La pregunta por el “botón rojo”

Por Marcelo Maggio

Hay una idea que late, cual amenaza vedada, en el año económico argentino: el botón rojo. Pero, ¿qué significa esa metáfora? ¿Se puede simplemente “parar” la economía? Al parecer el capitalismo y el botón rojo se llevarían mal, muy mal.

El filósofo Martin Heidegger decía que la esencia de la técnica moderna reside en no reposar jamás, esto es, estar siempre dispuesta a transformar la naturaleza. No hay noche ni día, como en los ciclos de la naturaleza, sólo hay producción. Por eso mismo, quizás, el malestar con el botón rojo no sea únicamente político, o económico, sino que estaría en una profundidad mayor. Y, por eso, también, cuando las sociedades tienen que redireccionar su producción para enfrentar una guerra no aparecen tantos malestares ni resistencias. Si se trata de detener la maquinaria para reposar, cubrir con velos, esperar o cuidar, ¿qué sucede, qué se opina, quién está de acuerdo? ¿Puede deternerse la economía, hay una entidad que pueda detentar el famoso 'botón rojo'? ¿O es sólo una metáfora fallida de sanitaristas bajo los efluvios de la cloroquina?

Carlos Alberto Salguero es doctor en Economía y docente de la UNNOBA, entre otras universidades. Enseña Microeconomía y Macroeconomía desde 2016 en carreras de grado, y dirige un curso de posgrado sobre “Comercio y finanzas internacionales”. Este profesor universitario no comparte "el mito del botón rojo" que todo lo paralizaría porque "tiene una subyacencia necesaria: el planificador central”.

“Pareciera que no puede haber decisiones económicas en las que no guarde un rol preponderante el Estado, y eso no necesariamente debe ser así”, plantea. Salguero también se remonta a la teoría económica para abordar el tema: “Existen dos tradiciones mutuamente opuestas en relación a quién asigna mejor los recursos, ¿el Estado o el mercado? Es un debate que en el ámbito académico está abierto. Mi opinión particular, fundada en la ortodoxia microeconómica que establece que los controles provocan una perdida irrecuperable de eficiencia, es que resulta más saludable que se respeten las libertades individuales, que cada persona tenga la posibilidad de brindar todo su potencial sin ningún tipo de restricciones. No creo que sea necesario que un tercero, ajeno a los derechos de propiedad que cada uno detenta, tenga que venir a decir qué hacer o qué no hacer. Hay evidencia en el mundo que los países más ricos son los que tienden a tener Estados menos intervencionistas”.

Globalización, cantaban "Los Piojos" en el 2000, un año antes de que todo vuele por los aires en el país. “Ahí va Scottie Pippen/en medio de la puna/no te hagai problema darlin/slippin en la cuna”. Pero hoy ya se habla poco de la globalización, post Muro de Berlín y en el medio de una revolución de las telecomunicaciones, aunque… ¡apareció la pandemia global, y ya no resulta tan simpática la globalización! La aceleración mundial también trae la enfermedad.

Resulta evidente, y lo resultó desde el siglo XX para quienes querían desarrollar su utopía en un solo país, que la interdependencia de las economías es inevitable. Asumir la interdependencia quiere decir que no podemos hacer todo de modo local. Pero, y acá otro nudo, ¿qué está pasando con la economía global pandémica? ¿Cómo impacta en producción, comercio, finanzas? ¿Y los “bloques regionales” tan celebrados hacia fines del siglo XX y cada vez más golpeados y sin futuro aparente van a servir para salir del "shock" pandémico?

“Resulta claro que la globalización se ha dado en unas áreas más que en otras —reflexiona Salguero—. Hoy, por ejemplo, hay un acceso a la información disponible a lo largo del mundo gracias a las telecomunicaciones. Cualquier persona puede tener una videollamada en tiempo real con alguien que está del otro lado del planeta, cosa que antes no pasaba. Sin embargo, la apertura de los países está siendo relativizada. Hay grupos como la Unión Europea, por ejemplo, que no dejan de ser un bloque defensivo. En tal caso esta globalización tiene más de declamación que de correlato real en economía, y no guarda relación con la migración de las personas”, destaca Salguero al hacer un paralelo entre telecomunicaciones y migraciones.

Según informa el Banco Mundial, este año el repliegue global viene arrojando datos como los siguientes: 9,3% de baja en la demanda mundial de petróleo (para lo que va de 2020); caídas del 20% en servicios (con pico en el 30%); derrumbe del precio de commodities (energía, metales y agricultura), con excepción del oro. Muchos han visto en este escenario una necesidad de repliegue a lo local. ¿Se podría dar una reconfiguración de la teoría de las ventajas comparativas? Esto es, a partir de la necesidad de acceder a bienes que antes eran fáciles de conseguir y ahora se dificultan, ¿es viable en el presente volver a dar impulso a algo parecido a lo que otrora fue la sustitución de importaciones, por ejemplo?

Para responder, Salguero retoma el planteo inicial: “En la pregunta hay un pensamiento establecido, cosa que es razonable, porque la verdad siempre es personal. En la ventaja comparativa, desde la perspectiva del mercado internacional, hay restricciones que suponen que el comercio internacional, y el mundo, son como una torta predeterminada en la que la puja de las partes trata de sacar el tajo más grande. Y esto no debe verse así, sino que el comercio genera ventajas inexploradas y no debe enfocarse desde esa perspectiva de juego en el que lo que ‘uno gana el otro lo pierde’. Debería verse como un juego donde 'todos ganan', porque todos van a sacar el mayor provecho haciendo aquello que, en términos relativos, saben hacer mejor. No tenemos que sesgar a la persona con quien intercambiamos extramuros de Argentina como si fuera un rival al que hay que vencer, sino ver el beneficio mutuo. Sería un error muy grave proscribir el intercambio o restringir las posibilidades de las personas a un área determinada”.

El comercio internacional, "debería verse como un juego donde 'todos ganan', porque todos van a sacar el mayor provecho haciendo aquello que, en términos relativos, saben hacer mejor".

—Ese podría ser un escenario también, pero hay críticas. ¿Podemos repasarlas? Por ejemplo desde el movimiento “no global”, nacido en Seattle en 1999 en respuesta a una reunión de la Organización Mundial del Comercio, se cuestionaba el problema de las asimetrías entre países, la falta de reglas parejas, y sobre todo el impacto sobre el trabajo y los derechos laborales, incluso llegando al trabajo esclavo en países donde la informalidad no puede ser controlada, por caso Argentina también. Desde 1999 para acá, ¿hubo cambios en el comercio o se asume que la no regulación es el único, o el mejor camino posible?

—Las asimetrías necesariamente se dan porque las personas contratan otras personas que no son iguales. Nadie se contrataría a sí mismo. Cuando se establecen equipos de trabajo se consideran las distintas habilidades que cada uno de los integrantes tiene para tener un incremento del trabajo conjunto. Las empresas son un conjunto de activos con riesgo y pasivo, cuentan con la presunción de que van a ganar en caso de conseguir el favor de los consumidores, y eso es eventual, porque lo único que tienen asegurado y en concreto son los costos que enfrentan, entre ellos, las tasas de salario de las personas que contratan. El rol del asalariado no es el mismo que el del dueño de la empresa, por cuanto el asalariado vende su fuerza laboral. El titular de la empresa puede tener ganancias sirviendo correctamente al mercado o, eventualmente, podría quedar desprotegido y perder sus activos si su presunción hipotética del mercado no se cumple. Las decisiones siempre se toman en un marco de incertidumbre, y se corroboran empíricamente (ex post) si fueron acertadas. En cuanto a la cuestión moral de las condiciones de trabajo esclavo, que también hemos visto en Argentina, es algo que tiene que ver con las condiciones de pobreza extrema a las que determinadas personas en el mundo están expuestas. Cuanto más ricos son los países, la distribución del ingreso tiende a ser menos desigual. Estas cosas pasan cuando hay una necesidad extrema de personas que, bajo determinados regímenes, no pueden subvertir esa condición de pobreza tan lamentable y que es repudiable desde todo punto de vista.

—Pero una cosa es pensar que es repudiable y otra sería pensar que es necesaria la regulación, por ejemplo si asumimos que el capital “tiende” a ir a los lugares a donde menos costo de producción va a tener, ya sea local, regional o internacionalmente. ¿No es el Estado el único que puede decir “¡hasta aquí!”? Incluso podría ser peor, porque además de la informalidad o la esclavitud también hay dumping  (vender un producto por debajo de su precio normal, para eliminar a las empresas competidoras y apoderarse del mercado), cierre de fábricas locales y desocupación.

—No debe confundirse el comercio con la lesión de derechos. Precisamente, donde opera una ilegalidad es donde la Justicia debe actuar de oficio. Desde la Asamblea del año 1813, afortunadamente, la esclavitud ha sido abolida en nuestro país. En el comercio, sin embargo, desde que el mundo es mundo, el negocio es comprar barato y vender caro. Países como China, que hasta hace 70 años eran economías de subsistencia agrícola, gracias a los flujos de capital se han transformado, y hoy ese país es quizás la economía más preponderante del mundo, con las inequidades y condiciones de pobreza que persisten, inclusive con restricciones como la tasa de natalidad. Lo cierto es que la condición de vida de los habitantes del gigante asiático ha mejorado. Me parece que la solución va más allá de las restricciones: el ser humano viene de la pobreza extrema, pero sólo en los últimos años y gracias al acontecimiento económico más importante de la humanidad, la Revolución Industrial, ha empezado a superar esos acontecimientos. Cada año en el mundo, aunque este año va a ser particular, hay una menor cantidad de pobres. Y la tendencia global es a la disminución de la pobreza.

"El ser humano viene de la pobreza extrema, pero sólo en los últimos años y gracias al acontecimiento económico más importante de la humanidad, la Revolución Industrial, ha empezado a superar esos acontecimientos".

—En el curso de posgrado que usted dicta aparecen dos palabras: comercio y finanzas. Sin embargo muchas veces, y le hablo solo desde la “agenda de noticias”, las finanzas aparecen como una zona oscura, de dudoso proceder, asociada a la especulación o a lo “volátil”. Las bolsas que se desploman “mágicamente” son noticia, el dólar que “se dispara”, sin actores, los tenedores de bonos “sin rostro” o los capitales golondrina que generan incertidumbre. ¿Cuál es el rol de las finanzas en la economía global? ¿Es simplemente el “lado oscuro” del capitalismo como rezan las noticias cotidianas?

—Creo que eso sucede porque principalmente hay un desconocimiento cabal del mundo financiero y porque el comercio resulta más tangible. La gente está acostumbrada a hacer intercambios de bienes pero no tanto de transacciones financieras. Los particulares, los bancos y las empresas pueden poseer activos de su país o activos de otros países. De hecho, los particulares poseen casi exclusivamente activos de su propio país y, dicho sea de paso, en Argentina tenemos un mercado de valores que es despreciable en términos absolutos comparado con otras economías del mundo. Las finanzas lo que hacen es canalizar y transferir los flujos de ahorro. El problema de nuestro país es, precisamente, la falta de ahorro. Las personas, generalmente, estamos restringidas a llevar a cabo nuestra cartera en inversiones de opciones locales, en especial en bancos comerciales y no así en el mercado de valores, aunque con la revolución de las telecomunicaciones esto está comenzando a cambiar. No obstante, sigue siendo un terreno más afín a los agentes globales diversificar sus inversiones entre los mercados transnacionales. Los inversores internacionales generan una relación entre los mercados de activos del interior y del extranjero, y sus actuaciones tienen efectos fundamentales en la determinación de la renta, los tipos de cambio y de la capacidad de la política monetaria de un país para afectar a los tipos de interés. Para financiar la compra de activos durables, las empresas y particulares acuden a los bancos. Pero en el mundo, esos mismos actores se financian a través de la bolsa de valores y de los instrumentos financieros que surgen de allí. Quizás el desconocimiento de los instrumentos financieros es lo que genera, en algunos sectores de Argentina, los prejuicios sobre cómo operan los mercados.

Objetivismo económico: "Se ha perdido la posibilidad de ver a la persona como un ser de carne y hueso que está sujeto a diversas contingencias, entre ellas, levantarse un día con el pié izquierdo, estar enfermo, o todo lo que nos pasa a las personas en el devenir de la vida cotidiana”.

Trabajo y pandemia

La pandemia también nos devuelve a las preguntas fundamentales. “Cuál es la razón por la cual algunas personas dedicamos nuestra vida a esta disciplina que se ha dado en llamar Economía?”, se pregunta Salguero. “El problema esencial de la Economía tiene que ver con la escasez, si con solo pensarlo pudiéramos acceder a los bienes necesarios para mantener la vida, no habría razón para intentar resolver estas cuestiones. La pandemia lo que ha hecho es golpear en el núcleo central del paradigma de la escasez. Ha hecho que lo escaso se vuelva más escaso. Debemos redoblar los esfuerzos para intentar resolver los problemas que resultan, ni más ni menos, del trade off o solución de compromiso entre las 'necesidades infinitas y los recursos que son limitados y escasos', y esto incluye aún a las personas más ricas del mundo, sea por el motivo que fuere”.

Y acto siguiente nos recuerda: “Originariamente, la ciencia se denominaba Economía Política y desde la revolución marginalista, es decir desde 1870, se ha perdido el cincuenta por ciento del nombre. Es decir, desde Alfred Marshall hasta acá hablamos de Economía a secas”. Este cambio no ha resultado menor ni baladí: “El objetivismo, producto del uso de la matemática en la teoría de la utilidad marginal —añade Salguero— ha hecho que se vea al ser humano como un autómata apto para formalismos matemáticos, pero se ha perdido la posibilidad de ver a la persona como un ser de carne y hueso que está sujeto a diversas contingencias, entre ellas, levantarse un día con el pié izquierdo, estar enfermo, o todo lo que nos pasa a las personas en el devenir de la vida cotidiana”.

La tradición teórica a la que Salguero refiere responde a una fundamentación liberal clásica, y lo que se conoce como la revolución marginalista en 1870 tuvo tres corrientes: William Jevons en Inglaterra, León Walras, en Escuela de Lausana y Carl Menger, en la Escuela de Viena. “La intervención de Marshall dio lugar al conocido 'enfoque neoclásico', aunque el prefijo ‘neo’ es un término abierto, y refiere a cualquier significado que quiera dársele”.

Análisis de la realidad: "Como decía un economista y sociólogo norteamericano, Mancur Olson, los datos nos permiten mostrar todo aquello que queramos, solo bastará ver hasta dónde seamos capaces de torturarlos".

—En la pérdida de la palabra “política” en el nombre de la disciplina, ¿se ha perdido eficacia también? ¿Sería posible pensar una recuperación de ese nombre original y de esa práctica?

—En el presente, no. La mayoría de las escuelas de pensamiento adhieren al objetivismo. Es más, hay grupos con gran influencia que consideran que la Economía no es una ciencia social sino una ciencia dura, y cada vez más se desvelan tratando de matematizarla, incrementando su relación con los algoritmos matemáticos, más que tratar de llevarla a ese escenario inicial que la ha planteado como una ciencia social. La econometría, por ejemplo, una disciplina de la medición económica de los datos, busca argumentar o corroborar a través de la evidencia empírica. Como decía un economista y sociólogo norteamericano, Mancur Olson, los datos nos permiten mostrar todo aquello que queramos, solo bastará ver hasta dónde seamos capaces de torturarlos.

—En este borramiento de lo social hay quienes aprovechan para reflotar las hipótesis de un mundo sin empleo, a caballo del automatismo, o de una sociedad en crisis, es decir por diversos motivos se podría llegar a esa conclusión.

—No podemos pensar en una economía que sea prescindente del trabajo. Todo lo que las personas hemos logrado como mejora en nuestra calidad de vida lo hemos conseguido con trabajo, que es el ingrediente insustituible para incrementar la mejora de las condiciones de vida. No hay nada que pueda hacerse sin trabajo. Es falso el argumento que dice que un robot puede reemplazar el trabajo humano. La tecnología puede potenciar el trabajo humano, pero no reemplazarlo, porque nada puede existir sin trabajo humano. Lo que hace la tecnología, sí, es incrementar la productividad. Tomemos como ejemplo un productor rural: en determinado país necesitará una cantidad de horas, en otro le será suficiente con menos tiempo para producir mucho más, dada la manera en que se potencia su trabajo gracias al uso de la tecnología. Y eso hace que ese país sea más rico. La riqueza no está en el dinero, sino en la tasa de capitalización de esa economía que soporta el trabajo humano. Hay economistas que dicen que el dinero es la savia que lleva los nutrientes. El dinero es simplemente un medio para realizar intercambios. Lo que en realidad nos va a dar un mejor nivel de vida es el acceso a mayor cantidad de bienes y servicios, parte de esos bienes se usan para consumir y parte se ahorran.

 

"Es falso el argumento que dice que un robot puede reemplazar el trabajo humano. La tecnología puede potenciar el trabajo humano, pero no reemplazarlo, porque nada puede existir sin trabajo humano".

—¿Puede suceder que se potencie la productividad pero al mismo tiempo se altere la naturaleza del trabajo humano por el impacto de la maquinaria? Algo así es lo que está en la tesis sobre la composición orgánica del capital.

—Ese es el argumento sobre el que subyace la plusvalía de Marx. Este autor, no solo partía de una concepción defectuosa de la economía, sino que sostenía que ésta, siempre referida a lo material, determinaba las características espirituales del hombre. Pero el empresario debe pagar el salario de mercado para cada tipo de trabajo, independientemente de su estado patrimonial y de sus deseos personales. La cuantía del capital determinará, en última instancia, los ingresos y salarios reales. El aumento del capital genera, entre otras cosas, que las tareas marginales desaparezcan del mercado aprovechándose el trabajo en tareas consideradas más necesarias. La evidencia, en ese sentido, ha sido contundente.


Diseño: Laura Caturla


Aula virtual, un espacio para la continuidad

Por Marcelo Maggio

Como si se tratara de una verdadera gesta, y vivenciando hechos dignos de ser recordados para las generaciones que vendrán, docentes y alumnos se esfuerzan en continuar la labor de enseñanza y aprendizaje. El escenario de la virtualidad total requiere de compromiso, comunicación y empatía, valores sin los cuales el hecho educativo no podría seguir manifestándose.

