Dos generaciones, una elección

Por Luciano Toledo

Mercedes siempre quiso estudiar, tener un título, una formación profesional. Nació en la ciudad de Buenos Aires y se anotó en la UBA en ciencias de la comunicación. Pero la convivencia entre el trabajo y el estudio la obligó a abandonar la Universidad. La búsqueda laboral la llevó, junto a su compañero, a la ciudad de Junín. Donde al poco tiempo nació su primer hijo, Alan.

Responsable y aplicado, Alan sintió tempranamente cierto interés por las ciencias económicas. Después de atravesar los distintos niveles educativos, con 17 años se vio ante la alternativa de una carrera universitaria, con la posibilidad de estudiar en su ciudad.

Pero Mercedes aún tenía esa cuenta pendiente, la de terminar los estudios y, esta vez, sería en la misma Universidad donde estudiaba su hijo. Compartieron horas de estudio, pasillos, cursadas. Y con dos años de diferencia ambos recibieron su título.

Alan: Licenciado en Administración, Mercedes: abogada. Esta es la historia de una familia, de dos generaciones y de una misma elección: UNNOBA.

 


Las redes de la comunicación política

Por Luciano Toledo

Frente a las elecciones legislativas 2021, la experiencia de las PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) consolidó el crecimiento de las campañas políticas en las plataformas digitales. Los candidatos, además de los soportes clásicos de diarios, radio y televisión, apelan a los nuevos formatos utilizados por la juventud. Para acceder a este público determinante suelen caer en el recurso de spots frívolos que buscan capturar la atención por el lado del desvío, la sorpresa o el escándalo. ¿Hay una subestimación de los aspectos y el punto de vista de los jóvenes?

En Argentina la mitad de la población tiene menos de 30 años, lo que representa un 20% del padrón electoral. Las redes sociales se han vuelto fundamentales para alcanzar nuevas audiencias.

La doctora en Ciencias Sociales y analista de medios Adriana Amado afirma que "ser visto no es lo mismo que ser creído" y destaca el "seguidismo" que realiza el periodismo al comentar y analizar las palabras o el significado del mensaje, en vez de marcar en la agenda la responsabilidad que cada candidato debería asumir. “Lo que la política necesita es confianza, no espectáculo”, considera. Según Amado, en esta ambición por despertar atención a cualquier costo, se pierde el rol legislativo. Las promesas tienen carácter presidencial, cuando lo que se elige es la renovación de la mitad de las cámaras legislativas. De esta manera,resulta casi improbable que las propuestas o las promesas sean ejecutadas, y es un tema del que poco se habla”.

Juventud, divino tesoro

La lógica de la tecnología hace que las personas jóvenes estén más informadas y más comprometidas que las adultas. La generación que en proporción menos lee y menos se informa es la mayor de 56 años (babyboomers). La generación de nacidos en este siglo (centennials) tienen, en cambio, un menú informativo mucho más amplio y complejo y, en este sentido, Adriana Amado afirma que los políticos piensan a los jóvenes como lo fueron ellos en su momento y desconocen que es un grupo comprometido con causas sociales, que trajo a discusión el calentamiento climático o la igualdad de género: “Temas que son de agenda y ocupan el debate global pero no figuran en los ejes de campaña. No reparan ni detectan que hay una discusión profunda en los jóvenes que tiene impacto global ”.

Si contemplamos que en Argentina casi un cuarto del padrón electoral tienen entre 16 y 24 años (lo que representa un 20% del total), quiere decir que 1 de cada 4 o 5 votos, es de una persona joven. Y puede ser tomado como la primera minoría. Estos números representan la necesidad de captar el voto joven, aunque la analista Adriana Amado puntualiza que la política se acordó algo tarde: “Sobre todo, después de un año y medio en el que los jóvenes fueron el grupo más olvidado de la pandemia. No tuvieron colegio, contención ni asistencia médica”.

Según el último informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) los menores de 30 años representan el 70% de las personas en situación de pobreza en el país, entonces, para Amado, "es indigno en cierto punto pensar que un político puede captar el voto joven apelando a una grosería a través de Youtube para que se viralice". "Eso también nos habla del desenganche de la política con la sociedad", aporta.

Las redes y los medios clásicos

La ley electoral otorga gratuidad de espacios en la TV y la radio, una lógica impuesta a mediados del siglo pasado, cuando dichos medios tenían otra preponderancia. Este aspecto pone en debate la vigencia de la veda electoral y Adriana Amado sostiene que la prohibición de hablar días antes de las elecciones debe ser reformulada: "¿Qué sentido tiene la inhibición de salidas en radio y TV , cuando no hay una ley que te prohíba hablar en tus canales propios y seguir manifestando la idea y la informaciónNo se pueden coartar las libertades de expresarte en tu red o grupo de Whatsapp, porque ahí entra en debate la libertad de expresión".

En línea con las palabras de la analista Adriana Amado, Marcelo Miró, profesor de Comunicación de la UNNOBA, diferencia el canal o soporte que utilizan determinados políticos para transmitir un mensaje y las características del mensaje en sí: "Tratar a los jóvenes como incapaces de comprender no tiene efecto y pone en ridículo a la campaña. Quien no está interesado en la política no va a brindar su atención. La infantilización del mensaje no implica una eficacia".

La necesidad de llamar la atención y apelar a un lenguaje despojado de formalidades y, con palabras que los jóvenes de hoy no utilizan, resulta ineficaz y tiende a subestimar a determinada audiencia, que espera un mensaje claro y concreto. El docente y director de Comunicación de la UNNOBA destaca a este recurso comunicacional como resultado de un proceso de investigación: “Evidentemente hay jefes de campaña y publicistas que consideran al modelo de publicidad infantilizada como eficaz para captar la atención o captar votos inclusivos. Pero la mayoría de los jóvenes no tiene problemas ideológicos, tiene problemas de disconformidad. Porque la comunidad en que viven no los incluye, hoy reparan en dirigentes en busca de una contención, en líderes de otra ideología con falta de base de razonable”.

Aun en las elecciones legislativas los candidatos deben mostrar determinada capacidad ejecutiva que permita captar votos. En este sentido la búsqueda de la atención pública y el desafío de las campañas se vuelve difuso. El profesor Miró destaca la inutilidad que tienen determinadas herramientas de comunicación para lograr que percibamos la realidad, cuando "la realidad se percibe de manera cotidiana". "Los medios no cambian dicha percepción, pueden indignarnos en determinadas situaciones pero no ejercen un cambio sobre nuestra situación objetiva. Por más esfuerzo de campaña que exista, la gestión de un gobierno es determinante tanto para ganar o perder una elección”, sostiene.

Miró, docente en las carreras de Diseño de la UNNOBA, subraya como negativa la transformación de los procesos comunicacionales en las campañas electorales: "Se transformó a la comunicación política en una demostración de frivolidades que no tiene relación con el grado de preocupación que presentan las personas por su vida cotidiana. El problema es sobredimensionar el valor que tienen los medios de comunicación en el proceso político. Y eso está relacionado con la impotencia, con la incapacidad y la falta de vocación para hacer política. Ningún medio va a resolver la incapacidad de diálogo, de percibir la demanda social. No se puede lograr objetivos con actitudes frívolas".

Se realiza un esfuerzo grande desde la política por considerar que su propia agenda es la agenda de las personas. En palabras de Marcelo Miró, sucede al revés: “La agenda la define la gente, el problema no es el que se le ocurre al medio o al político sino el que vive la sociedad. Las redes son una reproducción de lo que sucede en los medios con la posibilidad de participación de quienes intervienen en ellas, y no de la sociedad general. Las personas en sus redes reproducen círculos de su vida cotidiana”.

Las redes sociales son herramientas que permiten acercarse a un número mayor de personas, pero no permiten tomar contacto con todos los habitantes. Marcelo Miro afirma que estas herramientas ayudan a amplificar el diálogo, aunque dicho diálogo tiene que tener sustentado en lo concreto, que es el problema que sufren la mayoría de las personas. “Las redes o los medios deben emplearse para acercarte, no para decir lo que quieras. El mensaje puede llegar a ser divertido, pero no va a ayudar a juntar votos. Juntar votos es empatizar con la situación de la mayoría y decirles cuál es la solución que se propone. Eso lo podés reproducir en los medios pero, no se puede inventar una comunicación que sea tu propia agenda e imponerla”.

 

Diseño: Laura Caturla


Informar y entretener: el reto de la comunicación universitaria

Por Luciano Toledo

Para no dar noticias falsas los medios nacionales recurren con frecuencia a resultados de investigaciones del CONICET, o de las universidades nacionales. En ese sentido, los medios universitarios —que forman una red pública, con estructura federal y alcance territorial a todas las regiones del país— cumplen un rol clave en  en la construcción conjunta de la información y la comunicación de la ciencia.

Malvina Rodríguez, coordinadora ejecutiva de la Red Interuniversitaria de Áreas de Prensa y Comunicación (RedIAP) destaca que, precisamente, la labor de los medios universitarios va mucho más allá de la difusión de actividades académicas.

La RedIAP, junto a la Asociación de Radiodifusoras Universitarias Nacionales Argentinas (ARUNA) y la Red Nacional Audiovisual Universitaria (RENAU), forman parte de las organizaciones del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN). Este crecimiento va en consonancia con la estructura que el sistema ha adquirido en los últimos 20 años. “Contar con 60 universidades en todas las provincias del país nos permite una mayor inclusión tanto en el rol de vinculación y trabajo con la comunidad, como en la construcción de la noticia o en la búsqueda de fuentes de información”, sostiene Rodríguez.

Las características que presenta la comunicación pública universitaria ayudan a combatir la desinformación y evitar las noticias falsas, ya que cuenta con soporte científico y tecnológico. Fuentes privilegiadas que implican un desarrollo de proyectos e investigación. Es un fenómeno que se impulsa a partir de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y que les otorga un rol fundamental a las universidades dentro de los medios públicos y comunitarios: “Es un sistema de medios que permite que la comunicación se comprenda, no de manera instrumental, en el hecho de emitir información, sino en el sentido del encuentro con el otro”, destaca Rodríguez.

Medios universitarios: agencias de noticias

Por su nivel de infraestructura, recursos humanos, capacitación técnica y capacidad de fuentes, los medios universitarios pueden constituirse en determinadas regiones como la columna vertebral del ecosistema comunicacional. Malvina Rodríguez destaca que ciertas localidades no cuentan con un sistema de medios privado integrado y replican lo que ocurre centralmente, es decir, lo que se produce en la ciudad de Buenos Aires. Y poco tiene que ver la producción y las características de esa conformación cultural con la de sus regiones. “Los medios universitarios tienen ese potencial contra-hegemónico al producir otro tipo de contenido. Aun siguiendo la lógica periodística en el tratamiento de la noticia con las prácticas que implican la selección y publicación dentro de tiempos acotados, se puede pensar un periodismo ligado a lo científico, con recursos que produzcan empatía en audiencias no tradicionales”, agrega.

En la actualidad existen canales donde la comunicación pública permite conocer de manera federal la realidad del sistema universitario. Canales de televisión y medios gráficos presentan secciones que se nutren con información de las universidades.  En este sentido la coordinadora ejecutiva de la RedIAP puntualiza una presencia cada vez mayor, y un paulatino reemplazo de los cables informativos de noticias con investigaciones de universidades del exterior: “Los medios, para no utilizar noticias falsas, recurren cada vez más a resultados de investigaciones del CONICET o de las propias universidades. Se ha instalado en el lenguaje la presencia a través de las producciones.  Es un fenómeno que es atribuible a las políticas comunicacionales universitarias, pero sobre todo de los medios que son las usinas de información, las agencias de noticias.”

Pensar y actuar en red

El panorama social por la COVID-19 trajo un amplio crecimiento de los soportes digitales y potenció la necesidad del encuentro entre las áreas de prensa y comunicación de las universidades nacionales que aún no estaban constituidas como Red. Además de las ya mencionadas ARUNA y RENAU, desde la Comisión de Comunicación y medios del CIN surgió la necesidad de formar una red que nuclee las producciones gráficas impresas y la prensa digital: “El contexto amplió la presencia de páginas webs y redes sociales, que se convirtieron en un canal de comunicación fundamental con el estudiantado”, puntualiza Rodríguez.

