una creciente participación del Gobierno en términos del crecimiento y desarrollo de la Educación, a través de políticas públicas diversas que van desde disminuir el analfabetismo hasta crear nuevas universidades, con especial foco en el desarrollo tecnológico.

Los países exitosos han tomado, de manera sistemática, un enfoque activo en sus políticas públicas para integrarse al mundo, al mejorar las capacidades y competencias de su capital humano, incorporando el conocimiento como factor central de su escenario productivo. A nuestro país aún le queda un largo camino por recorrer en ese gran desafío.


#MujeresUNNOBA

Por Ligia Nicolai

El camino emprendido por las mujeres para reivindicar sus derechos es un fenómeno mundial y, particularmente, en Argentina a lo largo de todos estos años de democracia hubo importantes avances en relación a los derechos postergados y respecto de la igualdad de oportunidades. No obstante, atravesamos un período donde los resultados parecen ser más formales y no tan reales. Esa es la lucha que actualmente compromete a la sociedad: que la igualdad no sea una mera cuestión de forma y de artículos de una ley sino que sea real en los diversos ámbitos cotidianos que transita la mujer.

El Día Internacional de la Mujer no se celebra sino que se conmemora porque el origen del reconocimiento de esta jornada deviene de un contexto histórico e ideológico que trae aparejadas profundas desigualdades de género. No se trata de un día festivo sino de un espacio de lucha por alcanzar los derechos y hacerlos cumplir.

La UNNOBA no es ajena a esta lucha, es una universidad joven en la que diversos cargos de importancia fueron y son ocupados por mujeres, como también la planta universitaria de trabajadores está conformada por una cantidad equitativa.

“...solo con ver cuántas becarias y becarios caminamos por los pasillos de las universidades, te diría que el ingreso es mayor para mujeres que para hombres. La situación se desequilibra un poco cuando subimos la mirada hacia los escalafones más altos...” (Manuela Santalalla)

“Carreras de mujeres”

Manuela Santalla es egresada de la Licenciatura en Genética y actualmente es docente de la UNNOBA y becaria del CONICET. Explicó que en su paso por la Universidad compartió  los mismos espacios, sin distinción de género y expresó: “Eso puede ser bueno o malo. Creo que en todos los contextos en los que existen jerarquías hay desigualdad de género y las universidades no son la excepción. En mi caso estudié una carrera de mujeres; suele hacerse esa clasificación a las carreras exactas o naturales… Pero se dice que los hombres que las hacen son mucho mejores que las mujeres. Escuché mil veces frases como esa. Desconozco cuál será su origen, pero estimo que devendrá de los grandes científicos, esos todos hombres, que ahora descubren a esas mujeres, que más que detrás de ellos estaban por delante”.

“Actualmente, cuando aplicamos a una beca competimos sin distinción de género y se procura ponderar la experiencia y formación. Te mentiría si te doy números, pero solo con ver cuántas becarias y becarios caminamos por los pasillos de las universidades o institutos, te diría que el ingreso es mayor para mujeres que para hombres. La situación se desequilibra un poco cuando subimos la mirada hacia los escalafones más altos de la jerarquía”, reflexionó Santalla.

"...los cargos más altos siguen siendo ocupados en su mayoría por hombres; aunque el CIBA y la UNNOBA son una excepción" (Carolina Cristina)

La mujer en la ciencia

Siguiendo esta línea, Carolina Cristina, secretaria de Investigación, Desarrollo y Transferencia, también se refirió al tema: “Hoy en la ciencia vemos que en los cargos más bajos como investigadores asistentes, adjuntos y becarios, es donde predominan las mujeres. Es así en la mayoría de los países, más en las ciencias de la salud y en las biológicas; no pasa tanto con las tecnológicas, ni en las ciencias duras como física y matemáticas.”

“Esta situación tuvo un quiebre –agregó- porque por ejemplo si miro fotos antiguas, en blanco y negro del Instituto que creó Houssay, los investigadores eran todos hombres y habría alguna mujer aislada y hoy eso se revirtió. Pero también es verdad que los cargos más altos siguen siendo ocupados en su mayoría por hombres; aunque el CIBA y la UNNOBA son una excepción. No pasa eso en la docencia, en la gestión, en la investigación” en nuestra Universidad.

Al hacer un recorrido por la actualidad del Conicet, por ejemplo, Carolina Cristina dijo que el directorio tiene cargos ocupados por mujeres y en la dirección de muchos institutos del organismo se ven mujeres: “Ahí vemos una evolución. Considero que no es una cuestión de género sino de dedicación y capacidad. Pero muchas veces la dedicación que necesita la ciencia es más difícil de alcanzar en la mujer que en el hombre. Si las mujeres se lo proponen pueden ocupar los cargos jerárquicos pero cuesta más. En una familia de dos científicos; al otro día de dar a luz el padre sale a trabajar, se va al laboratorio, y la madre se queda con el bebé”, por ejemplo.