“Cuando vino la pandemia pudimos dar el salto rápidamente a la virtualidad, porque ya venía la universidad encaminada así, aunque lo habíamos intentado y no le podíamos encontrar la vuelta”. Quien reconoce esa situación es el docente Claudio Giansiracusa, de las asignaturas “Introducción a la ingeniería” y “Mantenimiento industrial”. Contento por los resultados obtenidos en un desafiante primer cuatrimestre, completa su idea: “Nos costaba entrar a la virtualidad, usar la plataforma, cargar la información de la cursada, un trabajo muy grande al que quizás no le veíamos los resultados. Entonces seguíamos con el proceso tradicional de lo presencial, aunque teníamos toda la estructura virtual armada y lista para usar en la Universidad”.

Como fue narrado varias veces desde El Universitario, apenas se dispusieron las medidas de confinamiento en marzo de 2020, a causa de la pandemia, se pudo migrar todo el modelo presencial de la Universidad a uno enteramente virtual, incluso en lo administrativo. Además de crear todas las aulas virtuales necesarias, de inmediato se puso a disposición de los docentes una oferta de capacitación.

Pero el camino de la educación presencial tiene una impronta tan fuerte que para muchos implicó un salto, un “animarse a más”. María José Torres, docente de “Toxicología de los Alimentos”, tiene un balance positivo de lo vivido en el primer cuatrimestre, pero reconoce que “la mayoría de los docentes estábamos acostumbrados a las clases presenciales porque de ese modo nos formamos”. Sin embargo, reivindica que se fueron “adaptando” a la nueva metodología, en parte gracias “al apoyo del área de Educación Digital de la Universidad”. “En lo personal —afirma Torres—, tenía curiosidad e interés por la enseñanza virtual y había comenzado a realizar algunos cursos, pero no me había animado a incluirla en mis clases. Con la pandemia, de una semana para la otra ya estábamos dictando clases a través de la plataforma de la Universidad”.

La experiencia en los equipos docentes es colectiva, y muchos encontraron el coraje en lo grupal cuando se trataba de enfrentar las dificultades. De alguna manera se sigue así el espíritu de la era digital y de las “inteligencias colectivas”, como plantea el filósofo de la virtualidad Pierre Lévy. Este sentido es especialmente el que destaca Verónica Inthamoussou, docente de “Contabilidad I”: “Para nuestro equipo de trabajo fue una experiencia buena, nos acompañamos entre los docentes que integramos la materia y tuvimos un empuje en investigar cómo poder llevar las clases de la mejor manera. Como grupo siempre estuvimos en las clases al menos dos docentes, y respetamos los horarios de la presencialidad en los cuales se inscribieron nuestros alumnos, además de grabarlas para quienes no podían asistir”.

El aula virtual y sus circunstancias

Lanzados de lleno al mundo digital, los docentes fueron encontrando dificultades y potencialidades desde la práctica misma. Por ejemplo Verónica Inthamoussou retoma los problemas relacionados con lo que se conoce como brecha digital, esto es, las carencias en el acceso tanto a dispositivos como a conectividad: “Me encontré con que me faltaban dispositivos en mi casa. Estaba con una computadora y una tablet para toda una familia que necesitaba estar conectada. Aunque lo pude solucionar, creo que es un factor muy importante a considerar, porque hay tareas de una cursada universitaria que no podés resolver mediante un teléfono”. En ese sentido, desde la Secretaría Académica de la UNNOBA se hizo seguimiento de estas problemáticas y se brindó la posibilidad de conexión con el Programa de Becas de Conectividad y dispositivos tecnológicos, y con el cual se entregaron computadoras y beneficios económicos para la contratación de servicios de internet/datos. A nivel nacional la respuesta a la brecha digital se inició, también, mediante la declaración de internet como un “servicio público” o la apertura de créditos para la compra de equipo informático para docentes a través del Banco de la Nación Argentina. Distintas formas de enfrentar la mentada brecha digital.

Pero, como señalan los especialistas en tecnología educativa, la dimensión tecnológica es sólo una de las que se debe tener en cuenta al momento de pensar la educación a distancia o virtual. La otra es la pedagógica. Por eso, desde el área de Educación Digital, se dictaron capacitaciones desde el primer cuatrimestre, como por ejemplo los talleres de “Diseño de cursos virtuales”, de utilización de herramientas como “Talleres”, “Cuestionarios, “Lecciones, “Foros”, “Tareas”, además de un taller sobre los “Procesos de Evaluación en ambientes virtuales”, dictado por docentes externos. Ese proceso, que sigue en el segundo cuatrimestre, incorporó el dictado de “microcharlas” de apoyo a docentes sobre temas puntuales, como el armado de grupos, grabar clases o el ajuste en el diseño del aula.

Claudio Giansiracusa se remonta al inicio del año y cuenta que “el primer desafío fue la reorganización de los contenidos, porque si antes éramos ordenados ahora teníamos que serlo más, prever muchas cosas, tener los materiales cargados con tiempo, pensando siempre en el alumno”. María José Torres también destaca el trabajo que se requiere para “adaptar los contenidos y muchas de las actividades a la virtualidad”. “Llevó un tiempo amigarse con la plataforma y los medios digitales, sobre todo para poder emplearse en la readecuación de las asignaturas”.

Verónica Inthamoussou destaca que alcanzaron a tratar todos los temas del programa gracias al compromiso de todas las partes. Del lado docente rescata la voluntad de incorporar clases extra, por ejemplo, o de utilizar una cuenta en Instagram para la materia, un recurso heterodoxo, pero que “permitió tener comunicación instantánea para consultar todo tipo de cosas: después de cada clase el Instagram estallaba a preguntas, con las dudas que quedaron para retomar y volver a explicar”.

En una materia de primer año ves el desconcierto, y en la virtualidad el desconcierto era mayor aún”, recuerda Claudio Giansiracusa. “Parecía que estábamos muy alejados, entonces algo que se potenció mucho fueron los diferentes canales de comunicación”. Todos los docentes destacaron la necesidad de estar comunicados por más tiempo y por diversas vías.

Docentes y alumnos se fueron familiarizando paulatinamente con los diferentes canales formales de comunicación de la Plataforma de Educación Digital, como los foros, la mensajería interna o los correos. Giansiracusa comenta que, no obstante, tuvieron una actitud flexible frente a las necesidades de los estudiantes que recién estaban iniciando su recorrido universitario: “Eran alumnos de primer año y se notaba que necesitaban contención, entonces les permitimos que nos manden correos electrónicos directamente o usen otras modalidades más directas al prinicipio”. El ingeniero, responsable de una materia introductoria, señala que “lo más importante para la contención de los alumnos es estar informados y tener pautas claras”.

María José Torres, desde el campo de las ciencias biológicas, coincide con esta experiencia, con la dificultad de avanzar en un tipo de comunicación formalizada por los entornos virtuales institucionales: “Con los estudiantes nos mantuvimos en permanente contacto a través de la plataforma, pero nos faltó mayor interacción grupal a través de los foros para aprovechar esta herramienta, pero creo que fue por inexperiencia de ambos lados. Es de rescatar la buena predisposición que presentaron los alumnos, para ellos también fue un gran cambio el pasaje de la presencialidad a la virtualidad”.

Es singular el esfuerzo realizado y los resultados. Por ejemplo, los docentes coinciden en hacer un buen balance, en haber alcanzado a dar todos los temas y en el rendimiento de la medición más fría de aprobación y ausentismo. “Estuvimos muy cerca de los números que se dan en la presencialidad”, coinciden.

Sin embargo, una circunstancia no menor, sobre todo para quienes ingresan a una carrera, es el conjunto de relaciones interpersonales que se tejen y que conforman un todo de la vida universitaria. Para Inthamoussou no se trataba solamente de mejorar la comunicación o los contenidos: la falta de presencialidad impactaba en aspectos básicos para transitar la vida académica, “como desconocer cuestiones administrativas básicas para cursar”. “Ante la falta de ese contacto que brinda la presencialidad, fuimos los docentes quienes establecimos ese nexo que necesitaban algunos de nuestros estudiantes”, rememora la docente de contabilidad.

Mantener el vínculo

Beatriz Checchia es docente en la UNNOBA de una asignatura transversal a todas las carreras, “Aspectos Sociales e Institucionales de la Universidad”. Checchia, además, dirige la Especialización en Docencia Universitaria y está doctorada en Calidad y Evaluación de Programas e Instituciones. Su mirada acerca de condiciones de cursada tan especiales en este primer cuatrimestre se ve enriquecida por esta múltiple formación de Checchia, como docente, evaluadora institucional y formadora de docentes.

Checchia es categórica con una afirmación inicial: “La docencia ha demostrado una rápida capacidad de adaptación”. Pero en segundo término también reconoce que “todos los debates que se venían teniendo acerca de la virtualidad se vieron impactados por esta situación tan incierta”. “Una cosa es la educación virtual en tiempos de pandemia y otra es la educación virtual que veníamos concibiendo”, enfatizó.

Desde su asignatura, además, cuenta que se encontró con “muchos recursos y plataformas para explorar, formas para garantizar la continuidad y maneras de mantener la interacción, que es el gran desafío”. Pero deja en claro que esa diversidad de la técnica no lo es todo para hacer frente a la adversidad. Siempre es necesaria la mirada “vincular” del docente.

Si en la presencialidad esta cátedra fomentaba la interacción y el diálogo, ahora mediatizada por una plataforma, y con las dificultades de la conectividad y las herramientas digitales, había que encarar la tarea de otro modo: “Encontramos que necesitábamos una forma distinta de abordar el diálogo y generar también otros modos de apropiación del conocimiento. En esto creo que todos apelamos a nuestra capacidad adaptativa y a nuestros aprendizajes previos, y por sobre todo, vi que todos apelamos a esta necesidad de priorizar el vínculo con el alumno y de conocer cómo estaban atravesando esta situación tan desafiante”.

“Nuestra responsabilidad como docentes —destaca Checchia— es pensar con qué recursos vamos a diseñar la materia para que el alumno la pueda seguir y sentir la confianza para interactuar. ¿Qué materiales y qué tiempos son los mejores para planificar? Esto es algo que la educación virtual trabaja hace mucho tiempo, pero este desplazamiento abrupto de la presencialidad, en el marco de la pandemia, requiere una reflexión muy profunda”.

En este sentido la docente recupera las palabras y experiencias de sus colegas: “Quizás antes de la pandemia cuando se hablaba de lo virtual se decía 'hay que capacitarse mucho, es difícil, etcétera', pero de pronto lo tuvimos que hacer porque necesitábamos garantizar la enseñanza, y no sólo eso: teníamos que cuidar al ingresante y evitar los abandonos”.

Una de las grandes preguntas que quedan a partir de esta experiencia de aislamiento social es ¿qué quedará, o cómo quedará configurada, la presencialidad? Si retomamos uno de los ejes que plantea la docente Inthamoussou, hay toda una dimensión social, de construcción de la personalidad como profesional, que se va dando en un intercambio con las demás personas, en todos los espacios que genera la universidad. En este sentido Checchia manifiesta: “Por supuesto que poder tener un contacto no mediatizado por un dispositivo es el gran tema para todos. Para los docentes, por ejemplo, no tener la mirada de todos nuestros alumnos, nos lleva a comparar cómo hubiera sido esa clase en el cara a cara. Sin duda que hay beneficios de la presencialidad que son indiscutidos, pero también vamos encontrando los beneficios de la virtualidad a medida que la trabajamos. Un gran punto que tenemos en agenda es cómo garantizar la interacción para la socialización, para que quienes transitan su formación profesional no pierdan ese aprendizaje integral. Pero es algo que se da en todos los niveles educativos: siempre hay algo que tiene que ver con el encuentro con el otro”. Aunque la duda persiste: “¿El encuentro mediado? Creo que sigue siendo la gran incógnita”.

Sostener los ideales

La virtualidad, y los problemas de la brecha digital, son un desafío político para la universidad pública argentina, que se propone como, inclusiva y de calidad. ¿En estas condiciones se pueden garantizar estos ideales?

“La situación empuja a repensar todo, pero sin abandonar la masividad con calidad —sostiene Checchia—; siempre pensar en la oportunidad que brinda la universidad por su compromiso con la sociedad, por eso hay que buscar las mejores estrategias para acompañar los desafíos del país”.

Además la universidad pública, como toda institución del sistema educativo, tiene requisitos, reglas, que a veces parecen ir de bruces con los aprendizajes ubicuos, no formales, en línea. Mientras avanza esta virtualidad de aislamiento obligatorio, mientras se acompaña y se involucra en esa ola virtual que todo lo empuja, en paralelo, la universidad debe ir repensando también esa dimensión pedagógica y estratégica.

“Hay dos cuestiones que son clave para avanzar —indica Checchia—: la flexibilidad curricular y la innovación. Si bien hay estándares e indicadores que son una base para la garantía, lo que tenemos que trabajar desde la universidad es esa tensión entre garantía de calidad y flexibilidad de la innovación”. Esto se logra de muchas maneras, por ejemplo, mediante la escucha atenta: “Para que los planes de estudio beneficien a la sociedad y la universidad no quede aislada resulta esencial la escucha del graduado, la escucha a los espacios de autoevaluación, a las comisiones de seguimiento, y no perder nunca el horizonte de lo que se pretende alcanzar”.


Diseño: Laura Caturla


Wikipedia en movimiento

Por Marcelo Maggio

En el año 2013, cuando Patricio Lorente visitó la UNNOBA, Wikipedia en español llegaba a la icónica cifra de un millón de artículos publicados. Hoy ya cuenta con 1,6 millones de artículos en español y Wikipedia como proyecto se sigue expandiendo: son dieciocho las lenguas que superan la cifra del millón en sus respectivos espacios, exactamente el doble de las que habían superando ese número en el año 2013, cuando Lorente visitó la Universidad para dictar una conferencia a los estudiantes de la Escuela de Tecnología.

La reciente “visita” del expresidente de la Fundación Wikimedia fue virtual, en un encuentro posibilitado por el ciclo UNNOBA en Movimiento. Diálogos en tiempos de pandemia, un espacio destinado a pensar y charlar con invitados especiales sobre temas de actualidad. Con la consigna “¿Cómo se construye el conocimiento y cómo se valida socialmente?”, Lorente lejos de cerrar el debate se dedicó a abrir todas las polémicas posibles que atraviesan la era de la participación en red.

“Esto no es muy diferente a lo que planteaba Denis Diderot en el siglo XVIII cuando postuló su idea de Enciclopedia -suele definir Lorente en entrevistas y charlas, y esta vez no fue la excepción-. Él planteaba que para poder compendiar la suma del conocimiento humano era imprescindible la participación de todas las personas, pero la tecnología de esa época no permitía la participación masiva ni tampoco había un grado de alfabetización que lo permitiera. Trescientos años después tenemos esa tecnología: se llama web”.

"Esto no es muy diferente a lo que planteaba Denis Diderot en el siglo XVIII cuando postuló su idea de Enciclopedia". Imagen de Denis Diderot (1713-1784), 1767. Colección Louvre, Paris.

“Tim Berners-Lee, investigador del CERN en Europa, -recordó Lorente- desarrolló la web porque una disciplina en particular necesitaba que miles de físicos y científicos de muchas disciplinas colaboraran simultáneamente en el impulso de la física de partículas, independientemente del lugar en el mundo en el que se encontraran: hay disciplinas que para crecer requieren de la colaboración masiva”. La idea de participación quedaría atada a la web, desde su nacimiento mismo.

Crecer en comunidad

Los datos duros evidencian, por donde se los mire, crecimientos que no sólo hablan de un proyecto que va al ritmo de las nuevas tecnologías: su filosofía parece haber encontrado bases firmes donde pisar. ¿Pero por qué? ¿Cuál es el secreto de este “proyecto imposible”, como califica siempre Lorente a Wikipedia? “En 2005, cuando empecé a participar activamente, -indicó- la Wikipedia en español tenía 30 mil artículos. Hoy no sólo se supera el millón y medio, sino que tenemos una cantidad de sitios que conforman una familia de proyectos, como Wikimedia Commons, que es un repositorio de archivos multimedia que ya tiene 62 millones de archivos”.

Esa magnitud del proyecto hace que logre una omnipresencia que resulta difícil de entender, ya que “al conocimiento que está depositado en Wikipedia no sólo se accede desde su página: las búsquedas de Google, y otros similares también lo hacen, muestran un cuadro sinóptico con información que la mayoría de las veces es tomada de Wikipedia, es decir que su contenido aparece frente a nuestros ojos sin necesidad de entrar al sitio y sin que lo sepamos”, destacó Lorente.

En febrero de este año Lorente publicó el libro Conocimiento hereje, una historia de Wikipedia, y cuenta que lo hizo porque “quienes usan Wikipedia merecen saber cómo se construye esa herramienta, porque la usan todos los días, para bien y para mal”. Porque además, y parafraseando a Led Zeppelin, indica que “la pregunta sigue siendo la misma”, como cuando se inició en el proyecto: “¿Cuánto podemos o no podemos confiar en ese contenido, cómo se hace, quién lo escribe, cuál es la política editorial para verificar?”. Esos siguen siendo los interrogantes y los puntos de ataque que sigue recibiendo Wikipedia.

Confiar en Wikipedia da vértigo principalmente porque los seres humanos tomamos atajos para alcanzar el conocimiento. Entonces, ¿por qué confiamos en algo? Porque lo dijo alguien en quien confiamos, una autoridad formal”

En este sentido es importante saber que Wikipedia tiene procedimientos estrictos que hacen que no cualquier persona pueda hacer lo que quiera y de cualquier manera, “lo cual ha hecho posible la colaboración masiva de miles de voluntarios: hay actualmente 300 mil colaboradores activos y más de 80 millones de cuentas de usuario, personas que no tienen que tener certificación de ninguna institución vinculada al conocimiento”.

Esas reglas para alcanzar un objetivo tan vasto como el de compendiar el conocimiento humano existente requieren ser simples y a la vez efectivas. “En el año 2001 nace Wikipedia como sitio web que se puede editar, como experimento para salvar una enciclopedia comercial que no podía despegar. Eran los comienzos de la web 2.0 y en esa época había sólo dos reglas para la participación”, rememora Lorente. La regla número 1 decía “esto es una enciclopedia, por lo tanto no es fuente primaria de información, es decir que todo lo que se escribe aquí tiene que estar previamente escrito en otra parte”. La regla número 2 decía “no hay normas fijas”. Actualmente es el quinto pilar y último pilar, un mandato que de alguna manera se enlaza con la idea de "herejía" que tanto destaca Lorente, incluso desde la portada de su libro.