En mayo de 2020 y  a través de los ejes de cooperación, vinculación y formación para fortalecer el contacto, se formalizó la RedIAP. Entre otros objetivos Malvina Rodríguez destaca la necesidad de crear una agencia de noticias universitaria federal, redactar un manual sobre comunicación de riesgo y crisis vinculados a emergencias sociales y seguir llevando adelante el desarrollo de herramientas para una comunicación con perspectiva de género e inclusión de diversidades, entre otros objetivos: “Lo que permiten las redes de trabajo conjunto es crear instancias representativas que puedan acordar con un sistema más federal”, sostiene.

¿Cómo divulgar la ciencia?

Al momento de pensar la comunicación la ciencia, la coordinadora ejecutiva de la RedIAP plantea que la divulgación y el periodismo científico están cada vez más atravesados por la necesidad de desarrollarse en relación al arte y la cultura. En ese sentido, se enfrentan al desafío de buscar formas de comunicación ligadas al quehacer cultural de la época. "Hoy en las generaciones más jóvenes la circulación de información se da en formatos como Tik Tok (red social para compartir videos). Con otro tipo de lógica, que va en relación con el fenómeno de los influencers. Fenómenos que ponen en manifiesto que tanto la producción como la divulgación de la ciencia no pueden estar desconectadas de las prácticas culturales de los públicos”.

Malvina Rodríguez puntualiza que desde las áreas de Prensa y Comunicación de las universidades nacionales se viene trabajando en la búsqueda de formatos que sean cada vez más asequibles a distintos públicos: “Debemos hacer foco sobre el formato del video-minuto, de difundir ciencia en una historia, del minuto informativo e incluso animarnos a nuevas formas de difusión con recursos como los memes. Formas culturales que hoy son parte de la comunicación, sobre todo de los más jóvenes”.

La coordinadora ejecutiva de la RedIAP destaca que hoy debemos pensar la difusión de la ciencia con otra lógica: “Más descontracturada, a partir de la historia de vida y con recursos hacia lo autobiográfico, entender que el científico no es alguien encerrado en un laboratorio. Se trata de pensar la comunicación como encuentro y no solo con la mirada administrativa de divulgar”.  Comunicar ciencia a partir de la multiplicidad de recursos en relación a las intervenciones artísticas, es uno de los grandes retos que hoy presentan los medios universitarios: “Debemos actuar con otra lógica, pensar que la información también puede ser entretenimiento”, concluye.

Los desafíos de comunicar e informar

La Dirección de Comunicación de la UNNOBA también trabaja para profundizar los vínculos entre investigación y comunicación: sensibilizar a los científicos en la importancia que tiene visibilizar el trabajo que realizan y comunicar la ciencia a la sociedad. En línea con estas propuestas surge Com.ciencia (Comunicar la Ciencia), una iniciativa de la Dirección de Comunicación y la Secretaría de Investigación, con el fin de acercar el saber científico a diversos ámbitos y promover el vínculo entre los investigadores y las inquietudes de la sociedad en general.

Los objetivos generales de Com.ciencia promueven la producción de contenidos que apunten a despertar el interés de la sociedad y permitan conocer los avances científicos de la UNNOBA. También, brindar herramientas a periodistas de la región para incrementar la producción de contenidos de calidad sobre temas referidos a la ciencia. En esta línea, se desarrollaron charlas y capacitaciones bajo el lema “Los desafíos de comunicar la ciencia”, dictado por la periodista especializada en Ciencia, Tecnología y Ambiente Claudia Mazzeo, que contaron con la participación de investigadores y periodistas de la región.

El contexto de pandemia puso en evidencia no solamente la importancia de comunicar la ciencia, sino también de combatir la desinformación. En la nota “Falsas noticias, el otro virus que también enferma”, el director de Comunicación de la UNNOBA Marcelo Miró planteó la necesidad de reflexionar sobre los motivos al desinformar y las razones por las cuales esa información circula con tanta fluidez. “Ante la alarma social, se manifiesta la desesperación de las personas por buscar información alternativa a la oficial, que nos dé una explicación de la inminente amenaza y posibles soluciones”, sostiene.

 Placa de la charla “Herramientas para contrarrestar la desinformación. El impacto de la investigación periodística“ por Laura Zommer

En la búsqueda de recuperar las fuentes de información correcta y recobrar la confianza en la información oficial,  desde la Dirección de Comunicación de la UNNOBA (como parte de las actividades por el Día de los y las periodistas) se realizó la charla abierta “Herramientas para contrarrestar la desinformación. El impacto de la investigación periodística“, a cargo de Laura Zommer, directora ejecutiva y periodística de Chequeado.com.

Desde las áreas de Prensa y Comunicación de las universidades nacionales se piensa y se trabaja para llegar a audiencias cada vez más amplias, con la utilización de desarrollos tecnológicos y recursos creativos. Las universidades deben brindar certidumbre frente a la información  y, en ese sentido, se enfrentan al desafío de generar un sistema de medios universitarios integrados que adquiera mayores niveles de participación en el sistema nacional de medios públicos. En otros términos, ser fuente de noticias y buscar propuestas conjuntas.

Diseño: Laura Caturla


La cultura del cuidado

Por Lic. María Mónica Lázzaro

Directora del Instituto Académico de Desarrollo Humano


A poco más de un año del comienzo de la pandemia de la COVID-19, e iniciando la segunda ola, tenemos  más certezas que al principio, hechos y evidencia científica. Desde el Instituto Académico de Desarrollo Humano, queremos resumir los principales hallazgos sobre el origen de la enfermedad, sus características, la efectividad de las medidas preventivas y la importancia de lo colectivo.

Cuidar la naturaleza, para cuidar de nosotros mismos

Para comprender el surgimiento de las enfermedades transferidas de animales a humanos, es fundamental entender la estrecha relación entre salud humana, animal y ambiental, y el impacto de las actividades humanas en los ecosistemas.

El ébola, la gripe aviar, la gripe por el virus H1N1, el Síndrome Respiratorio del Medio Oriente (MERS), el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS), el virus del Zika y la nueva COVID-19 son solo algunas de las zoonosis  que han causado pandemias o han amenazado con causarlas a lo largo de la historia, dejando claro que la del SARS-CoV-2 no será la última. Por ello es indispensable que el Sistema Sanitario considere el análisis de la transferencia global de riesgos para la salud.

María Mónica Lázzaro, directora del Instituto Académico de Desarrollo Humano

Las principales actividades humanas que han influido en la generación de pandemias y repercutido en la salud miles de personas son la destrucción de ecosistemas naturales, el tráfico de fauna, la extinción de especies silvestres, el cambio climático planetario, el proceso de urbanización global, los movimientos transfronterizos, las transferencias de estilos de vida, entre los más importantes.  Ello demuestra, por un lado, que la población mundial se encuentra interconectada, y por el otro, que humanos y naturaleza están íntimamente relacionadas, y si no la cuidamos, no podemos cuidarnos.

El Coronavirus no tiene fronteras geográficas

La COVID-19 es un problema que afecta la Salud Pública Global. Queda claro que para adelantarnos, tomar decisiones y  hacer frente a la pandemia no solo se debe analizar el perfil epidemiológico y la respuesta social organizada en nuestro país, sino también lo que acontece a la población mundial, tomando como punto de referencia aquellas políticas que han resultado efectivas en contextos de iguales características.

Las universidades deben contribuir para amortiguar los efectos negativos de la infodemia

Por primera vez en la historia, una pandemia se ha transmitido minuto a minuto y las personas han estado tan pendientes de ella. La incertidumbre trajo como consecuencia que, a través de los diferentes medios y redes sociales, hayan circulado de manera masiva y excesiva contenidos de todo tipo, informativo con rigor científico, y también desinformativos, inexactos y maliciosos, haciendo dificultoso que las personas encuentren fuentes confiables que las oriente respecto del origen del virus, los mecanismos de propagación, las medidas eficaces de prevención, el tratamiento, la vacunación. Sin dudas, esto afectó negativamente la salud mental y  dio lugar a distintos comportamientos que aumentaron el riesgo de enfermar.

Según la Organización Panamericana de la Salud, el acceso a la información correcta en el momento oportuno y en el formato correcto es decisivo para la prevención y control del coronavirus. Las instituciones autorizadas deben trabajar para contrarrestar los rumores, a través de publicaciones que, por un lado, desmientan mitos y mensajes falsos, y por otro promuevan información exacta y verídica para que las personas puedan tomar decisiones responsables sobre el cuidado de su salud individual y colectiva.

La pandemia tiene efectos negativos sobre la salud mental

La pandemia irrumpió y cambio la vida de las personas adultas y niños. La incertidumbre, el aislamiento social, las preocupaciones sobre la salud propia y la de seres queridos, las presiones económicas y laborales, las rutinas diarias alteradas han generado en muchas personas sentimientos de pérdida de control. Varios estudios muestran un incremento del número de adultos que reportan síntomas de estrés, ansiedad, y depresión, sumándose el consumo de alcohol y otras sustancias para paliar sus miedos y sufrimientos durante la pandemia. Estas conductas pueden tener consecuencias sobre el sistema inmunológico y contribuir a que las personas desarrollen enfermedades cardiopulmonares que aumentan el riesgo sufrir complicaciones graves de la COVID-19.

Las desigualdades sociales se traducen en desigualdades de salud

En nuestro país, como en el mundo no constituye una novedad la existencia de poblaciones que viven en condiciones socioeconómicas y laborales desfavorables (sin acceso a agua potable, vivienda digna, educación, trabajo y salud). Esta situación de precariedad y desigualdad social influye sobre la salud individual y familiar, haciéndolas más vulnerables, o sea, aumentando el riesgo de contraer COVID-19, desarrollar las formas graves de enfermedad e incluso morir.

Por ello, los esfuerzos de cualquier gobierno para promover y mantener la salud de la población deben dirigirse a mejorar las condiciones de vida; esto implica un compromiso con el abordaje intersectorial y multidisciplinario, y enfrentar la pandemia fundamentalmente desde acciones de promoción y prevención.

Riesgos para el contagio de la COVID-19

La sumatoria de vías de contagio (ambiente cerrado, contacto estrecho y prolongado) aumenta el riesgo de contraer coronavirus. La situación especial de los ámbitos hospitalarios no es extrapolable a la comunidad.

En los efectores de salud, la atención de personas infectadas con COVID-19 y la característica invasiva de ciertos procedimientos realizados por profesionales, generan aerosoles que quedan suspendidos en el ambiente. Estas micropartículas contaminan cercanías y superficies que, al entrar en contacto con las manos y la vía respiratoria de una persona sana, la enferman (transmisión por contacto con superficies contaminadas). Por ello las medidas de prevención requieren equipos de protección personal y métodos de limpieza y desinfección exhaustivos.

En cambio, en otros ámbitos de la vida cotidiana el riesgo de contagio por contacto con superficie contaminadas es menor, aunque el lavado de manos y la limpieza de objetos comunes y superficies sigue siendo importante. En estos casos cobra mayor relevancia la sumatoria de factores. En los domicilios, por ejemplo, la vía más importante de contagio es aérea por contacto estrecho y prolongado.  

La mayoría de los contagios se da hacia el interior de los domicilios

Asociado a lo anterior, en los hogares las personas permanecen más tiempo juntos, el contacto es mayor y más íntimo y son menos las medidas de prevención implementadas. Por ello, la mayoría de los contagios se da hacia el interior de los domicilios; no obstante, también es importante controlar los espacios donde circulan personas no convivientes (trabajo, escuelas, transporte público, etc.), ya que es allí donde se abren las cadenas de transmisión comunitaria.

Lugares de contagio

Saber dónde nos contagiamos, nos permite regular la socialización en espacios cerrados y concurridos, y así desarrollar actividades con un riesgo menor de contagio.

Generar entornos saludables en las aulas y el trabajo, se logra a través de la implementación de medidas preventivas colectivas, que incluyen higiene, uso de tapabocas, distanciamiento, aforo, y ventilación de los ambientes.

El principal riesgo: los más allegados

Partiendo de la premisa de que la interacción es necesaria para que se produzca el contagio, no debemos preocuparnos por desconocidos, porque la interacción con estas personas es mínima y por lo general se encuentra regulada. La preocupación debe centrarse en los  espacios donde se socializa  con personas que conocemos y mantenemos interacciones afectuosas, sin medidas de prevención, porque es allí donde se producen la mayoría de los contagios.