"Es un orgullo, porque de alguna manera creo que somos parte de abrir el camino del fútbol femenino para que las próximas generaciones no tengan que lidiar con el prejuicio” (Mariana Di Bernardi)

 

Guerreras en la cancha

En la UNNOBA hay un equipo femenino de fútbol que ya obtuvo grandes logros deportivos. Mariana Di Bernardi, estudiante de la casa e integrante de “Las Guerreras”, comentó: “Creo que la UNNOBA está un paso adelante en lo que es la lucha de la mujer por la igualdad, no sé si porque es una universidad joven o por qué, pero en todos sus ámbitos siento que no hay diferencias de género. En mi caso, ser una Guerrera es el mayor éxito que he tenido gracias al deporte, coincidir con excelentes personas que aman lo mismo que yo, el fútbol. Es un orgullo, porque de alguna manera creo que somos parte de abrir el camino del fútbol femenino para que las próximas generaciones no tengan que lidiar con el prejuicio”.

Los actos que cosifican

Danya Tavela, quien fue la primera mujer en ocupar el cargo de secretaria de Políticas Universitarias, también analizó el espacio de la mujer en la sociedad y su lucha. “Todo lo que implique el empoderamiento de la mujer y avanzar en “plantear, debatir, discutir y generar nuevos espacios y oportunidades para el desarrollo de la mujer, así como resguardar los derechos de las más vulnerables son cuestiones centrales para el desarrollo social económico y humano”, destacó.

“El mundo avanza y debemos estar en sintonía, pero desde el diálogo con todos los actores porque si no se generan enfrentamientos. Y  a quienes nos toca debatir estos temas desde cargos públicos, debemos dejar de lado las posiciones personales para poder entender, por ejemplo, que la legalización del aborto es una cuestión de salud pública o que la educación sexual integral en las escuelas debe estar para, justamente, acompañar a quienes son más vulnerables respecto de esta información. Es necesario dejar de lado los fanatismos y las divergencias culturales o religiosas, sólo así seremos una sociedad madura”, reflexionó.

"Si bien el sistema universitario argentino se ha feminizado, aún los cargos de decisión, y en particular, los cargos políticos en la mayoría de las instituciones son ocupados por hombres" (Danya Tavela)

“Las mujeres vivimos situaciones de violencia en todos los ámbitos: laborales, políticos, culturales o familiares. Debemos avanzar en muchos sentidos; en educación, en las normas, en las leyes, hay que sensibilizar el tema, darle espacio al debate porque la sociedad sigue naturalizando situaciones de violencia y de poder frente a la mujer; desde un Hola chiquita hasta un cargo que puede no ocupar una mujer por el solo hecho de serlo o las diferencias salariales o de promoción en los trabajos”, ejemplificó.

“Aún nuestra sociedad sigue festejando la cosificación de la mujer poniendo en relieve siempre el comentario sobre lo físico, los modelos de belleza; como si esto fuera la razón de ser de la mujer, junto con la maternidad, no comprendiendo que la mujer es una protagonista central de la vida de una sociedad, por sus características biológicas, sus capacidades intelectuales y también por sus competencias sociales, que nos hacen seres únicos e indispensables para comprender y liderar este mundo del futuro que estamos construyendo”.

En relación a la Universidad manifestó que la UNNOBA siempre ha estado un paso adelante, el desarrollo de quienes trabajan siempre fue en función de las capacidades: “Somos y nos reconocemos como pares y la gestión, a la hora de elegir un cargo o un puesto, discute perfiles y capacidades”.

"En un lugar donde los cargos jerárquicos fueron históricamente ocupados por hombres, yo fui la primera mujer que estuvo al frente de la SPU y por supuesto no fue sencillo" (Danya Tavela)

La vicerrectora aclaró que esta situación no ocurre en todas las instituciones ni en todos los espacios de gobierno: “Por eso en la discusión sobre la ley de paridad se presentaba la polémica sobre el alcance del lugar por la capacidad de la mujer, aunque no en todos los espacios alcanza con la capacidad, no se da naturalmente, si así se diera no la necesitaríamos”.

Respecto a su paso por la Secretaría de Políticas Universitarias, sostuvo: “En un lugar donde los cargos jerárquicos fueron históricamente ocupados por hombres, yo fui la primera mujer que estuvo al frente de la SPU y por supuesto no fue sencillo. Si bien el sistema universitario argentino se ha feminizado en su matrícula, en su planta docente y hasta en la graduación, aún los cargos de decisión, y en particular, los cargos políticos en la mayoría de las instituciones son ocupados por hombres. No porque a las mujeres no tengamos la capacidad, sino simplemente porque los techos de cristal existen”.

“A mí como mujer me tocó dar testimonio de que se podía, de que las mujeres también podemos negociar con un gremio, discutir política con rectores, hacer acuerdos con ministros de otros países, y acercar posiciones por el presupuesto universitario, sin que eso nos haga menos mujeres, menos sensibles. Cuando me despedí de mi equipo, el día que renuncié, se me acercó una de las chicas del equipo de prensa del Ministerio y me dijo que me felicitaba porque siempre me había destacado entre los hombres sin dejar de ser mujer. Me pareció una síntesis muy importante como mensaje a las mujeres, no somos iguales somos distintos pero con los mismos derechos, las mismas obligaciones y fundamentalmente el mismo compromiso por sacar nuestro país adelante”.

“Entonces necesitamos que la ley, la sociedad y la cultura, todo en conjunto, avance hacia el empoderamiento de la mujer”, concluyó.