Con el tiempo se fue complejizando la normativa interna y “se agregaron otras tres reglas”, recordó Lorente: todo el contenido tiene que ser libre, en el sentido en que lo plantea el software libre pero ahora mediante licencia Creative Commons; el comportamiento social debe seguir normas de etiqueta y convivencia ; y la tercera, muy polémica, es que “Wikipedia busca el punto de vista neutral”.

Para ejemplificar cómo encaran el problema de la neutralidad, Lorente se refirió a un caso que arbitró personalmente: el artículo sobre la “Guerra del Pacífico”, un hecho histórico que involucraba a wikipedistas chilenos, peruanos y bolivianos. “Se había generado una guerra de edición, y para salir de ahí la solución fue que el artículo central genere nuevos artículos: así se hicieron 200 subartículos gracias a una mediación. Entonces alcanzar la neutralidad implica que todos esos puntos de vista estén reflejados de una manera ordenada”.

¿Lectura crítica con inteligencia artificial?

La herejía parece ser una constante para la gente de Wikipedia y en ese sentido se atreven a hacer combinaciones y críticas que resultan siempre desafiantes.

“Wikipedia es una obra en construcción, y como tal tiene sesgos y errores, pero nos plantea que una de las habilidades en las que tenemos que entrenarnos en esta época es la capacidad de lectura crítica: estamos rodeados de información que en general es de bajísima calidad”. Pero si hay quienes critican a Wikipedia por su calidad, también deberían tener en cuenta esta opinión: “En promedio la mayoría de la información de Wikipedia es de más calidad que la que se puede encontrar en las redes sociales, y eso refuerza la idea de que hay que entrenar la capacidad de lectura crítica”.

En ese sentido Lorente afirma: “Wikipedia ha demostrado muchísima más capacidad de lidiar con las fake news que Facebook, por ejemplo, pero eso no quiere decir que no hay falsedades. Esta idea del reaseguro externo es algo para empezar. Después está la calidad del contenido. Esto es un campo de batalla y por eso hay que tener mucho cuidado con el vandalismo que se ejerce sobre los artículos”.

Confiar en Wikipedia da vértigo -califica el orador virtual-, principalmente porque los seres humanos tomamos atajos para alcanzar el conocimiento. Entonces, ¿por qué confiamos en algo? Porque lo dijo alguien en quien confiamos, una autoridad formal”. Pero en Wikipedia no existe esa autoridad formal, entonces ¿cómo logra la confianza?: “Lo que existe es una construcción colectiva que tiene que estar basada en fuentes y citas externas, que se publica por el consenso entre quienes participan en un tema, y ese tema nunca está terminado, por lo tanto son consensos inestables”. De esto se trata entonces el “modo wiki” de construcción colectiva del conocimiento.

Dentro del vértigo de Wikipedia aparece algo hasta hace poco inesperado: la inteligencia artificial. Así por ejemplo aparece el desarrollo de Wikidata, “que es en rigor una base de datos, y que permite la utilización de herramientas de machine learning para enriquecer el contenido”, explica.

Con los robots trabajando dentro de la comunidad, se torna más compleja la tarea, y resultaría más difícil realizar vandalismo: “Hay herramientas para curar el contenido de Wikipedia, por ejemplo, cuando se trata de identificar problemas que no son tan evidentes para un editor humano. Se aspira a que todo el contenido de Wikipedia tenga una fuente externa, pero en ocasiones hay wikipedistas que agregan información especulativa o errónea, ya sea por confusión o por mala fe, algo que naturalmente no cuenta con referencias a otras fuentes. Puede pasar que luego algunos medios periodísticos por pereza o falta de profesionalismo reproduzcan esa información de la enciclopedia. A continuación, alguien agrega a ese medio como una referencia y lo usa como fuente, ¡pero con un contenido que se generó, en primer lugar, por la información errónea contenida en Wikipedia! Entonces descubrir esas referencias circulares, que contaminan no sólo el contenido de Wikipedia sino también a los medios tradicionales, es una operación muy compleja, especialmente por el volumen de la enciclopedia. Para eso estamos ‘entrenando’ herramientas de inteligencia artificial que en principio pueden detectar esos errores”.

Debates, dudas, cuestionamientos

Quien va en representación de un proyecto tan ambicioso y poco ortodoxo como Wikipedia está acostumbrado a los cuestionamientos de toda índole, desde los legales y culturales, hasta los niveles informáticos básicos de la plataforma. Uno de los primeros shots que recibió Lorente en el encuentro virtual de la UNNOBA fue dirigido a la convivencia de una plataforma como Wikipedia, en la que prima el texto, dentro de un ecosistema digital cada vez más audiovisual. Lorente advirtió que “la interfaz es una discusión permanente en Wikipedia”. “Hemos experimentado con varias opciones, pero sólo hemos logrado llegar al actual editor visual. Pero creo que en esta época de los formatos breves, una enciclopedia se reafirma por su definición como una obra de formatos largos, así que para seguir siendo enciclopedia hay que resignar ciertas cosas, como no ser una colección de tuits”.

En tiempos de formatos cortos, velocidad de lectura y crecimiento del audiovisual, Wikipedia reivindica su formato largo y textual propio de la enciclopedia.

Otra de las característica que llama la atención es la multiplicidad de las lenguas y su crecimiento. ¿Hay un “activismo lingüístico” en la red? Con la presencia actual de 301 lenguas en Wikipedia, “cada enciclopedia es distinta de la otra, algo reforzado por la baja actividad de traducción. Por lo tanto hay sesgos sobre cómo se tratan los temas de acuerdo a cada comunidad lingüística. Por ejemplo, la independencia de Cataluña en catalán es diferente a la versión en español. La existencia de diversidad lingüística a veces puede exacerbar el nacionalismo, y eso sucede en algunos casos”.

Hay temas conflictivos para la sociedad que pueden llevar a la necesidad de expresar diversos puntos de vista. Ese es el pilar de la "neutralidad" al que apunta en Wikipedia.

El sesgo de género es otro de los ejes que preocupa a la comunidad de Wikipedia y sobre el cual Lorente fue consultado. Señaló que efectifamente es uno de los problemas que tiene el proyecto y que “en ningún caso hay más de un 15% de mujeres entre wikipedistas”. “La brecha de género ha cobrado importancia en la agenda de la Fundación Wikimedia y en la comunidad de Wikipedia, por eso en muchas de las iniciativas actuales, por ejemplo la articulación con el sector académico o las innovaciones en tecnología, se pretende ampliar la participación”.

Dentro de los cuestionamientos más fuertes que reciben proyectos como Wikipedia está el de la idea del “conocimiento libre” y el cuestionamiento a la tradición legal de los “derechos de autor”. Este tema se vio actualizado durante la pandemia y el aislamiento obligatorio debido a la controversia generada por la circulación de libros en formato PDF. “¿Esas teorías libertarias también están en Wikipedia?”, fue consultado Lorente. “Es un debate muy interesante -respondió-, porque lo que pasa con el libro ahora es lo que pasaba hace 15 años con la música, o hace menos con las películas. Spotify y Netflix son las respuestas del capitalismo al problema. Vemos una contradicción entre el marco legal y la circulación posible actual. El copyright partía de otorgar el monopolio de la explotación de la obra intelectual durante un tiempo para hacer rentable ese negocio. ¡Pero llegó internet y hoy la circulación de las obras no necesita de la intervención de ese monopolio!”.

Más allá de los actos “de hecho”, Lorente aclaró la posición de Wikipedia respecto al tema: “Se trata de una comunidad que cree en la libre circulación del conocimiento, y en ese sentido se acerca a quienes cuestionan los derechos de autor. Pero, a la vez, en Wikipedia van a encontrar una comunidad de lo más celosa y estricta en la vigilancia de los derechos de autor, y eso es justamente porque cree en la libre circulación del conocimiento”.

Wikimedia Argentina impulsa la donación de material educativo para compartir y para implementar en la enseñanza "en contexto de #coronavirus".

Para no esquivar ninguna de las "balas", otro de los tópicos que fluyen como el agua de todos los días, es la relación de Wikipedia con la educación. ¿Es Wikipedia un problema o podría ser una solución para la educación? “Creo que Wikipedia en el aula es una iniciativa a la que vale la pena asomarse. Pero lo que tiene que saber un docente, todos los docentes, es que sus estudiantes usan Wikipedia, ¡todo el tiempo! Entonces entender Wikipedia, entre otras cosas, implica entender cómo funciona un proceso transparente de construcción de contenidos. Puede verse si un contenido fue editado, vandalizado, si está activo o abandonado. Para mí lo más interesante es ver cómo construir contenido en el marco de un proceso pedagógico, que los alumnos no escriban para el profesor sino para un público, desde una comunidad para un público general. Además, la comunidad de Wikipedia tiene reglas exigentes que también sirven para entrenarse en el rigor que luego puede pedir la academia mediante la evaluación de pares”.

Presente y futuro del movimiento

--¿Se pueden marcar algunos ejemplos significativos de la relación Wikipedia-Gobiernos? Ya sean ejemplos positivos o negativos.

--La relación es muy diversa. Países como China o Turquía bloquean rutinariamente el acceso a Wikipedia. Pero también con países occidentales han existido problemas: seguimiento a quienes consultan Wikipedia por parte de la NSA en Estados Unidos o intentos de censura en Francia, por citar los casos más conocidos. En la actualidad, y siendo que el gobierno de los Estados Unidos es una fuente inagotable de fake news (con su Presidente recomendando inyectarse desinfectantes para prevenir COVID-19), hay quienes han tomado la iniciativa de crear una cuenta de Twitter que alerte cada vez que desde las oficinas del gobierno norteamericano se accede y modifica un contenido en Wikipedia.

Lawrence Lessig, abogado y académico especializado en derecho informático, principal impulsor de la iniciativa Creative Commons.

--¿Cuáles son las “organizaciones aliadas” de Wikipedia en el ecosistema de la web? ¿Fundaciones como Creative Commons o la Free Software Foundation siguen estando?

--En los inicios de Wikipedia se utilizaron las licencias de la Free Software Foundation, y luego se pasó a usar licencias Creative Commons, que son mucho más adecuadas a obras de carácter general. Son dos iniciativas que han proporcionado en gran parte los cimientos ideológicos y legales de Wikipedia. También hay alianzas sustanciales con iniciativas como la Web Archive (el archivo de la web) que permite mayor estabilidad en la trama de referencias que sostiene el contenido de Wikipedia, al proporcionar enlaces persistentes a páginas web que ya no están en línea.

--¿Hay un futuro definido para el largo plazo?

--Hace unos días se terminó un trabajo que llevó años y que consistió en definir una estrategia para el 2030. La web es un entorno inestable e incierto, pero aún en ese contexto Wikipedia parece ser uno de los sitios más consolidados. Mientras haya una comunidad entusiasta detrás de ella, y una necesidad de la sociedad en general de contar con el acceso más amplio posible a la información y al conocimiento, Wikipedia seguirá teniendo un lugar destacado en nuestras vidas.


El Estado de la cuestión

Por Marcelo Maggio

Protocolos y restricciones, prohibiciones y permisos. Cada semana en la que se despierta el ciudadano sobreviviente tiene que enfrentar una nueva realidad e interpretar el código para manejarse en lo cotidiano. Es el código de la legalidad en confinamiento, aislamiento o distanciamiento. ¿Hasta qué hora salir? ¿Hasta dónde puedo ir y cómo afecta mi actividad laboral? ¿Me atenderá el dentista? Estas circunstancias han puesto en debate tanto las facultades del Estado para tomar decisiones, como así también los límites que adquiere la idea de libertad individual.

Surgen también preguntas más profundas o de otro orden, de las que se han encargado incluso los filósofos más renombrados a nivel mundial, ¿cómo comprender la legalidad de las “medidas excepcionales”?, ¿se corre el riesgo de ir hacia una sociedad de control?, ¿cómo sigue, ahora, la relación de la sociedad civil con el Estado, el gran organizador social?

La vida cotidiana durante la pandemia exige cumplir con normas de salud pública. ¿Estamos preparados para todo lo que se nos exige?

Pablo Petraglia es el director de la Escuela de Ciencias Económicas y Jurídicas de la UNNOBA y también dicta la materia “Derecho Constitucional”. Consultado sobre las medidas de excepción que se toman en esta situación de pandemia afirmó: “Lo primero que hay que tener en claro es que nuestra propia Constitución Nacional, así como la mayoría de las constituciones, prevén facultades de emergencia, como en nuestro caso el artículo 23 mediante el estado de sitio. El problema es que tenemos el estado de sitio o nada”. Para el profesor, “la medida de toda actuación en el Estado está resumida en una sola palabra: la razonabilidad, que en este caso surge del artículo 28 de la Constitución”. Pero, y sobre todo, hay que entender que hay “una presunción de la legitimidad de las normas de emergencia que emanan del Estado, aunque luego esas normas puedan llegar a ser revisadas por uno de los poderes del Estado, el poder Judicial”.

En el caso de Argentina, el hecho de que las emergencias sean abordadas por el sistema presidencialista “quiere decir que el Poder Ejecutivo amplía su campo de actuación, su zona de influencia, en desmedro de otro poder, el Legislativo, por eso los decretos siempre tienen algo de transitorio”, explica Petraglia. Entonces ya el debate pasa por encontrar la “razonabilidad” de las medidas, es decir vigilar el respeto por la propia Constitución, y no en cuestionar per se la potestad del Estado en tomar medidas organizativas.

Foto: Matías Lucero

Las decisiones del Estado y su legalidad implican tanto la aceptación de su legitimidad como su eficacia empírica. Para el profesor Amós Grajales, a cargo de las materias “Introducción al Derecho” y “Filosofía del Derecho” en la UNNOBA, se puede entender que actualmente “se afecte una gran cantidad de derechos en favor de otro debido a la gravedad que implica la situación: el derecho a la vida que se está garantizado en la sociedad”. Y esa afectación de derechos genera tensiones que son lógicas: “En la sociedad hay prioridades e intereses diversos. Lo que para uno resulta primordial para otro quizás no es así. Por lo tanto es el Estado quien tiene una función muy sensible para lograr el equilibrio entre los derechos y de priorizarlos de acuerdo a las necesidades y urgencias de esa sociedad”.

Según Grajales, “Argentina es un Estado democrático y con el funcionamiento de sus instituciones que viene decidiendo sobre el aislamiento para proteger la vida de las personas y dotar al sistema de salud de capacidades suficientes para enfrentar la pandemia”. Para lograr ese fin, “se ha limitado severamente determinadas libertades y esto, que en principio podría ser censurado, hay que analizarlo teniendo en cuenta el contexto, y eso es así porque todo derecho necesita ser contextualizado”. Para analizar esas circunstancias concretas es que está “el resguardo de las garantías constitucionales y los controles que corresponden al Poder Judicial y al Poder Legislativo”.

Uno de los problemas en este debate, y siguiendo con las circunstancias según el profesor Grajales, es que no se puede “medir” las restricciones a los derechos y o evaluar las medidas preventivas referidas al combate de una pandemia “desde los parámetros de los países desarrollados”, con sus propios valores de desarrollo, como “la densidad poblacional, la calidad de vida, la existencia o no de asentamientos en estado de precariedad, o un sistema hospitalario altamente desarrollado”. “Esto puede llevar, por lo menos, a una comparación distorsionada para evaluar ciertas restricciones a los derechos”, define.

 

"Hay una presunción de la legitimidad de las normas de emergencia que emanan del Estado, aunque luego esas normas puedan llegar a ser revisadas por uno de sus poderes, el poder Judicial”. Pablo Petraglia

¿“Mi” libertad?

La realidad en contexto de pandemia y las decisiones sobre aislamiento han permitido debatir y cuestionar también la condición de la libertad. Entendida como un estado de naturaleza, o como un derecho absoluto, o por encima de todo valor, la libertad aparece para ciertos grupos como punta de lanza del individuo. Pero, ¿de qué libertad se habla, de la del Himno Nacional, del sujeto que quiere ir al cine, del desocupado que busca un empleo?

Grajales anticipa las partes de este debate: “Desde la filosofía política y jurídica queda claro que detrás de cada discurso existe un componente ideológico de base que lo impulsa. En este caso nos enfrentamos a una discusión ideológica con el liberalismo, no en el sentido del liberalismo económico, sino de lo que en el mundo anglosajón es considerado ser liberal”. En ese marco ideológico, “nada que vulnere la libertad individual puede ser aceptado como justo o bueno, no se admiten las restricciones a la libertad individual”.

“Lo cierto es que esa concepción puede ser vista en perspectiva siglos atrás —reflexiona el docente—, pero en el mundo actual los Estados combinan las necesidad de garantizar las libertades individuales con la necesidad igualadora de los seres humanos, de garantizar el beneficio de los derechos, por lo tanto esa libertad individual se ve restringida”.

 

"En el mundo actual los Estados combinan las necesidad de garantizar las libertades individuales con la necesidad igualadora de los seres humanos, de garantizar el beneficio de los derechos, por lo tanto esa libertad individual se ve restringida”. Amós Grajales ( Foto: Ramiro Gomez/Télam)

Respecto al famoso artículo 14 de la Constitución Nacional, que es puesto en la agenda pública en estos meses, el profesor Petraglia explica: “Este artículo es muy claro cuando dice que todos los habitantes tendrán esos derechos —comerciar, transitar, asociarse, entre otros— conforme a las normas que reglamenten su ejercicio”. Para el docente de Derecho Constitucional el énfasis tiene que estar puesto en entender que “no hay derechos absolutos, los derechos se ejercen conforme a las normas que los reglamentan”.

“Muchos de los voceros de la libertad, se olvidan de nuestro propio pensamiento liberal basado en la Revolución Francesa, libertad, igualdad y fraternidad —recuerda Petraglia—. Sucede que la fraternidad fue borrada en la historia porque implica la solidaridad. Entonces aparece el ‘me salvo yo solo’, el individualismo, y desaparece la comunidad. Cuando por el ejercicio individual se afecta a un tercero, en este caso por convertirse en un vehículo de contagio, la acción deja de ser una privada, individual, para convertirse en un problema comunitario. Y es ahí, en ese ejercicio, que el Estado puede limitar, razonablemente, mi derecho”.

La ley, más allá del deber

Dentro de las definiciones del ‘lugar común’ sobre la argentinidad podría incluirse el “desapego a las normas”. De hecho hay toda una literatura que va en la búsqueda de ese análisis. Usar o no usar el barbijo, reunirse para un cumpleaños, o hacer el baby shower son decisiones que calan hondo en la cultura, porque habilitan las manifestaciones anticuerentena o incluso la inventiva de términos como “infectadura”. Todo eso nos lleva a preguntar acerca de la relación de nuestra Nación con lo jurídico, ¿es que acaso seguimos siendo como los contrabandistas de la época del virreinato?