Muchas personas infectadas no presentan síntomas o se sienten levemente enfermas, por lo tanto, continúan interactuando con familiares, amigos y compañeros de trabajo, contagiándolos, si no se cumplen las medidas de prevención necesarias.

¿Cómo nos protegemos? 

La transmisión del coronavirus SARS-CoV-2 depende exclusivamente de los comportamientos humanos. La solución está en la regulación de la interacción social y en el cuidado individual.  Lograr la responsabilidad individual para frenar la expansión de una enfermedad colectiva es uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos en estos días.

La evidencia reunida hasta el momento nos muestra que la clave está en el "Paradigma del Cuidado", en el comportamiento preventivo, en el reconocimiento y respeto por el otro, en otras palabras, en repensar los vínculos entre los humanos.

Por ello, las medidas más efectivas para protegernos y evitar los contagios es la limitación y regularización de la interacción social (distanciamiento, aforo),  el cuidado (higiene de manos, higiene respiratoria, uso de tapaboca), la limpieza de superficies y objetos comunes, ventilación de espacios cerrados,  aislamiento domiciliario en caso de enfermar o entrar en  contacto con personas sospechosas o confirmadas y en la vacunación contra la COVID-19.

Vacuna, una esperanza

En el siglo XVIII, específicamente en 1796, Edward Jenner, desarrolló la primera vacuna, que previene la viruela, enfermedad infectocontagiosa que amenazaba a la población y causaba una alta morbimortalidad. En ese momento histórico para la humanidad, el tema también fue controversial, no solo desde el orden científico-sanitario, sino también político, ético, e incluso religioso.

Desde allí las vacunas, han contribuido a la prevención, control y erradicación de enfermedades inmunoprevenibles en todo el mundo.  Las vacunas cada año salvan millones de vida.

Hasta marzo de 2021, existían en fase de experimentación, más de 200 vacunas contra la COVID-19, pero solo 7 son seguras y eficaces en seres humanos. Los laboratorios e instituciones que participan en el desarrollo de esas vacunas anticipan los resultados de sus ensayos a las agencias encargadas de evaluar si se cumplen todos los requisitos y fases de experimentación. En Argentina el organismo a cargo de esta tarea es la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).

Actualmente, independientemente de la aprobación del ANMAT, la polémica, se deriva de creencias negativas basadas en mitos, desinformación, falta de confianza en el sistema sanitario, influencia de los líderes partidarios, además de la preocupación sobre la seguridad, efectos adversos, disponibilidad y acceso a las vacunas, entre otros. Pero lo cierto es que aun no se ha creado ninguna otra estrategia o medida más efectiva para la lucha contra las pandemias que la utilización de las vacunas.

Concluyendo

Para concluir, la pandemia nos acompañará por un largo período de tiempo, meses e inclusive años. La esperanza para ponerle fin reside en la vacunación masiva, la cual permite detener la propagación del virus. Lamentablemente, por ahora la vacunación es un recurso escaso, y la meta para alcanzar la "inmunización de rebaño" parece ser inalcanzable para la mayoría los países del globo . Mientras tanto,  para  volver  y mantener la educación presencial en las escuelas y la universidad, debemos centrarnos  en lo seguro y efectivo: la Cultura del Cuidado.

Las estrategias de prevención colectivas deben estar centradas en la regularización de las interacciones, o sea, en la implementación de  medidas de seguridad institucional y, sobre todo, en su cumplimiento, no desde la automatización y repetición de rutinas, sino desde el comportamiento individual y social responsable y consciente de toda la comunidad educativa, que incluya autoridades, estudiantes, docentes y no docentes; extendiendo y dando continuidad a esas recomendaciones y actitudes preventivas hacia todos los ámbitos de la vida, en especial, hacia el interior de los domicilios (recordemos que es en el ámbito doméstico, en las interacciones íntimas con familiares y amigos,  donde se produce el mayor número de contagios).

Diseño: Laura Caturla

 

 


GPS aplicado al deporte

Por Luciano Toledo

María Eugenia Koch, Renata Carbone, Nadia Ramírez y Karen Cabral. Las cuatro integrantes de Las Guerreras, el equipo de fútbol femenino de la UNNOBA, se cambian y salen a la cancha. Hay un circuito diagramado con la finalidad de realizar pruebas y ejercicios de velocidad. Para generar un sistema de entrenamiento que permita el monitoreo del rendimiento físico del atleta, cada jugadora lleva un sostén deportivo, diseñado y producido íntegramente por la Universidad.

Impulsado por el diseñador industrial Pablo Luengo, docente junto a Javier Miquelez y Rodolfo Isatis de las materias "Representación Gráfica" y "Diseño de producto", el objetivo del proyecto es crear un dispositivo económico que permita el seguimiento del rendimiento físico en su contexto real y proporcione a los clubes amateurs un instrumento para la superación atlética y, en un futuro, para la prevención de lesiones deportivas.

La propuesta fue presentada en el marco de una convocatoria para el Financiamiento de Fase Cero para Proyectos de Investigación, Desarrollo e Innovación en temas TIC (Tecnologías de la información y la comunicación). Fue seleccionado y aprobado por la Fundación Sadosky para su desarrollo bajo el nombre: “Aplicación de GPS al Deporte”, y gestionado en conjunto con la empresa Silamberts S.R.L. En esta etapa fueron fundamentales los aportes en la redacción de informes y gestión de Claudia Russo, Mónica Sarobe y Natalia Sinde. Con la aprobación del proyecto se pusieron en marcha las distintas etapas: investigación y análisis, desarrollo de electrónica, armado de prototipo y prueba de campo.

GPS (Geo Posicionamiento Satelital) es un módulo electrónico que, conectado con un microprocesador, nos da la ubicación de un elemento o persona en determinado espacio. El antecedente de mayor relevancia y presencia en el mercado es una microtecnología australiana diseñada en 1990 que,  a fines del año 2006 comenzó a ser comercializada bajo el nombre de Catapult y se convirtió en líder mundial del análisis atlético.

En el marco de una movilidad docente en la Universidad Nacional de Chilecito de la provincia de La Rioja, el profesor Luengo observó en una publicación científica que, con el desarrollo de GPS estándar aplicado a la expedición en la montaña,  lograba cierta precisión: “Noté que se podría replicar en algo similar con el objetivo puesto en el deporte, siendo viable hacer su producción y trasladarlo a los clubes de la región”.

Investigación y análisis

El profesor Pablo Luengo, junto con los becarios Luisina Santos y Marcelo Guiguet, realizaron un estudio de los modelos existentes que se comercializaban en el mercado. A  partir de los antecedentes, se realizó en una fase previa el desarrollo de un prototipo GPS con un Arduino Nano: “Son módulos electrónicos que se pueden programar y son económicamente accesibles", resalta Luengo. El relevamiento arrojó la viabilidad de tres datos a recolectar: velocidad, salto y ubicación. 

El primer prototipo llevado adelante por el equipo de investigación contaba con un sistema Arduino de cables conectados sobre una base, que se logró optimizar con la participación de Guiguet y Santos, estudiantes de Ingeniería Informática que fueron sumados como becarios que se iniciaban en la investigación (becas BIAT). “En este segundo proceso se desarrollaron dos prototipos insertos en contenedores plásticos, arrojando problemas de posicionamiento satelital y fallas conectivas. Así, surgió la necesidad de realizar una plaqueta que optimice e integre el sistema”, afirma el docente Luengo.

Guiguiet y Santos trabajaron en la electrónica y el software del dispositivo para lograr el funcionamiento de la recolección y el procesamiento de datos, junto con el ahorro de memoria. Una vez que el dispositivo generaba los datos, éstos debían ser transferidos a la computadora. Santos realizó la programación de una aplicación de escritorio que permitió sintetizar y lograr la eficiencia del programa.  Este trabajo fue realizado en la materia "Electrónica Digital", con la colaboración de los docentes Eduardo Álvarez y Gustavo Useglio.

Primera prueba

Con el prototipo, surgió la necesidad de comprobar si la cantidad de datos que arrojaba el GPS sería suficiente para generar una trayectoria y poder almacenarlos. Se realizaron, entonces, las primeras pruebas caminando alrededor del Edificio “Eva Perón” de la Universidad. Luengo afirma que el resultado preliminar fue que los módulos estaban sueltos y cableados, lo que generaba mucho volumen e inestabilidad, y aún era inviable en cuanto al peso y el tamaño. “Logramos la vista satelital por puntos o mapa de calor y, más allá de la pérdida de señal y conexión, se pudo completar una trayectoria que midió distancia, tiempo y velocidad”.

Dispositivo inserto en el recipiente plástico que se utilizó para la primer prueba

El tercer desarrollo del prototipo se redujo a un contenedor plástico de menor tamaño (11 x 9 x 3) que contiene una plaqueta PCB realizada en China, donde se conectan los módulos, permitiendo la reducción del sistema.

“La reprogramación del software interno del dispositivo permitió evitar el choque en el flujo de información, porque el microprocesador no se comportaba de un modo estable. Se pensó en una administración de los tiempos para ingresar los datos, evitando un cuello de botella y el colapso del sistema”, comenta Luengo.

Prueba de campo con Las Guerreras

Con la elaboración de un sostén deportivo que posee un bolsillo en la espalda donde colocar el dispositivo y permite la recolección de datos, se realizó en diciembre de 2019 la primera prueba oficial en una cancha de fútbol. “Con el apoyo de la Dirección de Deportes contamos con la participación de cuatro integrantes del equipo de fútbol femenino de la UNNOBA. Se realizó, entonces, una rutina que logró registrar exitosamente todos los procesos. Se pudo resolver la interferencia entre software y hardware, se generaron los datos necesarios y visualmente hubo un correlato con lo realizado dentro de la cancha”, recuerda Luengo.

El desarrollo del software

El desarrollo de la aplicación web fue realizada por los estudiantes Matías Capelli y Federico Gómez, con el apoyo del director de tesina Carlos Di Cicco. “En el marco de este proyecto, presentaron su propuesta de tesina para el grado de Licenciatura en Sistemas. Su objetivo principal fue desarrollar una aplicación para la automatización del procesamiento y análisis de datos relativos al rendimiento físico de los atletas en su contexto real, proporcionando métricas de rendimiento de los deportistas. Para ello debieron definir los requerimientos, identificando las funcionalidades prioritarias solicitadas por los entrenadores”, especifica Luengo.

Integrantes de Las Guerreras en la primera prueba de campo del prototipo

El trabajo consistió en crear una interfaz gráfica que se adecuase a los requisitos y que permitiese el acceso desde PC de escritorio, tableta o dispositivos móviles: “Pretendíamos desarrollar una aplicación que cumpliese con los requerimientos funcionales y no funcionales definidos, efectuar su instalación en un ambiente productivo y confeccionar una guía con los pasos a seguir para el uso de las funcionalidades del sistema”.

La iniciativa fue realizada con software libre de última generación para que la aplicación sea gratuita tanto en la web, como en el celular. Si bien el trabajo intensivo está en el hardware, Luengo sostiene que si la aplicación web no es óptima, dificulta la parte fundamental que va destinada al operador del dispositivo, “disciplina que hoy se conoce como Diseño UX, porque si los gráficos que se observan en pantalla no son útiles, no tiene valor o pierden sincronía, todo el proceso se pierde. Así y todo, el investigador comenta que en la prueba de campo lograron "que la información generada se vuelque a la nube, sea administrada y se pueda visualizar correctamente”.

Imagen satelital del mapa de calor en la aplicación Web

El trabajo a futuro

El docente e investigador del ITT (Instituto de Investigación y Transferencia en Tecnología) Pablo Luengo sostiene que las etapas del proyecto están concluidas. A futuro, proyecta medir su funcionamiento en una prueba de campo de un tiempo de juego completo en un partido de fútbol femenino (35 minutos). “El próximo paso está en trabajar la evolución del dispositivo, incluir un microprocesador más potente que lleve a la creación de una nueva plaqueta que permita agregar sensores cardio para medir las pulsaciones cardíacas y además poder transferir la información por wifi o bluetooth y no por USB”.

Los modelos de los dispositivos precedentes tomados como referencia son privativos económicamente y el mayor perjuicio que traen a los clubes es que los datos generados están subidos a la red, pero no son propietarios de éstos.