“El problema es si siempre vamos a escribir sobre el problema argentino del fracaso —señala Pablo Petraglia—. Lo hizo Ezequiel Martínez Estrada en ‘Radiografía de la pampa’, y de alguna manera nos podemos remontar al ‘Facundo’, y parecería que siempre estamos describiendo en lo que fracasamos, lo que podríamos haber sido y no fuimos”.

 

"Las sociedades solucionan sus conflictos desde el inicio de la civilización y el problema de que lo hagan sin un tercero imparcial, sin una norma jurídica, es no poder evitar que gane siempre el más fuerte”. Amós Grajales

Petraglia retoma la obra Por qué fracasan los países, de Daron Acemoglu (docente en MIT) y James Robinson (docente en Harvard), donde se postula y explica que el verdadero problema “es el respeto a las instituciones”. “Si respetamos a las instituciones que decidimos como forma de gobierno, de alguna manera vamos a ser exitosos. Si en cambio estamos subvirtiendo a las instituciones todo el tiempo, no queda otra que caer en el fracaso como país. Eso lo dicen los autores de este libro”, indica el director de la Escuela de Ciencias Económicas y Jurídicas de la UNNOBA.

Otra referencia que hace Petraglia, y que ve como ineludible para abordar este caso, es el libro Un país al margen de la ley (1993) del jurista argentino Carlos Nino: “Ya con el título te está diciendo todo. En su recopilación de las conductas que tenemos como país finaliza diciendo que nuestra norma es la anomia, es decir la falta de normas, pero ¿es argentino eso?”, se pregunta el docente y deja picando la pregunta. Acaso romper las normas de salud pública tenga más que ver con un acto de anomia irresponsable que con un programa político liberal criollo.

Desarrollos institucionales

Acceder a la vida institucional no es sencillo, requiere una población alfabetizada, responsable, y además se necesita comprensión e involucramiento en lo público, en ese lugar en el que se articulan las posibilidades de una población para hacer frente a medidas cotidianas o a las extremas, como las que exige una cuarentena o una guerra. Se requieren tanto herramientas culturales y emocionales como recursos básicos y estructurales: calidad de la vivienda, estabilidad laboral e incluso las condiciones de salud que construyen las personas mediante la alimentación suficiente. Desde este lugar, no se llega a buen puerto si se pide simplemente “cumplir con la ley” en cualquier nación por igual, aunque sea la misma norma. Para complicar la diversidad cultural y económica aparece la crisis de salud, entonces, ¿cómo es esa relación entre norma y sociedad en tiempos de emergencia en Argentina?

El docente de “Filosofía del Derecho”, Amós Grajales, es enfático respecto a comprender "en situación" el rol que debe cumplir el Estado: “Las políticas públicas y las responsabilidades políticas muchas veces hacen que tomemos medidas que tengan en cuenta una base de incumplimiento de la ley. Por lo tanto, lo que en otros países muy probablemente pueda ser exigido para la sociedad como un simple 'autocumplimiento de la ley', en Argentina no puede ser así. No confiamos plenamente en el acatamiento de la ley por la ley misma, porque la sociedad la considere como algo bueno en sí mismo”.

Y agrega: “Y por otro lado, lamentablemente si nosotros descargamos exclusivamente el cumplimiento de la ley en la posibilidad efectiva de una sanción, el sistema no se sostiene. No hay sistema normativo en el mundo que soporte un orden jurídico así y en la práctica se convierte en un milagro que solo se sostiene en la posibilidad efectiva y represiva del Estado”. Por eso, para basarse en consensos y no en coerciones, “hay que hacer una refundación del respeto a la ley, y desde varios lugares, tanto desde lo educativo como desde lo dirigencial, porque son los dos lugares a los que mira la sociedad”.

De alguna manera para el profesor Grajales esa refundación es necesaria debida a una creciente “disociación entre el sistema jurídico y la solución de los conflictos que busca la sociedad”. Precisamente, la consecuencia de estar de espaldas a la sociedad implica algo muy peligroso: “Las sociedades solucionan sus conflictos desde el inicio de la civilización y el problema de que lo hagan sin un tercero imparcial, sin una norma jurídica, es no poder evitar que gane siempre el más fuerte”.

La oscuridad del derecho, o impedir el acceso ciudadano a la vida institucional, racional y pública, solo pueden llevar a un camino, “porque la sociedad va a seguir solucionando sus conflictos, pero esta vez lo va a hacer por fuera de los tribunales, lejos de los abogados y de la ley, y ese va a ser un buen momento para huir de la sociedad, porque habremos vuelto a la venganza y al ojo por ojo en el mejor de los casos, al momento en el que el más fuerte somete al más débil como solución del conflicto”.


Foto de portada: Ramiro Gómez/Télam

Diseño: Laura Caturla


Ser digital en tiempos de pandemia

Por Marcelo Maggio

“Los microchips ofrecen tal vez la más asombrosa revolución de todas las revoluciones científicas que han tenido lugar en la historia humana”, Isaac Asimov.

Cuando el aislamiento preventivo y obligatorio parecía suspender y desvanecer toda actividad, las esperanzas se volcaron sobre la virtualidad. Lo sólido se desvanece en bits, y se comenzó a hablar de “teletrabajo”, “educación por videoconferencia con aulas virtuales”, “ventas online”... La computadora podía abrir lo que el virus clausuraba.

“Si bien la pandemia nos puso en otro nivel de exigencia, ya veníamos trabajando bastante en el home office”, relata Hugo Ramón, prosecretario de Tecnología de la Información y la Comunicación de la UNNOBA. Mediante una entrevista realizada por videoconferencia cuenta aspectos de la preparación de la Universidad para esta etapa.

La UNNOBA ya tenía preparada una herramienta de llamadas de video a distancia por una necesidad que apareció en el momento justo: “Empezamos a usar el software Jitsi desde octubre del año pasado motivados por los problemas que tuvimos con las salas videoconferencias. Nos preguntamos qué alternativas había a contar con algo físico, esto es, a una sala de reuniones a donde tienen que ir los alumnos para presenciar alguna clase o conferencia por video”. El reemplazo de las salas físicas de videoconferencia por el nuevo programa había llegado justo: “Aunque obviamente ahora dependemos de la calidad de la conectividad de cada uno de los usuarios, la situación nos tomó preparados”, afirma Hugo Ramón.

En Argentina se pudo asistir a una búsqueda similar en las instituciones educativas de todos los niveles, aunque esa búsqueda era de tipo veloz por encontrar las tecnologías necesarias para mantenerse en contacto con sus alumnos. Algunas optaron por la videoconferencia, y fue así que saltó hacia las noticias nacionales un programa hasta entonces fuera de las primeras planas: Zoom. Como era de esperar los gigantes tecnológicos también respondieron a la demanda mundial, y se reforzó la publicidad de “Google Meet”, “Teams” de Microsoft o “FaceTime” de Apple.

Jitsi Meet, en cambio, es un software libre, de código abierto, mediante el cual cada institución puede desarrollar su propio servidor sin necesidad de depender de agentes externos, sin pagar licencias y dándole la configuración deseada. “Jitsi está instalado en la infraestructura de la Universidad desde octubre de 2019, en el marco de la plataforma de Educación Digital, que es una estrategia que nos planteó el rector desde hace unos tres años y que tiene sus inicios en el expediente digital, algo que comenzamos a trabajar en 2012”. Y, según detalla Ramón, “se trata de una estrategia que tiene un eje puesto en las herramientas del software libre”.

Educar sin muros

Aunque la educación a distancia tiene su recorrido a nivel pedagógico, el auge por el trabajo “cara a cara” en las pantallas está siendo una demanda concreta en general, más allá de las complicaciones de la conectividad, incluso como si fuera la única alternativa. ¿Por qué estas herramientas salieron de esta manera, con tanta fuerza, como una demanda educativa general? Para Hugo Ramón, “al ser una herramienta sincrónica (intercambio en tiempo real) permite otro tipo de contacto, más cercano, con los alumnos. Las plataformas de aulas virtuales son un lugar en donde la comunicación es vía foros y mensajes, con el planteo de consignas por actividades. Con las videoconferencias, como las que permite el Jitsi Meet que estamos usando, es cierto que se plantea una relación más cercana y parecida a lo presencial; incluso podemos ir más allá y pensar que los exámenes tradicionales se podrían tomar mediante las conferencias a distancia”.

Usos de la plataforma de videoconferencias Jitsi para rendir exámenes y para el ciclo de Diálogos UNNOBA.

En este sentido la UNNOBA implementó un servidor Jitsi exclusivo para la toma de exámenes finales y trabajos de finalización de cursada o tesis. Con esta metodología fue que Fernanda De la Cruz Borthiry se transformó en la egresada número 95 de la Licenciatura en Genética, la primera en hacerlo de manera virtual, con la defensa de su trabajo final de grado “Estudio sobre el efecto del ambiente enriquecido en el proceso de implantación embrionaria en ratón” ante un jurado y sus directores de tesis el viernes 17 de abril de este año. También en el Instituto Académico de Desarrollo Humano se tomó una defensa de trabajo final de la Licenciatura en Producción de Bioimágenes a la alumna Celeste Susi, ante el tribunal y sus directores.

Hugo Ramón señala que “desde hace mucho tiempo los equipos de videoconferencia se utilizan en las Universidades para las defensas ante jurados de distinto tipo, la diferencia es que la gente tenía que ir al lugar en el que estaba el equipo de video, un lugar físico específico”. Sin embargo ahora, “este tipo de herramientas, como el Jitsi, permiten hacer lo mismo pero desde la propia casa, en vez de ir a la sala que disponía la sede universitaria”.

Y más allá de lo netamente académico, la plataforma de videoconferencias implementada está siendo utilizada también con fines comunicacionales extendidos, como el ciclo “UNNOBA en Movimiento. Diálogos en tiempos de pandemia”, un espacio en el que el rector Guillermo Tamarit dialoga con invitados especiales junto a intendentes, legisladores, dirigentes sociales, sindicalistas y referentes de la sociedad civil. En los encuentros se abre un espacio de interacción entre asistentes mediante la plataforma virtual Meet UNNOBA.

La continuidad académica en foco

Al momento de declararse la suspensión de las actividades presenciales, la Universidad declaró la implementación de un Plan de Continuidad Académica para asegurar el proceso de formación de los estudiantes de los niveles secundario, pregrado, grado y posgrado mediante la utilización del entorno virtual de enseñanza y aprendizaje que dispone la Universidad (https://plataformaed.unnoba.edu.ar/). En este sentido el prosecretario detalla: “La Universidad venía con una estrategia de educación a distancia que fue evolucionando hacia una estrategia de educación digital, con cuestiones pedagógicas específicas y con una plataforma como Moodle que permite tener todos los cursos en línea. Pero este camino era incipiente y no se pensaba tener que poner absolutamente todas las materias en la nube”.

Desde la Universidad se venían realizando cursos de capacitación para que los docentes desarrollen un plan de trabajo en línea, pero “de ninguna manera se había contemplado lo que está pasando ahora”. “En marzo a nuestra plataforma digital accedieron más de 5500 alumnos, y la Secretaría Académica comenzó el seguimiento de los que no están pudiendo acceder para comunicarse con ellos. La hipótesis que tenemos es que el mayor número de los que no acceden es por problemas de conectividad en sus casas”.

Algunos docentes ya venían utilizando las aulas virtuales como un soporte para el trabajo de sus clases presenciales. Otros lo tenían presente como un repositorio de la presencialidad, e incluso algunos “iban más allá y se animaban a darle otro uso a lo virtual”. Ramón destaca que “desde febrero hubo capacitaciones mediante cursos de posgrado acerca del diseño de cursos virtuales, en donde el área de Educación Digital empezaba su plan de expansión, formando a los docentes en lo metodológico, con actividades y exámenes sobre la virtualidad”.

De hecho, según informó el área de Educación Digital de la UNNOBA, al inicio de esta situación de emergencia y aislamiento obligatorio, “fueron creadas 303 aulas virtuales”, quedando comprendida “la totalidad de las asignaturas que se dictan al momento de la suspensión de actividades presenciales para las carreras de grado”. Hugo Ramón indica que este recurso virtual, las aulas disponibles dentro de Moodle, son el corazón de la estrategia de educación no presencial.

¿Estamos conectados?

Uno de los “cuellos de botella”, como se suele hablar de los lugares donde se atascan las cosas, es la conectividad, algo que sobrepasa los deseos o políticas de una sola institución. En este sentido Ramón es taxativo: “Uno de los riesgos que veo es el colapso de los ISP (proveedores de servicios de internet). Por eso hay que insistir en el uso responsable de internet. Estamos viendo una degradación del servicio y en nuestro caso el riesgo fundamental no pasa por tener la Universidad funcionando sino en que no se corte el servicio de internet en las casas de alumnos, docentes y no-docentes”.

En relación a los alumnos, existe un plan de seguimiento de la Secretaría Académica sobre los casos de escasa o falta de conectividad. “Si algo dejó claro esta situación es que internet es un servicio público, es tan crítico como la luz. Por lo que la declaración de servicio público se tiene que resolver, sobre todo para los sectores más vulnerables”, asegura Ramón.

Otro aspecto a considerar para esta etapa de comunicaciones digitales es el componente físico o hardware. Se ha puesto en evidencia a nivel nacional la desactualización del parque informático, máquinas que eran de un uso eventual de golpe se convierten en herramientas fundamentales para el trabajo en casa o para estudiar. La misma computadora en una familia que se usa para todo, o la inexistencia de computadoras con la sola presencia de teléfonos que aparecen como “el único recurso”. “Respecto al equipamiento está claro que no deberían ser pensados solamente como un bien de consumo o de lujo”, indica Ramón. Claramente los precios prohibitivos de las computadoras, en comparación con los ingresos salariales, indican eso.

Investigadores e intelectuales de las nuevas tecnologías, como por ejemplo Alejandro Piscitelli, plantean que las computadoras deben ser consideradas como tecnologías del conocimiento. Esto implicaría que no sean consideradas como “simples” bienes de consumo. Y otros incluso llegan a plantear que son extensiones de nuestros sentidos y de nuestro cuerpo, verdaderas “prótesis cognitivas”. A ese nivel llegan las implicancias.

Hugo Ramón agrega una comparación: “Así como en su momento se planteó el derecho al acceso a los libros, y fue como un ‘termómetro’ del acceso a la cultura, algo similar debería suceder ahora con las computadoras y el acceso a internet. Debería ser fácil de acceder, mantener y actualizar. La computadora hoy es un recurso que pasó a ser crítico de un instante al otro. Imagino que políticamente se puede hacer mucho para que esto pase y resolver el problema que emerge en este momento. Es como lo que pasa con la Salud Pública, aparece y se visualiza el problema cuando lo necesitás en extremo”.

Táctica y estrategia de la cultura digital

Todo este tipo de actividades se enmarca en una estrategia general que se llama “UNNOBA DIGITAL” y que involucra las funciones sustantivas, que son lo Académico, la Investigación, y la Extensión, pero también todo lo administrativo que es algo transversal. Hugo Ramón destaca: “Si bien la pandemia nos puso en otro nivel de exigencia, ya veníamos trabajando bastante en el home office. Por ejemplo muchas tareas administrativas las resolvimos en áreas críticas utilizando open VPN, que permite que un usuario desde su casa pueda acceder a los servicios restringidos a la red interna de la Universidad, servicios esenciales como el expediente digital. Con esta tecnología pudimos escalar rápidamente en esta etapa de cuarentena y aislamiento”.

Para poder resolver la cantidad de tareas y demandas que tiene una institución compleja, las universidades argentinas integran un espacio denominado “Consorcio SIU” (Sistema de Información Universitaria), dependiente del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), un espacio que plantea dotar a las universidades de aplicaciones informáticas de gestión y productividad desde un compromiso con el desarrollo del software libre. La UNNOBA participa del Consorcio e implementa todas las soluciones centrales que provee, como el sistema Guaraní para la cuestión académica, el Mapuche para recursos humanos y sueldos, Pilagá para lo presupuestario. “Estos desarrollos del SIU encajan perfectamente con nuestra política de software libre”, aclara Ramón.

Los bits también tienen estrés

El aislamiento provocó incrementos en los niveles de demanda de los recursos en red. Y el estrés no cae solo sobre los recursos técnicos, también sube la demanda sobre quienes deben atender al funcionamiento de todas las plataformas y el sostenimiento de los recursos vitales en estos días. “Nosotros trabajamos en un área que es de por sí 7x24, históricamente somos un área en la que no hay feriados ni fines de semana -afirma sonriente el prosecretario-, es decir que las urgencias en un área transversal como la nuestra nos salpican siempre”.

Ramón plantea que la estrategia de trabajo actual, planteada en el año 2010, sí fue "estresada" por demanda pero no fue necesario replantearla: “Hubo que intensificar la labor, pero no cambiar nuestro modelo”.

Para ejemplificar con datos, cuenta que “si al inicio de marzo teníamos que enviar entre 10 mil y 15 mil correos por día, sobre fines de ese mes hubo picos con 80 mil correos diarios, y los pudimos entregar bien”. Ese crecimiento se debe a la actividad que hay en la plataforma de educación digital, es decir a las clases que ya comenzaban a dictarse de manera virtual.

Desde lo administrativo, la Universidad se debe manejar con conexiones seguras hacia sus servidores, mediante una tecnología denominada VPN. “Tenemos alrededor de 90 conexiones VPN, que son administrativos que están desde sus casas resolviendo cuestiones de la Universidad, por lo que la institución está operativa como siempre y su infraestructura demostró que soportó el pico de demanda”.

¿Aguantará internet?

La pregunta a nivel global es si la creciente demanda no hará caer toda la infraestructura de internet. Ramón sostiene que “la infraestructura argentina viene llevando bien la demanda que tiene. Aunque el tráfico se incrementó, no se trata de números no manejables, al menos según los datos que dan las compañías de telecomunicaciones. Creo que ya pasamos el pico de uso”. Pero para el funcionario universitario ahora hay que advertir que “así como se cuida la luz, el gas y el agua de la casa, también hay que cuidar el consumo de internet por el bien de todos”.

Resulta difícil pensar en un uso responsable de internet cuando, en familias que lo disponen, hay un dispositivo por persona y se depende de internet para trabajar, para el ocio, para la comunicación con la familia. A inicios del aislamiento obligatorio, el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) pidió “no mandar memes”, por ejemplo. Entonces mientras se vive una situación de aislamiento y se depende de internet para todo, ¿es verdaderamente posible en pensar el cuidado de “internet”?

“Internet es como cualquier bien escaso -define Hugo Ramón con tono ya serio-. Cuando te dicen cuidemos la luz, ¿qué hacés? Usás solo la luz donde hay gente. Con ese tipo de estrategias pequeñas funciona cuando se suma. En una familia tipo si hay varios dispositivos y todos lo quieren usar individualmente, la estrategia está ahí. Si somos cuatro, tratemos de mirar todos la misma película, o de turnarnos, y si alguien tiene que estudiar que el resto use un juego de mesa, con estrategias simples la suma impacta”.

Por último, está la cuestión de fondo que pueden manejar los grandes actores de la red. Aunque las redes sociales y WhatsApp no son algo controlable en el uso, sí lo son desde el lado de la administración. “Netflix puede bajar la calidad de sus transmisiones, y ya lo hizo, YouTube igual, WhatsApp puede hacerse más restrictivo, ya lo hizo con el reenvío de cadenas; de esa forma ante un colapso posible se puede controlar el flujo. Apenas se tienda al colapso lo van a manejar, porque es un servicio esencial para el mundo, y un ejemplo de esto son los pedidos del ENACOM para bajar todo lo posible el consumo del ancho de banda disponible”.


Diseño: Laura Caturla

Foto institucional Hugo Ramón: crédito Matías Lucero


Entender el virus, defender la sociedad

Por Marcelo Maggio

“Era el siglo de la locura, era el siglo de la razón; era la época de la esperanza y el invierno de la desesperación”, así comienza la memorable Historia de dos ciudades, y recuerda que la ambivalencia y el riesgo de incertidumbre están desde siempre.

Muy cerca, a metros de un concurrido cine, del comedor universitario y de uno de los edificios donde se cursa en la UNNOBA, está el edificio del Centro de Investigaciones Básicas y Aplicadas (CIBA) de la Universidad. Pero en estos días, en ese barrio sólo se escucha algún murmullo de pájaros, la calle Newbery está vacía. En ese escenario, ahora paralizado por la cuarentena, trabaja Ina Sevic, doctorada en Virología e investigadora del CIBA, que junto al resto de investigadores dan la pelea para inclinar la balanza hacia el lado de la razón. Categórica afirma: “La gente tiene que tomar conciencia de que esto no es un juego, que siempre hay población en riesgo y que todos pueden colaborar con la situación. Es mejor aprender el comportamiento adecuado para las pandemias de una vez, porque no va a ser el último virus en aparecer”.

Cuando la entrevistamos, no solo queríamos saber cómo nos relacionamos con los virus y abordar su microscópico mundo, sino también charlar sobre sus implicancias, por ejemplo qué consecuencias hay debido a la acción humana y finalmente, pero no menos importante, cómo se prepara el mundo científico para este nuevo escenario que se abre con los Coronavirus.

El universo viral

--¿Cómo podemos definir o explicar de un modo simple y específico qué es un virus y qué lo diferencia de otros tipos de “gérmenes”?

--Un virus es un parásito intracelular obligado, y lo que lo hace muy especial es que no funciona como el resto de los organismos vivos. Algunos de ellos están basados en ADN (ácido desoxirribonucleico), como nosotros, y otros en ARN (ácido ribonucleico). Los virus basados en ARN tienen una característica: mutan mucho. Entonces para el caso en particular que se está viviendo ahora, el COVID-19, es un virus de ARN y por lo tanto que muta. En general esos son los virus que nos causan más problemas. Eso no significa que los virus de ADN no nos den problemas, pero los de ARN tienen esa cualidad. Además de eso los virus, a diferencia de las bacterias, tienen otra característica: el tipo de reproducción. La bacteria se divide en dos, esas dos en cuatro, y tenemos un crecimiento exponencial de la población. Pero de un solo virus pueden salir diez millones. Entonces en un solo ciclo de replicación de bacterias obtenemos dos bacterias. En un ciclo de replicación de virus, de repente, tenemos millones de partículas virales. Por lo tanto son más rápidos, esa es una de sus características.

--Pero, según lo que planteaste antes, esa replicación tiene un límite, no es algo que puedan hacer en cualquier lugar.

--Sí, tiene que ser en una célula, debido a que es un parásito intracelular. Nunca se divide o replica por afuera de la célula, ni tampoco en el medioambiente: necesita de la maquinaria celular para dividirse. Es decir que nuestras células terminan siendo la fábrica del virus. Al entrar al cuerpo, nuestras células en algunos casos ya reconocen el ARN, saben qué hacer con eso y empiezan a traducirlo, porque nosotros tenemos ARN, pero como un material genético que sirve para producir proteínas y para regular procesos celulares. Pero estos virus, que desarrollaron con ARN para usarlo como material genómico, pueden entrar y usar nuestras células. Incluso hay algunos virus que tienen sus propias enzimas de ayuda para modificar el ambiente dentro de la célula para así empezar a producir.

--¿Tienen una historia los virus, se los puede rastrear, o son algo en una evolución permanente que no deja rastro ni marca?

--Muchos elementos de los virus están en nuestro propio genoma, y ese es un tipo de rastro. No son activos, por lo que no funcionan como los virus, es decir no se reproducen, pero quedan marcados y advertimos que en algún momento de la historia hemos convivido. A los virus que están conviviendo con nosotros en la actualidad se los puede estudiar en comparación, pero hay que tener las muestras adecuadas, lo más difícil. Pero a pesar de eso, se puede encontrar ancestros de virus y ubicar rastros de miles de años.

-¿Por qué un virus puede afectar la vida humana incluso hasta la muerte y otros simplemente no hacen nada?

--Hay virus que para salir de la célula la destruyen. Esos virus siempre van a tener algún efecto en la salud. En cambio hay otros virus que salen pacíficamente, brotan de la célula, salen en números mas reducidos y no la afectan tanto. Sin embargo todos los virus tienen una relación con el sistema inmune, lo que también puede producir daño. Los virus que no nos afectan son los que hicieron una buena coevolución con los humanos, o con cualquier otra especie. Estos virus se reproducen y son exitosos porque no matan al que los hospeda, no lo dañan y se siguen propagando. Son virus no patógenos y no tienden a desaparecer. Pero los virus patógenos muchas veces desaparecen de una población porque matan al anfitrión o se desarrollan muchos síntomas a una gran velocidad. O pueden desaparecer porque fueron eliminados, aunque hasta ahora solo hemos eliminado a un solo virus humano, la viruela.

--¿Cómo es la vida de los virus por fuera de su anfitrión? Es decir, en las superficies de nuestro ambiente.

--El virus afuera de un organismo puede sobrevivir un determinado período. Algunos sobreviven minutos y otros pueden sobrevivir meses. Pero este tipo de virus, como el de influenza o los SARS, son frágiles y en el medioambiente su estructura se rompe rápido. Una vez que la estructura no está íntegra no infecta. Nosotros comparamos al COVID-19 con la influenza porque es lo más similar que tenemos, aunque cabe señalar se trata de otro virus, y aunque es frágil, al parecer nosotros lo propagamos muy exitosamente.

--¿Cómo podemos afectar su estructura para debilitarlo o destruirlo en el medioambiente?

--El COVID-19 se puede destruir muy fácilmente con la limpieza. Tanto en las manos como en las superficies. Los jabones funcionan perfectamente bien, siempre y cuando se usen de una manera correcta. Está todo bien con el alcohol, pero con el jabón también. Solo que hay que hacerlo con conciencia, no pasar un trapito por el medio de la mesa y listo. La gente está acostumbrada al alcohol en gel, y para mí está perfecto cuando estamos en la calle o en alguna situación en la que no nos podemos lavar las manos, pero de verdad que el jabón funciona bien. Hay que advertir que hay virus que si no utilizás lavandina, por ejemplo, no los podés destruir, pero en este caso en particular no pasa.

Ecosistemas, comida y ¿salud?

--De pronto aparece la idea de que un chino se toma una sopa de murciélago, se infecta y se convierte en el paciente cero, como una casualidad o hecho aislado. Ahí surgen varias preguntas, nuevas o viejas, también imaginarios muy arraigados. Se piensa que están las enfermedades de los animales y las humanas por separado, pero al parecer los virus pueden saltar de especie en especie. ¿Esto es una novedad o estamos frente a las leyes de la evolución?

--Los virus, en general, tienen definido su hospedador. Sin embargo como mutan con mucha frecuencia, es probable que hagan un salto de especie y de repente usen otro hospedador. Algunos virus lo hacen con más frecuencia que otros. La influenza en particular muta mucho, por eso tuvimos los problemas de la gripe de aves y la de porcinos. Corona en general también muta. Pero esto no pasa de un año para el otro, aunque sí se está viendo que cada diez años algunos de estos virus hace un salto de especie. Con el Corona lo vimos a partir del SARS y el MERS. La cuestión es el contacto prolongado o no adecuado con los animales. No va a pasar nada si alguien caza un murciélago y lo destripa. El problema es si esa situación se repite con un gran flujo de personas y un gran flujo de animales. El SARS, según se afirma, provenía de un gato salvaje, que también se come en Asia. El MERS de los camellos. Afortunadamente ambos virus no se llegaron a propagar tanto.

--En relación a los animales silvestres, esos animales que no están bajo el control de la industria y que son extraídos de su medio, se puede pensar que también muchas veces se trata de agresiones extendidas a sus ecosistemas, que son depredados por alguna industria. Entonces están quienes plantean que la rápida desaparición del ambiente natural da lugar a esas apariciones que estaban escondidas en la profundidad de los ecosistemas.

--Siempre que comamos un animal “no controlado” existe la posibilidad de contraer algo. Si con los controlados cada tanto tiempo surgen brotes, con los silvestres nos podemos sorprender de las enfermedades que podemos llegar a contraer. Además si nos metemos en un ambiente donde no estuvimos antes, claramente puede emerger otra enfermedad.

--¿Qué pasa con los saltos y mutaciones desde de las especies de animales conocidas como “de granja”, las que son criadas para ser alimento? Existen quienes critican, sobre todo en este contexto, al aparato productivo industrial de alimentos como causante de nuevas enfermedades. Plantean críticas al uso indiscriminado de antibióticos, antivirales, hacinamiento y todo tipo de hormonas para el crecimiento rápido. Esa manipulación de las especies "de la granja", ¿puede estar involucrada en estas nuevas enfermedades?

--La industria alimentaria funciona por economía. Si tomamos en cuenta el costo de un pollo, si se aplicara todo lo que se dice no les convendría producir porque el precio sería otro, mucho más alto. No digo que no les aplican nada, pero no es tan así como se dice en estos momentos. Aunque todo eso no es lo que nos lleva a este tipo de enfermedades. Tampoco digo que no pueda pasar nada, que no tenga efectos, porque siempre nos sorprendemos, pero este tipo de enfermedades se puede propagar o desarrollar más por el hacinamiento animal, y en algunos países lamentablemente lo vemos cómo lo practican. Incluso los humanos que trabajan con esos animales tampoco están adecuadamente protegidos, y eso también lleva a peligros. No así la aplicación de diferentes sustancias, que no la veo como un factor de riesgo para esto en particular.

--Siguiendo con la cuestión alimenticia, ¿es segura la edición genética en los alimentos, tanto vegetales como animales? ¿No hay riesgos de "desarreglos genómicos" como efectos colaterales de la manipulación?

--Toda la edición genética realizada sobre cultivos la veo como algo positivo, porque lamentablemente hay cada vez más problemas con la productividad de los alimentos. Las ediciones genéticas se hacen para mejorar los cultivos. Esos productos, al pasar por el aparato digestivo o al ser cocinados, se transforman, no es que el material genético modificado se nos va a integrar por digerirlo. En teoría, desde ese lado, no hay peligro. Por ahora la edición genética de alimentos es algo que yo apoyo para poder satisfacer la demanda de la población, para tener granos más grandes y mejores alimentos.

--¿Y en relación a la manipulación de genes de animales?

--Actualmente todo lo que se hace es selección de genes, no edición. Todo lo que es edición genética está en pañales aún. Se hace a nivel experimental y no en producción. Son pruebas, porque tampoco se pueden sacar a la venta sin ver qué pasa a largo plazo.

--Dentro de los discursos que circulan en estas coyunturas de crisis, más como una teoría conspirativa que como un planteo político, aparece la pregunta de si es posible que se estén desarrollando bioarmas o que alguno de los brotes recientes tengan relación con este tema.

--La idea de las bioarmas constituye un problema desde hace mucho tiempo. En primer lugar se piensa que son algo fácil de hacer, pero no es así. Y sucede que a nivel ético eso está controlado, ya que todo lo que se investiga pasa por un Comité de Ética y en el caso de ser relacionado con una bioarma no se va a poder hacer y se cancela. Más allá de eso, no sabemos si algún país tiene algún programa para esos desarrollos. Pero alguien en un laboratorio controlado no lo puede hacer, y por dos razones: primero que está prohibido, y segundo porque no es algo simple. Además un arma biológica es como un arma atómica, en el sentido de que no es algo que se pueda usar sin graves consecuencias, por ejemplo todavía existe una condena mundial a quienes lo hicieron, pero siempre cabe una posibilidad y podemos sorprendernos.

Investigación y política pública

--En relación a los modos de enfrentar una crisis sanitaria como ésta, hay países como Inglaterra en donde se plantearon en algún momento que el virus se disemine para no detener la economía y que las defensas de cada individuo se generen con el desarrollo de la enfermedad. Otros países enfatizan la profilaxis, y otros van por el camino del aislamiento severo. ¿Cuál es la mejor manera de enfrentar este tipo de situaciones desde la salud pública?

--En mi opinión, lo que tenemos es que hay efectivamente población en riesgo, como la gente mayor. Todavía no estamos seguros qué pasa con los niños, que son siempre los más vulnerables. Además están quienes tienen alguna enfermedad preexistente. Si ya estamos trabajando todo el tiempo para proteger a esas poblaciones, esta situación no debe ser diferente. Obviamente que la economía de los países va a sufrir, y entonces puede surgir el dilema: proteger la economía del país o a la población. Opino que los países que decidieron encerrar a la gente fueron por el lado humano, eligieron perder económicamente para preservar a la población. Por más que parecen números, si es alguien tuyo, alguien que te importa, deja de ser un número. Lo que están haciendo ahora de pedirle a la gente que se quede en sus casas, a mí me gustaría que hagan caso y que la gente se quede en sus casas. Que se laven las manos. Que eviten los lugares de contagio y tomen todas las medidas de prevención, así es más probable que no lo propaguemos. Esto se va a terminar en algún momento, o porque se va a encontrar la vacuna o porque el ciclo natural lo va a terminar. Hay que resistir hasta ese momento como sea. Entiendo el aburrimiento, pero necesitamos hacer esta especie de paro generalizado para pasar la crisis más rápido. Lamentablemente es una enfermedad que dura alrededor de dos-tres semanas y el que tenga el virus va a estar contagiando mucho tiempo, no es algo que se corta rápido. Por eso lo más justo, teniendo en cuenta la vida humana, es seguir exactamente lo que nos están diciendo. En relación al pánico, no es algo justificado, porque no van a desaparecer los alimentos y el alcohol no es lo más necesario para la circunstancia, porque esto se resuelve con otros productos también.

--¿Puede la ciencia estar preparada de otra manera para enfrentar este tipo de eventos?

--Para algo nuevo, muy difícilmente. No es que actualmente no estemos listos, porque estamos listos para la tarea de investigación y el desarrollo de curas. Pero lo que no se sabe es qué puede aparecer. En ese sentido este virus nos sorprendió. La gente está trabajando mucho en esto, y muy rápido. Por ejemplo con una vacuna ya podemos producir algo que se llama “inmunidad de manada”, que es lo que estamos proponiendo siempre para la influenza. Se propone vacunar a toda la población, pero no pasa eso, pero lo que sí se logran son barreras mediante los grupos que sí se vacunan y así no se llega a propagar. Con este virus que nos agarró de sorpresa se podrá hacer esto mismo con una vacuna, y mientras tanto hay que ayudar a que no se extienda.

--¿Mientras se desarrolla la vacuna no se puede también pensar en el desarrollo de un antiviral específico para combatir la enfermedad en las personas ya afectadas?

--Tenemos muchos virus con los que convivimos, no hay antivirales para todas las enfermedades que tenemos ahora, y menos para este… Hay gente que trabaja toda su vida en un antiviral y luego funciona relativamente. Es un tema muy frustrante y los virus no colaboran con la situación, por muchos motivos. Por ejemplo, influenza todavía la estamos curando mediante la atención de los síntomas, el virus tiene su ciclo y lo único que intentamos es que no se desarrolle la enfermedad grave, por ejemplo con una neumonía. Con este virus puede ser que tengamos la suerte de encontrar el antiviral, sería genial, pero no es donde yo tengo mis esperanzas. Sí las tengo en las vacunas. Puntualmente con el desarrollo de los antivirales el problema es saber qué probar, porque las pruebas se deben iniciar en las células, luego vienen otras pruebas en animales, y después en humanos, un ciclo muy largo, y en dos semanas no se puede hacer magia, no existe "Dr. House" en la vida real. Con los que ya están aprobados se podría ver qué pasa para este caso, pero con lo nuevo y en desarrollo tiene que pasar una serie de ensayos que tarda mucho, pero mucho, incluso algunos antivirales que hace diez años estaban en pañales todavía siguen en pruebas.

--¿Hay algún escenario más probable que otro para el futuro de este virus?

--Muchos virus que han causado este tipo de problemas en un momento no se desactivaron, solo que empezamos a convivir con ellos y luego no nos hacen el mismo efecto. La conocida como “fiebre española” de 1918 mató mucha gente y ahora circula sin mayor inconveniente. Nuestro problema es cuando nos cruzamos con un virus nuevo, porque el sistema inmune no lo vio antes y la virología tampoco, entonces no podemos hacer mucho en el corto tiempo. Es por eso que todos piden aplanar la curva de crecimiento, para darle tiempo al sistema de salud y darnos tiempo para encontrar una solución.

--¿Es así nuestro futuro inmediato como especie, un planeta en el que pueden estallar pandemias de modo recurrente?