Entre los logros recientes del proyecto de investigación fue la publicación en el Congreso de Ciencias de la Computación (CACIC 2020) y su selección para la publicación internacional e indexada “Springer 2021”.

Reporte de datos de cada jugadora en la aplicación web

Luengo subraya la importancia de trabajar en un objetivo integrando a la Universidad, al ITT, a los alumnos y becarios, y a la fundación Sadosky. “Es destacable que los estudiantes puedan ser partícipes y desarrollar un producto, pensado en aplicarse en las ligas de deporte regional, como fútbol, rugby, hockey u otras actividades al aire libre donde exista demanda. Aun así, para que el proyecto siga adelante y madure, es necesario concretar el apoyo económico y la vinculación con empresas, siendo nuestro deseo lograr un startup”.


Yo, enfermera

Por Luciano Toledo

No recuerda cuántas, pero fueron muchas. Durante su niñez, cada vez que presentaba un cuadro por enfermedad respiratoria o crisis convulsiva, la internaban.  Inyecciones, cables, suero, el sistema sanitario le llamaba la atención. Ella reconoce una sensibilidad hacia el sufrimiento y un acercamiento inconsciente. Hoy, Luciana Molina tiene 34 años, es docente y licenciada en Enfermería.

Nacida en Los Toldos, su padre era panadero y realizaba acciones solidarias. Cuando llegaba la fecha de Reyes, su madre preparaba regalos para los vecinos, y le decía: “Por más que uno haga un aporte pequeño, puede cambiarle el día a otra persona”. El reconocimiento del "otro" como sujeto social, era algo natural. Su idea inicial fue estudiar Medicina, no pudo instalarse en Buenos Aires, y eligió Junín. En 2005 comenzó a cursar Enfermería, y confirmó su futuro: “Al conocer la carrera pude ver el abordaje del usuario, su familia y la comunidad con una perspectiva holística. Descubrí la parte social, psicológica y cultural”.

En su paso por la formación no realizó simulación previa en laboratorio. Las primeras prácticas fueron en contacto con el sujeto inserto en su contexto comunitario, la elaboración de entrevistas, la obtención de datos socio-sanitarios y la realización de análisis. Descubrió otra área de competencia: la investigación.

Al recibirse dio los primeros pasos en la función asistencial del área de Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales del Hospital Municipal de General Viamonte, donde además llevó a cabo su tesis de grado "Capacitación en servicio para la posterior formación de un servicio en Neonatología". "El objetivo era trasladar los conocimientos adquiridos a mi ciudad para permitir mejorar la calidad de atención en los recién nacidos”.  En la institución se desempeñó como Supervisora General de Enfermería hasta el 2020.

Era enero y estaba de vacaciones. Esperaba volver a Argentina y en el Aeropuerto de San Pablo vio que los medios hablaban de protección y campañas de prevención por un virus que acechaba a Asia y parte de Europa. “Ahí me dije: 'acá hay algo raro'. Pero escuchaba al ministro de Salud de la Nación y pensaba que era una gripe, que no nos iba a impactar tanto. Lo menosprecié, lo minimicé”.

Con el primer caso que se presentó en Los Toldos, Luciana ya no trabajaba en el Hospital, realizaba funciones de gestión en una institución privada de la ciudad. Pero al poco tiempo el número aumentó. “Los primeros contagios que se produjeron en el equipo de salud se dieron por varios factores, entre ellos pacientes que ingresaban por otro diagnóstico y presentaban sintomatología posterior y personal de salud que prestaba servicio en ambas instituciones, privada y pública”, recuerda.

Una semana antes de contagiarse Luciana Molina alertó a las autoridades. Notó falencias en la comunicación y en el manejo. Y los pacientes, que después arrojaron resultados positivos, terminaron contagiando. Ante la necesidad, comenzó a atender y a ayudar al personal de enfermería. Entró a terapia intensiva con el equipo de protección personal (EPP), y tuvo contacto con pacientes de piso. A los pocos días sintió un leve dolor corporal, que lo asoció al estrés, hasta que apareció la fiebre. “Aislé a mi pareja y quedé sola en casa, yo me controlaba, tenía tensiómetro, saturómetro de oxígeno… Pero cuando quería levantarme de la cama, me caía, me faltaba el aire. Tuve un desmayo por deshidratación, astenia y terminaron internándome. Me desmayé cuando fui a hacerme los análisis, en el hospital. Quedé internada un par de horas, pero estuve 12 días en la cama, porque solo podía levantarme para ir al baño”.

Luciana Molina (izq.) tiene... años
Luciana Molina (izq.), con 34 años, se contagió de COVID en la práctica de su profesión. Después de un mes de su recuperación, aun siente malestares físicos.

El alta clínica se la dieron a los 17 días, pero seguía con dolor articular y dolor de espalda: “Tenía mucho cansancio, que aún, habiendo pasado un mes desde que me enfermé, sigue estando. No tengo el mismo ritmo que antes. El cansancio perdura por un mes o dos meses, más o menos. A veces hace afecciones cardiológicas o cardiopulmonares. Esa es la incertidumbre en realidad, porque no se sabe qué es lo que te produce (la COVID) y en qué te puede afectar.”

Luciana Molina destaca que durante la pandemia el profesional de enfermería, como todo el equipo de salud, no recibe la contención psicológica acorde a lo que vive a diario. “En el interior de la provincia y en las localidades chicas no hay Unidades de Cuidados Críticos con gran número de camas, y tampoco personal calificado para llevar a cabo este tipo de cuidado intensivo que requiere el paciente con COVID-19. Esto conlleva a que el personal de salud, ante la demanda, deba atender pacientes con el regular conocimiento que se requiere para este tipo de casos. Así, aumenta el nivel de estrés, sumado al incremento de la carga horaria, la ausencia de vacaciones, y la muerte de los pacientes. No estamos acostumbrados a ver morir sin poder hacer nada, estamos acompañando a morir, lo cual es muy duro para el enfermero y el equipo de salud”.

Si bien reconoce el seguimiento personal y el acompañamiento de los pacientes, la licenciada Molina se replantea la necesidad de arriesgar su vida. “Yo siempre pienso que la pandemia es así, uno tiene que arriesgar la vida por el otro sin ser reconocido. Uno no busca el reconocimiento social, pero nosotros tenemos uno de los sueldos más bajos en salud, y el personal de enfermería está arriesgando su vida y la de su familia. Eso también es lo que me replanteaba cuando estaba enferma. La conciencia social es muy importante. Yo hace seis meses que no abrazo a mi mamá, el resto de la gente no lo ve así, porque no lo vive a diario, no entiende la gravedad de la situación”.

"Uno no busca el reconocimiento social, pero nosotros tenemos uno de los sueldos más bajos en salud, y el personal de enfermería está arriesgando su vida..."

La carrera docente de Luciana comenzó con una ayudantía. Actualmente, dicta clases en cinco materias de las carreras de Enfermería.  Reconoce la necesidad de generar conocimiento científico y atribuye esta falencia a las condiciones laborales a las que está sujeto el personal de enfermería: “Generalmente la enfermera, al tener bajo sueldo, lo que hace es realizar funciones asistenciales. Al prestar jornadas de 36 a 48 horas semanales, no podemos dedicarnos a la investigación solamente. Por eso, hay muy poca producción por falta de tiempo y falta de financiación”.

Mientras solo el 2% de los enfermeros dentro de la provincia de Buenos Aires están reconocidos como profesionales de la salud, el resto son contemplados como técnicos o administrativos. Luciana resalta que la enfermería es una de las profesiones más complejas al momento de la formación: “Una se forma como persona y  como profesional, es una disciplina que realmente te completa. Todo el tiempo estás ante desafíos, tratando de resolver las cuestiones personales y la atención de los pacientes”.

Molina destaca que la UNNOBA apuesta al crecimiento de la ciencia y la tecnología, y apoya a las profesionales, docentes, alumnas y alumnos. “La exigencia hace a la excelencia. Yo fui la primera egresada de la carrera. Fui la primera enfermera universitaria y la primera licenciada”, rememora.

La docente brinda una perspectiva sobre la particular enseñanza que debe asumir la Enfermería: "Siempre nos estamos formando, y debemos transmitir ese cuidado humanístico. Es lo que trato de brindarle siempre a ese personal que tengo a cargo, a ese alumno: una nueva visión de enfermería, para que ese profesional sea independiente y que realmente tenga autonomía y responsabilidad en la función que va a cumplir”.

La enfermera incansable 

Ella era una niña cuando lo veía levantarse temprano y salir de la casa con el ambo. Marcelo era enfermero, y todas las mañanas se levantaba para ir a trabajar. Eso a ella le fascinaba, ver a su padre en ambulancia, prestar servicio en un centro de emergencia médica. Enseguida entendió lo que quería ser. Muchos años después, Evangelina, en una residencia de adultos mayores, concretó su sueño: ser enfermera y trabajar con su padre.

Evangelina Chavero, con su futuro confirmado, eligió una secundaria que tuviera una orientación biológica, para adquirir conocimientos previos. En el año 2010, junto a nueve compañeras, comenzó a cursar la carrera de Enfermería en la UNNOBA. “Fue un período de formación muy personal, se dio una relación íntima y cercana con los profesores”, agrega.

Tres años después obtuvo el título de Enfermería Universitaria, pero continuó estudiando para acceder a la licenciatura. Con dificultades en la bibliografía y escasez de datos, presentó la tesis: "La adaptación del adulto mayor en la institución geriátrica". Paralelamente dio sus primeros pasos en el ámbito laboral, asistente de salud en una institución privada, Evangelina comenzó en la profesión junto a su padre. “Estaba trabajando como en mi casa", aporta.

Pero su papá quería que ella creciera laboralmente. A los 23 años ingresó en el Hospital Interzonal de Agudos San José de la ciudad de Pergamino. Pasó por la sala de unidad coronaria, terapia intensiva, y actualmente tiene a cargo la coordinación de servicio de la guardia de emergencias. “Cuando entré al hospital era muy joven, me costó, pero con el tiempo me volví más fuerte. Reconforta e impulsa el reconocimiento de los pacientes, el agradecimiento por todo lo que hacés por ellos”.

La primera noticia que Evangelina escuchó sobre COVID-19 fue en el sur de Brasil. Era el mes de febrero y aún no se hablaba de la posibilidad de que el virus llegue a nuestro país. Pero el lunes 30 de marzo, por un cuadro de neumonía bilateral, ingresó al hospital un caso sospechoso. Una semana después la Secretaría de Salud del Municipio de Pergamino en un parte lo comunicó: se confirmaba el primer caso de COVID-19 en la ciudad.

Con el incremento de los casos se puso en alerta al personal de salud. Evangelina continuaba en el hospital al frente de la guardia de adultos. Los pacientes que presentan un cuadro sospechoso ingresan por la guardia respiratoria, de ahí son derivados a la "Sala COVID", que está especialmente preparada para este tipo de casos. “En este contexto en la guardia recibimos a los llamados 'pacientes grises', que pueden presentar síntomas relacionados al coronavirus. Por eso trabajamos con todos los protocolos y medidas necesarias para evitar el contacto directo”, explica.

La licenciada en Enfermería destaca que no todos los enfermeros saben o pueden estar en una terapia, “en una unidad cerrada donde se prestan cuidados a pacientes críticos, que corren riesgo de vida". "Se requiere de una capacitación, y no todos la tienen, es algo que habilita la licenciatura o lo avala la práctica de años”, considera.

Actualmente en la "Sala COVID" del Hospital San José de Pergamino los enfermeros realizan una rotación horaria. “Los turnos son de cinco días laborables y cinco de descanso. Si un personal de enfermería se infecta, se aísla a un grupo, pero el otro sigue trabajando, y la guardia no queda sin servicio”, especifica.

Laboratorio de Experiencias Cínicas Simuladas del IADH

Pero más allá de los cuidados y los protocolos, un sábado de septiembre Evangelina comenzó a sentirse algo cansada, percibió dolores en el cuerpo y las articulaciones: “Era un tipo de dolor que nunca había tenido, no era una fatiga muscular común”. Al otro día una tos seca, rara, comenzó a manifestarse y dio aviso a Epidemiología del hospital. Inmediatamente pasaron a hisoparla.