--Cada tanto algunos virus llegan muy lejos. Este virus en particular nos sorprendió con el alcance que tuvo. La influenza que arrancó en México se frenó muy rápido. Estos eventos pasan y van a seguir pasando. Lo que me parece es que la gente tiene que tomar conciencia de que no es un juego, que siempre hay población en riesgo y que todos pueden colaborar con la situación. Es mejor aprender el comportamiento adecuado para las pandemias de una vez, porque no va a ser el último virus en aparecer. Y además hay que intentar aprender de los errores de los demás, como Italia, que ignoró el problema.

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Foto de portada: Facundo Grecco
Diseño: Laura Caturla


Algoritmo, divino tesoro

"Madame De Belamy", obra creada por los algoritmos del Obvious Art.

Por Marcelo Maggio

Hace unos pocos años, allá por los 90, un estudiante de programación leía un manual del lenguaje Turbo Pascal que decía que un algoritmo “es un método para resolver un problema mediante una serie de pasos precisos, definidos y finitos”. Intentaba recordar la definición para aprobar el examen. Aprendió, aprobó y sigue recordando esas palabras del libro de Luis Joyanes Aguilar. El estudiante creció, tuvo hijos, formó una familia. “Papá no entres a Netflix con mi usuario que me desconfigurás el algoritmo y me termina recomendando cualquier porquería”; “tu lista de Spotify sí que te conoce, a mí el algoritmo me tira siempre lo mismo”; “¿viste los últimos videos de Dross en YouTube?, ¿no te salen?, entrená mejor a tu algoritmo”. Solo algunas conversaciones que se dan en la familia, que incorpora no solo nuevos dispositivos y plataformas, sino también un nuevo lenguaje.

Pero, ¿cómo llega el término algoritmo a la vida cotidiana, a la prensa, al trabajo? ¿Por qué alguien que no leyó el libro de Joyanes Aguilar usa algoritmo como término habitual?

El docente de la UNNOBA e investigador en aprendizaje automático, Juan Pablo Tessore, explica que si bien el concepto tradicional de algoritmo no ha cambiado, sí hay que entender que se trata de “dos tipos de algorimos distintos”. “Antes el programador escribía un conjunto finito de instrucciones para resolver un problema, y punto. En cambio los algoritmos que usan Google o Netflix se basan en inteligencia artificial, y son algoritmos a los cuales el programador no les dice explícitamente 'qué hacer' sino que se les especifica un conjunto de parámetros que el algoritmo debe tener en cuenta para luego, y a partir del análisis de un conjunto muy grande de datos, hacer inferencias”.

"Hoy ya queda claro que los datos son 'el nuevo oro' del siglo XXI: todos guardan datos de todo tipo y creen que en algún momento se usarán. No se piensa mucho si esas recopilaciones son o no legales"

Leonardo Esnaola, también docente de la UNNOBA e investigador del área Aprendizaje de Máquina, agrega que “los algoritmos inteligentes surgen en los años 60, pero en ese momento no había la suficiente cantidad de datos ni tampoco un hardware (computadoras) que pudiera hacer operaciones tan demandantes de cálculo como las actuales”. Claro que el abaratamiento de los costos en la informática y, sobre todo, la enorme y gigantesca base de datos que aportó internet derribaron esas dos barreras del pasado reciente. “Antes eran muy pocas las empresas que guardaban datos porque la tarea tenía un costo muy alto e incluso no se sabía qué valor podrían tener esos datos”. Hoy ya queda claro que los datos son “el nuevo oro” del siglo XXI: todos guardan datos (o al menos eso se supone) de todo tipo y creen que en algún momento se usarán. No se piensa mucho si esas recopilaciones son o no “legales”, pero se guardan.

La gran diferencia que marcan los docentes es la irrupción de la inteligencia artificial. Destacan que existe un paradigma tradicional en la programación en el cual se escribe cómo hacer algo, que la computadora luego ejecuta. Pero a partir de la llegada de los nuevos tipos de algoritmos, la computadora puede “aprender” a determinar mediante ejemplos. “Es como una metaprogramación en la que se le dice al algoritmo cómo tiene que aprender para hacer una determinada tarea”. Es por eso que también se usa la expresión “aprendizaje automático”.

Mientras nos conectamos utilizamos plataformas y servicios de todo tipo. ¿Donde están esos datos? "Data center": hoy la nube es sinónimo de datos. Estos lugares almacenan las enormes cantidades de información generada.

Una batalla desde el lenguaje

Otro término que se ha extendido desde el terreno informático es el de inteligencia artificial. Una palabra humana, quizás demasiado humana, como inteligencia comienza a estar asociada a lo maquínico y quizás por eso genera temor, como si se tratara de un verdadero Frankenstein del siglo XXI. Entonces, ¿por qué usar el término inteligencia? ¿No podría usarse otro, como “super herramientas cognitivas”, o similares, que marquen una divisoria entre humano y máquina?

"Las computadoras necesitan una mayor cantidad de ejemplos, por eso la necesidad de reunir gran cantidad de datos".

La infraestructura para almacenar y procesar los datos se ha abaratado y crecido en potencia, lo que permite el aprendizaje de los nuevos algoritmos.

Para Esnaola es correcto el uso del término inteligencia porque “lo que hace el programa es asimilable al aprendizaje humano, es decir que la computadora sigue un algoritmo de aprendizaje, un cómo, que se basa en ejemplos, y lo hace de modo similar a los humanos”. Y destaca: “Si yo te muestro cómo resolver una tarea con un par de ejemplos, vos aprendés. El problema con las computadoras es que necesitan una mayor cantidad de ejemplos, por eso la necesidad de reunir gran cantidad de datos. La inteligencia está puesta ahí, en el aprendizaje, que pueda hacer cosas que vos, en un inicio y como sucedía con los algoritmos tradicionales, nunca le indicaste”.

Esta utilización del término “inteligencia” había llevado a los pioneros de la computación a un proyecto sin salida, al menos por ahora: lograr una inteligencia artificial completa, incluso con una conciencia. “Ese tipo de inteligencia no se ha logrado, y está muy pero muy lejos de lograrse, aunque lo que sí se ha logrado son estos algoritmos que permiten automatizar un conjunto de tareas que antes tenían que ser realizadas manualmente por una persona”, agrega Tessore. Por eso es que hoy la inteligencia artificial agrupa al gran conjunto de algoritmos que implican un aprendizaje de tipo automático.

Retrato de Edmond Belamy, el primer retrato realizado por un algoritmo que llega a una subasta. Pintura vendida en 432 mil dólares. Crédito: Christies.

De la inteligencia a la realidad artificial

“Hay obras de arte creadas por computadoras”, afirma Esnaola, no sin generar un escalofrío. De alguna manera la “inteligencia” maquínica traspasa los límites de lo matemático y se introduce -o intenta hacerlo- en el terreno de lo sensible y lo creativo, hiriendo el ego humano otra vez. “Hay programas, algoritmos, que pueden crear obras que no existían previamente, como en la pintura. Otros pueden leer música, fragmentos, y crear a partir de ahí. Incluso se han hecho experimentos con obras de William Shakespeare como patrón de aprendizaje”, agrega el docente Tessore.

¿Se puede identificar si es creación o simple mezcla probabilística de variables encontradas? Seguros de la potencia algorítmica nuestros docentes afirman: “Una cosa es que se basó en cómo trabaja o compone un autor para hacer algo parecido, y otra es basarse en la forma de crear de muchos autores". Es decir que ellos apuntan a una verdadera potencia creadora de la máquina. Algo digno de ser discutido pero que ya comenzó.

De hecho ese comienzo lo marca uno de los proyectos más emblemáticos en relación a la creatividad de la inteligencia artificial, el denominado Generative Adversarial Network. Según explican en su web “son un colectivo de amigos, artistas e investigadores impulsados por un conjunto de preguntas y sensibilidades comunes alrededor de la llegada de la inteligencia artificial y el aprendizaje de las máquinas”. Vinculan la inteligencia artificial con el arte y tienen el logro de haber creado la primera pintura hecha por inteligencia artificial vendida en una subasta de la emblemática casa Christie's por la módica suma de 432 mil dólares.

Google Data Center.

Cómo pensar el algoritmo

Desde el sentido común podría pensarse que para utilizar o generar algoritmos inteligentes se necesitan robots o supercomputadoras. Los docentes de la UNNOBA destacan que “todo depende de la complejidad de la tarea que se quiera realizar”. Lo más importante para ellos es “definir sobre qué datos se va a trabajar y a partir de ahí establecer la tarea”. Clasificaciones, características relevantes y qué se descarta, en qué va a trabajar el algoritmo. “Teniendo los datos y las características relevantes, le damos al algoritmo un conjunto de parámetros a través de los cuales realizar el aprendizaje: ahí comienza el entrenamiento”. Y, como en la escuela, se le hacen las consultas para saber qué tan bien aprendió el señor algoritmo.

Esnaola y Tessore se encuentran embarcados en un proyecto de investigación que forma parte de su Doctorado en Informática. Se trata de reconocer emociones en fragmentos de texto publicados en las redes sociales, para automatizar tareas de análisis que a una persona le pueden llevar miles de horas de lectura. Sobre todo las redes sociales son el gran campo de datos sobre el que se despliegan este tipo de proyectos ya que los datos florecen y son los propios usuarios quienes voluntariamente todos los días brindan sus opiniones y difunden su vida.

El uso extendido de los dispositivos genera grandes cantidades de datos para ser almacenados y luego analizados por Inteligencia Artificial.

Vida privada y huella digital

Sobre el territorio de los datos se despliega también el gran conflicto. Ese nuevo oro intangible de bits tiene una situación legal difusa. Dice Esnaola: “En Argentina tenemos leyes de protección de datos personales, pero como esta tecnología es internacional las barreras de la legislación son grises, ¿dónde aplico la ley, donde residen los datos, donde se obtienen los datos, donde se presta el servicio? Estamos hablando de derecho internacional”.

A partir de los escándalos que cada tanto rodean a las filtraciones de datos cabe preguntarse ¿qué derechos tenemos como usuarios sobre esas “huellas” que dejamos al entrar a internet?, y también, ¿para qué propósitos pueden ser utilizadas? Tessore recuerda algo que sigue siendo central, el acuerdo de los términos y condiciones de cada servicio. “En algunos casos estás intercambiando tus datos por un servicio que es gratuito, y uno voluntariamente al aceptar el acuerdo entregás la información. Lo que debería suceder es que los Estados donde las empresas funcionan puedan determinar qué pueden y qué no pueden recopilar desde una empresa y también qué uso se le puede dar a esos datos”.

Un bot basado en Inteligencia Artificial por Microsoft solo pasó un día en Twitter debido a su "inconducta".

El bien y el mal definen por penal

La inteligencia artificial de alguna manera se basa en la creación de sesgos, categorías de personas, para la creación de recomendaciones. Sin embargo están quienes advierten en los peligros que trae este tipo de creaciones, la construcción de prejuicios e incluso la discriminación. Esnaola explica algo que por obvio no deja de ser preocupante: “Los algoritmos están aprendiendo lo que nosotros les enseñamos. Si un equipo de personas se basa en prejuicios para entender o hacer clasificaciones, la tecnología termina aplicando eso mismo”. Incluso hay ejemplos alarmantes como el de “Tay, la robot racista y xenófoba de Microsoft”, un proyecto que duró solo 24 horas online ya que el bot  (programa informático que efectúa automáticamente tareas repetitivas a través de Internet) comenzó a abusar de las capacidades de conversación para “responder de forma inapropiada” a los usuarios de Twitter.

Tessore agrega que “hay tareas críticas en las que siempre debería estar la intervención de una persona que supervise al algoritmo o de un ente regulador que determine qué puede y qué no hacer un algoritmo. Podemos conectar un algoritmo inteligente que analice textos al celular de una persona y decidir si sus intercambios son inapropiados o no en relación a algo, como bullying o cualquier otro tema”, pero el algoritmo en estos temas puede ser un recomendador y “en ningún caso quien tome una determinación final”.

Existen posibilidades extremas, como la aplicación de inteligencia artificial a armas (tema abordado en la entrevista con Guillermo Simari en este medio). Los riesgos que implican estos desarrollos van en el sentido de lo que los docentes marcan como “decisiones críticas”. “El algoritmo no es bueno o malo por sí mismo, no se ha logrado que un algoritmo tenga conciencia y diga ‘este profesor es malo y le voy a pegar un tiro’. Por lo tanto lo que consideramos es que, en tareas no críticas y dentro de los marcos de las regulaciones legales, se permita a los algoritmos funcionar de manera autónoma. Un ejemplo de ello serían las sugerencias de videos de Youtube”, indica Tessore.

Y Esnaola agrega en este sentido: “Podés programar un Dron para que vaya a una coordenada y tire una bomba, y eso se puede hacer sin un algoritmo inteligente. Eso se hace con programación. Pero otra cosa es decirle al Dron que sobrevuele una zona y que, basado en una serie de datos que quiero que recoja, elija una resolución y la ejecute. Ahí le estás dando la ‘responsabilidad’ al algoritmo, y eso es lo que no tiene que pasar, sobre todo en tareas críticas en las que está implicada la vida humana”.

La "ciudad inteligente", el salto en calidad productiva que puede aportar el desarrollo de la Inteligencia Artificial.

Más allá de la distopía

--Tanto desde la prensa, como desde la literatura y la crítica social se sopesa el horizonte distópico por sobre los beneficios de la inteligencia artificial. Ustedes son programadores y es su trabajo desarrollar altoritmos inteligentes, ¿qué utopías o beneficios podemos esperar del desarrollo de estas herramientas, y así dejar atrás las visiones macabras y pesimistas del estilo Black Mirror?

Tessore --En primer lugar destacamos que se puede dar un salto importante en la productividad. Por ejemplo, si un algoritmo puede procesar imágenes para causas judiciales, le da mucho más alcance a la Justicia en relación a la cantidad que puede analizar en comparación con un humano. En segundo lugar, si se combina la Inteligencia Artificial con la robótica podremos utilizar la tecnología en ámbitos que son peligrosos, hostiles o imposibles para los humanos, desde sitios radioactivos a los insalubres o bajo tierra. Creo que junto a la robótica nos da una seguridad para la vida humana en no intervenir en esas tareas de riesgo alto.

Esnaola --Creo que las tareas también van a ir surgiendo de forma creativa, de modo que se va a ir ampliando esta tecnología para mejorar tanto condiciones de vida, como de seguridad o en la economía, por ejemplo. Hay muchas áreas en las que se puede intervenir. Sin embargo esos algoritmos van a ser tan buenos como el entrenamiento que se haga de ellos y van a ser tan confiables como el trabajo que tengan por detrás. Y siempre tienen que haber personas y definiciones éticas que intervengan en esos procesos de entrenamiento. Pero también está lo individual, lo que cada uno quiera para su vida: ¿cuánto confiamos en la tecnología, cuánto queremos que haga por nosotros? Ahora en Gmail hay sugerencia de texto mientras se escribe, ¿eso es bueno o malo? ¿Google se está “metiendo” en tus textos? Cada uno, cada persona humana, tendrá que aprender a tomar sus decisiones también.


PERFILES:

Leonardo Esnaola es egresado y docente de la UNNOBA en las asignaturas Gestión de Proyectos y Sistemas Inteligentes en las carreras de Informática. Es también investigador del Instituto de Investigación y Transferencia de Tecnología de la UNNOBA y doctorando en Informática en la Universidad Nacional de La Plata. Se especializa en aprendizaje automático.

Juan Pablo Tessore es egresado de la UNNOBA y docente en la asignatura Lenguajes de Programación y Compiladores en la UNNOBA. Es investigador del Instituto de Investigación y Transferencia de Tecnología de la UNNOBA y becario doctoral de la CIC de la provincia de Buenos Aires y cursa el doctorado en Informática en la Universidad Nacional de La Plata. Se especializa en aprendizaje automático.


Créditos:

Producción y edición de video: AURA UNNOBA

Adaptación de imagen: Laura Caturla


De Junín a las estrellas

Por Marcelo Maggio

La nave espacial iba rumbo a un destino pautado, otro planeta lejano y desconocido, por eso toda la tripulación estaba en hibernación. Sin embargo, debido a un cúmulo de “materia oscura” fueron a parar a otra parte, muy lejos del punto de destino, en el medio de algún lugar del espacio. La escena corresponde a la serie Otra vida (Netflix, 2019) y no es una casualidad que la materia oscura ya sea un tema de la ciencia ficción: es una parte de la Física que está ahí para ser investigada porque arroja muchísimas preguntas y rompe con todo lo previsto hasta ahora, incluso en la ficción.

“La materia oscura es el próximo escalón a seguir por parte de la Física y en ella se centran la mayoría de los esfuerzos actuales de la disciplina. Su estudio promete abrir nuevos horizontes sobre la comprensión de la realidad”, plantea Florencia Castillo, quien dictó la charla “El lado oscuro de la materia” en el aula del Centro de Investigaciones Básicas y Aplicadas de la UNNOBA, ante un auditorio intrigado y sorprendido.

Charla abierta "El lado oscuro de la materia", en el CIBA.

 

Ella asegura que desde muy chica tenía la costumbre de mirar al cielo en la noche y repetirse siempre la misma pregunta: ¿por qué brillan las estrellas? Seguramente en el patio de su casa de Junín, o al volver muy tarde en una jornada invernal del Colegio Parroquial San José. Pero ella, no se quiso quedar con la duda y rumbeó hacia la Universidad Nacional de La Plata, con 17 años, y muchas preguntas, para estudiar Astronomía.

A los 23 años ya estaba recibida, con premios y cartas de recomendación. No tuvo tiempo de volver a Junín a despedirse de su familia, cuenta entre lágrimas, porque la estaban esperando en Valencia. Florencia Castillo había ganado una de las tres becas doctorales que otorgó el Instituto de Física Corpuscular (IFIC, CSIC-Universidad de Valencia) en 2017.

Para entender las estrellas tenía dos caminos: seguir mirando el cielo o hacer todo lo contrario, buscar las respuestas en las partes más pequeñas de la materia: las partículas. “Podés hacer Física de colisionadores, como la que yo hago, y lo más importante que hay ahora en este terreno es el Conseil Européen pour la Recherche Nucléaire -más conocido por sus siglas CERN-, que tiene cuatro detectores y en dos de ellos es que se hace la búsqueda de la materia oscura”. El IFIC de Valencia está asociado al CERN, y por eso su trabajo depende de las líneas de investigación que allí se aprueben y experimenten.

Florencia Castillo en las instalaciones del CERN.

 

¿Cómo es trabajar en el laboratorio más grande del mundo? ¿Qué se siente caminar por los pasillos que alguna vez caminó Tim Berners Lee o alguna otra estrella mundial de la ciencia? Florencia no lo duda y responde: “Para mí es el trabajo que elegí, y espero poder seguir haciéndolo”.

En la actualidad hay una "carrera" por la construcción de laboratorios con detectores de colisiones de partículas. China, Japón y Europa son los que están a la vanguardia, sin embargo por ahora es el CERN quien dispone de la conocida como “máquina de dios”, ese lugar en el que se quieren recrear las condiciones del Big Bang o explosión originaria del universo. Son 38 países y 3 mil personas las involucradas solamente en uno de los detectores, denominado ATLAS, que tiene el objetivo de observar los residuos de una colisión para saber si se ha creado algo nuevo o no. En un inicio, la tarea de Florencia fue, mediante su beca, sumarse a un proyecto y a un grupo para estudiar uno de los temas relacionados con la materia oscura. Ese fue el primer desafío: elegir en qué línea de investigación se iba a adentrar.

Representación de la materia oscura en el Universo.

Modelos y anomalías

Dentro de la Física está lo que se conoce como el modelo estándar, pero que tiene un problema: solamente puede explicar el 5% de la composición del universo, la materia ordinaria. ¿Qué sucede con el otro 95%? Florencia Castillo explica que “todo empezó con una observación que se hizo a un cúmulo de galaxias, un objeto astrofísico que se puede observar, y con la luz que llegaba se podía calcular la masa y su velocidad gracias a los valores que se conocen por la constante de la gravedad”. Sin embargo “los científicos se encontraron con objetos que tenían mayor velocidad que la que tendrían que tener: ese fue el primer indicio”. Estaban pasando cosas que no respondían a los modelos predictivos establecidos.

Como lo sucedido no se podía identificar ni ver se le asignó el nombre de materia oscura. ¿Cómo es que algo no se puede ver? Simplemente no refleja la luz. Comienzan entonces a construirse modelos teóricos que intentan explicar el fenómeno y a establecerse experimentos que permitan verificar esos modelos. “En el modelo estándar no hay ninguna partícula que haga eso, que se comporte como una materia oscura: reflejan luz, es decir, interaccionan electromagnéticamente. Las teorías para explicar esto son varias. Una de ellas plantea que hay nuevas partículas, que no vemos ni podemos interacturar con ellas, por lo tanto no las podemos entender desde la ciencia”, comenta.

La imposibilidad de interactuar con algo para la ciencia es no poder observarlo ni poder experimentar con ello, “entonces la única manera sería recrear condiciones, como aquellas en las que estas partículas se hayan creado, como el inicio del universo”. Castillo indica que eso es lo que se hace dentro de los colisionadores de partículas.

 

Florencia Castillo, durante la entrevista en la oficina de la Dirección de Comunicación de la UNNOBA.

 

La más conocida o extendida de estas teorías es la de la supersimetría (o por sus siglas SUSY), la cual propone “una duplicación del modelo estándar”. Otra teoría que se ha hecho popular es la "teoría de las cuerdas", que propone que “las partículas pasan a ser un pequeño filamento, sobre la cual Juan Maldacena, un premiado investigador argentino, desarrolla su trabajo”.

También están quienes postulan la existencia de partículas neutras como los axiones que explicarían el funcionamiento de la materia oscura. Todas estas teorías y modelos intentan predecir y explicar por qué hay más partículas de las que podemos observar. Sin embargo la cuestión se complejiza cuando Castillo afirma que “solo algunas de esas partículas son candidatos a ser materia oscura, otras no”.

Dentro del modelo estándar, la materia puede reflejar ondas electromagnéticas en cualquier frecuencia, desde el infrarrojo hasta el ultravioleta. ¿Pero en el espacio esas ondas se comportan igual que en la Tierra, lugar en el que se puede hacer experimentos? Castillo explica que “la interacción, en este caso, está asociada a la partícula que denominamos fotón”. Y agrega: “Al aplicar el modelo estándar, el fotón está bien entendido y se comporta igual en todos los lugares. Pero si el medio cambia, puede cambiar su velocidad o índice de refracción. La luz la tenemos bien entendida y gracias a eso conocemos mucho del universo: la luz nos dice sobre la temperatura en la que está algo o su composición química”.

Del cielo al ensayo

Nadie llega a un lugar como el CERN, escribe un programa informático, presiona un botón y se pone a colisionar partículas diciendo “este es mi experimento”, poniendo en juego recursos de miles de millones de euros. Suena lógico. “Hay varias etapas -cuenta Castillo-. La primera, cuando entrás en un proyecto como el que requiere utilizar algo como ATLAS, que es de tipo internacional, es tratar de hacer una tarea para mejorar un experimento. Lo que hice en mi primer año fue aplicar ‘simulaciones’ de colisiones de protones para entenderlas un poco mejor, cambiar parámetros para ver cuál predecía mejor los datos que se habían tomado. Luego viene la parte computacional, recrear esa simulación y para eso, por ejemplo, yo desarrollo mi propio software en lenguaje Python y realizar mis propios estudios”.

Si todo va bien en estos ensayos teóricos y simulaciones informáticas, recién ahí se puede pasar a una solicitud de experimento o de lectura en una institución como el CERN, para obtener “los datos que arroja el colsionador”.

Es necesario tener mejores experimentos -argumenta Castillo- porque es la única forma de avanzar. Esto significa, entre otras cosas, tener que subir la energía para crear partículas más pesadas. También es importante poder colectar más información sobre las colisiones, y para eso es necesario una mejora en la ingeniería del detector, ya no en el colisionador”. Esta propuesta de mejora ya fue aceptada y se la conoce como High Luminosity LHC, y empezará a funcionar en 2026.

Además Florencia Castillo participó en un proyecto de mejoramiento del experimento sobre la detección de la materia oscura, publicado en un paper que explica las condiciones del experimento y las mejoras. “Ahora, además, lo que estoy haciendo es usar otro modelo diferente de producción de materia oscura, porque hay muchos”.

El ensayo a partir de “colisionar partículas” nace de dos teorías: la cuántica y la relatividad. Albert Einstein planteó que la energía se convierte en masa y la masa en energía, que hay una igualdad. El otro ingrediente es la mecánica cuántica, que dice que todo es posible, no en el sentido místico, sino en la Física. Por ejemplo, si hay energía entonces se pueden crear partículas nuevas con determinada masa. “La idea de colisionar partículas es observar en cuáles de los muchos eventos que ensayamos se pueden crear nuevas partículas, nuestro ‘candidato a materia’. Si por modelo estándar sabemos qué tiene que pasar tras cada colisión y lo comparamos con los modelos de materia oscura, podremos saber si ha ocurrido la creación de una partícula desconocida”, refiere Castillo.

¿Qué es y cómo funciona el gran colisionador de hadrones? (clic en la foto para ir al sitio del Centro Nacional de Física de Partículas, España).

 

El gran colisionador de hadrones o "The Large Hadron Collider (LHC)" es el más poderoso acelerador de partículas del mundo. Es un anillo de 27 km. con una estructura que permite la aceleración y potenciación de la energía de las partículas. Clic en la foto para entrar al sitio del CERN y conocer más de sus características.

 

El universo está conformado por un 30% de materia y un 70% de energía. Pero Castillo lo explica y desagrega para darle una real dimensión a la importancia de la oscuridad en todo este asunto: “El universo esta formado, aproximadamente, por un 5% materia ordinaria (nosotros, el sol, los planetas), un 25% materia oscura, y el resto, ese 70%, es energía oscura”.

Castillo también detalla la diferencia entre materia y energía oscura, ya que “no son lo mismo”: “La energía oscura es una presión negativa que hace que el universo se expanda aceleradamente, va en contra de la gravedad. Pero la materia oscura, eso que no vemos, hace que las cosas se muevan más rápido de lo que podemos entender. Pero si sumamos ambas contribuciones hablamos del 95% del Universo”.


 

Junto a sus compañeros en el Colegio San José de Junín, antes de partir a estudiar Astronomía.

 

Across the Universe

---Algo derivado de la ciencia ficción y que plantean algunas series como Star Trek, ¿se puede superar la barrera de la velocidad de la luz?

---No, las teorías que manejamos hoy en día nos dicen que nada va más rápido que la luz. Si quisieras hacer un viaje interestelar, la estrella más cercana al Sol se llama Alfa Centauri, y está a 5 años luz, es decir que tenés que viajar 5 años a esa velocidad para llegar al lugar. Sin embargo, la sociedad tiene que enfrentar varias problemáticas, como la ecológica y, en caso de sobrevivir como especie, agotamiento del Sol, es decir que en algún momento la sociedad se va a tener que plantear la necesidad de viajar a otra estrella, porque el Sol se agotará. Pero actualmente no tenemos idea de cómo hacerlo. Pero entender la materia oscura implica entender un poco más el universo, lo cual podría llevar a realizar esa tecnología.

---¿Y qué pasa con el tiempo? ¿Se lo puede manejar como plantea Einstein a partir de las curvaturas que hay en el espacio?

---Lo que dice la teoría de Einstein es que nosotros estamos en un filamento de espacio-tiempo, si cambiás el filamento te cambia el espacio y el tiempo, ambas. Lo que que plantea es que un objeto masivo, como un agujero negro, curva el espacio y a medida que te acercás cambia el tiempo también. La distorsión del tiempo hace que para una persona en la tierra pasen 10 años y el que está en el agujero negro sólo viva 1 segundo.

---¿La curvatura total se da en el agujero negro?

---La teoría de la relatividad plantea que podemos llegar solamente al horizonte, a lo externo del agujero negro. La otra parte del agujero, la singularidad, que es donde está el agujero del espacio-tiempo, el cual podría llegar a ser un pasaje a otro universo a través de un agujero de gusano. Pero no hay evidencia física de eso, porque para salir de la singularidad tendrías que superar la velocidad de la luz, y por lo que sabemos no es posible superarla.

---En la prensa argentina estuvo presente durante este año la teoría de los terraplanistas a partir de campamentos y una serie de actividades que realizaron. ¿Cómo impacta en tu campo de trabajo la existencia de estos grupos? Es decir, hay un grupo de gente que estaría diciendo que lo que ustedes hacen es meramente conspirativo y falso.

---Creo que darle espacio a ese tipo de pensamientos es también una manera de darle la espalda a la ciencia. La sociedad está hecha de lo que es. Nosotros como científicos decimos lo que estudiamos, cómo lo hacemos y esperamos que la sociedad nos tome en cuenta. Hasta cierto punto es culpa nuestra si se plantean estas dudas, porque tenemos desde la ciencia una responsabilidad social de llevar lo que hacemos. Si nadie se entera de lo que estamos haciendo se da lugar al surgimiento de las especulaciones. Tenemos que llevar la ciencia a la sociedad, porque la ciencia en definitiva es una construcción social y cultural, y si no lo hacemos no se avanza, es más se puede retroceder. Si la sociedad no cree en la ciencia, los científicos en definitiva no tendremos los recursos ni los espacios para trabajar. En España nos exigen que hagamos divulgación, que vayamos a colegios, esa parte social está exigida y así nace la confianza de la gente.

---¿Cómo ves tu futuro?

---¡Oscuro, como la materia! Espero terminar el año que viene en España y ver qué hago. Mi idea es seguir haciendo ciencia, me gustan muchas ramas, no solo la Física de partículas. Vamos a ver con qué puedo seguir y dónde.


  • Crédito imagen de portada: "Artistic view of the Higgs Field", publicada por el CERN Document Server
  • Diseño: Laura Caturla
  • Imágenes gentileza de Florencia Castillo

La Escuela, un encuentro con todos

por Marcelo Maggio

El tercer sorteo se aproxima y la expectativa crece en las familias y en los alumnos que quieren ingresar a ese listado de sesenta que conformará la tercera cohorte de la Escuela Secundaria “Domingo Faustino Sarmiento” de la UNNOBA. El Universitario dialogó con el rector Guillermo Tamarit acerca de los fundamentos, las motivaciones y los objetivos que se buscan con esta unidad académica. ¿Por qué y cómo la Universidad decide intervenir con este énfasis en el nivel medio?

La creación de la Escuela Secundaria forma parte de las decisiones tomadas durante la gestión de Guillermo Tamarit al frente de la Universidad. La presencia del rector tanto en reuniones con docentes como en la comunicación con las familias de los alumnos no es algo casual. “El director de la Escuela es el rector -aclara Tamarit-, y esto es así porque creemos que es una política de primer orden: la Universidad debe involucrarse en la enseñanza media a partir de desarrollar una actividad transferible al resto de la comunidad”. Es decir, que para el rector de la UNNOBA, la importancia de la Escuela va más allá de lo que pueda suceder en el lugar y con sus alumnos. Tiene que tener un "valor agregado" para la comunidad y debe dar un testimonio: “Pretendemos que la sociedad pueda tomar aquello que le resulte valioso de nuestra experiencia”. Un desafío doble.

-¿Cómo definiría el momento institucional en que se decide la apertura de la Escuela Secundaria?

-En primer lugar, la Universidad necesitaba un período de maduración de sus actividades específicas. No podíamos pensar en tener enseñanza media sin consolidar la enseñanza universitaria. Teníamos, además, que salir de esa impugnación que hubo durante mucho tiempo hacia la universidad en general, respecto de que se aislaba del sistema educativo y que asignaba muchas de sus deficiencias a las trayectorias anteriores y, por lo tanto, se desentendía del proceso. Nosotros siempre hemos planteado que el proceso educativo es único, que tenemos que trabajar articuladamente en todos los niveles y, en la primera oportunidad que tuvimos, pasamos a los hechos: nos hicimos responsables de un testimonio mediante una acción concreta. En un momento de crisis del sistema medio en particular, con números muy malos, por ejemplo, la mitad de los estudiantes del secundario no se reciben a la edad que se tienen que recibir, incluso en ese momento, creímos que la Universidad podía tomar el desafío.

"...sin el docente no hay tecnología que pueda resolver ninguna ecuación pedagógica"

-Es decir que no tenía que ver con una cuestión de “competencia” con otros actores escolares sino de complementar el trabajo con el resto del sistema educativo.

-Exactamente. Simplemente se trataba, desde el respaldo que tenemos como Universidad, de tener una institución en la que algunos elementos del modelo puedan ser trasladables al resto del sistema medio, particularmente de la región. Para dar un ejemplo: en el ingreso a nuestra Escuela Secundaria se le garantiza una vacante a cada escuela primaria del distrito de Junín. Eso genera, efectivamente, que haya alumnos de todas las trayectorias educativas, de todas las clases sociales, con una variedad de experiencias. Y este es el primer dato que el resto del sistema educativo puede observar. Muchos nos decían, “por qué no hacen un examen de ingreso para que entren los mejores y tener un colegio de élite”. No, porque eso finalmente segmenta a un sector de la sociedad. No solo es elitista en términos educativos y de conocimientos, sino que tiene un sesgo social brutal: colegios de clase media o media alta con un sentido aspiracional en lo social y en lo económico. No tiene nada que ver con lo que nosotros pensamos cuando proyectamos nuestro colegio.

-¿Cómo se pensó, entonces, ese modelo no elitista en términos de propuesta pedagógica?

-En nuestro colegio tienen que estar todos los chicos, de todos los sectores y el paso por la educación los tiene que igualar. Creo que es allí es donde nos encontramos con el resto de los colegios, porque tenemos los mismos problemas, los mismos alumnos. Nosotros podemos tener más herramientas institucionales por ser una universidad, podemos resolver cuestiones, trasladar esa experiencia, capacitar docentes y, por supuesto, apropiarnos de la experiencia de los otros colegios. Desde el inicio de la Escuela estaba la idea de que el resto de la comunidad educativa nos vea como una herramienta propia, y eso es algo que hay que cuidar todo el tiempo. Por eso estamos en un proceso en el que hay que dar una discusión interna muy fuerte, porque no podemos permitirnos trabajar para una élite que se genere por una dinámica propia en la que, aunque los alumnos lleguen de distintos lugares sociales, después se queden solo los mejores. Sin embargo, tampoco podemos repetir las prácticas que han fracasado en otras instituciones. Entonces hay una tensión con estas cuestiones, incluso con la Escuela ya en funcionamiento. Esto hay que discutirlo fuertemente y nunca perder de vista cuál es el objetivo institucional.

"...hemos recuperado una tradición de nuestro país. La educación argentina, durante la mayor parte de su tiempo, tuvo esa característica: en la escuela nos encontrábamos todos, con todas las experiencias..."

-Ese debate constante, que uno ve que también se mueve con la dinámica de los que ingresan y crecen dentro de la escuela, ¿incluye a todos los actores de la misma forma?

-Sí, a todos, pero la principal carga está en los docentes, una vez más, como en todas las instituciones educativas. No se tienen que “enamorar” de los que sobresalen y tampoco bajar los brazos ante  la dificultad.

-¿Cómo evalúa usted la convivencia de los distintos sectores sociales y económicos que componen el estudiantado de la Escuela?

-Yo lo vivo como que hemos recuperado una tradición de nuestro país. A mí me tocó ir al Jardín de Infantes de la Universidad Nacional de La Plata, a su Escuela Primaria y también Secundaria, y en todos estos niveles pasaba así, estaba el hijo del portero, del médico, de un docente universitario. La educación argentina, durante la mayor parte de su tiempo, tuvo esa característica: en la escuela nos encontrábamos todos, con todas las experiencias, y todos lo recordamos como una experiencia valiosa. Éramos iguales en la escuela, y lo estamos recuperando, para que no pase que los pobres tengan que ir a escuelas de pobres y los ricos a escuelas de ricos. Acá todo el mundo va a la escuela. Y en la escuela cada uno vale por lo que hace en la escuela, lleva sus experiencias y las comparte.

-La Escuela Secundaria de la UNNOBA tiene un edificio nuevo, laboratorios, y recursos como comedor o computadoras para cada alumno. A su vez hay un fuerte desarrollo de proyectos pedagógicos y contenido. Pero en el sistema educativo, en general, se suelen contraponer el dinero frente a la pedagogía. ¿Cuál es su posición respecto a esa tensión?