El 13 de septiembre la docente de la UNNOBA dio positivo para COVID-19. “Durante diez días presenté casi todos los síntomas, excepto dificultades respiratorias. Tuve fiebre elevada, tos, congestión y dolor muscular”, detalla. Dentro del grupo de servicio de la guardia, Evangelina fue la primera trabajadora de salud en dar positivo. Días después, otra compañera del área comenzó a manifestar los mismos síntomas.

El 2019 había comenzado para Evangelina Chavero con una propuesta que jamás esperaba, y no estaba en sus planes: la docencia. La directora del Instituto Académico de Desarrollo Humano de la UNNOBA (IADH) María Mónica Lázaro le propuso una ayudantía de cátedra y comenzó en las materias Enfermería Comunitaria y Enfermería Básica. “Fue menos de un año de modo presencial, porque el contexto de pandemia hizo que las clases se realizaran con la modalidad virtual, y tuve que aprender a manejar plataformas, cuestionarios, y todo un nuevo proceso de trabajo y adaptación”, comenta.

Si bien en la actualidad los estudiantes de Enfermería realizan las prácticas en el Laboratorio de Experiencias Cínicas Simuladas, con mecanismos de simulación a lo que un paciente real, en el marco de la virtualidad Evangelina Chavero lamenta que sus estudiantes no hayan tenido este año prácticas profesionales, “algo que te ayuda realmente a decidir si querés o no ser enfermera, esa confirmación que sólo te da el contacto directo con el paciente”.

Chavero hoy tiene 28 años, está cursando la Especialización en cuidados críticos, y destaca la importancia fundamental y la posibilidad que le brinda la UNNOBA: “Yo pude estudiar viviendo con mi familia, en mi casa, sin tener que irme a vivir a otro lado”, agrega.  Actualmente se encuentra cursando una Especialización en cuidados críticos que brinda la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI). Al momento de pensar su futuro destaca el hecho de seguir creciendo como profesional dentro de la Enfermería. “Cuando finalice la formación en cuidados críticos voy a cursar la Especialización en Docencia Universitaria, porque el rol de la enfermera, además de la atención, es mantenerse en un proceso de capacitación constante”.


 

Diseño: Laura Caturla


Conectados

Por Luciano Toledo

Caía la tarde. A 30 kilómetros de Junín, en una zona rural del noroeste de la Provincia de Buenos Aires, él se acomodaba frente a la computadora para rendir un parcial de la materia Topografía. Hacía días que la conectividad de internet fallaba, y eran pocos los datos que llegaban al celular.  Se puso nervioso, pero no lo dudó. Apoyó una escalera a la pared y subió al techo de su casa, necesitaba buscar señal. Cuando el archivo marcó "enviado", Pablo Regés, estudiante de Ingeniería Agronómica, pudo respirar en paz.

Pero la historia de Pablo con la educación arranca mucho antes de la virtualidad en contexto de pandemia. En esa zona rural, la escuela mas cercana quedaba a unos 15 kilómetros y los días de lluvia, por el barro y la distancia, la camioneta se encajaba y no podía asistir. Entre todos los cursos no superaban los cuarenta estudiantes. En aquel ambiente de contención fue forjando su futuro, el abanderado Regés.

El padre se encargaba de las tareas agropecuarias mientras Pablo juntaba los huevos de las gallinas, para que la madre pueda preparar el pan. Por las noches se iluminaban con velas y lámparas a kerosene. Desde chico relacionado a las labores rurales, aun desconocía que se estaba forjando entre esas tareas el primer universitario de la familia. Pablo investigó desde su computadora y, junto al apoyo de la directora de la escuela secundaria, decidió anotarse en Ingeniería Agronómica: “La UNNOBA me brindaba una posibilidad que desconocía, con una oferta amplia y cerca de mi casa”. Antes de terminar el nivel secundario, ya estaba realizando el curso de ingreso a la Universidad, “para ir adquiriendo ritmo y conocimiento académico”, en palabras de Regés.

En el 2017, año en que finalizó sus estudios en la escuela, su hermano Javier terminaba el nivel primario. Fue anotado para ingresar a la Secundaria UNNOBA, y salió sorteado. Los hermanos pasaron de una vida rural al aire libre, a un departamento en la ciudad de Junín. “Fue muy duro el primer tiempo, nos mudamos solos y me costó mucho la adaptación, pasé de la naturaleza a estar entre cuatro paredes”, recuerda.

A través de la Secretaría de Bienestar pudo obtener las becas de transporte, y la que corresponde al programa Primer universitario de la familia. “Es un aporte y una ayuda que facilita el día a día en la Universidad”, comenta.

Con el ímpetu incansable y una buena base de formación secundaria, Pablo Regés encaró la nueva etapa con un alto nivel de exigencia, que lo llevó a la frustración: “Yo quería llevarme por delante la carrera, la desmotivación me llevó a querer abandonar, pero el apoyo de mi familia hizo que siga estudiando. Me había decepcionado al no poder aprobar todas las metas que me había propuesto, tuve que cambiar el pensamiento y bajar la exigencia”.

El día que conoció el Campo Experimental Las Magnolias de la UNNOBA y sus instalaciones, a través de la asignatura "Realidad Agropecuaria", sintió que algo lo relacionaba con su origen, con su esencia. “Sentí que volvía a mi hábitat, a mi lugar. Fue la primera relación con la naturaleza dentro de la Universidad. Entendí que la carrera me iba a demandar el tiempo que necesitara para aprender, entender y relacionar los distintos temas de las materias”.

El 19 de marzo Pablo Regés junto a su familia cenaban frente al televisor en el departamento de Junín, cuando el presidente Alberto Fernández anunció el DNU, que fijaba un aislamiento social, preventivo y obligatorio por tiempo indeterminado. Al otro día juntó todo el material bibliográfico, cuadernillos, fotocopias y la computadora y volvió al campo, su lugar. “Sentí que estaba preparado para enfrentar la nueva modalidad”, recuerda.

La primera experiencia de Pablo con el entorno virtual había sido en el curso de ingreso semipresencial que ofrece la UNNOBA. Cada quince días asistía a la cursada, pero durante la semana resolvía los cuestionarios en formato múltiple choice, a través de la plataforma virtual. Pero los tiempos y el contexto de pandemia la Universidad implementó el Plan de Continuidad Académica, que garantizaba la enseñanza y el aprendizaje mediante el entorno virtual a los estudiantes de todos los niveles (https://plataformaed.unnoba.edu.ar/).

Pablo Regés (estudiante de Ingeniería Agronómica) junto a su familia y el rector de la UNNOBA.

En la zona rural, el servidor de internet más cercano a la casa de Pablo está en el pueblo de Agustina, a unos 15 km.  Al momento de rendir un parcial de la materia "Topografía", la conectividad era baja, y no podía subir el examen a la plataforma. Pablo se comunicó con el docente y le hizo saber su situación, le dieron la posibilidad de enviarlo por correo electrónico. Fue ahí que decidió buscar señal en la parte mas alta de la casa, el techo. “Lo más importante de todo: ¡el examen lo aprobé!”, relata.

Pablo Regés destaca a su trabajo con la virtualidad como positivo, más allá de las dificultades propias de su conexión. Participó en los dos encuentros en los que los estudiantes de Junín y Pergamino relataron su experiencia con la virtualidad, para poder evaluar las acciones realizadas en el primer cuatrimestre y planificar las estrategias necesarias para gestionar mejoras.  El primero, en el que también participó el rector Tamarit, fue organizado por el Centro de Estudiantes . El segundo, fue una actividad de Secretaría Académica de la UNNOBA y del área de Educación Digital. Además, en la misma línea sugirió pequeñas mejoras sistemáticas, que se solucionaron: “Siento que  fui escuchado, y que se resolvió mi inquietud. Para mí no solo es orgullo, sino honor formar parte de la UNNOBA, que nos escuchen y ayudemos a generar cambios positivos en base a lo que planteamos”, agrega.

Hoy tanto Pablo como su hermano Javier, que cursa por videoconferencia las clases de la Secundaria UNNOBA, se turnan para el uso de la computadora y el celular que disponen para enfrentar la virtualidad. La empresa proveedora de internet, le sugirió a la familia algunas mejoras  técnicas, “cambiamos la antena y mejoramos la señal, ahora tenemos todo el material adecuado para encarar el segundo cuatrimestre”, aporta Regés.

Pablo destaca a la UNNOBA como un segundo hogar y, ante todo, remarca el apoyo de su familia y de la Universidad para poder solventar sus estudios: “La escucha, el apoyo y la contención son continuos. En este mundo nuevo y distinto para mí, me abrieron las puertas de la institución y me brindaron todas las herramientas que yo necesito para formarme y seguir estudiando”.

El esfuerzo de Julieta

El viernes 27 de marzo ella pensó en vivir un fin de semana completo, celebrar su cumpleaños y recibirse de Licenciada en Genética. Pero una semana antes se decretaba el Aislamiento social, preventivo y obligatorio. La beca doctoral interna CONICET, le exigía el 30 del corriente mes, como fecha límite para poder recibirse. Obtuvo la extensión del plazo, y con el apoyo de la UNNOBA, en medio de un contexto de incertidumbre, le llegó la confirmación: Julieta Belén Grosso iba a rendir, pero de modo virtual.

Julieta nació en la ciudad de Pergamino y por cuestiones de amistad, al finalizar la primaria, decidió continuar sus estudios en la Escuela de Educación Secundaria Agraria N° 1 "Ingeniero Arg. Lorenzo R. Parodi". No tenía relación con el mundo agropecuario, pero al descubrir la biología y la biotecnología empezó a perfilar su futuro, que se terminó de cerrar cuando realizó una pasantía en INTA Pergamino sobre el mejoramiento genético de las plantas. Había una idea concreta y una oportunidad: la UNNOBA ofrecía en su ciudad la Licenciatura en Genética. Y en 2016 ingresó a la Universidad.

Hija única, a la primera universitaria de la familia, todo lo relacionado al estudio le resultaba fácil de resolver. Así y todo, ingresar a la UNNOBA le resultó un cambio significativo: “Venía acostumbrada a una gran carga horaria y pude encontrar un espacio con un fuerte compromiso por formar profesionales de calidad. Y entendí que debía aprender para saber, ante todo, y no para aprobar”.

Julieta destaca que no importa el ámbito de trabajo, “a mí me gusta la Genética”. Primero pensó en perfilar su búsqueda hacia las plantas, pero con la biología celular y molecular comenzó a visibilizar determinadas funciones, que llegaron a conmoverla y ayudaron a ratificar su elección: la reproducción asistida.

La cursada finalizaba y llegaba el momento de pensar en el trabajo de tesis. Leyó, investigó y decidió perfilar la búsqueda en la elaboración de un kit de diagnóstico para medir el éxito de la reproducción asistida en las parejas que están en la búsqueda de tener un hijo. “Muchas veces las parejas se frustran porque las técnicas llevan a un proceso de fracasos, donde generalmente se descarta a la mujer. Y lo que necesitamos saber es si en el hombre el espermatozoide es de calidad y puede generar un embrión, entonces buscamos los distintos factores que llevan a esa infertilidad”, explica.

El Instituto de Inmunología Clínica y Experimental de Rosario (IDISER), en una vinculación de trabajo con el ámbito público/privado, le brindó los insumos y el espacio necesario para llevar adelante el trabajo de tesis. Julieta adelantó materias del año 2019, finalizó la cursada y se mudó a Rosario. Le quedaban ocho finales cuando surgió la posibilidad de presentarse para una beca doctoral. El problema era que tenía que recibirse antes del 30 de marzo. Entonces se puso a estudiar precipitadamente para poder cumplir con todos los requisitos.

Julieta en la defensa de su trabajo final de Grado a través de la plataforma virtual de Educación Digital de la UNNOBA.

“Me pasé todo enero y febrero en Rosario dentro del laboratorio, sin vacaciones, preparando los finales y la tesis”, recuerda. Pero la notificación que confirmaba la obtención de la beca aún no había llegado. Y al tener pocos antecedentes laborales, solo ayudantías en cátedras, su expectativa era baja. Hasta que una tarde, en medio del calor del verano, la directora de la tesis le mostró la lista de los seleccionados, y ahí estaba su nombre: Julieta Belén Grosso. “Ni bien vi mi nombre fue todo felicidad. Pero duró unos minutos, porque tenía que sentarme a estudiar, procesar datos y ponerme a escribir”, recuerda.