-Sin dudas ha habido una fuerte impronta por lo disruptivo de la tecnología. En un momento todas las políticas del Estado en materia de educación se resumían a entregar una computadora a cada alumno, tuviera o no una conexión, tuviera o no docentes preparados. Pero finalmente la tecnología es una herramienta más. Un proceso pedagógico está dado por ese instrumento o por muchos otros, por eso hay que asumir lo instrumental con un sentido crítico. ¿Cuál es nuestro objetivo? Tener la mayor cantidad de gente con la mejor educación, en todos los niveles. En el nivel secundario queremos dar un testimonio de que, efectivamente, las capacidades de los estudiantes puedan tener un piso equivalente, y para eso son centrales las actividades de los docentes. Entonces hay que invertir mucho más en formación docente que en tecnología, porque sin el docente no hay tecnología que pueda resolver ninguna ecuación pedagógica. Pero el rol docente es también el rol que la sociedad le da, el cual se ha cuestionado y hasta despreciado. Esto no implica cuestionar las nuevas prácticas más horizontales y  descentralizadas entre alumno y docente. Pero, ¿qué pasa si no les damos a los docentes las herramientas para resolver las cuestiones más básicas dentro del aula como la disciplina, los recursos, la capacitación? Sin esas herramientas, simplemente, no se puede desarrollar una actividad como la de enseñar y aprender.

"...pretendemos devolverle a la sociedad la confianza en la educación mediante el testimonio concreto de que más allá de dónde proviene cada uno, pasar por el nivel educativo mejora a la persona"

-Este planteo sobre el rol docente y la jerarquización, ¿traspasa lo instrumental del ámbito, es decir, usted pretende que sea también un mensaje a la sociedad?

-Yo insisto en la jerarquización en el sentido de que no podemos poner de cualquier manera un docente en un aula. Tenemos que brindarle las herramientas correctas en su formación, así como un contexto institucional. Para que se entienda: no es que no le podemos exigir al docente, pero los mensajes institucionales también están y son valiosos. Ambas cosas lo son. Siempre cuento la anécdota de (Domingo Faustino) Sarmiento sobre las “escuelas-palacio”, las escuelas con frontispicios de columnatas, con grandes inscripciones o alegorías en el frente del establecimiento. Cuando le preguntaban a Sarmiento por qué hacía semejante obra para una escuela, él decía “porque es el lugar más importante a donde cualquier niño argentino va a ir”. Pero cuando uno pasa de ese planteo a la escuela de container, como ha pasado, es muy difícil que alguien piense que ese es el lugar más importante al que va a ir en su vida. Y también, si todos creemos que los docentes tienen que ver solo con la huelga, estamos en un problema enorme. Si esto fuera cierto, sería una catástrofe, pero además de que no es cierto, necesitamos a los docentes en forma indispensable para construir la sociedad que viene. No escucho a nadie que diga que la educación no es importante, ahora ¿cuál es el esfuerzo que hacemos?

-La idea de huelga aparece de modo recurrente, pero siempre hay algo más fuerte que sustenta esas noticias, como un imaginario de crisis permanente. ¿A qué se debe ese sobrevuelo sobre la idea de “crisis en la educación”?

-Si solamente hay días de clase, no hay noticia. Pero si hay un día de paro, hay noticia, esto es así y no lo podemos negar. Pero también es cierto que la educación tiene otros tiempos: quien se inscribe en una universidad va a ver los resultados a los tres o cinco años. Y aunque para la educación sea desalentador aparecer en términos negativos, a nosotros, con la experiencia de la UNNOBA en la región, nos pasa exactamente al revés: en general somos una de las instituciones que mejores noticias vamos dando todo el tiempo, y esto tiene que ver con cómo nos acompaña la sociedad. Lo que vemos es que a nivel local la gente apoya la actividad de lo que siente como “su Universidad”, se siente muy orgullosa, y los medios de comunicación acompañan este proceso. Pero es cierto, también, que a nivel nacional lo educativo aparece como un sistema en crisis. Sobre esto Guillermo Jaim Etcheverry dice que cuando uno le pregunta a los padres por la educación de sus hijos, todos los padres dicen “tienen una buena educación”, y cuando le preguntan por la educación en general dicen que “es un desastre”. Entonces parece que solo los hijos de los otros van a esas escuelas o a ese sistema educativo en crisis. Como dice Jaim, ahí solo van los huérfanos.

-Está finalizando la inscripción para una tercera cohorte de la Escuela Secundaria. ¿Qué reflexión le merece el camino realizado?

-Que estamos y seguimos con el desafío que nos planteamos al inicio, pero ahora con 120 chicos en las aulas. No queremos ser una excepción para un reducido grupo, ni terminar replicando las prácticas que hay que modificar. Por supuesto que si todos los docentes vienen de esas prácticas, cae sobre ellos la responsabilidad de la innovación, de trabajar de otra manera, de tener otros resultados. Por supuesto que tienen la ventaja de tener una institución importante atrás, que los va a acompañar para que el resultado sea el que dijimos cuando abrimos el colegio: devolverle a la sociedad la confianza en la educación mediante el testimonio concreto de que más allá de dónde proviene cada uno, pasar por el nivel educativo mejora a la persona.

Fotos: Facundo Grecco

Edición de imagen: Laura Caturla


La Universidad hace escuela

Por Marcelo Maggio

En febrero de 2018 fue la inauguración. El flamante edificio aún dejaba resonar ecos de un vacío por llenar. De a poco la Escuela Secundaria perteneciente a la Universidad se puso en funcionamiento y, lejos de disminuir, las expectativas se hicieron cada vez mayores. La pregunta era por qué la Universidad se metía en ese terreno resbaladizo que es la educación media, llamando a los ojos de la ciudad de Junín y sus alrededores a posarse sobre este proyecto.

Está a punto de abrir la inscripción para una tercera cohorte y un tercer sorteo dirá quiénes ingresarán a la Escuela “Presidente Domingo Faustino Sarmiento”, que hoy cuenta con 120 estudiantes (dos comisiones de primer año y dos comisiones de segundo). Sus protagonistas tienen mucho para contar del camino recorrido desde aquella fiesta inaugural.

“Nosotros empezamos desde un lugar particular, que es el prestigio de la universidad en general y de la UNNOBA en particular, lo cual genera ciertas expectativas tanto en las familias como en los estudiantes”, admite Cristian Alonso, docente a cargo de los talleres de Educación Sexual Integral y Construcción de Ciudadanía. María Carolina García, profesora de Artes Visuales confiesa: “Cuando empezamos a trabajar tal vez estaban algunos miedos, pero quedaron atrás al ver los resultados. Ahora tenemos esa seguridad que te dan los padres cuando te hablan de los cambios positivos que notan en sus hijos, ¡eso te incentiva!”.


En lo académico y administrativo, la Escuela Secundaria es una unidad académica más de la Universidad. En palabras del profesor Alonso, esto le brinda cierta flexibilidad al proyecto, “desde las actividades hasta la planificación de contenidos, el desafío de la universidad es poder tomar las mejores experiencias y tradiciones de la escuela secundaria y desde nuestro proyecto ver qué experiencia universitaria podemos aportar”. “En un primer momento podemos decir que el trabajo por equipos de docentes hoy es una de las fortalezas de la escuela”, afirma.

En este sentido se expresa otra de las docentes, Fiorella Spinelli, de Ciencias Naturales, quien trabaja junto a Sofía Valla y Rodrigo Hernández del Pino. Para ella “es común trabajar en equipo porque la investigación es así”. Spinelli es becaria investigadora en el Centro de Investigaciones Básicas y Aplicadas de la Universidad (CIBA). Desde ese lugar explica que “la investigación va de la mano de la docencia, pero no siempre se da con estas edades, así que es un desafío”. “Me encanta por la creatividad que tienen los chicos, que quizás en el adulto no la encontrás, no la esperás, tienen salidas distintas y muy buenas”.

“Se busca despertar vocaciones científicas tempranamente y fortalecer la enseñanza de las ciencias básicas para generar una disposición hacia la ciencia”.

Ese trabajo por equipos abarca también la evaluación. “Entendemos que lo más valioso de nuestro sistema de evaluación es que es colegiado: el grupo completo de profesores y tutores evalúa a todos los alumnos. Esto nos permite tener una visión integral y no sólo saber algo del desempeño parcial en una asignatura, identificamos así cuáles son las fortalezas de los estudiantes y qué aspectos necesitan mejorar”. Quien detalla el sistema de evaluación es la profesora Juliana D'Andrea, coordinadora Académica de la Escuela.

En esa evaluación colectiva también participan los tutores, como Julio Sebastián De María, un tutor con formación en el profesorado de Matemática, quien explica su rol: “Nos reunimos con los docentes a evaluar juntos las competencias transversales como ‘pensamiento crítico’, ‘resolución de problemas’, ‘aprendizaje autónomo’, ‘comunicación y expresión’, ‘trabajo colaborativo’ y ‘ciudadanía democrática’”.

Los tutores pueden avanzar en este terreno debido al trabajo cotidiano tanto en el aula como fuera de ella. “Trabajamos de modo articulado con los profesores de las asignaturas como tutores académicos. Además, desde el equipo de tutores y junto al profesor del Taller, participamos en un espacio denominado ‘Construcción de juventudes y escuela’ en el que se desarrollan actividades relacionadas con la convivencia escolar, la valoración y respeto por la diversidad”. De María también destaca el rol de acompañamiento en el caso de que los estudiantes tengan problemas personales o conflictos: “Asumimos el diálogo como elemento central debido a que en esta escuela los chicos están en una jornada extendida y se pueden manejar otros tiempos, tanto para estudiar como para abordar temas de todo tipo”.

El sentido del trabajo de los docentes como un equipo pasa de la evaluación también a la generación de proyectos. María Carolina García, profesora de Artes Visuales, destaca uno de esos trabajos como una manera de articular su campo específico con los demás saberes: “Esta escuela tiene algo a su favor, que es trabajar a partir de la interdisciplina, abordar un tema no de manera aislada. Nuestras experiencias con proyectos demuestran que se puede tratar el conocimiento de manera más integral. Un caso muy lindo fue el que trabajamos con las docentes de Lengua, un proyecto sobre estereotipos de género que trabajaron ellas, y que desde nuestra materia lo vimos mediante la figura de Frida Kahlo y su arte”. Y desde el área de Lengua incorporaron la lectura de una colección sobre antiprincesas y antihéroes. “A partir de esa lectura, los estudiantes seleccionaron, investigaron y presentaron a sus compañeros una antiprincesa o un antihéroe local. Aparecieron así personas que llevan a cabo proyectos solidarios de la ciudad, o mujeres que realizan deportes más asociados a lo masculino, entre los variados ejemplos elegidos por ellos mismos”, comenta una de las docentes del área, María Silvia Biancardi.

Para Alonso el trabajo en equipos implica también desafíos básicos, como que no hay un docente por comisión para una asignatura sino que es “la pareja pedagógica la encargada, la asignatura se dicta en un mismo momento y los docentes van rotando. Se pone así en juego la libertad y creatividad de cada docente en cada momento”.

Ciencia y orientación de la escuela

La Escuela se orienta en Ciencias Naturales, algo que se va perfilando pero que a partir del ciclo superior (desde el cuarto año) define el tipo de materias a cursar y el perfil de egresado. Juliana D'Andrea explica que esta orientación “está en consonancia con el perfil de la Universidad”. “Se busca despertar vocaciones científicas tempranamente y fortalecer la enseñanza de las ciencias básicas para generar una disposición hacia la ciencia”. Sin embargo, detalla, “lo fundamental es que la Escuela trabaja para la formación integral de sus estudiantes, con un fuerte componente humanista, que se refleja no sólo en la carga horaria destinada a espacios como Lenguas Extranjeras, Ciencias Sociales o Lengua, sino también en la variedad de actividades culturales y artísticas que se realizan periódicamente”.

Fiorella Spinelli, desde el área de Ciencias Naturales, destaca cómo se puede fomentar el pensamiento científico y la metodología científica ya desde la temprana edad: “Fomentamos la realización de investigaciones, ya sean bibliográficas o prácticas. Esa es una estimulación científica: tener un problema y pensar cómo resolverlo. Por ejemplo, se les da un ser vivo desconocido y ellos tienen que simular que son científicos y clasificarlo. Entonces deben crear e imaginar experimentos para clasificar a ese ser vivo, presentar las conclusiones y defenderlas ante el resto de la clase. No se trata de memorizar la taxonomía que les digamos nosotras, sino tratar de pensar y encontrar un camino. Así no solo lo resuelven, sino que también salen cosas muy divertidas”.

“La Escuela trabaja para la formación integral de sus estudiantes, con un fuerte componente humanista, que se refleja en la variedad de actividades culturales y artísticas que se realizan periódicamente”.

Entre los recursos para la investigación se encuentran los laboratorios de experimentación. “Se trabaja mucho en el laboratorio -comenta Spinelli-. Se hacen actividades como en otras escuelas pero con un complemento que es el laboratorio”. Uno de los experimentos que recuerda con mayor impacto es el de observación con el microscopio: “Se miran los taxismos (movimientos) de paramecios (organismos microscópicos que habitan el agua) en base a estímulos. Un paramecio se puede encontrar en el agua estancada y allí, por ejemplo, si se pone azúcar, los paramecios van hacia el estímulo; en cambio si se les pone sal, se alejan”. Spinelli destaca que así se puede acceder de otra manera a una teoría como “la función de relación de los seres vivos”, siempre teniendo en cuenta que “los experimentos se deben adecuar a la edad de los alumnos”, teniendo en cuenta tanto la comprensión como los niveles de seguridad.

La vida académica y laboral está cada vez más imbricada con el idioma inglés. Pilar Traverso, secretaria Académica de la Universidad, tuvo a su cargo la propuesta curricular del área de Lenguas Extranjeras y puntualizó que para la elección del estudio de esta lengua "se tuvieron en cuenta los cambios lingüísticos ocurridos en el mundo y la metodología y didáctica de lenguas en general". Agrega un dato muy significativo y es que ha crecido sustancialmente el número de personas que hablan inglés como lengua extranjera, tanto que la utilizan como una lengua vehicular o de comunicación “universal" una cantidad de personas que supera a sus hablantes nativos.

El contenido en lenguas extranjeras se trabaja mediante una metodología de "aprendizaje integrado de contenidos". Este enfoque  pone énfasis en usar la lengua extranjera para la resolución de problemas de otras áreas del conocimiento. El objetivo es doble: permitir a los estudiantes adquirir conocimientos en distintas áreas y hacerlo mediante el desarrollo de una competencia en lengua extranjera. Traverso indica que en esta metodología "hay dos objetos de aprendizaje: el lingüístico y el no lingüístico, sin predominio de uno sobre otro".

Lograr aptitudes  de comunicación eficaces forma parte de los objetivos tradicionales. Pero desde la escuela consideran también central la posibilidad de "adquirir conocimientos de diferentes áreas y aptitudes para el aprendizaje" desde otra lengua. "También hay objetivos socioculturales: la transmisión de valores de respeto por las diferencias, y socioeconómicos, la preparación para la vida en una sociedad internacional y para mejorar las perspectivas de inserción en el mundo del trabajo", agrega la secretaria Académica de la UNNOBA.

Convivencia y jornada extendida

En la Escuela Secundaria de la UNNOBA la jornada es extendida, ya que de lunes a viernes los estudiantes están de 7.30 a 16.30. En ese marco, desayunan y almuerzan en la institución con un menú diseñado por una profesional en función de las necesidades nutricionales propias de la edad, y también teniendo en cuenta exámenes de salud. A la jornada también se le suman dos colaciones. Este servicio de comedor se garantiza mediante el “Sistema Solidario de Aportes y Beneficios” que está compuesto por dos tipos de aportes: el aporte institucional y el aporte familiar. Al momento de la confirmación de la vacante, las familias suscriben una carta compromiso, y aquellas que lo necesitan solicitan un beneficio de eximición del 50 o el 100% del aporte familiar.

Al ser una gran cantidad de horas, sumadas a las jornadas y talleres que se realizan los días sábados, la convivencia resulta un factor fundamental sin el cual no sería posible avanzar en terreno sólido. En este sentido Juliana D'Andrea plantea: “Pensamos que la convivencia es un elemento central de la Escuela así como también una instancia de aprendizaje más. La convivencia no se trata simplemente de cumplir normas. Transmitimos la importancia de construir democráticamente los acuerdos de convivencia con la participación de todos los actores de la comunidad escolar y para pensar la escuela en términos colectivos”.

En este sentido, la convivencia implica pensar la escuela como un lugar donde se escucha, donde se piensa al estudiante como un sujeto de derecho. Y en esto coinciden todos los docentes, se intenta que el cumplimiento de las pautas sea por convicción, por asumir que son las normas que benefician a todos y no algo antojadizo. Aquí también coinciden con otras escuelas del nivel medio, en la tendencia generalizada a implicar a los alumnos en ciertas decisiones, con la certeza de que cualquier situación social necesita reglas, y la convicción es la mejor forma de hacer realidad la convivencia.

Abordar las situaciones problemáticas desde lo que significa la adolescencia en sí, su particularidad emocional, es lo específico para cualquier escuela secundaria. Para ello hay estrategias y modos: “También tenemos que partir desde lo afectivo, que es algo que tiene la dimensión de la convivencia para, desde ahí, trabajar lo pedagógico”, reflexionan desde la Escuela de la UNNOBA.

Educar para tiempos diversos

La enseñanza secundaria enfrenta un desafío actual, que es asumir la diversidad de los estudiantes, y cambiar la posición tradicional que partía de pensar solamente desde la instancia de la enseñanza. “Partir desde el aprendizaje es no pensar ‘cuál es la clase que quiero dar’ sino imaginar ‘cuál es la clase que necesitan cada uno de mis estudiantes’”, explica Alonso. Ahí radica la complejidad de la tarea y es por eso que resulta un desafío no para un docente aislado sino para un grupo o colectivo docente.

Esa tensión que plantea el aprendizaje entre lo homogéneo y lo diverso es puesta en juego también por el modo de ingreso que tiene la Escuela, que es el sorteo. “Desde la teoría y desde la convicción intentamos generar un modelo pedagógico en el que el acontecimiento educativo gravite en torno a lo que el estudiante necesita, no trabajar con modelos ideales sino con los estudiantes reales. La diversidad es positiva y complejiza la tarea docente”, es una idea que atraviesa la charla con los docentes, encontrar esa conexión con la complejidad social.

“La diversidad en el aula es siempre un desafío, sobre todo para que la escuela no se configure en una tradición elitista de una educación para los mejores sino en algo plural y diverso”, indican. Ese es el espíritu que recorre a esta escuela desde su fundación, y que debe renacer año a año, al ritmo de los desafíos que le imponen los ojos vidriosos de quienes van llegando con una carga de ilusión en cada sorteo y en cada ingreso.