Trabajaba en el laboratorio cuando escuchó sobre un virus y una enfermedad, COVID-19, que acechaba a gran parte del mundo. Se declaró la cuarentena, y corrían fuertes rumores de una posible suspensión del transporte de larga distancia: “Yo aun esperaba recibirme presencialmente, así que enseguida viajé a Pergamino, con la ilusión de poder rendir”. Pero todo plan inicial se vio modificado. Julieta iba a rendir la defensa de la tesis, pero de modo virtual.

En el Barrio Maiztegui, ubicado en las periferias de la ciudad, la conectividad tiene un alcance irregular y la señal de telefonía celular llega baja. “Todo carga lento, y requiere de paciencia”, dice Julieta, que días antes de rendir llamó al servicio técnico para intentar resolver los problemas. Cambiaron de proveedor y todo mejoró. Pero se acercaba la fecha y nuevamente la conectividad volvía a fallar.

En menos de tres días armó la presentación. La practicó, la directora de tesis le hizo las devoluciones y realizó las modificaciones pertinentes. Temiendo la peor situación posible Julieta decidió unos días antes, instalarse en la casa de sus tíos, en el centro de la ciudad.

Sin alteraciones en la conectividad, el reloj marcó 14:30, y llegó la hora de rendir. De pantuflas frente a la computadora con los directores y el jurado, defendió su trabajo final: Evaluación de tiARNs como potenciales nuevos biomarcadores seminales con utilidad pronóstica en tratamientos de reproducción asistida.

Hizo la defensa, le pidieron que cierre la plataforma, se desconectó y tuvo que esperar unos minutos para la devolución. No recuerda si fueron diez minutos o media hora. Pero en ese tiempo de nervios e incertidumbre luego de la exposición, tuvo una idea, hacer una videollamada con sus compañeras de carrera, esperaba la resolución con el teléfono abierto. Pasó la ansiedad, superó los nervios y se volvió a conectar. En otra habitación de la casa, con carteles a su nombre, esperaba su familia. Con un diez (10) y a través de la plataforma virtual de Educación Digital, Julieta Belén Grosso egresó como Licenciada en Genética.

Ella eligió la UNNOBA, y hoy la destaca por su calidad docente, la organización y el acompañamiento: "Ya sea en la presencialidad como en la modalidad virtual, siempre me sentí contenida. Desde mi propia experiencia puedo afirmar que la UNNOBA tiene todo el potencial para ser una de las mejores universidades del país”.


Diseño: Laura Caturla


Compromiso y vocación

Por Luciano Toledo

Salía a las 8 de la mañana para ir a la escuela y volvía a las 8 de la noche. Abrazado a su madre, cruzaban la ruta. Las afueras de la ciudad aún estaban a oscuras, solo la luz de la moto alumbraba el camino hacia la casa. Una casa sin habitaciones, y un camino difícil que, con esfuerzo y dedicación, se iría abriendo paso al primer universitario de la familia: Lucas Benjamín Cicerchia.

“Vivía rodeado de fierros, de máquinas”, recuerda el Ingeniero en Informática y docente de la UNNOBA. Su padre era comerciante, vendía y reparaba calculadoras, máquinas registradoras e impresoras fiscales, además de sistemas de software para empresas. Lucas pasaba las tardes en el taller. Armaba y desarmaba, jugaba con la electrónica, arreglaba lo que podía.

Cuando terminó la secundaria y llegó el momento de decidir, la opción estaba entre el Profesorado de Matemáticas o la Ingeniería Electrónica. Junto a un amigo decidió viajar a San Nicolás a estudiar en la UTN (Universidad Tecnológica Nacional). Pero el desarraigo y la falta de adaptación lo hicieron repensar. “Siento que no fue una decepción, porque sabía que ese año arrancaba la UNNOBA con una oferta académica en Ingeniería en Informática, y una línea fuerte en el procesamiento de señales. No lo dudé y me volví”, comenta. Otra vez en su ciudad, el horizonte se aclaraba ante un nuevo comienzo: “Arranqué cuando arrancó la UNNOBA".

Mientras estudiaba, comenzó a trabajar. Un convenio de la Universidad con la empresa CLAROLAB le permitió poner en práctica el aprendizaje. Al tiempo se mudó a Pergamino y desarrolló un software  interno para el bingo de la ciudad. Entre computadoras y tragamonedas, participó en el armado de un sistema de gestión que se replicó en la Lotería de la Provincia, como mecanismo de control. Pero al pasar los días, encerrado y solo en el garaje del bingo, después de un año y medio, decidió volver. “Porque en esta labor nunca podés trabajar solo. Vos sabés dónde está la falla de tus sistemas, pero lo tiene que ver otra persona, alguien que busque el error, que no conozca la programación", sostiene.

Rindió el último final, realizó la defensa del trabajo y en el 2011 terminó la carrera. La primera ayudantía fue en la materia de Análisis Matemático Vectorial, ahí tuvo el primer contacto con la docencia, una vocación que siempre le interesó: “Yo me formé para poder formar a otra gente, no para saber más". Pero fue Javier Charne, docente en las cerreras de Informática y responsable de Infraestructura Tecnológica en la UNNOBA, quien le permitió romper cierto pánico, afianzarse y perder el miedo al aula. “Esa es una formación personal que se replica también en el ámbito laboral, al momento de exponer ante un jefe, o ante la gente que no comprende el lenguaje de la ciencia y la informática. Lograr que las complejidades se entiendan desde lo simple", afirma.

En el año 2014 se abrió la “Convocatoria PRITT NOBA” de proyectos de investigación y Lucas Benjamín consideró la importancia de detectar problemas reales, con anclaje en la región, que brinden una solución al sector agropecuario. Presentó el desarrollo de una plataforma para el censado de los ensayos de maíz, que por medio del montaje de cámaras permitía obtener información acerca de los cultivos y evitar el trabajo manual, ante el desarrollo de una plataforma robótica.

Aplicación de procesamiento de imágenes e inteligencia artificial a imágenes satelitales.

Eran los primeros pasos en la investigación. Él sabía que no quería programar o desarrollar un sistema: quería resolver problemas. Los números, las máquinas y la perseverancia siempre estuvieron presentes. Primero obtuvo una beca de la CIC (Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires), y hoy tiene una beca CONICET que le permite desarrollar su trabajo en el procesamiento de imágenes.

Cicerchia es el egresado número 3 de la carrera de Ingeniería en Informática de la UNNOBA, actualmente trabaja en el ITT (Instituto de Investigación y Transferencia en Tecnología). Cuando se declaró la pandemia, desde el Instituto, se enfocaron en los diferentes aportes que podían hacer a la sociedad, y así notaron que uno de los problemas principales era el limitante de los respiradores.

Lucas Benjamín se presentó, entonces, a una convocatoria de proyectos del Ministerio de Ciencia y Tecnología para replicar y validar con la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) un modelo de prototipo abierto.

En la misma línea se encuentra trabajando en la presentación a una convocatoria del Ministerio de Desarrollo Productivo, en el modelo de un arco termómetro para el HIGA (Hospital Interzonal General de Agudos de Junín) en conjunto con el área de vinculación tecnológica para solucionar la toma de temperatura corporal, sin necesidad de exponer al personal de la salud. “Es sumamente necesario automatizar el proceso. Este es un trabajo interdisciplinario. Mi función es el procesamiento de imágenes, el trabajo con cámaras térmicas, el relevo de costos y la precisión de los sensores de temperatura”, aporta.

Lucas Benjamín Cicerchia, lleva 15 de sus 34 años dedicados a la UNNOBA, y no es solamente testigo, sino partícipe de su crecimiento. Hoy es docente en las materias Procesamiento de imágenes y Arquitectura de Computadora. Es consciente del valor agregado que tiene trabajar para las instituciones públicas: “Yo debo devolverle a la sociedad el esfuerzo que hace para sostener a las instituciones que nos permiten formarnos, poder hacer lo que nos gusta, y además formar a futuros estudiantes. Es parte de una cadena de aprendizaje, enseñanza y devolución”.

La número uno

Entre los años 2006 y 2011 en la secundaria del Colegio Parroquial San José de Junín, si había que hacer un afiche o dibujar en el pizarrón, la llamaban a ella. Porque ella sabía de manualidades. Aunque también sabía sobre injusticia y desigualdad. Alfonsina Robles se destacaba. Pero lo que aún no sabía, era que el destino le iba a ofrecer las herramientas para cambiar esas diferencias, para intentar al menos, modificar la realidad.

La mayor de cuatro hermanos, de madre docente y familia unida. Su padre se dedicó muchos años a la fabricación de indumentaria deportiva, tenía un taller y un local. Y ahí andaba ella, observando todo. “Siempre fui curiosa, me interesaba saber cómo se hacían las cosas”, recuerda Alfonsina, para quien el acceso temprano a la tecnología, era parte de la normalidad. Porque además su tío arreglaba teléfonos, y en ese otro taller de objetos desarmados, había una aventura y otra gran atracción.

No le gustaba sentarse adelante, prefería el fondo, aunque siempre sacaba las mejores notas. En quinto año de secundaria obtuvo la primera medalla que se otorgaba al mejor alumno. Se cerraba una etapa, y ella aún no sabía qué estudiar. Al egresarse en la modalidad de Ciencias Naturales decidió realizar el taller semipresencial de la carrera Genética en la UNNOBA. “Pero era una ciencia dura, exacta. Si bien sentía que lo podía hacer, no era lo que quería”, recuerda. Pero una tarde su abuela, que navegaba por internet, le avisó que existía una carrera llamada: Licenciatura en Diseño Industrial, que se dictaba en la ciudad de Pergamino.

Esta oferta académica le resultaba una combinación precisa entre la investigación, la ciencia y la manualidad. Alquiló una piecita en una pensión, y al tiempo se mudó con una amiga. Fue entonces cuando empezó a aparecer eso que tanto le gustaba: el diseño de producto de perfil social. “Había mucho para decir con algo físico, que no era un objeto artístico, y aunque no dejara una remuneración considerable, estaba pensado desde la transformación".

Porque el ojo social estuvo siempre. Alfonsina notaba, en primaria y secundaria, esas pequeñas pero ciertas diferencias, en el uniforme, en los libros, los útiles escolares. Por eso en cuarto año de la carrera, cuando le tocó diseñar un vehículo mediante la reutilización de los rodados secuestrados por la policía, lo pensó para cartoneros. El vehículo reunía todos los procesos de trabajo que realiza el cartonero, con una prensa que permitía el producto final ya ensamblado.

Kit de máscara de protección facial de distribución gratuita

Ya conocía el impacto de la desigualdad, ahora confirmaba la capacidad de transformación que tenía en sus manos. Ella avanzaba, y la carrera también. Porque Alfonsina Robles es la primera egresada de la Licenciatura en Diseño Industrial. El 17 de diciembre del 2018, a las corridas, sin un cartel con su nombre ni fiesta de egresados, y con un 10 en la libreta, se recibió.

Para la tesis de grado debió buscar una problemática real que pueda ser solucionada mediante un producto, y pensó en una conservadora y refrigeradora para medicamentos en zonas de difícil acceso y sociedades de bajo desarrollo. Analizó el trabajo de la OMS (Organización Mundial de la Salud) y de la ONG "Médicos sin fronteras", y notó las dificultades en las campañas de vacunación, ya que la falencia estaba en la última etapa donde se pierde la cadena de frío, por falta de la conexión eléctrica. Mediante paneles solares fotovoltaicos que cargan la batería, elaboró un sistema de refrigeración y conservación.

Hoy Alfonsina es investigadora becada de la UNNOBA, trabaja en el desarrollo de producto aplicado a la salud a través de la tecnología de fabricación digital para el IDI (Instituto de Diseño e Investigación), con prótesis y órtesis en impresión 3D, productos personalizados respecto de la anatomía humana. Aunque cuando era chica le espantaban aquellos pilones de hojas para corregir que traía su madre, también es docente en las materias Taller rotativo de diseño industrial y Dibujo Técnico.

Cuando se enteró del estallido mundial por la pandemia COVID-19, Alfonsina manejaba la impresora 3D del Club Social de Innovación de Pergamino. Vio que la empresa de software libre "Prusa", había liberado un modelo de protectores faciales para proteger a los profesionales de la salud. Si bien pensó que al igual que los barbijos, nunca llegaríamos a necesitarlas, pero notando el impacto de la pandemia en otros países, su inquietud y compromiso la impulsaron a llevarlas adelante.

Con el apoyo del Municipio, la Fundación por Pergamino y la Fundación UNNOBA, se realizó la muestra, y funcionó. Se imprimieron, mediante fabricación 3D, 500 máscaras. La Universidad le propuso, mediante un proceso de inyección, llevarlas a una escala industrial. Con la colaboración de la empresa INDELPLAS de Junín y MB de Pergamino, comenzó la fabricación. Se inyectaron más de 60 mil máscaras que fueron entregadas al laboratorio Roemmers.

Mediante la elaboración de distintas piezas que se vinculan, se trabajó con una tecnología aplicada a prototipos, que en la urgencia se volvió vital. “Porque la tecnología tiene impacto siempre y cuando se pueda replicar en todos lados. Tiene que ser equitativa, sino se sigue ampliando la brecha digital, y nosotros tenemos una responsabilidad en ese sentido”, sostiene.

Alfonsina destaca la importancia de la UNNOBA en su vida, pero ante todo el hecho de brindar oportunidades. “Es una universidad pública con perfil regional, rol social, trascendencia e impacto. Es exponencial su crecimiento, y hoy tiene un nombre”, agrega la docente e investigadora que nunca perdió la seguridad en sí misma. “Si podés, por qué no lo vas a hacer. Y eso se lo debo a mi familia, la confianza. El apoyo que necesitás siempre, en todo lo que se emprende.

El técnico persistente 

En el barrio El Picaflor siempre había un campito cerca. Pero él no jugaba al fútbol, como todos sus amigos. El neumonólogo le recomendó que, mejor, practique natación. Porque el asma tiene recaídas, y cada tanto terminaba en el hospital. El oxígeno, las inyecciones, los corticoides. Se acuerda de los pinchazos, cada vez que le sacaban sangre. Él dice que la decisión no fue consiente. Pero Gastón Villafañe se curó, y hoy es Técnico de Laboratorio.

La casita tenía una huerta, un gallinero y un palomar. Las puertas estaban abiertas de par en par. En esa infancia de libertades creció Gastón, que a los 9 años perdió a su padre, de oficio joyero, por un infarto repentino. De madre docente, pasaba las tardes con su hermana y sus abuelos.

Pasó por un colegio estatal y por otro privado: “Viví las dos realidades, y saqué mis conclusiones”. Egresó como Perito mercantil, pero en las cuestiones bancarias e impositivas, había algo que no le convencía. Para buscar su futuro, iba todas las tardes a la casa de su tía, donde había un teléfono y llamaba a las universidades, para ver qué podía estudiar. El fútbol le gustaba pero no lo podía jugar, y para estar cerca, decidió estudiar kinesiología. Antes de terminar la secundaria ayudaba en la rotisería familiar. Apareció la posibilidad de Rosario, y se fue a vivir con dos amigos.

Pero con las dificultades económicas de la familia, sumado a una carrera demandante para hacerla trabajando, solo pudo completar dos años de formación. Con 23 años volvió a Junín, y empezó de cero. Mientras vendía publicidades para una guía comercial, se enteró que un instituto privado con orientación en salud, tenía la oferta de la carrera en Técnico de Laboratorio: “Yo no tenía idea lo que era un laboratorio”, recuerda Gastón. Aunque el previo entrenamiento de la vida universitaria, le facilitó la cursada.

La química y la física lo hacían dudar, pero al momento de relacionarse con lo clínico, realizar análisis y evaluar y cerrar el diagnóstico de un paciente, encontró su lugar. Aun sin terminar la carrera le avisaron que en la Clínica La Pequeña Familia necesitaban un Técnico de Laboratorio, y ahí tuvo el primer trabajo oficial. “Comencé a relacionarme con la terapia intensiva, la internación y la muerte”, recuerda.

El primer día en terapia vio a personas entubadas y con respiradores, enseguida se acordó de su abuelo, y sintió que ese era su lugar, que tenía que estar ahí. Y fueron 18 los años en la clínica: "Llegué como un joven de 26 años, y me fui casado y con tres hijas mujeres".

Ya recibido. Desgastado por las guardias de madrugada y la convivencia con la muerte, la carga psicológica se hacía difícil de soportar. Cuando la idea de alejarse comenzó a dar vueltas por su cabeza, leyó en un diario de la ciudad que la UNNOBA buscaba un Técnico de laboratorio. Sin esperanza pero con decisión, mandó un correo y se sentó a esperar.

Dejó la clínica privada y el contacto humano, para ingresar a una planta de biodisel en el Parque Industrial: “Clima de industria, frío, petroleros, conflictos gremiales. No había nada de romántico, el corazón lo tuve que dejar afuera". Pasó de la química clínica aplicada a la biología, a la química inorgánica.

Esa novedad distante, con otros valores, mas la falta de convencimiento en la relación laboral,  lo impulsaron a tomar una nueva decisión. Volvió a escribir otro mail, porque esperaba ansioso novedades de la UNNOBA. Hasta que una tarde, abrió el correo electrónico, y la respuesta ahi estaba: “Te esperamos mañana”, y allá fue.

Aun trabajando en la planta de biodisel, entró en reemplazo de la bioterista del Centro de Investigaciones Básicas y Aplicadas (CIBA). Después de dos meses, quedó fijo. Gastón nunca había visto un bioterio (un área, generalmente cerrada, para guardar y criar animales o plantas para observación o investigación) y si bien conocía su manejo por haberlo estudiado, y aunque al principio le daba aversión el olor, no lo dudó. Él sentía que era un lugar para crecer, “y la verdad prioricé otras cuestiones, porque la comodidad mata al amor, pero cuando el amor gana te da otras cosas. Y así empezó mi historia en la UNNOBA”, recuerda.

CIBA (Centro de Investigaciones Básicas y Aplicadas)

Comenzó a hacer cursos y a formarse paralelamente con el trabajo del bioterio, y le empezó a gustar. “En la Universidad estás obligado al aprendizaje constante”. Hoy Gastón colabora en la línea de oncología, e infectología/virología y comportamiento. Trabaja con las distintas cepas de ratones para cada línea de investigación. Ante cada experimento animal, prepara las condiciones necesarias.

A mediados de enero del 2020, Gastón se encontraba en Mar del Plata, cuando vio en las noticias que un virus de origen chino, había pasado a Europa. Cuando la amenaza del COVID-19 se hizo real y llegó al país, desde el CIBA decidieron frenar todos los experimentos que estaban en marcha, y repensar la situación. La directora de Investigación, Desarrollo y Transferencia de la UNNOBA, Carolina Cristina lo llamó en medio de la incertidumbre, y le dijo que desde del Ministerio de Salud pensaban descentralizar los testeos, y que el laboratorio cumplía con todos los requisitos.

“Me di cuenta que este es el lugar donde tengo que estar. No iba a decir que no, me sentí en la obligación, porque es lo que me toca hacer", afirma Gastón, quien recibe las muestras desde el hospital, dentro del vaso protector, con los dos hisopos de las muestras de garganta y nariz. Luego realiza un procesamiento de purificación y limpieza del virus, en una cabina de seguridad y con los equipos y el acondicionamiento necesario.

Gastón Villafañe sabe que la UNNOBA es el cierre laboral en su vida, que llegó para quedarse. “Quiero seguir mejorando, continuar la formación e ir aprendiendo todo lo nuevo. Hoy vemos lo que significa tener una Universidad pública en una ciudad como Junín, y ésta es una apuesta presente, que se verá reflejada en las generaciones futuras”.

Diseño: Laura Caturla


Una perspectiva antropológica sobre la pandemia

Por Luciano Toledo

La presencia progresiva de textos de divulgación en los medios de comunicación, las relaciones de poder frente al estado de excepción, instituciones no gubernamentales y sin fines de lucro en la creación de protocolos y el trabajo de una ministra de seguridad nacional con una formación específica: ¿qué tienen en común? La antropología, una disciplina de pensamientos y acciones considerada un "saber híbrido" que emerge  como una herramienta fundamental para entender y analizar el nuevo mundo creado a partir de la pandemia.

Esta ciencia particular contiene distintas formas de focalizar los estudios que, en principio, se entienden como una clasificación de análisis complejos sobre los problemas humanos. Virginia Sabao, licenciada en Antropología y docente de la UNNOBA, afirma que en esta disciplina las ciencias naturales, las ciencias sociales y las humanidades necesitan permanecer en un diálogo o una articulación que no sería deseable suspender. “Porque es el método de trabajo que hoy reclama la coyuntura”, sostiene Sabao, doctoranda en Antropología.

Hay ciertos eventos, situaciones, o acontecimientos históricos importantes que, en el campo de esta ciencia, reclaman un esfuerzo. “Un compromiso con esos principios de trabajo analítico y de intervención que presentan al enfoque de complejidad como sello característico. Y a la cooperación como metodología fundamental de trabajo. Así, se me ocurre pensar que el fenómeno de las pandemias en la historia, puede recortarse como uno de estos acontecimientos”, afirma.

Sabao, docente en la UNNOBA en la carrera de Abogacía, nos introduce en el mundo de los estudios antropológicos actuales y sus preocupaciones fundamentales, los abordajes integradores  que la disciplina aporta para analizar e intervenir en relación a la pandemia del COVID-19, especialmente en la Argentina y en la zona de influencia de la UNNOBA.

Desinformación y psicosis colectiva

La presencia de los especialistas y las intervenciones en los medios de comunicación, es una de las características que hoy destaca a la antropología, y a las Ciencias Sociales en general. Pero Sabao resalta también la importancia de determinados estudios  que redireccionan los aparatos de producción del conocimiento como centros de investigación, cátedras o asociaciones que hacen foco sobre los discursos que emergen en el desarrollo de la epidemia: “Narrativas de alarmismo, asociadas a prácticas de desinformación y también racismos”.

Según Sabao, la crisis sanitaria que se crea en contextos de pandemia permite visibilizar prejuicios habituales y prácticas discriminatorias que agravan el estado de situación ya existente. Se expresan nítidamente mediante los métodos y estrategias discursivas de los grandes medios de comunicación y digitales. “Estos enunciados comunicacionales tienden a recortar a un sujeto o un grupo como blanco particular de prácticas estigmatizantes, discriminatorias o degradantes.  Y emergen discursos tóxicos que colocan a ese ‘otro’ como problema o amenaza. La violencia psicológica y física anti-asiática es un emergente que se advierte como problemático”.

Este tipo de crisis exacerba los sentimientos de temor en la población y agudiza los prejuicios, actos de rechazo o discriminación social por raza, clase, género, nacionalidad. Surge así el problema de una ‘psicosis colectiva’ que, en gran medida, es efecto de los mensajes que emiten los medios de comunicación. “Esa construcción de la información oculta, sin embargo, los problemas más profundos en el contexto de la pandemia. Es decir, que la información impide el análisis de las causas fundamentales, de la declaración de cuarentena obligatoria y el requerimiento del aislamiento”, afirma Sabao, quien dicta en la UNNOBA "Antropología Jurídica y Política" y "Perspectivas socioculturales sobre ciudadanía".

Exclusión, disciplina y autodisciplina

Para entender el modo en que el ser humano se vuelve objeto de estrategias de control (gubernamentalidad: desde el dominio de los cuerpos y las almas, hasta el control de las poblaciones) en el contexto de una pandemia, es interesante recuperar los estudios de Michel Foucault. A esta focalización que los estados modernos establecieron sobre el control y normalización de la vida biológica, Foucault, la entiende como biopolítica o biopoder. El biopoder, entonces, introduce una contradicción fundamental entre un sistema de leyes y códigos, y los dispositivos disciplinarios o aparatos de seguridad, que, en apariencia, llevan adelante el cumplimiento de las leyes, pero en realidad lo hacen de modo distorsionado.

Dispositivos como la prisión u otras instituciones panópticas, rebasan y sustituyen en forma práctica los principios jurídicos establecidos.

En el contexto de expansión del virus SARS-CoV-2 se hace evidente una profunda crisis sanitaria, que implica la declaración de emergencia. El decreto de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, instala la excepcionalidad. Esta figura jurídica sostiene la obligación de aislamiento y sustenta el ejercicio del gobierno. La licenciada Sabao afirma que los temas que hace tiempo había trabajado Michel Foucault, en torno a las pestes del siglo XVIII, reaparecen: exclusión, disciplina y autodisciplina. Lo hacen determinando la separación de ciertos grupos respecto de la población e instalando dispositivos de represión de las prácticas que impliquen la violación de las normativas de aislamiento. “Y observando, incluso, que los agentes sociales internalizan estos dispositivos de control sobre los individuos particulares y sobre la población como un todo, basados en la convicción de que estas actuaciones permitirán atravesar la pandemia reduciendo la mayor cantidad de daños”, agrega.

La licenciada Sabao destaca el abordaje que actualmente orienta a las políticas de seguridad, con la designación de Sabina Frederic al mando del Ministerio de Seguridad de la Nación: “En principio, resulta interesante, el hecho de que exista una antropóloga experta en temas de seguridad conduciendo dicha cartera, ya que acontecimientos como los que actualmente vivimos disparan condiciones favorables para que, bajo la figura jurídica de la excepcionalidad, el derecho regular se ponga en entredicho y comiencen a crearse ‘zonas liberadas’ o de ‘límites difusos’ a la acción represiva del Estado”.

Sabina Andrea Frederic, antropóloga y profesora, actual ministra de Seguridad de la Nación Argentina

El enfoque de una antropóloga que entiende el accionar de las fuerzas de seguridad en función del marco de los derechos vigentes y de una perspectiva de derechos humanos, “implica una interesante experiencia para la Argentina, aunque, por otro lado, puede reavivar las tensiones que al interior de estos cuerpos existen en relación a definir el sentido de su propia gestión o gobierno”, sostiene Sabao.

 Varias aristas de un mismo problema

El trabajo de Alejandro Grimson, quien dirige el Programa “Argentina Futura” dependiente de la Jefatura de Gabinete de Presidencia de la Nación, es otro de los ejemplos de la presencia multifacética y activa de los profesionales de la Antropología en el diagnóstico, relevamiento y diseño de estrategias de intervención social. “Este plan de salida de la situación de cuarentena, articula puntos de vista de las ciencias sociales y la epidemiología e impulsa un profundo debate intelectual en relación al Estado, al futuro mapa político y a la emergencia de nuevas subjetividades, luego de la experiencia de aislamiento”, aporta Sabao.

Parte del Cuerpo Médico Forense (EAAF) en el Cementerio de la Chacarita, visualizando las condiciones de bioseguridad.

La Comisión de Ciencias Sociales de la Unidad Coronavirus COVID-19 del MINCyT-CONICET-AGENCIA, coordinada por Gabriel Kesler e integrada por profesionales de diversas disciplinas (incluida la Antropología), es otro de los trabajos a destacar. Esta comisión implementó el Relevamiento del impacto social de las medidas del aislamiento en marzo de este año. Esto implicó una descripción detallada del estado de situación de los sectores populares en el contexto de la cuarentena. La licenciada Sabao formó parte del equipo de 501 investigadores de todo el país que realizaron las entrevistas a referentes sociales, que trabajan en asentamientos precarios. "Este  es un dispositivo fundamental para la toma de decisiones de gobierno, respecto de la continuidad del aislamiento", señaló.

Por último, es necesario destacar el trabajo de organizaciones de la sociedad civil como, el Equipo Argentino de Antropología Forense, que ha recuperado fuertemente el carácter de la disciplina en la recuperación de identidad de personas desaparecidas. Esta organización, candidata al Premio Nobel de la Paz, ha elaborado un protocolo para el tratamiento de los cuerpos de las personas fallecidas en el contexto del COVID-19, “a fin de preservar y respetar la dignidad de las personas fallecidas y de sus familiares”. A su vez, el Colectivo GUIAS, organización autoconvocada de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata, desde el año 2006, trabaja en la identificación de restos de individuos de pueblos originarios retenidos en el museo, para su posterior restitución. Es un grupo que está en comunicación directa con las comunidades Wichís, para denunciar las condiciones en que se hallan durante la cuarentena.

La licenciada Virginia Sabao destaca la importancia que otorga la mirada antropológica al monitoreo de las condiciones de vida y la concreción de los derechos de las personas, en un contexto de crisis, así como a las importantes prevenciones que deben establecerse respecto a la gestión territorial. “La Antropología, en el contexto de la pandemia mundial de COVID-19, evidencia la eficacia del carácter abarcativo  de sus abordajes, los cuales refieren siempre a varias aristas de un mismo problema, para poder intervenir”, afirma.

 La UNNOBA constituye un espacio muy importante en el contexto de esta pandemia, ya que el Centro de Investigaciones Básicas y Aplicadas (CIBA) de Junín forma parte de la red nacional que realiza los testeos. La realización de la Encuesta sobre el Bienestar Emocional de la Población en el contexto de la Pandemia de la COVID 19, impulsada por el Instituto de Política y Gobierno (IPG), a una población de mayores de 18 años, es otro de los aportes institucionales. "A su vez, sería interesante, agregar algún tipo de trabajo desde las ciencias sociales en general y la antropología en particular que incluya estrategias de relevamiento de mayor profundidad, para así acceder a una información cualitativa y por lo tanto más cargada de significación para los agentes contactados", concluye Sabao.

Diseño: Laura Caturla


Adultos mayores en cuarentena

Por Luciano Toledo

La plaga no está hecha a la medida de la humanidad, por lo tanto, se dice que la plaga es irreal, es un mal sueño que tiene que pasar”, escribió Albert Camus en el libro, La Peste. Aunque ambientada en el siglo XX, la obra está inspirada en la epidemia de cólera que sufrió la ciudad de Orán (Argelia) en 1849. Pero la peste hoy, es real y universal: COVID-19. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la declaró pandemia, y tenemos que permanecer en cuarentena. Debemos cuidarnos a nosotros mismos. Pero, ¿cómo cuidar a los adultos mayores?

Números y consejos 

Las personas de más de 60 años, especialmente las mayores de 80, son la franja vulnerable que forma parte del grupo de riesgo, junto a embarazadas, pacientes con enfermedades respiratorias e inmunodeprimidas, diabéticos y personas con enfermedades cardíacas. Según el informe de la OMS, de contraer la infección, tienen más probabilidades de padecer una enfermedad grave por el debilitamiento del sistema inmunológico.

El último Informe de Estadísticas Vitales, publicado por la Dirección de Estadística e Información (DEIS) del Ministerio de Salud, reportó que en 2018 murieron 31.916 personas por neumonía e influenza (enfermedades virales de menor capacidad de contagio que el COVID-19), de las cuales 13.246 fueron mayores de 85 años, lo que indica el 41,05% de las defunciones y representa la segunda causa de muerte dentro de la franja etaria.

"Es clave dosificar la información que se recibe de forma constante y abrumadora, y evitar la sobreexposición a las noticias”

Las recientes proyecciones del INDEC registran que más de 6 millones de habitantes de nuestro país son personas  mayores de 65 años (15,54%), siendo 43% varones y 57% mujeres. Raquel Castro, directora del Programa de Educación y Promoción de la Salud de Adultos Mayores de la UNNOBA, sostiene que el distanciamiento obligatorio provoca sensaciones de angustia e incertidumbre más allá de la edad que se tenga, pero particularmente representan un gran desafío para los mayores.

El temor a lo desconocido, la falta de información frente a una nueva enfermedad, el aislamiento y la desconexión con los demás puede desatar cierto estrés, “y esto genera sentimientos de desamparo y tristeza . Por ello es indispensable la comunicación con los afectos”, sugiere Raquel Castro, quien es licenciada en Psicología y magíster en Gestión de Servicios Gerontológicos.

En esa línea, la funcionaria y docente de Psicología Evolutiva en la carrera de Enfermería destaca la importancia de mantener el diálogo con personas de confianza, que puedan compartir sus emociones y preocupaciones. “Es clave dosificar la información que se recibe de forma constante y abrumadora, y evitar la sobreexposición a las noticias”, agrega.

Raquel Castro,  directora del PEPSAM y prosecretaria de Extensión.

En el caso de adultos mayores con patologías previas, como demencias o deterioro cognitivo, pueden presentar un agravamiento de los síntomas, ponerse más irritables, ansiosos y retraídos. Por eso, la directora de PEPSAM aconseja brindarles información sencilla y clara. “De ser necesario, siempre es útil recurrir a profesionales de la salud mental” afirma.

El miedo asociado a la enfermedad y la muerte es una sensación que atraviesa a todas las personas. En ese sentido, es importante saber que los mayores cuentan con fortalezas y recursos a nivel de lo psíquico. “Es muy importante que puedan apoyarse en sus experiencias previas de vida, el haber atravesado situaciones complejas y difíciles, que han podido sobrellevar y superar”, sugiere Castro, y agrega que el temor al contagio y a la muerte, en muchos casos, está más ligado al temor de que les suceda algo a sus familiares, que a ellos mismos.

La soledad y la comunicación

Un estudio reciente del Centro de Investigación Pew (que brinda información sobre problemáticas, actitudes y tendencias que caracterizan a los Estados Unidos y el mundo) realizado en más de 130 países, indica que el 16% de los adultos de 60 años o más, viven solos, y el 3% vive en geriátricos. La directora del PEPSAM sostiene que al adulto mayor que vive solo, es primordial ofrecerle ayuda, ya que muchas veces no la pide. Además de exigir y extremar las medidas de prevención, higiene y desinfección en residencias geriátricas.

La ternura humana

Hay una cosa que se desea siempre y se obtiene a veces: la ternura humana”, es otra de las frases del libro La Peste. Y ante un escenario de emergencia mundial, tanto la solidaridad como el egoísmo muestran su cara más cruda, y primaria. Raquel Castro sostiene que es fundamental para los mayores acercarse a las redes de apoyo, tanto formales como informales a través de los programas específicos para la compra de medicamentos, alimentos o para solicitar contención emocional. “En otros casos es la familia y/o vecinos quienes pueden brindar la asistencia necesaria”, agrega.

"Es importante transmitir a nuestros mayores, que el estar aislados no implica estar solos"

El Gobierno de la ciudad de Buenos Aires lanzó el programa “Mayores cuidados”, orientado a brindar asistencia telefónica, realizar compras en farmacias y comercios de proximidad y el paseo de sus mascotas, durante el aislamiento preventivo y obligatorio. En un primer registro se anotaron más de 1000 adultos mayores y 25.000 voluntarios. “Es importante transmitir a nuestros mayores que el estar aislados no implica estar “solos”, como así también que esta situación es transitoria”, sostiene.

El cuerpo y la mente

Atravesar este tiempo como una oportunidad puede contribuir a pensarlo desde otra óptica. Raquel Castro asegura que es muy recomendable mantenerse activos y realizar tareas y actividades que despierten interés, leer, mirar películas y practicar juegos de mesa. “Es muy importante establecer una rutina flexible de actividad física, acorde a las posibilidades de la persona y del espacio en que se encuentra, así como una buena dieta. Pueden caminar, mover los brazos, hacer ejercicios de yoga, bailar. Pequeños movimientos que puedan poner en práctica”, agrega.

Los informes de la OMS muestran que la población mundial está envejeciendo a pasos acelerados. Entre 2000 y 2050, la proporción de los habitantes del planeta mayores de 60 años se duplicará, pasando del 11% al 22%. Este grupo pasará de 605 millones a 2000 millones. Y la alteración demográfica se verá más acelerada en países de bajos/medianos ingresos.

Acciones desde la Universidad

En el marco del aislamiento social preventivo y obligatorio, la UNNOBA, a través de su Programa  (PEPSAM), se propone acompañar a los adultos mayores de toda la comunidad, proporcionándoles una serie de actividades de participación e interacción con el objetivo de que puedan estar comunicados y activos en su hogar. "Desde las distintas áreas con las que cuenta el Programa (Salud, Socio-cultural, Artística y Tecnológica), surgirán las distintas propuestas educativas y recreativas, las cuales serán vehiculizadas a través de distintas redes sociales y medios de comunicación", sostiene Raquel Castro, quien también es prosecretaria de Extensión.

“La única manera de luchar contra la peste es la honestidad  --dice el doctor Rieux, personaje de La Peste--  ¿Qué es la honestidad? No sé lo que es en general. Pero en mi caso sé que consiste en hacer mi trabajo”. El nuestro es quedarnos en casa, y cuidar a los adultos mayores.

 

Diseño: Laura Caturla